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Notas
DR. OMAR EVERLENY PÉREZ VILLANUEVA
No es posible mirar los
últimos 50 años de la actividad económica cubana sin una mirada crítica. Lo
cierto es que lo que se puede intentar accionar, es el futuro, que por supuesto
está lleno de desafíos, pero saber los escollos, los errores y las
incomprensiones de todo ese periodo, puede ayudar a corregir la mira.
Cuba está inmersa en cambios
que tienen entre sus postulados que se logren incrementos de eficiencia y
productividad en la empresa estatal (el plan), donde la eficiencia depende,
entre otros factores, de la productividad. Los incrementos de productividad
pueden generarse desde diferentes fuentes, pero lo importante es que la empresa
posea una actitud proactiva en la búsqueda de las soluciones, pero no se puede
ser proactiva si la misma está atada a fuertes regulaciones.
Diversos análisis académicos
han reflejado que en la mayoría de los sectores estatales en los últimos 20
años entre principios de los 90 y el 2010, y en prácticamente todos los
sectores bajó la productividad, con la excepción de algunos casos,
especialmente en telecomunicaciones, minería y construcción, pero estos están
asociados a la fuerte inyección de capitales extranjeros a partir de comienzos
de los años 90.
Otro estudio realizado sobre
la fuerza de trabajo calificada muestra bajos niveles de motivación, debido a
los salarios insatisfactorios, los pocos incentivos morales y materiales de los
mismo, a los problemas organizativos, a la sobre calificación y por supuesto a
los problemas técnico – materiales.1
En un riguroso estudio del
economista Pavel Vidal, sobre los salarios reales y nominales, el destaca que
en los últimos 24 años el salario nominal se mantuvo creciendo, aunque el real
cayó fuertemente, ya que los precios por la crisis de comienzos
de los 90 se incrementaron entre ocho y diez veces.2 Por lo que el salario de un trabajador estatal cubano
no es un elemento motivador de un incremento de productividad laboral.
La economista cubana Ileana Diaz
en un interesante estudio plantea lo siguiente:
El marco
regulatorio de la empresa cubana, no estimula a los colectivos a ser más
eficientes y eficaces. ¿Para qué, si el plan baja y regula hasta el más mínimo
detalle?
Un empresario
cubano no puede manejar recursos propios para solucionar problemas de su
empresa y tiene que esperar a que el plan asigne lo necesario, esto lleva a una
cultura de la disciplina y no de la creatividad, de ser reactivos ante los
problemas y no proactivos.
Se define el plan
solo por las restricciones y no mediante el estímulo a la demanda.
Las regulaciones
existentes hacen que se incrementen los costos de transacción o bien que las
organizaciones se verticalicen (como una forma de suplir la ineficacia del
cumplimiento de otros), lo que incrementa los costos.3
La empresa estatal conoce
perfectamente sus reservas internas y sus debilidades, sabe que tiene
plantillas infladas, es decir exceso de trabajadores, que tiene baja dotación
de capital para la labor que desempeña, que existe obsolescencia tecnológica y
alto consumo material. Pero también sabe que no tiene margen de maniobra para
intentar aminorar esos factores negativos, ya que entre otros elementos, la
empresa requiere de manejar recursos financieros, y eso le está restringido ya
que solo es decisión de niveles superiores, por la elevada centralización de
las decisiones económicas.
Las organizaciones
productivas operan bajo un esquema rígido tanto en lo estructural como en lo
económico, lo que conlleva a la preferencia por la disciplina y el cumplimiento
de planes o tareas, antes que alentar espacios de autonomía y maniobra que
estimulen la iniciativa creadora individual de los trabajadores, ya que ello
representa, ante todo, tiempo. La estructura organizativa es jerárquica-funcional,
totalmente centralizada y de aplicación vertical y se utilizan por lo general
métodos autocráticos de dirección. Por lo que los directivos
cubanos responden, en última instancia, a un marco regulatorio que los agobia.
El plan, parte importante de
ese marco regulatorio, adopta un estilo que confunde disciplina con rigidez, es
decir todo debe venir en el plan. El plan deja de ser el facilitador, el vaso
comunicante de la economía, para convertirse en la traba y desestimulo al
desempeño empresarial.
Los volúmenes de producción
no se deciden a nivel empresarial, ya que en la generalidad de los casos,
dependen de insumos importados o nacionales (que dependen de los importados).
Con la restricción financiera existente, la importación es una categoría
definida al más alto nivel. También la empresa no tiene capacidad para micro
inversiones que pudieran, en algunos casos, elevar la producción, incluso, de
productos exportables.
En un estudio realizado por
la comisión de implementación de los lineamientos económicos y sociales a más
de 2.697 empresas estatales, que abarcaba el 44% de los trabajadores empleados,
se comprobó que muchas empresas estatales tenían pérdidas, que el subsidio por
pérdidas en el 2011 superaba los 1.500 millones de pesos; y que el 70% de las
utilidades se agrupaban en solo el 4% de las empresas del país.
Las principales conclusiones
de ese estudio fueron:
1.
El entorno regulatorio de la
empresa es excesivo, administrativo y burocrático.
2.
Las empresas no tienen
respaldo de políticas macroeconómicas.
3.
Limitaciones para el
despliegue de sus potencialidades.
Por lo tanto la decisión
adoptada por el grupo del área de perfeccionamiento empresarial era: “Dar los
pasos necesarios para el cambio.”
DESREGULACIÓN DE LA EMPRESA
La realidad descrita llevo a
la decisión de realizar experimentos empresariales en más de 100 empresas en el
2013, eliminándoles parte de las trabas ya descritas, aplicándose nuevos
principios de funcionamiento pero de forma gradual, rescatándose conceptos como
producción seleccionado o encargo estatal, colocar fondos temporalmente libres
en productos financieros, se le aprobó ventas de activos fijos tangibles,
podían retener la depreciación en la empresa, entre otras.
En consonancia con la
necesidad de aliviar y modificar el entorno regulatorio, se emprendió una
restructuración institucional (fusión de ministerios ramales y creación de
Organizaciones Superiores de Dirección Empresarial (OSDE) y traspaso de
funciones empresariales de los ministerios. El mayor volumen de empresas
estatales deben quedar agrupadas entre 25 y 30 OSDE.
Otro de las trabas del
pasado a superar, fue la aprobación de las directivas para la ampliación de
objetos sociales de las empresas, que la tenían constreñidas a realizar solo
la producción autorizada a la empresa.
En el mes de julio del 2013,
se expuso en la Asamblea Nacional de Poder Popular los elementos de flexibilización
que tendrá la empresa cubana en el 2014.
Ejemplos de desregulación:
·
Las empresas pueden vender
inventarios ociosos o de lento movimiento a cualquier forma de propiedad.
·
La depreciación y
amortización de los Activos Fijos Tangibles e Intangibles no se aportaran al
presupuesto del estado.
·
Aportar como mínimo el 50 %
de la utilidad a distribuir como rendimiento de la inversión estatal.
·
Una vez cumplido el aporte
estatal, la utilidad restante se puede utilizar para incrementar pagos de
salarios, inversiones, capacitación, investigaciones, incremento del capital de
trabajo, pagar créditos, etc.
·
Se les aprueba incremento de
importaciones si es para cumplir exportaciones.
·
Se flexibilizan los objetos
sociales, a partir de un encargo estatal, el resto de las producciones pueden
procesarla y venderla.
Por supuesto que no son los
únicos cambios necesarios para que la empresa cubana se enrumbe por un camino
de sostenibilidad, crecimiento, y calidad en sus producciones, pero los mismos
dan un matiz diferente para intentar superar el lastre del pasado.
Otro paso audaz, aunque
lento e insuficiente es la autorización para el funcionamiento de las
cooperativas llamadas urbanas, para diferenciarla de las agrícolas, que en todo
el periodo transcurrido no tuvieron el éxito que se esperaba de ellas.
Se trata, de que el Estado
se vaya desprendiendo de aquellos asuntos que no son trascendentales en el
desarrollo de la economía y a los que le es casi imposible mantener bajo su
mira.
En un Primer grupo fueron
aprobadas 124 cooperativas. De este grupo 112 surgen del sector estatal y 12
del no estatal.
Noventa y nueve son en
mercados agropecuarios radicados en las provincias nuevas de Artemisa,
Mayabeque y la Habana.
Dos de materias primas y
reciclaje.
Doce relacionados con la
construcción, una de ellas en reparación de equipos de refrigeración.
Seis dedicadas a servicios
auxiliares de transporte, tales como chapistería, pintura, tapicería, servicios
de grúa y auxilio en la vía, fregado de autos y ponches de neumáticos.
Cinco para transporte de
pasajeros, de ellas 2 de taxis ruteros, 1 de transporte escolar, y 2 de
semiómnibus en Artemisa y Mayabeque.
Se aprobaron 71 cooperativas
en un Segundo Grupo, incluyendo:
Veintidós cooperativas de
comercio, gastronomía y servicios.
Dieciséis de pequeñas
industrias.
Doce de la construcción.
Dos de producción de
alimentos.
Dos de transporte.
Diecisiete de ornitología.
En general se necesita que
se propongan y aprueben más empresas cooperativas en el área de la producción
industrial, en construcciones, etc, que permitan el incremento de producciones
demandadas por la población, pero que permitan el crecimiento económico del
país en su conjunto.
A tono con la desregulación que se está implementando, y dado una
de las exigencias de todas las formas de producción, pero especialmente las
formas privadas y cooperativas, el gobierno ha comenzado un reordenamiento del
comercio mayorista.
Así el diagnostico
presentado para la necesidad del reordenamiento del comercio mayorista era lo
siguiente:
1.
Mercado ha estado durante
varios años desabastecido,
2.
Altos niveles de inventarios
ociosos en un gran número de entidades.
3.
No existe
reaprovisionamiento oportuno para garantizar un abastecimiento estable de los
productos.
4.
Se realizan inversiones
innecesarias, sin considerar la infraestructura que posee el país.
5.
La actividad comercial, no
conoce las características del mercado, tampoco atiende suficientemente al
cliente y su satisfacción.
6.
Variedad de precios para un
mismo producto, en muchas ocasiones hasta de un mismo proveedor.
7.
Falta de seguimiento y
continuidad al aseguramiento de partes, piezas y accesorios (PPA) de los
equipos que se importan.
8.
A partir de los nuevos
escenarios, la transformación del comercio mayorista es necesaria.
En un intento para
solucionar elementos de ese diagnóstico se aprobó la resolución 242/2013 de la
Ministra de Comercio Interior para la implementación de la política para el
comercio mayorista que establece entre otros elementos lo siguiente:
1.
La comercialización
mayorista se realiza por personas jurídicas y naturales autorizadas.
2.
Se establece y nominaliza un
grupo de comercializadoras para compartir el mercado especializando su
comercialización, incorporando el Grupo Industrial de la Siderurgia (ACINOX)
del Ministerio de Industrias, como circuladora nacional especializada en
metales. Se incorpora la División de Equipos y Partes (DIVEP) del Ministerio de
Industrias en la circulación de mercancías con destino al aseguramiento de las
industrias.
3.
Se incorpora el Grupo
Empresarial PALCO del Consejo de Ministros para atender las solicitudes del
sector diplomático y todas aquellas personas jurídicas y naturales que sean
autorizadas a recibir estos servicios.
4.
Las empresas
comercializadoras mayoristas deben garantizar la presencia de los productos
sobre la base de una cartera de proveedores diversificada, conformada por
productores y distribuidores representativos.
5.
Las empresas
comercializadoras mayoristas consideraran como primera opción las producciones
nacionales, siempre que sean competitivas en calidad, precio y oportunidad,
aspecto que será regulado desde el proceso de conciliación de la demanda.
6.
Las empresas
comercializadoras mayoristas planificaran y establecen en los contratos con los
suministradores las coberturas de mercancía necesarias para que no se
produzcan rupturas en los ciclos de reaprovisionamiento a sus clientes.
Las empresas comercializadoras
mayoristas podrán comprar a precios por acuerdo a los productores nacionales,
formas productivas de la agricultura (Cooperativas de Producción Agropecuaria,
Cooperativa de Crédito y Servicios, Unidades Básicas de Producción Cooperativa
y Granjas Estatales), las empresas que están en el experimento y otras que se
aprueben, después de cumplido por estos el encargo estatal y los compromisos
previstos en el Plan, aquellas producciones y servicios excedentes o que
resulten de las inejecuciones contractuales.
1.
Las entidades que
actualmente suministran o prestan servicios a actividades económicas que pasen
a gestionarse de forma cooperativa, continuarán suministrándolo o prestándolos,
de acuerdo con la política comercial, a precios sin subsidios. Es el caso de
las cooperativas de servicios de transporte. Que para adquirir los insumos
necesarios como el combustible, neumáticos, partes, piezas y otros, se trabaja
en lo que se llama un mercado mayorista monetario, buscándose una formulación
de un multiplicador 1 CUC X 10 CUP, en vez de lo aplicado para la población de
1 CUC X 25 CUP, con el objetivo de no incrementar el precio a la población de
5.00 pesos en los ómnibus ruteros, en este caso tal como se ha explicado.
2.
Las empresas
comercializadoras podrán vender a las formas productivas agropecuarias y a las
cooperativas no agropecuarias insumos y otros productos que se aprueben,
atendiendo a la nomenclatura autorizada. La venta se efectúa a precios
minoristas sin subsidios, menos descuento comercial, en las tiendas habilitadas
de los canales de distribución correspondientes.
Los trabajadores por cuenta
propia hoy se reaprovisionan en el mercado minorista en CUC y en CUP, por lo
tanto lo urgente es que en este proceso del ordenamiento del comercio mayorista
que comienza a evaluarse a partir del 2014, se tenga en cuenta a los mismos.
Sería más que beneficioso
que se apruebe la presencia de entidades comerciales extranjeras en los
mercados mayoristas, la consignación, las franquicias y otras formas de
comercialización, pudieran contribuir al desabastecimiento aun existente en el
mercado nacional.
En el plan 2014 en el cual
se cifran muchas esperanzas, se debe resaltar que el plan de la economía
identifica claramente el encargo estatal que le corresponde a las empresas,
para lo cual se dice que se aseguraran los recursos financieros y materiales
imprescindibles. Se suprime el enmarcamiento para las entidades estatales de
las capacidades de compras en las empresas mayoristas para el 2014, lo que
representa un importante tránsito de gestión a administración financiera.
Raul Castro, en el año 2012
en la clausura de la primera conferencia nacional del Partido del día 29 de
enero expresó:
“Lo único que puede conducir
a la derrota de la Revolución y el Socialismo en Cuba seria nuestra incapacidad
para erradicar los errores cometidos en los más de 50 años transcurridos desde
el 1ro de enero de 1959 y los nuevos que pudiéramos incurrir en el futuro.”
7.
Siguiendo este pensamiento,
entonces queda evidenciado de los retos que supone transformar en un mediano
plazo las deformaciones estructurales existentes en la economía cubana. Si se
quiere que Cuba sea un país de oportunidades y de bienestar, es decir que se
logre un incremento sostenido del nivel de vida de todos los cubanos, entonces
el tiempo para la toma de decisiones no puede ser muy largo, y las medidas a
tomar tienen que ser más pragmáticas que las tomadas bajo el actual gobierno.
Aunque no se puede dejar de tener en cuenta el acoso a que está sometida el
país en sus transacciones externas por parte del gobierno de Estados Unidos.
OMAR EVERLENY PEREZ
VILLANUEVA
Ex-director del Centro de
Estudios de la Economía Cubana de la Universidad de la Habana. Doctor en
Ciencias Económicas en la Universidad de la Habana desde 1998. Master en
Economía y Política Internacional realizado en el CIDE, AC México, Distrito
Federal, desde 1990. Licenciado en Economía en la Universidad de la Habana en
1984. Profesor Titular de la Universidad de la Habana.
Ha impartido conferencias en
distintos centros cubanos y en el extranjero destacándose las ofrecidas en
Estados Unidos, Japón, Francia, Canadá, España, Brasil, Puerto Rico, México,
República Dominicana, Venezuela, China, Malasia, Argentina, Perú, Jamaica,
Barbados, Trinidad y Tobago y Noruega. Ha sido profesor invitado en
Universidades de USA, Japón y Francia. Ha realizado más de 70 trabajos de
Investigación en distintas áreas de la economía cubana y en la economía
internacional.
Ha publicado más de 75
artículos en revistas y ha sido coautor de varios libros, tanto en Cuba como en
el extranjero, destacándose el libro “Cuban Economy at the Start of the
Twenty-First Century” cuyos autores son Jorge Domínguez, Omar Everleny Pérez y
Lorena Barberia. Harvard University. ISBN 0-674-01798-6. Año 2004 y la Segunda
Edición Ampliada del libro “Reflexiones sobre la economía cubana”. Omar
Everleny Pérez Villanueva. Editorial Ciencias Sociales, La Habana, ISBN
959-06-0839-6, Año 2006. Es coautor del libro “Miradas a la economía cubana I y
II” 2009 ISBN 978-959-303-004-5. Su último libro es “Cincuenta años de la
economía cubana”. Año 2010. Editorial Ciencias Sociales. La Habana. ISBN
978-959-06-1239-8.
1 Cribeiro, Y: “Contribución
de la fuerza de trabajo calificada al crecimiento económico en Cuba.
Principales determinantes”, tesis doctoral, noviembre de 2011, anexo 3,7.
2 Vidal, P.: “La política monetaria cubana
frente a los mecanismos de trasmisión de la crisis”, Seminario del CEEC, La
Habana, junio de 2010.
3 Diaz, Ileana. La eficiencia en la
empresa estatal cubana. IPS. Jueves 11 de abril del 2013.