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Ante la amenaza de frustración de encontrar nuevos yacimientos de petróleo, Cuba ha acelerado las inversiones para obtener electricidad de fuentes renovables de energía.
Dos serias inversiones en el terreno de la energía eólica y solar han confirmado este año la política adoptada de reducir la dependencia de la importación de petróleo, todavía demasiado pesada para la economía cubana. Desde hace años, este país compra alrededor de la mitad de los 8 millones de toneladas de petróleo y gas equivalente que consumen su industria, la agricultura y el sector residencial. Las exploraciones marinas, costeadas por firmas extranjeras mediante contratos a riesgo, no han obsequiado nuevos yacimientos.
La opción más realista, pero más lenta, parece ir en otra dirección y el gobierno, pese a compartir las viejas expectativas nacionales de hallar oro negro, la tiene en cuenta.
Aunque la noticia tomó fuerza tres meses después, en abril comenzó a funcionar el primer parque de energía solar fotovoltaica, toda una novedad en un país que hasta ahora había apostado a esa alternativa energética en menor escala. Los paneles solares eran empleados fundamentalmente en zonas rurales sin acceso al sistema nacional de energía eléctrica.
Aunque la noticia tomó fuerza tres meses después, en abril comenzó a funcionar el primer parque de energía solar fotovoltaica, toda una novedad en un país que hasta ahora había apostado a esa alternativa energética en menor escala. Los paneles solares eran empleados fundamentalmente en zonas rurales sin acceso al sistema nacional de energía eléctrica.
Ubicado en la provincia de Cienfuegos, al centro y sur de la Isla de Cuba, la instalación de Cantarrana entró en pleno funcionamiento en agosto, según informaron medios de prensa nacionales. Con una potencia instalada final de generación de 2,6 megaWatts, sus 14.100 paneles ocupan una extensa área de 4,72 hectáreas. Constituye la estación de mayor envergadura entre las de su tipo ya erigidas en la nación, dijo a la prensa el ingeniero eléctrico Silvio Yoel León, de la empresa inversionista de la Unión Nacional Eléctrica (UNE).
El parque solar de Cantarrana, cuya construcción comenzó en octubre del 2012, generó el primer megaWatt en abril. Desde ese mes hasta agosto, le ha ahorrado a Cuba alrededor de 145 toneladas de hidrocarburos. De acuerdo con cálculos de la UNE, ha producido electricidad suficiente en ese tiempo para abastecer el consumo diario de 780 viviendas, con el beneficio, no menos importante, de constituir energía limpia. Al no quemar el combustible que ahorró, evitó el lanzamiento a la atmósfera de un gran volumen de dióxido de carbono.
Otra fuente de reconocida virtud ecológica es el viento. En fecha cercana, el gobierno divulgó, entre otros proyectos, la construcción de un nuevo parque de energía eólica en la provincia oriental de Las Tunas, territorio vecino de la provincia de Holguín, donde se encuentran las mayores estaciones generadoras de electricidad a partir del viento existente hasta ahora en Cuba: Gibara 1 y Gibara 2, en la costa norte, con una potencia instalada de 9,6 mW.
Otra fuente de reconocida virtud ecológica es el viento. En fecha cercana, el gobierno divulgó, entre otros proyectos, la construcción de un nuevo parque de energía eólica en la provincia oriental de Las Tunas, territorio vecino de la provincia de Holguín, donde se encuentran las mayores estaciones generadoras de electricidad a partir del viento existente hasta ahora en Cuba: Gibara 1 y Gibara 2, en la costa norte, con una potencia instalada de 9,6 mW.
Durante la XII Conferencia Mundial de Energía Eólica y la Exposición de Fuentes Renovables de Energía (WWEC 2013), que tuvo lugar en La Habana en junio pasado, el ministro cubano de Energía y Minas, Alfredo López, anunció que la instalación de Las Tunas dispondrá de 34 aerogeneradores de 1,5 mW de potencia cada uno. La suma permitirá generar 153 gigaWatts/hora y sustituir al año más de 40 mil toneladas de petróleo.
El gobierno confía en amortizar la inversión en seis años con el hidrocarburo ahorrado a cuenta del viento en esa instalación, que cuando concluya en 2014, según los planes, será la mayor de su tipo en el país, con 50 mW de potencia total. En estos momentos existen cuatro parques eólicos, dotados con 20 máquinas generadoras en total, que tributan 11,7 mW al sistema electroenergético nacional, de acuerdo con datos de la UNE.
El director del Centro de Estudios de Tecnologías Energéticas Renovables, Conrado Moreno, se anima porque “Cuba exhibe un gran desarrollo eólico en los últimos años, y en las energías renovables en general”. En el 2005 el viento solo aportaba 0,5 mW en el país.
Después de presentar recientemente un nuevo Mapa Eólico, que indica con más precisión la ruta de los vientos en el archipiélago cubano, los expertos estiman que podrían construirse instalaciones hasta alcanzar una potencia mayor de 2.000 mW. De manera más concreta, el ministro Alfredo López mencionó en la WWEC 2013 proyecciones de asimilar en el corto plazo al menos 400 mW a cuenta del ardiente sol tropical cubano y más de 600 mW por el viento.
El programa de desarrollo propone que en el 2030 al menos el 10 por ciento de la energía eléctrica provenga de fuentes renovables. Un empeño ambicioso. Al cierre de 2012, apenas aportaban el 0,7 por ciento de la electricidad, de acuerdo con la Oficina Nacional de Estadísticas e Información (ONEI).
El programa de desarrollo propone que en el 2030 al menos el 10 por ciento de la energía eléctrica provenga de fuentes renovables. Un empeño ambicioso. Al cierre de 2012, apenas aportaban el 0,7 por ciento de la electricidad, de acuerdo con la Oficina Nacional de Estadísticas e Información (ONEI).
El grueso de la generación eléctrica es de origen térmico: alrededor de dos tercios proviene de centrales termoeléctricas y poco más de un 21 por ciento de grupos electrógenos.
Otros cálculos gubernamentales indican que la producción de energía primaria –incluye plantas de biogás, calentadores solares, molinos de viento y otros- a partir de las fuentes renovables ascendía a 3,8 por ciento el año pasado, pero podría llegar a 16,5 por ciento en el 2020. La biomasa cañera y forestal, la energía solar, la eólica y la hidráulica son las cuatro fuentes principales.
En opinión de muchos entendidos, una de las alternativas que merece más atención es la biomasa cañera, residuo de una agroindustria que todavía mantiene peso en la economía cubana. Después de la reestructuración, ese sector quedó con una potencia de 470 mW, cifra reducida por la baja presión de las calderas de los ingenios azucareros. La empresa Azcuba da pasos para elevar la eficiencia de su generación eléctrica, que incluyen inversiones en algunos ingenios en asociación con una firma británica.
Un dato evidencia lo oportuno de hacerlo: la electricidad producida por los centrales azucareros en un año cubre el consumo de corriente de medio millón de viviendas durante un mes.
El país desarrolla esas alternativas con la confianza de que el petróleo y los dólares ahorrados serán la mejor carta de crédito para invertir y el beneficio medioambiental la mejor garantía social.
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