Mi blog sobre Economía

domingo, 23 de marzo de 2014

Agur, compañeros !

Les tengo que hacer una confesión : siento debilidad por un Latino. Ni muy joven, ni muy guapo, eso lo admito.

Ya sé lo que están pensando, ¡ustedes son marikutxu (¡murmuradores)! Están imaginando que el tío estará forrado de dólares y que sueño con que me lleve en los palacios más cursi con su Ferrari de último modelo !

Pues no, no aciertan. El hombre ese nació en 1935 en Uruguay (¡de padres vascos, y vizcainos, sí, sí!). Vive en los alrededores de Montevideo con su esposa, en un ranchito que cultiva cuidadosamente, va al trabajo en bici y almuerza en las cantinas cerca de la oficina. Suele ir hecho un adefesio, más al estilo del inspector Colombo que del de James Bond. Sin embargo, hace cuatro años, tuvo una super promoción que le hubiera podido permitir cambiarlo todo : ¡el 29 de noviembre de 2009, le eligieron presidente de la República de Uruguay !
Pero ese antiguo Tupamaro, arrestado por la Junta al poder, evadido, arrestado de nuevo, torturado, detenido durante dos años en el fondo de un pozo ( !) sigue siendo un defensor de los pobres, que sean obreros o campesinos. Rechazó todas las ventajas que van con la función presidencial, sueldo, palacio presidencial, coches con chófer, etc. y convenció a sus ministros que hagan igual… Ahora entendemos por qué nos hablan poquísimo de él : ¿¿y si fuera contagioso ??

Si hoy me permito confiarles mi ternura para el tío – ¡y no se vayan a equivocar, le tengo a José Mujica un infinito respeto ! – es porque acaba de ofrecer a Barack Obama de quitarle de encima a cinco de los 140 y pico detenidos de la tristemente famosa prisión de Guantánamo. Compadeció con las dificultades que afrenta el presidente yanqui para cumplir con su promesa electoral de cerrar Guantánamo, ya que ningún país por el mundo, o casi, quiere cargar con aquellos supuestos terroristas, que ni fueron oficialmente acusados o juzgados por cualquier cargo. Recordó que Uruguay, ese pequeño país de América Latina , siempre ha acogido exiliados, aparte, claro, de los períodos de dictadura.

No sólo por ese gesto humanitario me quito la boina ante Pepe Mujica. Es porque acompañó su propuesta con una petición extraordinaria : « Le pedimos por favor al gobierno norteamericano que haga lo posible para que suelte a los prisioneros cubanos que hace muchos años, muchos años, están allí. Creo que hay manera de liberarlos porque eso también es una vergüenza ».

¡Bravo, señor Presidente ! Uno se pone a soñar. ¿Y si otros presidentes hicieran igual ?

Me voy. (...) Y como soy buena chica, acepto compartir con ustedes el cariño que le tengo al 40° Presidente de la República de Uruguay.

Besarkada bat deneri – un abrazo a todos.



Annie Arroyo

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