EFE – Gregory Russeau, un afroamericano de 45 años condenado a muerte por un asesinato en 2001, recibirá una inyección letal y se convertirá en el noveno preso ejecutado este año en el estado de Texas, en Estados Unidos.
Si no hay contratiempos, Russeau será ejecutado a las 18:00 hora local en el penal de Huntsville, cercano a la ciudad de Houston.
Su caso se remonta al 30 de mayo de 2001, día en el que fue asesinado un mecánico de 75 años en su taller de Tyler, en el este de Texas.
A la víctima, James Syvertson, le robaron la billetera, las llaves de su vehículo, y en el taller también faltaban varios objetos de valor, por lo que el crimen tuvo una motivación económica.
Horas después de hallar el cuerpo, la Policía de Longview detuvo a Russeau cuando se desplazaba en el vehículo robado de Syvertson.
En la escena del crimen, encontraron huellas de Russeau y las pruebas de ADN también lo vincularon con el asesinato, por lo que un jurado lo condenó a muerte en 2002.
El hombre tenía antecedentes por asaltos y robo de vehículos y, desde 1988, había pasado periodos intermitentes en prisión.
Russeau será el noveno preso ejecutado este año en Texas y el número 17 en todo el país.
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