Los cambios que se realizan en Cuba, se hacen con cierto retraso, pero son bienvenidos por el pueblo cubano, que pedía a gritos una oportunidad más amplia de participación en su proceso social socialista. Este es el inicio de transformaciones que abarcaran la vida toda de la mayor de la Antillas.
Las reacciones internacionales, sobre todo de la prensa más conservadora, va dirigida en tres direcciones: uno, en apostar que los cambios serán un fracaso, dos, que los cambios no son socialistas y tres, que tienen que existir cambios en lo político para que Cuba elimine sus problemas.
Con todas las insuficiencias que podamos tener, el hecho mismo de sobrevivir mas de veinte años a la demolición del campo socialista, en condiciones de bloqueo, de crisis globales y cierto aislamiento relativo al no contar con los otrora aliados del CAME, demuestra que el proyecto tiene saldo favorable, y por encima de cualquier otra consideración tiene capacidad para autodefinirse, renovarse y perfeccionarse.
Un aspecto importante constituye la base social del proyecto socialista cubano, el pueblo en tanto que ente mas critico, es al mismo tiempo la garantía de cualquier transformación. Las opiniones y el debate que se hacen, son dentro del Socialismo, sin embargo, hay un punto débil, por absurdo que parezca, que hay que aterrizar, no hay una definición integral de que es socialismo y qué socialismo es el que queremos los cubanos; de cierta forma se ha simplificado en la práctica su concepto a justicia social, salud y educación gratis, emancipación de la mujer, razas y aceptar pasivamente el tutelaje estatal en toda la vida cotidiana del cubano como dueño de la propiedad social sobre los medios de producción.
El socialismo no es deseo divino, ni voluntad caprichosa, es ante todo una formación económica social que tiene necesariamente que ser superior en lo económico, político y social al capitalismo y que este fundamentado su desempeño con pruebas científicas y demostraciones prácticas. De nada vale que diseñemos un paraíso teórico, sino sabemos como alcanzarlo o que hay que hacer y en que plazos para sí obtenerlo.
Los lineamientos, que son solo eso y no una formulación exacta de todas y cada una de las cosas que hay que hacer, tienen la virtud de ser perfectibles y están enmarcados en la situación concreta que vive el país, es una guía, por lo que no es algo acabado y tendrá que actualizarse constantemente, y al parecer reformularse cada cinco años con los Congresos del PCC.
Es importante conocer que la teoría marxista del Socialismo o mejor la concepción materialista de la historia y la plusvalía surgió como proceso del desarrollo del capitalismo, como el modo de producción que iba a canalizar y estructurar de manera consciente y planificada las incongruencias del modo precedente. La vida ha demostrado que las cosas no ocurrieron así, incluso siguiendo el hilo del pensamiento pudiéramos decir que los países capitalistas desarrollados con fuerte carga social e intervención del Estado como Suecia, están más cerca del pronostico marxista, que otros países llamados socialistas.
¿Cual es el derrotero a seguir en los países subdesarrollados como Cuba, en la construcción del socialismo sino hemos alcanzado los niveles de vida de los países capitalistas desarrollados? La respuesta a esta pregunta tiene muchas aristas, incluida aquella que deberíamos desarrollar relaciones capitalistas para que fuera “necesario” el Socialismo.
Robert Owen, socialista utópico, mantuvo durante 29 años su empresa-comuna donde al final terminó siendo más eficiente que sus similares capitalistas, pero era un nicho que al exportarse, fracasó, demostrándose que la voluntad de los individuos puede hacer mucho, pero al final de cuenta, la economía las rigen leyes objetivas de la producción material y hay que respetarlas, y para respetarlas hay que conocer su funcionamiento.
Cuba, con deformaciones económicas y sociales por su periodo de neocolonia de los Estados Unidos hasta 1959, en un breve periodo como 50 años, ha tenido experimentos que han funcionado y otros que han sido un fracaso; el saldo es positivo, pero no suficiente para que declaremos victoria, esta aun muy lejos ese día, hay que perfeccionar mucho nuestra economía y apenas estos lineamientos representan, más que todo, la voluntad para encontrar definitivamente el camino.
Que bueno que aun existan personas que crean en el socialismo en un mundo tan cruelmente capitalista
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