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miércoles, 13 de febrero de 2013

Equidad de género para la adaptación ganadera

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En muchas comunidades rurales persiste el prejuicio de que las mujeres no pueden desempeñarse como ordeñadoras
En muchas comunidades rurales persiste el prejuicio de que las mujeres no pueden desempeñarse como ordeñadoras
Archivo IPS Cuba
 
Llevar nuevos conocimientos a la producción ganadera y acompañar una mayor incorporación femenina en este renglón como componente importante para el desarrollo, permitirá a cooperativas agropecuarias de la central provincia de Camagüey alcanzar avances económicos y sociales.

Con esa mirada amplia se desarrolla el proyecto “Una propuesta para zonas de extrema sequía en la provincia de Camagüey” que llegó desde hace unos meses a ocho Unidades Básicas de Producción Cooperativa, en los municipios de Guáimaro, Sibanicú, Minas y Nuevitas.
Según Mayda Álvarez Escoda, referente de género de esta iniciativa, esta tiene como objetivo general contribuir al desarrollo de estrategias pilotos de reducción de la vulnerabilidad de los sistemas de explotación ganadera en el territorio, ante los efectos el cambio climático.
Entre las causas para la elaboración de este programa, explicó a la Redacción de IPS Cuba, se encuentran el incremento de la frecuencia de las sequías en la provincia, con la consecuente depauperación del ganado vacuno debido a la escasez de alimento animal.
Por ello, “se pretende retomar y establecer una serie de medidas para enfrentar ese cambio climático, la introducción de forrajes con altos niveles de nutrientes, preparar personas en las cooperativas para identificar esas transformaciones, conocer las variables meteorológicas y trabajar de manera integral en el proceso”, explicó.
El proyecto, precisó Álvarez, está encaminado a la adaptación ganadera en todas las cooperativas con la introducción de nuevos pastos, de acuerdo con las características de cada región y las condiciones del terreno. Entre ellos mencionó a la morera, moringa y king grass.
“En todas las unidades productivas se hizo revisión de dónde puede haber pozos y dónde buscar agua. Incluso, algunos tienen ya construido los pozos, mientras otros han buscado otras fuentes naturales de agua”, amplió la también académica de la Cátedra de la Mujer de la Universidad de Camagüey.
Al iniciarse los talleres, los especialistas se percataron de la carencia dentro del proyecto de un enfoque de género por lo que una de las entidades involucradas, la organización no gubernamental CARE International, solicitó la participación de la mencionada cátedra universitaria con la consultoría de la asesora de género de esta organización global.
Los análisis arrojaron múltiples problemas: hombres y mujeres consideran que ellas no deben ordeñar; en los roles de género, ellas asumen fundamentalmente el reproductivo y ellos, el productivo; y cuando las mujeres participan en el rol productivo no asumen tareas fundamentales y realizan labores tradicionales.
La investigación reveló también que cuando los hombres asumen actividades relacionadas con el rol reproductivo se limitan a limpiar el patio, alimentar los animales y hacer mandados. En algunas cooperativas, algunos realizan labores domésticas a escondidas, para evitar ser criticados y juzgados.
En esas cooperativas las mujeres generalmente ocupan puestos menos remunerados que los hombres, no hay conocimiento de género ni personal capacitado, las mujeres no ocupan puestos de dirección a nivel de colectivos laborales, los hombres asumen mayoritariamente el rol productivo y comunitario y no se garantiza el relevo.
Con tales resultados se intensificó el trabajo de género. Por ejemplo, en las acciones de capacitación agro-meteorológicas, se están capacitando tanto hombres como mujeres.
“Hemos logrado que se creen grupos de trabajo integrado por hombres y mujeres y se han desarrollado talleres de capacitación para hombres y mujeres dentro de la cooperativa, tratando de crear una nueva mentalidad”, significó la referente de género.
Para ello, “lo primero fue tratar de que ellos visualizaran las inequidades de género existentes al interior de sus cooperativas y que vieran cómo esas inequidades afectaban su desarrollo y en qué medida podían trabajar en función de reducirlas y eliminarlas”.
“Pretendemos que cada una de las actividades que se realicen en el proyecto tengan en cuenta el enfoque de género, y que en las capacitaciones y procesos no se convoque solo a hombres sino que se incluyan las mujeres”, enfatizó Álvarez.
Este proyecto cuenta con la participación de la Asociación Cubana de Producción Animal, el Centro del Agua -para propiciar la incorporación de la búsqueda de nuevas fuentes de agua- y la Estación de Pastos y Forrajes de la universidad local.

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