Esta especie invasiva podría trasmitir enfermedades muy peligrosas para el ser humano, así como afectar la fauna y flora autóctonas, advierten especialistas.
La Habana, 24 ago.- Ante la presencia del caracol gigante africano en la comunidad habanera de Arroyo Naranjo, especialistas del estatal Instituto de Medicina Tropical “Pedro Kourí” (IPK) llaman a la población a participar en el control de una de las 100 especies dañinas más invasivas del mundo.
Según declaraciones a la prensa local de Antonio Alejandro Vázquez, jefe del Laboratorio de Malacología de dicho instituto, es posible regular la diseminación del molusco, cuya tasa de reproducción es muy alta.
“Para ello está diseñado un plan de control de vectores en todo el país, pero hay que actuar rápido”, indicó el especialista.
Apuntó además que, de acuerdo a estudios realizados en el IPK, este caracol (Lisachatina fulica Bowdich) fue introducido en el territorio nacional hace “año y medio o dos años” y ahora se encuentra localizado en el sur de La Habana.
“Por lo que hemos visto en el terreno, pensamos que está bastante localizado, aunque no dudo que se expanda” pues “en Cuba encuentra un clima muy propicio para su reproducción”, advirtió Vázquez, este mes.
Asimismo destacó que el molusco polífago, que puede alcanzar los 20 centímetros de longitud, pudiera traer consecuencias nocivas a la fauna y flora autóctonas. También sirve de “hospedero intermediario de enfermedades muy peligrosas para el ser humano”, alertó.
En un artículo replicado por medios digitales cubanos, en el cual el IPK informó sobre presencia en Cuba del caracol gigante africano, Vázquez y su colega investigador Jorge Sánchez, explicaron que este animal es considerado “el principal vector en el mundo de Angiostrongylus cantonensis, nematodo causante de Meningoencefalitis Eosinofílica en humanos”.
Esta enfermedad consiste en la inflamación de las meninges y el cerebro y resulta altamente mortal.
A juicio de los expertos, “este parásito, que existe en Cuba hace varias décadas y que es transmitido por la mayoría de las especies de moluscos autóctonos cubanos, pudiera incrementar su frecuencia de transmisión en humanos debido a una mayor compatibilidad con la nueva especie introducida”.
El texto precisó que “el humano se infecta de forma accidental al ponerse en contacto con larvas de tercer estadio provenientes de los moluscos”.
Subrayaron además que este caracol es considerado “un problema de salud en muchos países de América del Sur por la transmisión de este parásito, pero fundamentalmente asociado a su consumo crudo o mal cocido, o el contacto con su baba (que contiene las larvas)”.
Según Vázquez y Sánchez, el análisis preliminar de las muestras del caracol gigante colectadas durante julio pasado en los alrededores del reparto Poey, de la localidad habanera de Arroyo Naranjo, han revelado una alta infección con A. cantonensis.
Recomendaron a la población evitar tocar o jugar con ella, o lavarse las manos con jabón después del contacto. De igual forma sugirieron lavar bien las frutas antes de comerlas “puesto que esta especie es generalista de hábitat y puede caminar por cualquier parte, incluso dentro de las viviendas”.
Nativo del continente africano, el caracol gigante se ha introducido en casi todo el planeta para usarlo con fines religiosos y terapéuticos o como mascota. El comercio de plantas también ha favorecido su propagación internacional.
El molusco puede poner entre 50 y 300 huevos seis veces en el año y tienen una esperanza de vida de hasta nueve años.
De acuerdo con los especialistas cubanos, tales características ecológicas “la convierten en una especie altamente competitiva capaz de auto soportar sus poblaciones y desplazar a especies nativas producto de la competencia por explotación e interferencia sobre los recursos (alimento, espacio)”.
Refieren los expertos que el Laboratorio de Malacología del IPK “ya está realizando todas las investigaciones necesarias (distribución, ecología, parámetros demográficos y parasitología) sobre esta especie en condiciones cubanas para determinar su plan de manejo”.
Por su parte, el Centro Nacional de Sanidad Vegetal activó la vigilancia en el territorio nacional mediante la alerta al gobierno.
Esta entidad, con el apoyo de los ministerios de la Agricultura, de Salud Pública, de Ciencia, Tecnología y Medio Ambiente, y la Defensa Civil, reporta avistamientos del caracol gigante alimentándose de especies hortícolas, ornamentales y de la vegetación natural, excrementos de animales domésticos, hojarascas y restos orgánicos domiciliarios, entre otros. (2014)