Sin cambiar su viejo lenguaje hacia la Revolución cubana, con el propósito de mantener una matriz de opinión contra el pueblo de Cuba, un grupo de empresarios norteamericanos de origen cubano y de la mal llamada Fundación para los Derechos Humanos en Cuba, ha convocaron a un concurso con el fin de “contener y revertir la pobreza” en la Isla, situación que no se ajusta a la verdad.
Sin embargo, no dicen una sola palabra del estado deplorable en que sus padres y abuelos dejaron a Cuba en 1959, cuando salieron huyendo de la justicia o haciéndole casos a las campañas de terror fabricadas por la CIA, como ocurrió con la conocida Operación Peter Pan.
¿De qué pobreza hablan esos norteamericanos en Cuba?
Esos que nunca han pisado el suelo cubano para comprobar la obra revolucionaria, desconocen que para el Gobierno cubano el derecho del pueblo a la alimentación es una prioridad y forma parte de la seguridad nacional, a pesar de las escaseces causadas por la política de Guerra Económica impuesta por Estados Unidos desde 1961.
Cuba garantiza, con precios subsidiados, alimentos básicos a la totalidad de la población, que incluyen granos, cereales, proteína de origen animal, grasa, sal y azúcar, con independencia de los ingresos económicos y posición política de cada persona y su familia.
Igualmente, se garantiza un litro de leche diario a todos los niños de 0 a 7 años, algo que en EE.UU. no se hace; de ahí que según el Fondo Monetario Internacional (FMI) afirmara entre sus previsiones económicas, que “actualmente en los Estados Unidos existen 46 millones de ciudadanos estadounidenses en niveles de pobreza, lo que puede generar tensiones sociales significativas”.
Con el fin de crear una imagen falsa respecto a la realidad cubana, cuatro empresarios radicados en Miami lanzaron una segunda edición de un concurso denominado Ideas para Cuba, con el supuesto fin de obtener algunos proyectos sobre las leyes y reformas que se necesitan para contener y revertir lo que ellos califican de “creciente pobreza en Cuba”, algo irreal de acuerdo con el criterio de organismos económicos internacionales.
Según los empresarios miamenses Jorge Sanguinetty, Armando Rodríguez, Marlene Moleón y Salvi Pascual, las mayores dificultades de la pobreza en Cuba “son la escasez de alimentos, la falta o deterioro grave de la vivienda y del servicio de transporte, el precario poder adquisitivo de salarios y pensiones”, pero ocultan lo que sufre el pueblo cubano a causa de la Guerra Económica.
Al parecer ellos nunca leyeron el documento oficial yanqui, fechado el 6 de abril de 1960, donde el entonces Subsecretario de Estado para Asuntos Iberoamericanos de los EE.UU. Lester D. Mallory, afirma:
“No existe una oposición política efectiva en Cuba; por tanto, el único medio previsible que tenemos hoy para enajenar el apoyo interno a la Revolución es a través del desencanto y el desaliento basado en la insatisfacción y las dificultades económicas”.
“Debe utilizarse prontamente cualquier medio concebible para debilitar la vida económica de Cuba. Negarle dinero y suministros para disminuir los salarios reales y monetarios, a fin de causar hambre, desesperación y el derrocamiento del Gobierno”.
A pesar de los casi 60 años de esa criminal Guerra Económica, Cuba es reconocida por sus avances en la protección de sus niños, y así lo afirma la UNICEF en sus informes, enfatizando que “Cuba es un ejemplo en la protección de la infancia y en la Isla no hay ningún niño durmiendo en las calles”.
La ONG Save the Children clasifica a Cuba en el primer puesto de los países en desarrollo en las condiciones de maternidad, por delante de Argentina, Israel o Corea del Sur.
Muy diferente es la situación actual que confrontan los Estados Unidos y esos empresarios de Miami no hacen concursos para mejorar la pobreza existente en su propio país.
Datos oficiales de organizaciones estadounidenses reconocen que existen 45 millones de personas viviendo en la pobreza, algo que los medios de comunicación yanquis no mencionan, ni se discutió en los recientes debates presidenciales, pero la verdad es que entre un 14 y un 15% de la población, pasa hambre y de ellos uno de cada cinco son niños.
¿Por qué esos “preocupados” por Cuba no se miran primero por dentro y después luchan porque el Congreso elimine la cruel Guerra Económica, solapada bajo el disfraz de un Embargo”?
Es conocido que el Congreso de los Estados Unidos, dominado por el partido republicano, ha frenado varias leyes sociales y limitado los fondos para los llamados “food stamps” (certificados que las familias pobres pueden intercambiar por comida), además de restringir los beneficios a los desempleados, eliminaron fondos para la educación e incluso se llegó a cerrar el Gobierno federal en una ocasión, afectando los beneficios de miles de personas.
De acuerdo con cifras oficiales del Departamento de Agricultura de los EE.UU., 15 millones de niños menores de 18 años viven en hogares donde no existe suficiente comida para sobrevivir; es decir, pasa hambre el 20 por ciento, o uno de cada cinco niños.
En Cuba, a diferencia de muchos países del mundo, la educación es gratuita desde la enseñanza preescolar hasta la superior, y la instrucción elemental hasta 9no grado es obligatoria.
Esos “preocupados” empresarios de origen cubano, antes de continuar con sus engaños deben saber que Cuba es reconocida por sus destacados resultados y la elevada calidad de su sistema de salud pública, con cobertura universal y asistencia totalmente gratuita.
Con una tasa de mortalidad infantil de 4.2 por cada mil nacidos vivos (de 60 que se encontró la Revolución en 1960) y la esperanza de vida al nacer es de 78,45 años, se comprueba que de pobreza y hambre nada.
Hoy se consolidan los indicadores de salud y existe un médico por cada 133 habitantes. Según la Organización Mundial de la Salud, la nación mejor dotada en ese sector es Cuba.
A diferencia, el National Center on Family Homelessness (Centro Nacional de Familias Sin Hogar) de los EE.UU. encontró que, a nivel nacional, 1,6 millones de niños viven en la calle a lo largo de un año, algo que no se ve en Cuba desde 1959 cuando había un sistema capitalista.
Por supuesto, en los Estados Unidos los más desprotegidos son los de raza negra que suman el 26 % de los pobres, de acuerdo con informaciones de la Oficina Nacional del Censo.
Las mismas autoridades de Estados Unidos, como el USDA, estiman que un 13% (15,8 millones) de los hogares estadounidenses, carecen de seguridad alimentaria.
No en vano José Martí aseguró:
“Las verdades reales son los hechos”
*Arthur González, cubano, especialista en relaciones Cuba-EE.UU., editor del Blog El Heraldo Cubano.
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