En un recorrido de unos 45 minutos, guías especializados explican al visitante los orígenes y tradiciones de la industria ronera de la Isla y sus vínculos con otros productos nacionalesEn un recorrido de unos 45 minutos, guías especializados explican al visitante los orígenes y tradiciones de la industria ronera de la Isla y sus vínculos con otros productos nacionales
Por Amado de la Rosa Labrada 15 de mayo de 2015
El Museo del Ron Havana Club, emblemática institución de La Habana Vieja, celebra por estos días sus 15 años de fundada y ofrece múltiples opciones a los visitantes para que puedan adentrarse en las raíces históricas, tradiciones y la más auténtica cultura cubana.
Tales posibilidades matizan el interés de representantes de agencias de viajes estadounidenses por conocer más sobre este peculiar museo, que abre nuevas alternativas en aras de promover la interacción cultural entre norteamericanos y cubanos, como parte del cambio de política hacia Cuba que anunció en diciembre último, el presidente de EE.UU., Barack Obama.
La especialista Gretel Perdomo Fernández, jefa del departamento Comercial del centro, explicó que en la recientemente finalizada Feria Internacional de Turismo FITUR 2015, fueron numerosos los contactos e intercambios de información con turoperadores de aquella nación interesados en traer sus clientes al Museo del Ron para que disfruten de sus variados servicios.
Refirió que en este inmueble jóvenes guías, en un recorrido de unos 45 minutos, explican al visitante sobre los orígenes y tradiciones de la industria ronera de la Isla, excursión que puede incluir clases sobre coctelería cubana, catas verticales y catas de excelencia para degustar rones Havana Club y maridajes de estos con los habanos, entre otros.
Miles de personas visitan cada año el Museo, que expone la historia de uno de los productos más genuinos e indisolublemente ligado a la cultura cubana, por lo que constituye atractivo mítico para quienes transitan por La Habana.
Genuina cubanía
Al paso por sus galerías, guías especializados describen en español, inglés, francés, italiano o alemán, los encantos de toda la actividad fabril de un central azucarero en miniatura y de trenes en marcha que transportan cañas, junto con los sonidos propios del ingenio y de un imaginario horno, vivencias que atrapan sobremanera a la mayoría de quienes acuden al lugar.
Hoy se afirma que una buena parte de las personas que viajan a la capital cubana visitan esta otrora mansión colonial del siglo XVIII, devenida complejo turístico cultural desde que abrió sus puertas en marzo de 2000, tras una cuidadosa restauración e instalación de elementos expositivos que recrean las etapas de la producción del ron, desde el cañaveral hasta el paladar.
Se muestra al visitante el proceso para la elaboración del auténtico producto cubano, acompañado incluso de olores, y sonidos propios de esta industria, con sus tradiciones, mitos e historia. Al final del recorrido, los participantes podrán saborear un Havana Club o refrescantes cócteles con este ron, y hasta probar platos tradicionales de la cocina cubana en el bar-restaurante de la institución.
Su directora, María Caridad Veláz-quez Díaz, destacó que el Museo del Ron aparece hoy entre los lugares más concurridos de La Habana más de 2 000 000 de personas lo han recorrido-, liderados por turistas alemanes y canadienses. Desde 2012, han incorporado nuevas prestaciones.
Clases de coctelería impartidas por expertos de la Asociación de Cantineros de Cuba exponen y enseñan a los interesados en la elaboración desde los más sencillos cócteles hasta los clásicos Cuba-libre, Daiquirí y Mojito, entre otros.
De esa forma, el visitante no solo conoce sobre la historia del ron cubano y sus vínculos con las tradiciones y cultura del país, sino que además aprende, para transmitir a otros muchos, el saber de sus cantineros y el porqué aparece el ron de Cuba entre los más escogidos en bares del mundo.
En la galería de arte de este centro, se han expuesto obras de reconocidos artistas como Nelson Domínguez, Eduardo Roca (Choco), Roberto Fabelo, y ha colaborado en diversos proyectos culturales de la capital, a la vez que se propone asegurar la promoción de jóvenes artistas cubanos.
Programa especial
Las visitas al Museo del Ron, incluyen un programa especial, sin costo alguno, para los cubanos, quienes reciben un servicio similar al de los extranjeros, con el acompañamiento de un guía especializado que les explica todo el proceso de elaboración del ron.
El objetivo de esta institución es realzar la vinculación de la marca Havana Club con la cultura nacional, por eso se pone al público en contacto con la industria ronera cubana y sus relaciones con la historia, la economía y el devenir en general del país.
También puede disfrutar del cóctel típico del museo: el Guarabana, consistente en la mezcla del ron Havana Club Añejo Blanco, con jugo de caña de azúcar y zumo de naranja tropical.
Sin duda, el museo contribuye de manera importante al desarrollo de La Habana Vieja, declarado por la Unesco como Patrimonio de la Humanidad.
El colectivo laboral una veintena de trabajadores de Havana Club International y 35 de Habaguanex, constituye una sola familia en función de este centro, quienes destacan por la calidad humana, su calificación profesional y tiene guías especializados que dominan muy bien su oficio.
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