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lunes, 23 de septiembre de 2013

La desregulación de las empresas cubanas en la actualidad

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DR. OMAR EVERLENY PÉREZ VILLANUEVA
No es posible mirar los últimos 50 años de la actividad económica cubana sin una mirada crítica. Lo cierto es que lo que se puede intentar accionar, es el futuro, que por supuesto está lleno de desafíos, pero saber los escollos, los errores y las incomprensiones de todo ese periodo, puede ayudar a corregir la mira.
Cuba está inmersa en cambios que tienen entre sus postulados que se logren incrementos de eficiencia y productividad en la empresa estatal (el plan), donde la eficiencia depende, entre otros factores, de la produc­tividad. Los incrementos de productividad pueden generarse desde diferentes fuentes, pero lo importante es que la empresa posea una actitud proactiva en la búsqueda de las soluciones, pero no se puede ser proactiva si la misma está atada a fuertes regulaciones.
Diversos análisis académicos han reflejado que en la mayoría de los sectores estatales en los últimos 20 años entre principios de los 90 y el 2010, y en prácticamente todos los sectores bajó la productividad, con la excepción de algunos casos, especialmente en telecomunicaciones, minería y construcción, pero estos están asociados a la fuerte inyección de capitales extranjeros a partir de comienzos de los años 90.
Otro estudio realizado sobre la fuerza de trabajo calificada muestra bajos niveles de motivación, debido a los salarios insatisfactorios, los pocos incentivos morales y materiales de los mismo, a los problemas organizativos, a la sobre calificación y por supuesto a los problemas técnico – materiales.1
En un riguroso estudio del economista Pavel Vidal, sobre los salarios reales y nominales, el destaca que en los últimos 24 años el salario nominal se mantuvo creciendo, aunque el real cayó fuertemente, ya que los precios por la crisis de comienzos de los 90 se incrementaron entre ocho y diez veces.2 Por lo que el salario de un trabajador estatal cubano no es un elemento motivador de un incremento de productividad laboral.
La economista cubana Ileana Diaz en un interesante estudio plantea lo siguiente:
                        El marco regulatorio de la empresa cubana, no estimula a los colectivos a ser más eficientes y eficaces. ¿Para qué, si el plan baja y regula hasta el más mínimo detalle?
                        Un empresario cubano no puede manejar recursos propios para solucionar problemas de su empresa y tiene que esperar a que el plan asigne lo necesario, esto lleva a una cultura de la disciplina y no de la cre­atividad, de ser reactivos ante los problemas y no proactivos.
                        Se define el plan solo por las restricciones y no mediante el estímulo a la demanda.
                        Las regulaciones existentes hacen que se incrementen los costos de transacción o bien que las organizacio­nes se verticalicen (como una forma de suplir la ineficacia del cumplimiento de otros), lo que incrementa los costos.3

La empresa estatal conoce perfectamente sus reservas internas y sus debilidades, sabe que tiene plantillas infladas, es decir exceso de trabajadores, que tiene baja dotación de capital para la labor que desempeña, que existe obsolescencia tecnológica y alto consumo material. Pero también sabe que no tiene margen de maniobra para intentar aminorar esos factores negativos, ya que entre otros elementos, la empresa requiere de manejar recursos financieros, y eso le está restringido ya que solo es decisión de niveles superiores, por la elevada centralización de las decisiones económicas.
Las organizaciones productivas operan bajo un esquema rígido tanto en lo estructural como en lo económico, lo que conlleva a la preferencia por la disciplina y el cumplimiento de planes o tareas, antes que alentar espacios de autonomía y maniobra que estimulen la iniciativa creadora individual de los trabajadores, ya que ello representa, ante todo, tiempo. La estructura organizativa es jerárquica-funcional, totalmente centralizada y de aplicación vertical y se utilizan por lo general métodos autocráticos de dirección. Por lo que los directivos cubanos responden, en última instancia, a un marco regulatorio que los agobia.
El plan, parte importante de ese marco regulatorio, adopta un estilo que confunde disciplina con rigidez, es decir todo debe venir en el plan. El plan deja de ser el facilitador, el vaso comunicante de la economía, para convertirse en la traba y desestimulo al desempeño empresarial.
Los volúmenes de producción no se deciden a nivel empresarial, ya que en la generalidad de los casos, dependen de insumos importados o nacionales (que dependen de los importados). Con la restricción finan­ciera existente, la importación es una categoría definida al más alto nivel. También la empresa no tiene capacidad para micro inversiones que pudieran, en algunos casos, elevar la producción, incluso, de productos exportables.
En un estudio realizado por la comisión de implementación de los lineamientos económicos y sociales a más de 2.697 empresas estatales, que abarcaba el 44% de los trabajadores empleados, se comprobó que muchas empresas estatales tenían pérdidas, que el subsidio por pérdidas en el 2011 superaba los 1.500 millones de pesos; y que el 70% de las utilidades se agrupaban en solo el 4% de las empresas del país.
Las principales conclusiones de ese estudio fueron:
1.       El entorno regulatorio de la empresa es excesivo, administrativo y burocrático.
2.       Las empresas no tienen respaldo de políticas macroeconómicas.
3.       Limitaciones para el despliegue de sus potencialidades.

Por lo tanto la decisión adoptada por el grupo del área de perfeccionamiento empresarial era: “Dar los pasos necesarios para el cambio.”

DESREGULACIÓN DE LA EMPRESA
La realidad descrita llevo a la decisión de realizar experimentos empresariales en más de 100 empresas en el 2013, eliminándoles parte de las trabas ya descritas, aplicándose nuevos principios de funcionamiento pero de forma gradual, rescatándose conceptos como producción seleccionado o encargo estatal, colocar fondos temporalmente libres en productos financieros, se le aprobó ventas de activos fijos tangibles, podían retener la depreciación en la empresa, entre otras.
En consonancia con la necesidad de aliviar y modificar el entorno regulatorio, se emprendió una restruc­turación institucional (fusión de ministerios ramales y creación de Organizaciones Superiores de Dirección Empresarial (OSDE) y traspaso de funciones empresariales de los ministerios. El mayor volumen de empresas estatales deben quedar agrupadas entre 25 y 30 OSDE.
Otro de las trabas del pasado a superar, fue la aprobación de las directivas para la ampliación de objetos socia­les de las empresas, que la tenían constreñidas a realizar solo la producción autorizada a la empresa.
En el mes de julio del 2013, se expuso en la Asamblea Nacional de Poder Popular los elementos de flexibili­zación que tendrá la empresa cubana en el 2014.
Ejemplos de desregulación:
·                     Las empresas pueden vender inventarios ociosos o de lento movimiento a cualquier forma de propiedad.
·                     La depreciación y amortización de los Activos Fijos Tangibles e Intangibles no se aportaran al presupuesto del estado.
·                     Aportar como mínimo el 50 % de la utilidad a distribuir como rendimiento de la inversión estatal.
·                     Una vez cumplido el aporte estatal, la utilidad restante se puede utilizar para incrementar pagos de salarios, inversiones, capacitación, investigaciones, incremento del capital de trabajo, pagar créditos, etc.
·                     Se les aprueba incremento de importaciones si es para cumplir exportaciones.
·                     Se flexibilizan los objetos sociales, a partir de un encargo estatal, el resto de las producciones pueden procesarla y venderla.

Por supuesto que no son los únicos cambios necesarios para que la empresa cubana se enrumbe por un camino de sostenibilidad, crecimiento, y calidad en sus producciones, pero los mismos dan un matiz diferente para intentar superar el lastre del pasado.
Otro paso audaz, aunque lento e insuficiente es la autorización para el funcionamiento de las cooperativas llamadas urbanas, para diferenciarla de las agrícolas, que en todo el periodo transcurrido no tuvieron el éxito que se esperaba de ellas.
Se trata, de que el Estado se vaya desprendiendo de aquellos asuntos que no son trascendentales en el desar­rollo de la economía y a los que le es casi imposible mantener bajo su mira.
En un Primer grupo fueron aprobadas 124 cooperativas. De este grupo 112 surgen del sector estatal y 12 del no estatal.
                        Noventa y nueve son en mercados agropecuarios radicados en las provincias nuevas de Artemisa, Mayabeque y la Habana.
                        Dos de materias primas y reciclaje.
                        Doce relacionados con la construcción, una de ellas en reparación de equipos de refrigeración.
                        Seis dedicadas a servicios auxiliares de transporte, tales como chapistería, pintura, tapicería, servicios de grúa y auxilio en la vía, fregado de autos y ponches de neumáticos.
                        Cinco para transporte de pasajeros, de ellas 2 de taxis ruteros, 1 de transporte escolar, y 2 de semiómnibus en Artemisa y Mayabeque.

Se aprobaron 71 cooperativas en un Segundo Grupo, incluyendo:
                        Veintidós cooperativas de comercio, gastronomía y servicios.
                        Dieciséis de pequeñas industrias.
                        Doce de la construcción.
                        Dos de producción de alimentos.
                        Dos de transporte.
                        Diecisiete de ornitología.

En general se necesita que se propongan y aprueben más empresas cooperativas en el área de la producción industrial, en construcciones, etc, que permitan el incremento de producciones demandadas por la población, pero que permitan el crecimiento económico del país en su conjunto.
A tono con la desregulación que se está implementando, y dado una de las exigencias de todas las formas de producción, pero especialmente las formas privadas y cooperativas, el gobierno ha comenzado un reorde­namiento del comercio mayorista.

Así el diagnostico presentado para la necesidad del reordenamiento del comercio mayorista era lo siguiente: 
1.                   Mercado ha estado durante varios años desabastecido,
2.                   Altos niveles de inventarios ociosos en un gran número de entidades.
3.                   No existe reaprovisionamiento oportuno para garantizar un abas­tecimiento estable de los productos.
4.                   Se realizan inversiones innecesarias, sin considerar la infraestruc­tura que posee el país.
5.                   La actividad comercial, no conoce las características del mercado, tampoco atiende suficientemente al cliente y su satisfacción.
6.                   Variedad de precios para un mismo producto, en muchas ocasiones hasta de un mismo proveedor.
7.                   Falta de seguimiento y continuidad al aseguramiento de partes, piezas y accesorios (PPA) de los equipos que se importan.
8.                   A partir de los nuevos escenarios, la transformación del comercio mayorista es necesaria.

En un intento para solucionar elementos de ese diagnóstico se aprobó la resolución 242/2013 de la Ministra de Comercio Interior para la implementación de la política para el comercio mayorista que establece entre otros elementos lo siguiente:
1.                   La comercialización mayorista se realiza por personas jurídicas y naturales autorizadas.
2.                   Se establece y nominaliza un grupo de comercializadoras para compartir el mercado especializando su comercialización, incorporando el Grupo Industrial de la Siderurgia (ACINOX) del Ministerio de Industrias, como circuladora nacional especializada en metales. Se incorpora la División de Equipos y Partes (DIVEP) del Ministerio de Industrias en la circulación de mercancías con destino al aseguramiento de las industrias.
3.                   Se incorpora el Grupo Empresarial PALCO del Consejo de Ministros para atender las solicitudes del sector diplomático y todas aquellas personas jurídicas y naturales que sean autorizadas a recibir estos servicios.
4.                   Las empresas comercializadoras mayoristas deben garantizar la presencia de los productos sobre la base de una cartera de proveedores diversificada, conformada por productores y distribuidores representativos.
5.                   Las empresas comercializadoras mayoristas consideraran como primera opción las producciones naciona­les, siempre que sean competitivas en calidad, precio y oportunidad, aspecto que será regulado desde el proceso de conciliación de la demanda.
6.                   Las empresas comercializadoras mayoristas planificaran y establecen en los contratos con los sumin­istradores las coberturas de mercancía necesarias para que no se produzcan rupturas en los ciclos de reaprovisionamiento a sus clientes.
Las empresas comercializadoras mayoristas podrán comprar a precios por acuerdo a los productores nacio­nales, formas productivas de la agricultura (Cooperativas de Producción Agropecuaria, Cooperativa de Crédito y Servicios, Unidades Básicas de Producción Cooperativa y Granjas Estatales), las empresas que están en el experimento y otras que se aprueben, después de cumplido por estos el encargo estatal y los compromisos previstos en el Plan, aquellas producciones y servicios excedentes o que resulten de las inejecuciones contractuales.

1.                   Las entidades que actualmente suministran o prestan servicios a actividades económicas que pasen a gestionarse de forma cooperativa, continuarán suministrándolo o prestándolos, de acuerdo con la política comercial, a precios sin subsidios. Es el caso de las cooperativas de servicios de transporte. Que para adquirir los insumos necesarios como el combustible, neumáti­cos, partes, piezas y otros, se trabaja en lo que se llama un mercado mayorista monetario, buscándose una formulación de un multiplicador 1 CUC X 10 CUP, en vez de lo aplicado para la población de 1 CUC X 25 CUP, con el objetivo de no incrementar el precio a la población de 5.00 pesos en los ómnibus ruteros, en este caso tal como se ha explicado.
2.                   Las empresas comercializadoras podrán vender a las formas productivas agropecuarias y a las cooperativas no agropecuarias insumos y otros productos que se aprueben, atendiendo a la nomenclatura autorizada. La venta se efectúa a precios minoristas sin subsidios, menos descuento comercial, en las tiendas habilitadas de los canales de distribución correspondientes.

Los trabajadores por cuenta propia hoy se reaprovisionan en el mercado minorista en CUC y en CUP, por lo tanto lo urgente es que en este proceso del ordenamiento del comercio mayorista que comienza a evaluarse a partir del 2014, se tenga en cuenta a los mismos.
Sería más que beneficioso que se apruebe la presencia de entidades comerciales extranjeras en los mercados mayoristas, la consignación, las franquicias y otras formas de comercialización, pudieran contribuir al desa­bastecimiento aun existente en el mercado nacional.
En el plan 2014 en el cual se cifran muchas esperanzas, se debe resaltar que el plan de la economía identifica claramente el encargo estatal que le corresponde a las empresas, para lo cual se dice que se aseguraran los recursos financieros y materiales imprescindibles. Se suprime el enmarcamiento para las entidades estatales de las capacidades de compras en las empresas mayoristas para el 2014, lo que representa un importante tránsito de gestión a adminis­tración financiera.
Raul Castro, en el año 2012 en la clausura de la primera conferencia nacional del Partido del día 29 de enero expresó:
“Lo único que puede conducir a la derrota de la Revolución y el Socialismo en Cuba seria nuestra incapa­cidad para erradicar los errores cometidos en los más de 50 años transcurridos desde el 1ro de enero de 1959 y los nuevos que pudiéramos incurrir en el futuro.”
7.       Siguiendo este pensamiento, entonces queda evidenciado de los retos que supone transformar en un mediano plazo las deformaciones estructurales existentes en la economía cubana. Si se quiere que Cuba sea un país de oportunidades y de bienestar, es decir que se logre un incremento sostenido del nivel de vida de todos los cubanos, entonces el tiempo para la toma de decisiones no puede ser muy largo, y las medidas a tomar tienen que ser más pragmáticas que las tomadas bajo el actual gobierno. Aunque no se puede dejar de tener en cuenta el acoso a que está sometida el país en sus transacciones externas por parte del gobierno de Estados Unidos.

OMAR EVERLENY PEREZ VILLANUEVA
Ex-director del Centro de Estudios de la Economía Cubana de la Universidad de la Habana. Doctor en Ciencias Económicas en la Universidad de la Habana desde 1998. Master en Economía y Política Internacional realizado en el CIDE, AC México, Distrito Federal, desde 1990. Licenciado en Economía en la Universidad de la Habana en 1984. Profesor Titular de la Universidad de la Habana.
Ha impartido conferencias en distintos centros cubanos y en el extranjero destacándose las ofrecidas en Estados Unidos, Japón, Francia, Canadá, España, Brasil, Puerto Rico, México, República Dominicana, Venezuela, China, Malasia, Argentina, Perú, Jamaica, Barbados, Trinidad y Tobago y Noruega. Ha sido profe­sor invitado en Universidades de USA, Japón y Francia. Ha realizado más de 70 trabajos de Investigación en distintas áreas de la economía cubana y en la economía internacional.
Ha publicado más de 75 artículos en revistas y ha sido coautor de varios libros, tanto en Cuba como en el extranjero, destacándose el libro “Cuban Economy at the Start of the Twenty-First Century” cuyos autores son Jorge Domínguez, Omar Everleny Pérez y Lorena Barberia. Harvard University. ISBN 0-674-01798-6. Año 2004 y la Segunda Edición Ampliada del libro “Reflexiones sobre la economía cubana”. Omar Everleny Pérez Villanueva. Editorial Ciencias Sociales, La Habana, ISBN 959-06-0839-6, Año 2006. Es coautor del libro “Miradas a la economía cubana I y II” 2009 ISBN 978-959-303-004-5. Su último libro es “Cincuenta años de la economía cubana”. Año 2010. Editorial Ciencias Sociales. La Habana. ISBN 978-959-06-1239-8.

 Notas

    1 Cribeiro, Y: “Contribución de la fuerza de trabajo calificada al crecimiento económico en Cuba. Principales determinantes”, tesis      doctoral, noviembre de 2011, anexo 3,7.
2 Vidal, P.: “La política monetaria cubana frente a los mecanismos de trasmisión de la crisis”, Seminario del CEEC, La Habana, junio de 2010.

       3 Diaz, Ileana. La eficiencia en la empresa estatal cubana. IPS. Jueves 11 de abril del 2013.  

2 comentarios:

  1. Interesante y útil el artículo del Dr. Omar Everleny. Me suscita una duda que desearía fuera aclarada, y es casi al final cuando sugiere la presencia de entidades comerciales extranjeras en los mercados mayoristas...¿está bien redactado ese párrafo? ¿Qué quiso decir? ¿Que esta presencia aumentaría el nivel de desabastecimiento o es que en la redacción del párrafo se omitió alguna palabra? Gracias.

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  2. Hola Marta Olga busque la fuente que me envio por correo y es asi, le propongo o le doy el correo de everleny o le escribo yo?, Muy interesante su observacion.

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