Tatiana Ladiaeva (Sputnik): El presidente de EEUU, Donald Trump, aprobó el cierre de la agencia de desarrollo internacional USAID. Hablemos un poco más de esta agencia. Elon Musk ha hablado mucho de ella, habló en su momento de cerrarla porque era una institución criminal, que ya es hora de hacerle una auditoria.
Aleksandr Dugin: Sí, así es. Es un acontecimiento que no debemos subestimar. La Agencia de Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID) es la principal organización no gubernamental que trabaja para la élite globalista, el Estado Profundo, su misión es derrocar gobiernos problemáticos. Formalmente, la USAID buscaba apoyar la democracia, el liberalismo y el progreso, luchando contra los poderes conservadores e insuficientemente obedientes a la élite globalista.
La USAID operó legalmente en Rusia hasta el 2012, apoyando a organizaciones antigubernamentales de todo tipo y participando en la creación de la Constitución y el código fiscal rusos. En esencia, era una sucursal del gobierno mundial en Rusia, que fue cerrada tras el regreso de Putin a la presidencia. Extraoficialmente, la USAID siguió financiando protestas y proyectos educativos, trabajando junto con otras redes globalistas.
Incluso después de su expulsión oficial de Rusia, la USAID, afiliada a las fundaciones Rockefeller y Soros por medio de la National Endowment for Democracy, siguió financiando extraoficialmente revoluciones de colores, derrocando gobiernos y participando en protestas políticas, asesinatos y atentados terroristas, incluido posiblemente el intento de asesinato de Sarkisian.
Sorprendentemente, esta organización que existía sin obstáculos independientemente de los cambios de régimen en Estados Unidos está siendo abolida por Trump. Elon Musk, que dirigió la Comisión de Eficacia Gubernamental (DOGE), descubrió que la USAID es una estructura absolutamente criminal e ilegal que actúa en interés de la ideología globalista. Existe el rumor de que la USAID acoso a Musk, creando documentos falsos sobre sus vínculos con Rusia y Moscú, así como sobre la «influencia rusa» en la condena de Hunter Biden.
Así que resulta que una organización estadounidense, financiada por el gobierno y que recibe muchos miles de millones de dólares (el 1% del presupuesto según las cifras oficiales, pero que en realidad puede ser mucho más), actuaba en favor de los globalistas. La organización ha realizado actividades ilegales en todo el mundo: derrocar gobiernos, sobornar a diputados, crear grupos políticos, interferir en elecciones y falsificar documentos judiciales y legales dentro de EEUU para luchar contra Trump.
La organización está estrechamente vinculada a la Agencia Estadounidense para el Desarrollo Internacional y a la Agencia Central de Inteligencia (CIA). En muchos países la USAID es una organización que sirve de fachada para la CIA, que no representa los intereses de EEUU como Estado-nación, sino de los globalistas, defensores del ultraliberalismo.
Ahora Trump está llevando a cabo una auditoría global sobre las finanzas estadounidenses, identificando estructuras ajenas al interés nacional. Es indicativo que Elon Musk borrara de Twitter la página de USAID, donde había más de un millón de seguidores, bloqueando toda ayuda a un ejército cosmopolita que trabajaba a favor de los intereses del globalismo en los medios de comunicación, la política, las ONG y los gobiernos, algunos altos cargos de algunos Estados recibían ayuda de esta siniestra organización.
Musk calificó a la USAID de «mal absoluto» y declaró irreversible su cierre. No puedo imaginar una noticia más impactante. Esto no es sólo una declaración de lucha contra el globalismo, sino una corrección de rumbo. Se trata de una auténtica revolución, una erradicación de las estructuras globalistas arraigadas en los Estados Unidos y que lo han dominado durante décadas. El equipo de Trump e Elon Musk están arrancando de raíz estas estructuras globalistas y terroristas que dominaban su país.
Tatiana Ladiaeva (Sputnik): ¿Es la liquidación de la agencia, incluido el despido de todos sus empleados, una base suficiente para afirmar que los partidarios de tales organizaciones desaparecerán por completo o hay posibles intentos de crear nuevas estructuras con ideas similares bajo un nombre diferente?
Aleksandr Dugin: Creo que se producirá algún tipo de reorganización, por supuesto, pero la USAID ha sido ilegalizada. Solían venir y decirnos: en nombre de la gran potencia estadounidense, en nombre del mundo democrático, en nombre del Occidente colectivo, «tomad este dinero e id, derrocad al gobierno, participad en actividades antiestatales, enseñad a los niños que la democracia y la libertad son incompatibles con una soberanía estatal fuerte. Derrocad tiranos, derrocad gobernantes, EEUU está con vosotros». Ahora, cuando vengan con dinero o propuestas dirán: «Somos una organización terrorista de fanáticos, liberales prohibidos en Estados Unidos y queremos destruir a la humanidad. Aquí tienes este dinero, por favor, hagan lo que les decimos».
Una cosa es trabajar para Estados Unidos y otra cosa es hacerlo para una organización ilegal terrorista rica, extensa y poderosa, pero globalista. A día de hoy, todas las estructuras relacionadas con la USAID, como la antigua Agencia de Estados Unidos para el Desarrollo Internacional, se han convertido en organizaciones criminales, es algo completamente diferente.
Sí, por supuesto, resistirán, pero su estatus mundial ha cambiado. Ahora, cualquier gobierno, si se da cuenta de que la USAID opera en su país, tiene motivos de sobra para perseguir esta organización terrorista sin temer dañar sus relaciones con Estados Unidos.
Y, repito, lo que dije anteriormente: esta agencia estuvo implicada en la redacción de nuestra Constitución. ¿Cómo pudo permitirse que enemigos del Estado ruso participen en la redacción del documento más importante de Rusia?
Tatiana Ladiaeva (Sputnik): ¿Sabe cómo pudo ocurrir esto?
Aleksandr Dugin: Sí, creo que éste fue el instrumento que usaron para gobernarnos desde el exterior y fue su eliminación o derrota lo que llevó a que comenzaran las reformas del presidente Putin en 1999-2000, momento en que se convirtió en jefe del Estado. Lo primero que hizo fue restaurar la soberanía de Rusia. Nuestra soberanía nos fue arrebatada por alguien y ese alguien era la USAID, la Agencia de Estados Unidos para el Desarrollo Internacional, fue esa institución, el instrumento con cuya ayuda los globalistas más acérrimos destruyeron nuestra soberanía durante mucho tiempo y se dedicaron a reorganizar nuestro sistema político, nuestro sistema económico, impulsar reformas, establecer códigos fiscales y participar en la creación de la Constitución de la Federación de Rusia. Contra esto ha luchado nuestro presidente todos estos años. Y cuando hablamos de los 1990 y su legado nos referimos, de hecho, a la gestión externa del país por parte de las élites globalistas a través de instituciones como la USAID y muchos otros instrumentos que establecieron una gestión externa de la Federación de Rusia desde el año 1991 hasta el 2000, más o menos.
Y ahora aquellos que establecieron su control en 1990 sobre los restos humeantes de la URSS, es decir, la Federación de Rusia, han sido eliminados. Esto significa que la organización que en ese entonces nos controlaba, y que puede que siga controlando a las élites rusas, ha sido disuelto. Este es muy importante. Creo que muchos se encuentran en pánico actualmente, no sólo dentro de la quinta columna (hace tiempo derrotada), sino también la sexta columna (los que fingen lealtad a Putin, sin compartir su ideología, políticas y pensamientos). Ahora serán detenidos. La situación es esa. Y lo más importante es que concierne a todos los países del espacio postsoviético, a Europa y a Ucrania, porque todo el sistema político ucraniano era apoyado en gran medida por la USAID.
Tatiana Ladiaeva (Sputnik): Hablemos más sobre Trump, sus importantes declaraciones y decisiones. Uno de los temas clave son las guerras comerciales con países como México y Canadá, sigue la Unión Europea. Trump ha prometido imponer aranceles adicionales a los productos procedentes de la UE, aunque reconoce que esta decisión podría afectar negativamente a los estadounidenses a corto plazo. Sin embargo, Trump sigue defendiendo su estrategia. La única pregunta es cuándo se impondrán exactamente estos aranceles, ya que aún no se han anunciado fechas concretas.
Aleksandr Dugin: Podemos sacar conclusiones de cómo está actuando Trump, es decir, está actuando rápidamente. Ha hecho gran parte de lo que prometió en su primer día y luego al segundo día de haber asumido el cargo ha conseguido cambiar el mundo.
En primer lugar, los tres países contra los que ya ha impuesto aranceles, es decir, sanciones aduaneras, son Canadá, México y China, y los ha subido tanto (un 25%) que eso significa un cambio de facto frente a la política de fronteras abiertas, es decir, la política liberal fue reemplazada por el proteccionismo, el mercantilismo o el nacionalismo económico.
Trump está dando un giro de 180 grados a la estrategia económica estadounidense. Durante las últimas décadas, Estados Unidos se ha orientado hacia una apertura total de las fronteras económicas con tal de crear un único mercado mundial global del que Estados Unidos formaría parte. Y así ha sido hasta hace poco. Hace quince días todavía era así. Y ahora no. Estados Unidos ahora sigue una política económica completamente diferente.
En una ocasión, cuando Andrei Removich Belousov era viceprimer ministro de la Federación de Rusia, celebramos una sesión estratégica en la que debatimos quién es el sujeto del desarrollo. Y desde el punto de vista del globalismo, el sujeto del desarrollo es todo el sistema transnacional liberal mundial. Pero en ese entonces defendí que el sujeto de desarrollo debía ser el Estado. Pero el Estado no debe ser un Estado-nacional, sino uno grande: una autarquía de grandes espacios. Es decir, una entidad con independencia económica debido a su gran población, con muchos recursos naturales, territorio y, preferiblemente, armas nucleares.
Así pues, el tema del desarrollo económico ha cambiando. Así como Rusia ha pasado de la globalización al desarrollo soberano, como hablaba nuestro presidente, Trump está haciendo una transición similar. Está volviendo a centrar la atención en los Estados Unidos de América como Estado-nación en lugar del sistema global. En términos de políticas mercantilistas, como se describe en los libros de texto de economía, la balanza comercial debería tender a cero: las exportaciones deberían ser iguales a las importaciones. El exceso de importaciones sobre exportaciones conduce a la dependencia económica, a la pérdida de autonomía y soberanía, lo que es inaceptable para el nacionalismo económico, el proteccionismo o el mercantilismo. Se trata de dos modelos completamente diferentes.
Hasta hace poco, Estados Unidos estaba dominado por la idea de que el sujeto del desarrollo era la globalización, pero Trump ha rechazo esta idea. Ahora el principal sujeto de desarrollo económico es Estados Unidos de América. Los análisis de la balanza comercial con México, Canadá y China muestran un predominio de las importaciones, lo cual es inaceptable. Para lograr la igualdad entre importaciones y exportaciones ha comenzado a elevar los aranceles.
Es un cambio radical de modelo. En Canadá, por ejemplo, se ha lanzado una campaña de «compra canadiense» para contrarrestar las políticas de Trump. Las políticas proteccionistas de EEUU están provocando reacciones en contra. China, aunque reacciona con más calma, sin duda responderá, al igual que México. Políticas similares podrían aplicarse a la Unión Europea. Trump ha manifestado que sopesa la posibilidad y podría darse dentro de poco, y juzgando su costumbre de tomar decisiones rápidamente, creo que lo dirá muy pronto.
Los aranceles aduaneros que Trump seguramente impondrá a Europa están diseñados para cambiar la estructura de la balanza comercial de un modelo liberal a uno mercantilista. Es una política simple y racional. Las acciones de Trump son meridianamente claras: actúa como un proteccionista y nacionalista que se toma en serio la tesis de «Make America Great Again». Estados Unidos es ahora parte del sistema global y Trump quiere convertir a Estados Unidos en una entidad independiente. Eliminar la Agencia Estadounidense para el Desarrollo Internacional, esencialmente una organización terrorista y de espionaje subversiva que opera en todo el mundo, también forma parte de este plan. ¿Por qué necesita Estados Unidos a otras naciones, se preguntan Trump y Musk? ¿Por qué derrocar otros gobiernos? Si otras naciones se nos oponen, las conquistaremos o destruiremos. Si no, dejemos que comercien con nosotros de forma favorable. Eso significa el fin de la promoción de las democracias liberales y su imposición a la fuerza en todo el mundo.
Del mismo modo, termina la financiación de México, Canadá y la Unión Europea. Estos son los argumentos nacionalistas de la nueva política de Trump. Dados los pasos irreversibles que ya ha dado, no hay razón para creer que la UE vaya a ser una excepción. La única cuestión pendiente es el monto concreto de los aranceles, cuya determinación requerirá cálculos adicionales.
Tatiana Ladiaeva (Sputnik): ¿Pero menores que para México y Canadá?
Aleksandr Dugin: Lo que él quiera. Puede imponer incluso más. Trump vive en un mundo diferente y está creando una realidad muy distinta. Lo que le importa son los intereses económicos de Estados Unidos a corto y medio plazo. No creo que piense en grandes ciclos. Esa es su prioridad. Así que, en consecuencia, si el equilibrio es desigual ahora en términos de su enfoque mercantilista de la economía, lo corregirá con aranceles y políticas proteccionistas.
Esta lucha se encuentra en el origen de los Estados Unidos y su independencia de Gran Bretaña, porque el Tea Party quería tener los mismos derechos de igualdad y aranceles que Gran Bretaña, siendo económicamente independientes. Esa es la historia de Estados Unidos.
Y Estados Unidos, en opinión de Trump, corre el riesgo de pasar de ser una nación independiente a una provincia del mundo, gobernada por oscuros círculos internacionales ultraliberales, pervertidos, que, como los trumpistas suelen decir ahora, son una élite pedófila. Semejantes acusaciones están respaldadas por numerosos escándalos de orgías secretas, rituales satánicos y abusos de menores entre los principales demócratas. Trump rechaza esta vertiente ética del globalismo, volviendo a la familia y los roles de género tradicionales.
Pero en términos económicos, el liberalismo se encuentra en deconstrucción. Trump está deconstruyendo el sistema globalista estableciendo a Estados Unidos como una entidad independiente de desarrollo económico. Así que está introduciendo cambios, incluyendo aranceles enormes sobre las importaciones de Europa, que para él es un remanente del sistema globalista que ha derrotado y representa tanto un desafío económico como ideológico representado por los demócratas y los neoconservadores. Europa es quizás incluso una amenaza mayor para Trump que Corea del Norte.
La velocidad de las acciones de Trump es impresionante. Es probable que su intención de anexionarse Groenlandia se haga realidad. Decir que Canadá es el Estado número 51 ha provocado una fractura en la sociedad canadiense. Tales declaraciones demuestran un alejamiento del globalismo y de los valores democráticos liberales que reinaban bajo la administración anterior. En quince días Trump ha cambiado el mundo. Europa reaccionará de diferentes maneras: algunos seguirán siendo globalistas, otros volverán al nacionalismo, otros apoyarán a Trump y otros seguirán su propio camino. Este fenómeno puede denominarse «cambio de vibración», un desplazamiento hacia valores conservadores. La vieja agenda – indefinición de los géneros, revoluciones de colores – está perdiendo su atractivo para los jóvenes y los artistas. Hay un regreso del tradicionalismo, de la religión, de los valores familiares tradicionales que fueron dejados a un lado hace 50 años. Ahora uno mira las películas que se hicieron en ese entonces y ve «Hombres y Mujeres», “Amor”. Había, por supuesto, algunas desviaciones, pero siempre eran marginales y, en su mayor parte, era una sociedad sana, vibrante y viva. Ese es el tipo de sociedad que Trump quiere: una sociedad fuerte y sana en la que la gente esté orgullosa de su etnia, género, familia, fe y tradición; en la que la gente no se avergüence de ser blanca, de ser hombre, de ser fuerte, de ser guapa, de tener familias sanas, de ir a la iglesia, de seguir las normas de su sociedad y no deshacer o maldecir su historia, arrepentirse, cambiar de género o dejar de ejercitar su figura. «America First» permite a los estadounidenses ser ellos mismos. Este «cambio de vibración», esta emoción extática, es lo que mueve a muchos. Es como un resorte comprimido que fue comprimido por mucho tiempo y ahora se desdobla inundando el arte y las redes sociales.
Tatiana Ladiaeva (Sputnik): ¿Bastan cuatro años para que se produzca un cambio tan global, para que todo sea diferente y que la gente vuelva a pensar de otra manera?
Aleksandr Dugin: Depende de cómo pasen estos cuatro años. Trump entiende perfectamente que cuatro años es un corto período de tiempo para la realización de sus ambiciosos planes. Su objetivo no es sólo cambiar el rumbo, cambiar las élites y destruir a las organizaciones globalistas como la Agencia de Estados Unidos para el Desarrollo Internacional o subir los aranceles. Pretende reformar la educación, la sanidad, la seguridad, la cultura y la arquitectura. Ha pedido la construcción de edificios bellos, rechazando los excesos arquitectónicos posmodernos. Su orden de construir edificios bellos el primer día de su presidencia es una especie de declaración de un nuevo estilo, una vuelta a la estética clásica frente a la fealdad arquitectónica postmoderna. Es una ruptura radical con los patrones establecidos.
A pesar de que Trump tiene poco tiempo cuenta con partidarios, incluidos sus hijos, que atrajeron a los jóvenes. Las estadísticas muestran un cambio significativo en las actitudes de los jóvenes hacia Trump, que han pasado del 51% en su contra en 2020 al 25% actualmente. En consecuencia, Trump ha conseguido cambiar las actitudes de un enorme porcentaje de la juventud estadounidense durante este periodo electoral.
Este es el cambio de vibración, el cambio extático hacia la derecha, como escriben ahora muchos blogueros y periodistas estadounidenses. No se trata sólo de un movimiento hacia la derecha, sino de una vuelta a la normalidad. Musk dijo recientemente que si por «extrema derecha» se entiende a toda la gente normal, entonces estamos frente a una extrema izquierda. La eliminación de la dictadura de la extrema izquierda destruirá también el concepto de «extrema derecha», dejando sólo a la mayoría: la gente normal y cuerda. No se trata de una posición ultraconservadora, sino de una victoria del sentido común, que es una revolución en sí misma, ya que las élites liberales globalistas han emprendido una campaña contra Trump. Trump está restaurando el sentido común y eso le ha ganado apoyos.
Es una revolución del sentido común. El cambio de estado de ánimo, el cambio de vibración, el cambio extático, no es sólo la sustitución de una ideología por otra, sino un rechazo del control mental totalitario de la humanidad por las élites globalistas y un retorno a las normas y principios naturales de sentido común.
Tatiana Ladiaeva (Sputnik): Pasemos ahora a otro punto importante: las Fuerzas Armadas estadounidenses han recibido el derecho a realizar operaciones militares especiales contra los cárteles de la droga mexicanos. ¿Cuáles cree que serán las consecuencias de esta decisión, cómo actuarán los militares estadounidenses?
Aleksandr Dugin: Bueno, eso también es una noticia increíble. Estados Unidos está lanzando una operación militar especial en sus fronteras que puede desembocar en una posible invasión del territorio del Estado soberano de México en la lucha contra los cárteles de la droga. Trump está descontento con la política de México para combatir la migración ilegal (a través de la cual se llevó a cabo el contrabando de drogas) y ha lanzado una acción militar capitaneada por la Guardia Fronteriza de Estados Unidos. El recién instalado Secretario de Defensa de Trump, Pete Hegseth, anunció el lanzamiento de una operación militar especial, haciendo hincapié en los fundamentos jurídicos necesarios para luchar contra los cárteles de la droga en México.
¿Nos recuerda esto a algo? Nosotros, de forma similar, nos ocupamos de grupos agresivos (en el caso de México, se trata de los cárteles de la droga, en el caso de Ucrania, de grupos ucranianos), cruces de fronteras, tiroteos y uso de la fuerza. La única diferencia son los nombres y las características particulares del conflicto. Con cada día que Trump está en el cargo Estados Unidos entiende cada vez más a Rusia, con la cual tiene un enemigo en común: las fuerzas globalistas. Esto no garantiza un acercamiento inmediato, pero las acciones de Trump están mejorando las relaciones entre nuestros países. Se están enfrentando a sus propios problemas, viendo el mundo desde ángulos parecidos, rechazando la propaganda de lo que Musk llama legacy media (lo que nosotros llamamos «mainstream media»), rechazando sus mentiras y acciones en favor de las potencias, y empezando a construir su propia imagen del mundo.
Imaginemos que Rusia suministrara a los cárteles de la droga mexicanos sistemas de defensa antiaéreos, armas y que junto con China, Irán y Corea del Norte formaran una coalición contra Estados Unidos. ¿Cómo reaccionarían Trump y Hegseth? La situación en Ucrania es similar: Estados Unidos se enfrenta a retos parecidos.
Incluso en la cuestión de los valores tradicionales nosotros somos pioneros, los primeros en volver a los valores familiares tradicionales y al sentido común. Nuestro presidente es un líder fuerte y carismático que goza del apoyo de la mayoría de la población y es un modelo a seguir en este sentido.
Los estadounidenses actúan con brusquedad y rapidez, a diferencia de Rusia, que lo hace con calma y de forma gradual. Se trata de una diferencia psicológica. Pero la dirección de las acciones estadounidenses – cambio del vector de desarrollo, defensa de los intereses nacionales, rechazo de la agenda globalista – es muy similar a la política que Rusia ha seguido.
Espero que esto conduzca a un acercamiento, pero Rusia debe defender su soberanía. Simpatizo más con quienes valoran los valores tradicionales y luchan contra los globalistas que con otros.