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La Política Nacional del Agua que desarrolla Cuba es un instrumento con estrategias para el mejor aprovechamiento de los recursos hídricos en el país, coincidieron funcionarios y especialistas del Instituto Nacional de Recursos Hidráulicos (INRH).
Inés María Chapman, presidenta del INRH, explicó que esa herramienta, flexible y abierta a perfeccionamientos, deja establecidas cuatro prioridades que contienen las líneas a poner en práctica de conjunto con los Organismos de la Administración Central del Estado.
Esas directrices contemplan el uso racional y productivo de los volúmenes disponibles de agua, la explotación eficiente de la infraestructura construida, la gestión asociada a la calidad del líquido y los riesgos vinculados a eventos climáticos extremos.
De acuerdo con la funcionaria, la estrategia contiene 22 principios rectores relacionados con el uso equitativo y el derecho común a ese recurso, el pago de sus usos, así como la necesidad de lograr una cultura de ahorro en la población en general. Abel Salas, vicepresidente del INRH, se refirió a los principales programas que se acometen en el país para reducir las pérdidas de agua en los sectores residencial y estatal, una de las problemáticas que atenta contra la calidad de los servicios de abasto.
Dijo que actualmente se trabaja en la rehabilitación de conductoras y redes hidráulicas, la implantación de un sistema de metraje, la reparación o sustitución de estaciones de bombeo, y en un plan de mantenimiento de toda esa infraestructura para alargar su vida útil.
El Directivo aludió también a la ejecución de un programa destinado a la producción nacional de herrajes hidrosanitarios, con énfasis en la calidad y el estudio de precios asequibles para su comercialización. Los funcionarios coincidieron en que toda la sociedad debe verse involucrada en el ahorro y cuidado del agua.
Orlando Rey, directivo del Ministerio de Ciencia, Tecnología y Medio Ambiente, enfatizó en la necesidad de educar y lograr una cultura del agua en la población.
El especialista señaló que en aras de reducir inversiones en el saneamiento de ese recurso, se requiere un control estricto para evitar que toda nueva actividad cree otros problemas de contaminación o profundice los existentes. (AIN)
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