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domingo, 24 de febrero de 2013

Cuba, el trayecto a lo ignoto. Parte I (Introducción, 1959-1975)

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Por Humberto Herrera Carlés

                          “La edificación de la nueva sociedad en el orden económico
 es también un trayecto hacia lo ignoto”.
                                                                                         Raúl Castro Ruz  
8 Diciembre 2010

Introducción

La revolución cubana  se encuentra en marcha a cumplir su sexta década en medio de un mundo capitalista globalizado en crisis, pero no ha logrado aún encontrar un desarrollo armónico, proporcional y sustentable que cumpla con las aspiraciones socialistas que se postulan. El viaje a lo ignoto no ha sido un proceso fácil, hay mucho de tropiezos e imprevistos, pero todavía hoy en día se buscan  los caminos para llegar a feliz término.
Diagnosticar en qué momento estamos, qué resultados se han alcanzado y estamos obteniendo hasta el presente, es la prueba inequívoca  de los empeños de millones de familias cubanas que han dado lo mejor de sus vidas en este propósito. Un análisis  histórico del comportamiento económico de las variables fundamentales, ayudará a sacar a la luz los puntos inconsistentes y vulnerables que aún persisten como obstáculos al desarrollo del país, y si este puede compararse, con lo mejor de la experiencia obtenida a nivel mundial, permitirá darnos certeza o no en lo alcanzado.
El Producto Interno Bruto (PIB) es quizás el indicador más popular en el mundo de la economía  macroeconómica de cualquier país, este intenta medir la creación de riquezas de una nación en el término de un año, y decimos intenta porque siempre hay que analizar el  cómo, el para qué y en qué se crece. Este con sus insuficiencias, es un referente obligado a tomar en cuenta y  Cuba no es una excepción en este sentido.
La representación de la evolución del PIB  (1903- 2011) a precios constantes (gráfico # 1), que sometemos a la consideración del lector, refleja en gran medida, la historia económica de Cuba en el ultimo siglo. Generaciones de cubanos en condiciones particulares, han hecho posible esa evolución. El año 1959 significó una ruptura y un comienzo de una era singular y al mismo tiempo, la más apasionante de todas, misma que dura hasta nuestros dias.
El proceso de construcción del socialismo en Cuba, luego de 52 años, está otra vez, definiendo sus alcances. Este escrito quiere contribuir, con una crítica constructiva, a ese propósito y así ayudar a que lo ignoto no tenga un camino desconocido.
 Gráfico #1 Elaborado por el autor. Datos ONE, P.Vidal y CEPAL.
I-                    Período 1959 – 1975
Cuba la última colonia en liberarse de España y la primera de los EE.UU, en 1959 presentaba una economía estructuralmente deformada y una dependencia casi absoluta de los monopolios norteamericanos, mismos que a su vez veían a  nuestro país como un apéndice de sus intereses.
El camino al desarrollo económico, social y político emprendido desde un principio estuvo caracterizado por grandes dificultades, sin bien se conquistó la independencia política por primera vez, no resultaría fácil en lo económico. Justicia social, desarrollo económico y un ser humano más pleno, este es el gigantesco reto que se propuso el gobierno revolucionario. La máxima martiana de con todos y para el bien de todos era una aspiración genuina y autóctona.
 Si de algo no podrá culparse jamás a la revolución cubana es de haber abandonado el guión marxista de las revoluciones sociales (al menos lo que hasta ese entonces se daba como verdad).
Entre 1959 -1963 se realizaron los cambios más importantes que desde el punto de vista de propiedad[1] podíamos aspirar, ya a finales de 1960 la propiedad estatal “alcanzaba el 100 % del comercio exterior, la banca y el comercio mayorista; llegaba al 95 % en la construcción y la industria; al 90 % el transporte y al 37 % en la agricultura”[2]. Con ello estaban creadas las condiciones primarias, desde el punto de vista de propiedad, para que las decisiones se tomaran centralmente y con poca o casi nula oposición. Las medidas que tomaría el gobierno revolucionario han impactado plenamente en el ámbito económico- social todos estos años, pero faltaría y falta hasta hoy en día, lo más importante, cómo socializar y realizar esa propiedad estatal de todo el pueblo.
Sin embargo, justo es decir que entre 1960 y 1965 se produjeron eventos tales como: la invasión de Girón, Crisis de Octubre, lucha contra bandidos, bloqueo económico- financiero por parte de EE.UU, unido a un debate en materia económica de cuál era el modelo económico adecuado a seguir en nuestras condiciones,  sobre todo en el papel de las relaciones monetarias mercantiles en el socialismo, entre otros, que impidieron una implementación adecuada de la estrategia señalada de desarrollo, al menos en esos primeros años, aun cuando se contó  con el apoyo e incipiente comercio con la Unión Soviética.
En 1968, se realiza una ofensiva revolucionaria que termina casi por completo con los pequeños negocios en donde el Estado alcanzo casi el 100 % de la propiedad en todas las ramas de la economía, excepto en la Agricultura que sólo con el tiempo alcanzaría hasta un 92 %. La propiedad estatal, es decir los medios de producción que disponía el país en casi su totalidad estaban en manos de aquel que representaría al pueblo. No obstante, esto por sí mismo, no bastó y no basta para un desempeño totalmente eficiente del modelo socialista, como la experiencia demostraría en los años siguientes. Pronto vino el fracaso de la zafra de 1970, que si bien se realizó la zafra más grande en toda la historia cubana, las deformaciones que como consecuencia generó en la economía cubana, le imprimió un sello que hoy en día no hemos podido superar. Hay que saber siempre producir con eficiencia y eficacia a toda costa pero no a todo costo, con vistas a poder cumplir los planes productivos y sociales.
En 1972 Cuba ingresa al CAME, con ello la economía cubana necesitó ponerse a tono, con el sistema de cálculo económico que imperaba en los países socialistas y adecuarse al nuevo escenario.
En el periodo 1959 – 1970 el PIB, a precios constantes de 1981, creció a un ritmo promedio anual del 2.8 %, teniendo su cota más alta en 1964 con 13.1 % y su cota más baja en 1960 con -9.7 %. Resultados aceptables en las condiciones que predominaron como ya mencionadas.
En el quinquenio 1971- 1975, el mejor del periodo 1959- 1975, el PIB creció a precios constantes a un ritmo promedio anual del 8.41 %. Las concepciones acordadas en el XIII Congreso de la CTC rendían sus frutos, así como las enseñanzas de 1970, además de la reciente integración con el campo socialista, esto permitió llegar al 1er Congreso del PCC en 1975, con una economía en franco crecimiento.
En estos años 1959 – 1975 el crecimiento promedio anual del PIB a precio constantes fue del 4.4 %, crecieron de forma importante, en algunas varias veces, la producciones de níquel, refinación de petróleo,  de lubricantes, mecánica,  de acero, fertilizantes, herbicidas, de papel y cartón, envases de vidrio, tejido, calzado, cemento, pastas alimenticias, alimentos para niños, captura de pescado, capacidad de agua embalsada, capacidad de riego,  etc.  Otro indicador no menos importante es el PIB por habitantes y este tuvo un crecimiento promedio anual más bajo y solo alcanzó el 2.5 %.
 Este crecimiento contenía la semilla de su insuficiencia y este ha sido el aspecto fundamental de toda la historia revolucionaria en la economía cubana, a saber: LA PRODUCTIVIDAD DEL TRABAJO, ésta sólo  aumentó un 0.5 %[3] como promedio anual.
En esta etapa, hay un aspecto que es de suma importancia y es la relación de los errores cometidos  y que fueron señalados en el I Congreso del PCC, estos pueden resumirse en:
a-      Manifestaciones de voluntarismos e idealismos por encima de los hechos objetivos.
b-      No comprender que la teoría revolucionaria no estaba suficientemente desarrollada en nuestro país y carencia de economistas profundos y científicos del marxismo.[4]
c-       Falta de dirección con criterio económico en toda la actividad productiva. “No es posible medir cuanto nos ha costado…. en horas excesivas de trabajo y en recursos materiales gastados en exceso”.
d-      Coexistencia de dos sistemas de dirección económica el financiamiento presupuestario y el cálculo económico. Suprimiéndose por ejemplo la relaciones de cobros y pagos en 1967 entre las empresas, además del divorcio con la economía real de cuánto nos costaba todo lo que producíamos.
e-      En 1965 “comienza a manifestarse cierta confusión entre las funciones del Partido y el Estado”[5], entre 1967 y 1970 el Partido sustituye a la administración, de facto, en muchas empresas.
La entrada al CAME también significó que en 1975 Cuba presentara un desbalance comercial y de créditos para inversiones del orden de 3,000 millones de pesos, es decir un 35 % del PIB anual.
En este período se hizo presente, sobre todo hasta 1970,  la necesidad de reducción de la política de gratuidades indebidas, el inicio del proceso de liquidación del exceso de circulante, la vinculación  del salario a los resultados del trabajo, escasez de divisas y necesidad de obtenerla, etc. aspectos que por increíble, han sido recurrentes una y otra vez a lo largo de los años en nuestro proceso revolucionario y no se soluciona de modo definitivo.
De espectacular pueden catalogarse los logros obtenidos en el orden social, ya sea en la educación, salud, seguridad social, acceso a la cultura, el deporte, seguridad, derecho al trabajo, equidad de género, que se tradujo en una elevación del nivel y calidad de vida de la población, reafirmándose la teoría de que con pocos recursos puede hacerse mucho por todos si hay voluntad política, aquí si podemos hablar de una socialización alcanzada en la medida que toda la población fue beneficiada.
El principal balance de estos 16 años, es haber sentado las bases para darle un nuevo impulso al proceso de industrialización previsto en lo adelante y de adquirir aparente experiencia con los errores cometidos. (Continuará)



[1] El proceso de nacionalización realizado en Cuba tiene tres componentes a tener en cuenta:
a-       Derecho a la nacionalización: Todo Estado tiene derecho a nacionalizar, expropiar o transferir la propiedad de bienes extranjeros y en caso de controversia, esta será resuelta conforme a la ley nacional del Estado que nacionaliza y por sus tribunales conforme al Artículo 22 de la Carta de Derechos y Deberes económicos de los Estados.
b-       El proceso nacionalizador contemplaba el pago de todas las propiedades nacionalizadas y algunos cubanos abandonaron su país perdiendo ese derecho.
c-        “Debe señalarse, que el proceso de nacionalización efectuado en Cuba incluyó, tanto propiedades de nacionales cubanos, como de nacionales de otros países. Por consiguiente, carece de todo fundamento el argumento esgrimido por EE.UU. de que la nacionalización efectuada por Cuba fue ilegal y discriminatoria. Excepto el caso de EE.UU, el resto de los países adoptó una posición respetuosa con relación a la decisión soberana de Cuba y establecieron negociaciones con las autoridades cubanas para la compensación a sus nacionales por las propiedades que estos tenían en la isla. De esta forma, se concluyeron acuerdos con Francia, Suiza, Gran Bretaña, Canadá y España para efectuar las compensaciones, estableciendo plazos para su ejecución acordes a la práctica internacional en estos casos”. www.cubavsbloqueo.cu
[2] José Luis Rodríguez “ Notas sobre la economía cubana” Ruth Casa Editorial 2011
[3] Ídem
[4] Se planteaba  no aprovechar la praxis de los otros países socialistas que a la larga resultó fallida. Por lo que un error fue quizás, creer que estábamos cometiendo un error al valorar como buena esa experiencia anterior a la nuestra y no seguir la autóctona.
[5] En el último Congreso del PCC de Abril del 2011 este problema una vez más, fue tratado.

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