Juan Carlos Gossaín informó que llegarán el 12 de diciembre al Claustro La Merced, de esa ciudad.
Foto: Reuters
Por: CULTURA Y ENTRETENIMIENTO | 11:20 a.m. | 11 de agosto de 2015
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El nobel colombiano falleció el 17 de abril del año pasado a sus 87 años.
Las cenizas del nobel de literatura colombiano Gabriel García Márquez reposarán desde el 12 de diciembre en el Claustro La Merced de la Universidad de Cartagena, anunció la Gobernación de Bolívar.
"Es un honor que la familia García Barcha haya confiado en la sugerencia del #BolívarGanador, teniendo esa deferencia con la ciudad que inspiró gran parte de su obra", informa Juan Carlos Gossaín, gobernador de ese departamento, en el perfil oficial de Facebook de esa entidad.
Desde el día del fallecimiento del autor de 'Cien años de soledad', el 17 de abril de 2014, la familia prefirió guardar silencio del destino que tendrían las cenizas del autor, quien murió en su residencia de la capital mexicana.
Cartagena fue siempre una de las ciudades del mundo que García Márquez llevaba en su corazón, en donde tenía una residencia de descanso y en la que solía verse con sus amigos más cercanos, pues era visitado también por grandes personalidades como el expresidente estadounidense Bill Clinton, pero además fue el lugar en donde fijó la sede de la Fundación para el Nuevo Periodismo Iberoamericano.
Para su biógrafo, Conrado Zuluaga, esta ciudad era donde tenía su casa, sus amigos y el que las cenizas de Gabo (Aracataca, 1927- México DF, 2014) regresen a Cartagena es una buena noticia. "Resulta una cierta paradoja que ahora quedará al lado de sus personajes”, anotó.
“Cartagena es un punto claro de inflexión en la obra de García Márquez no solamente porque allí se inicia su carrera periodística con las columnas que empieza a publicar en El Universal, sino porque después va a ser el escenario de varias de sus novelas, como ‘El amor en los tiempos del cólera’, ‘Del amor y otros demonios’. Y siempre hay una especie de remanente en el fondo de su obra que tiene algo que ver siempre con Cartagena”, le comentó Zuluaga a EL TIEMPO.
Por su parte, su amigo, el poeta Juan Gustavo Cobo Borda, destacó que “es siempre justo que las cenizas vuelvan al lugar donde fueran engendradas” y resaltó el “gran valor simbólico” que las cenizas de García Márquez vuelvan a Cartagena de Indias, una ciudad tan presente en su vida y su obra.
“No solo en el periodismo, sino también en las vivencias, en lo existencial de ver amanecer en el puerto de Cartagena, en el mercado, de compartir las calles, de oír a Gustavo Ibarra hablándole de Sófocles, de escuchar a Héctor Rojas Herazo en sus tumultuosos y glandulares poemas, y sobre todo de comenzar a redactar su gran saga del Caribe, su gran saga de los puertos, su gran saga del interior, un poco de esas tierras donde se daban los famosos lazos genealógicos entre todas las gentes y un hijo que desaparecía era inmediatamente sustituido por otro hijo con el mismo nombre”, comentó Cobo Borda a este diario.
El poeta aprovecha para describir todas esas pequeñas influencias de las que bebió nuestro nobel cataquero en La Heroica, que sin duda fueron dibujando el marco del realismo mágico, que lo llevó a ocupar un lugar destacado en la historia de la literatura universal.
“Yo creo que cuando Gabriel García Márquez respiró los aires del Caribe y se vio enmarcado entre castillos y fuertes y plazas, y también de inverosímiles narradores populares y músicos que llegaban y alegraban con sus cantos y sus acordeones, él sintió que estaba en el corazón de su mundo y ese es el que palpitó con él, durante muchos días, muchas redacciones, con apenas algún ventilador de aspas, y muchas discusiones interminables en las lecturas, en los debates, y en la alegría de compartir adolescencia, irreverencia y, en alguna forma, la búsqueda incansable de la belleza mediante la palabra escrita, pensada y vivificada con la sangre de quien hoy es y será un lugar de peregrinaje, un ícono y una suerte de iglesia laica para ir a rendirle homenaje”, agrega Cobo Borda.
El próximo 10 diciembre, dos días antes de que las cenizas del autor de ‘El otoño del patriarca’ regresen a su país natal, se cumplirán 33 años de la inolvidable ceremonia en Estocolmo, cuando, en medio de tonadas de acordeones, de mariposas amarillas y rodeado de sus amigos más queridos, Gabo recibió el Premio Nobel de Literatura.
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