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Dr. José Luis Rodríguez
Asesor del CIEM
Recientemente la Oficina Nacional de
Estadísticas e Información (ONEI) emitió la versión digital del Panorama
Económico y Social 2012,[1]
documento que se publica regularmente como un anticipo del Anuario Estadístico
de Cuba (AEC).
En la
información publicada destaca en primer lugar, el ajuste de las cifras de
crecimiento del año pasado que fueron previamente informadas en la Sesión de la
Asamblea Nacional del Poder Popular en diciembre del 2012.
Una vez
valorados los daños causados por el huracán Sandy a finales del año y que
–según estimados- tuvieron un costo de 6,900 millones de pesos,[2]
la cifra de crecimiento del PIB del 2012 alcanzó un 3% frente a 3,1% anunciado previamente y por debajo del
3,4% planificado.[3]
Sectorialmente hubo otras cifras ajustadas. El desempeño fue negativo en el sector
agropecuario, que decreció un -1,2% en el año frente a un crecimiento del 2%
informado previamente; se registró una importante desaceleración en la
industria manufacturera cuyo crecimiento pasó de 4,4 a 2,3%; y en el sector de transporte y comunicaciones
se bajó de 5 a 2,8%. Por otro lado, se destacan favorablemente las
construcciones que crecen un 18% en comparación con el 12,4% informado y el
comercio interior que fue de 5,9 a 6,4% en su incremento anual.
En general
desde el año 2009 la economía cubana ha venido ascendiendo muy modestamente en
sus niveles de crecimiento, que resultaron de 1,4% en 2009; 2,4% en 2010 y 2,8%
en 2011, para un promedio de 2,4% anual hasta
el 2012, cifras que puntualmente han quedado ligeramente por debajo de lo
previsto excepto en el año 2010. Por
otro lado, estos resultados comparan favorablemente con América Latina y el
Caribe en el 2009 y el 2012, pero se sitúan por debajo de la región en 2010 y
2011.
En todo
caso, una evaluación equilibrada del desempeño económico del país no puede
lograrse sin tomar en cuenta el proceso de transformaciones que ha tenido lugar
a partir de la aprobación de una nueva política económica y social acordada en
abril del 2011 y que supone profundos cambios en la economía cubana y su
sistema de gestión, todo lo cual tiene también efectos sobre los ritmos de
crecimiento del país.
En este
sentido el desempeño actual de la economía cubana se inscribe en una estrategia
económica socialista que se centra en la creación de condiciones para un
desarrollo sostenible a mediano plazo.
Para lograr
este objetivo, pasa a un primer plano un proceso de reequilibrio de la balanza
de pagos del país, elemento que se destaca a corto plazo como de alta prioridad
en los propios Lineamientos de la Política Económica y Social aprobados.[4]
Esta
política supone una puesta al día de los compromisos para el pago de la deuda
externa como requisito indispensable con el objetivo de lograr la
sostenibilidad de la reproducción de la economía, tomando en cuenta la
necesidad de un mayor flujo de recursos financieros externos para el
desarrollo, incluyendo una mayor presencia de la inversión extranjera directa.
En la
consecución de estos objetivos prioritarios, se ha logrado incrementar los
ingresos en divisas mediante un aumento de más de un 100% en el valor de las
exportaciones de bienes, en tanto que las importaciones aumentaron un 54% entre
2009 y 2012, lo que ha propiciado disminuir el saldo de cuenta corriente en
relación al PIB de -4,2% en el 2008 a un estimado de -0,6% en el 2012.[5]
Por otra
parte, se han alcanzado significativos avances en el reordenamiento de los
compromisos financieros externos. En efecto, ya en el 2010 se informó que se
habían logrado renegociar dos mil millones en el pago de la deuda externa;[6]
de igual modo, en febrero de 2013 se alcanzó
un acuerdo para la condonación de la deuda con la antigua URSS por parte de
Rusia.[7]
Todo lo
anterior ha permitido el cumplimiento estricto de las obligaciones financieras
externas, lo cual debe redundar en una mayor credibilidad en el plano
internacional.
En relación
a este tema es importante destacar que el pago priorizado de las obligaciones
contraídas ha sido respaldado esencialmente por la reducción de los gastos del
país. De este modo, en proporción al PIB las erogaciones del presupuesto
estatal bajaron del 78,1% en 2008 a 67,4% en 2011; el saldo fiscal pasó de -6,9
a -3,8%; la liquidez en manos de la población se redujo de un 41,5 a un 38,6% y
se lleva a cabo un proceso de reordenamiento de los servicios sociales básicos
para disminuir sus costos sin afectar las prestaciones indispensables.
Parejamente
con la reducción de las tensiones financieras externas, se requiere un
incremento de la eficiencia económica mediante un mayor crecimiento de la
productividad del trabajo, proceso que se enfoca a partir de una reducción
gradual del subempleo en el sector estatal, incrementando la actividad de los
sectores cooperativo, privado y mixto,[8]
al tiempo que se reorienta la inversión para favorecer la esfera productiva. En
este sentido se obtuvo un crecimiento del 8,1% en la productividad del trabajo
entre el 2009 y el 2012, pero el ritmo alcanzado resulta aún insuficiente,
aunque este se equilibra ya con el incremento del salario medio.
Al respecto
vale destacar que como consecuencia de la escasa disponibilidad de recursos financieros, son todavía reducidos
los fondos destinados a la inversión,[9]
a lo que se añaden bajos niveles de eficiencia en su ejecución, todo lo cual
constituye un freno para alcanzar niveles de productividad superiores en medio
de un proceso de depresión del salario real que en comparación con 1989, aún no se ha recuperado.[10]
Los
resultados que se alcanzan en el 2012 puede así decirse que están en línea con
lo que pudiera esperarse de un proceso de cambios que modificará
sustancialmente el sistema de gestión económica del país creando condiciones
para un desarrollo sostenible, al tiempo que deberá enfrentarse una compleja
coyuntura económica internacional y las consecuencias del bloqueo económico de
Estados Unidos.
Durante el
presente año y el 2014, deberá lograrse un vuelco en la calidad de la gestión
económica estatal, con un mayor nivel de descentralización de la misma, un
crecimiento de la eficiencia económica y un gradual incremento del ingreso de
los trabajadores, lo que unido a un
incremento en el nivel de las inversiones permitirá aumentar el ritmo de
crecimiento de la economía, en medio de una situación financiera externa más
favorable.
El desafío
se reconoce como de enorme magnitud, pero existen condiciones para enfrentarlo
favorablemente.
Julio de 2013.
[1] Ver “Panorama Económico y Social. Cuba 2012” en www.onei.cu
[2] Información del ministro de Economía y Planificación, periódico Granma,
julio 6 de 2013, p. 3
[3] Ver de Yaima Puig y Leticia Martínez “Economía cubana creció un 3% en
2012” Cubadebate, junio 6 de 2013 en www.cubadebate.cu
[4] “A partir de las actuales condiciones y del escenario internacional
previsible , la política económica se dirige a enfrentar los problemas de la
economía transitando por dos tipos de soluciones, que requieren congruencia
entre sí: Soluciones a corto plazo, encaminadas a eliminar el déficit de la
balanza de pagos que potencien la generación de ingresos externos y la
sustitución de importaciones y a su vez, den respuesta a los problemas de mayor
impacto inmediato en la eficiencia económica, la motivación por el trabajo y la
distribución del ingreso, y creen las necesarias condiciones infraestructurales
y productivas que permitan el tránsito a una etapa superior del desarrollo.” VI
Congreso del Partido Comunista de Cuba “Lineamientos de la Política Económica y
Social del Partido y la Revolución” La Habana, abril 18 de 2011, p. 10.
[5] Estimado de Cuba Country Forecast, Economist
Intelligence Unit, March, 2013.
[6] Información de Marino Murillo a la Asamblea Nacional del Poder Popular,
periódico Granma, 20 de diciembre de 2010, p. 10.
[7] Ver periódico Granma, febrero 21 de 2013, p. 2. Según fuentes rusas,
esta deuda llegaba a 35 mil millones de dólares (“Russia to write off 35
billion of Cuba’s debt” Pravda (English version) February 22, 2013 www.english.pravda.ru )
[8] En medio de este complicado proceso la tasa de desempleo cerró el
pasado año en 3,8%.
[9] En el 2012 las inversiones totalizaron unos 4600 millones de pesos
creciendo solo un 6% en relación al año precedente.
[10] Este es un factor negativo de peso en el estímulo a la producción. Si
bien la tendencia a la recuperación del salario real comenzó en 1994, los
incrementos en el salario nominal no han logrado compensar los incrementos de
precios que se generaron básicamente entre 1990 y 1993 en medio de la crisis
del período especial.