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Por SUDEEP REDDY
Por SUDEEP REDDY
El mundo de los datos económicos podría estar camino a una revisión de fondo.
Las empresas privadas están desplegando nuevas tecnologías para transformar un método de 50 años de antigüedad con el que se monitorean los cambios en la economía global, prometiendo cálculos constantemente actualizados para orientar a grandes corporaciones, fondos de cobertura y gobiernos.
El participante más reciente, Premise Data Corp., es el primero en crear datos de inflación en tiempo real utilizando a cientos de personas que toman fotos a diario de estantes de tiendas y canastos de frutas y verduras alrededor del mundo para seguir los cambios en los precios.
Esta empresa nueva, respaldada por Google Ventures, Andreessen Horowitz y Harrison Metal, hizo su debut oficial el 15 de octubre, tras dos años de desarrollo discreto.
Premise ha enviado a 700 trabajadores armados con smartphones a 25 ciudades para capturar imágenes de productos conforme sus precios cambian a diario. El software identifica la ubicación del artículo, ya sea carne o cebolla, y analiza las imágenes para medir las diferencias de calidad. El usuario que observa la información puede ampliar las fotos, como si fuera la versión minorista de "Street View" de Google.
Las computadoras de Premise también navegan los sitios web de tiendas para obtener precios de manera automática, un proceso que proporciona alrededor de 80% de los datos que la firma emplea para calcular la inflación en tiempo real.
En contraste, el Departamento de Trabajo de EE.UU. reúne datos al enviar a su personal a obtener los precios una vez al mes. La información después se recopila en un informe mensual de inflación.
Innovaciones tecnológicas como redes de suministros eficientes y entregas justo a tiempo "han modificado completamente la actividad económica humana", apunta David Soloff, fundador y presidente ejecutivo de Premise. "Sin embargo, los indicadores que la gente está siguiendo están atrapados en otra era".
La paralización parcial del gobierno estadounidense que terminó el jueves y que impidió por dos semanas la publicación de indicadores económicos llevó la atención a firmas privadas que hacen este tipo de mediciones, como Automatic Data Processing Inc., que gestiona nóminas de empresas, o MasterCard Inc., para ver las tendencias en los gastos con tarjetas de crédito.
Incluso cuando el gobierno opera de manera normal, lograr obtener una lectura actualizada del desempeño de la economía es complicado. Los informes sobre inflación, empleo y gastos del consumidor —que generalmente están basados en datos mensuales— son publicados con una demora de semanas o meses, y pueden ser corregidos en meses futuros. Las limitaciones generan problemas para inversionistas y estrategas, que tienen que actuar en tiempo real cuando la economía está cambiando con mayor rapidez de lo que los métodos existentes pueden medir.
Es un patrón de estancamiento, afirma Alan Krueger, profesor de la Universidad de Princeton y ex economista de la Casa Blanca, que se unió a Premise como asesor hace dos semanas. "En muchas situaciones me hallo a mi mismo deseando que tuviéramos datos más actuales y más amplios".
En otros países, los indicadores económicos oficiales son aún más cuestionables. Desde hace años, observadores externos han puesto en duda los datos de inflación de Argentina. Esto inspiró a Alberto Cavallo, economista del Instituto de Tecnología de Massachusetts (MIT) a crear sus propios datos desde 2007.
El proyecto de este argentino se convirtió en una iniciativa académica llamada Billion Prices Proyect, que recolecta datos de minoristas en línea alrededor del mundo para crear cálculos diarios de inflación. En 2010, el proyecto dio lugar a PriceStats, que distribuye datos de inflación a través de la firma de servicios financieros State StreetCorp. a unos 7.500 clientes.
Un innovador en este campo, Cavallo indicó que da la bienvenida a otras firmas que intentan mejorar los datos disponibles. Al igual que otros economistas y ejecutivos, considera que las cifras del sector privado complementan, no reemplazan, las cifras oficiales. "Tengo mucho respeto por las cosas que hacen las agencias de estadísticas", señala. "Les interesa mucho ver cómo estas técnicas pueden ser incorporadas a sus propios métodos".
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