Joe Biden junto a su esposa y barack Obama este miércoles en la Casa Blanca. Foto: Reuters
El vicepresidente de Estados Unidos, Joe Biden, acaba de anunciar que no se presentará a las elecciones del año que viene. El anuncio deja a Hillary Clinton como virtual ganadora de la nominación a la presidencia por el Partido Demócrata, ya que lleva más de 20 puntos al siguiente candidato, el representante del ala izquierda del partido, el senador Bernie Sanders.
Biden ha explicado que “por desgracia, es demasiado tarde para una campaña ganadora” y que la muerte de su hijo a causa de un tumor cerebral, el pasado mes de mayo, “ha afectado” a la decisión que ha tomado.
El vicepresidente ha anunciado su decisión de la forma más institucional posible: en los jardines de la Casa Blanca, y en compañía de Barack Obama. Era el entorno perfecto para anunciar su entrada en campaña, y, además, con el respaldo explícito del presidente. Pero los hechos han sido exactamente los contrarios.
El que podría haber sido su programa
Finalmente, el vicepresidente ha decidido no entrar en la carrera. En vez de eso se ha limitado a lanzar un mensaje con aire institucional, en el que sólo le faltó hablar “ante Dios y ante la Historia”, y en el que reclamó a sus conciudadanos unidad.
“Aunque no seré candidato, no voy a permanecer callado”, ha dicho. “Es más, hablaré tan alto y claro como pueda para influir lo más posible en los valores que nuestro partido debe defender y en la dirección que nuestro país debe tomar”, ha declarado Biden. “Este partido y este país cometerían un error trágico si se alejaran o trataran de abandonar el legado de Obama”. En una muestra de inquebrantable fidelidad a su jefe en estos dos mandatos en la Casa Blanca, el vicepresidente ha añadido: “Los demócratas no sólo deben defender y proteger este legado, sino hacer campaña de él.”
Este veterano de la política estadounidense ha sido el aliado más fiel del presidente desde su elección en 2008, cuando Obama lo recogió para formar el ‘ticket’ demócrata tras haber competido con él por la nominación en las primarias. Y este miércoles ha dado una última muestra de ello, a diferencia de Hillary Clinton, cuya campaña se ha alejado de Obama en varios temas (la política respecto a Libia, los tratados de libre comercio).
En su discurso, Biden ha incluido las claves de lo que podría haber sido su programa. Así, ha abogado por restaurar los lazos políticos y evitar “el desgarro” que está suponiendo para el país la incapacidad de llegar a acuerdos. “Pacto no es una mala palabra, los republicanos no deben ser nuestros enemigos“, ha defendido.
Pero incluso ha entrado en medidas concretas. El todavía vicepresidente ha planteado la necesidad de que se defienda a la clase media y se “reduzcan las desigualdades”. Además, ha reclamado que la “educación pública y gratuita se garantice hasta los 16 años, no sólo hasta los 12″ y, recordando quizás a su hijo fallecido, que las autoridades hagan “un mayor esfuerzo ne la lucha contra el cáncer, incrementando los fondos para la investigación”.
En cuanto a la política exterior y de defensa, Biden ha manifestado que “Estados Unidos debe entender que no puede resolver por sí solo los problemas del mundo”.
(Con información de El Mundo)
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