"De pensamiento es la guerra mayor que se nos hace: ganémosla a pensamiento" José Martí

martes, 8 de octubre de 2013

Ingresos y nivel de vida: una revisión actual (I)

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Por Jose Luis Rodriguez *
Cubacontemporanea

 En el complejo proceso de construcción socialista, al evaluar el nivel de vida de la población debe analizarse -además del consumo social- un terreno menos explorado pero de singular importancia, constituido por la evolución de los ingresos monetarios, que resulta un tema del mayor interés para los cubanos actualmente.
A partir de la difícil situación que impuso al país el Período Especial, se produjo un cambio significativo en la composición de los ingresos que se perciben en Cuba. En efecto, el peso del salario en los ingresos se redujo del 75 % en los años ´80, al 46,8% en 2012.
Parejamente, la crisis produjo un deterioro en el salario real que no se ha recuperado aún, ya que -según diversos estimados- los precios crecieron entre 3,9 y 9 veces1 en el período que va de 1989 a 1993-1994, en tanto el salario nominal no creció en esa misma etapa, y aunque comenzó a aumentar a partir de 1994 la velocidad de su incremento no logró compensar hasta el presente el alza de los precios en los primeros años de la referida crisis.
De tal modo, y de acuerdo con los cálculos más conservadores, el salario nominal de 466 pesos mensuales que se alcanzó en 2012 equivaldría a 114 pesos a los precios de 1989, lo que incide fuertemente en la pérdida de su capacidad como estímulo para el aumento de la productividad del trabajo, entre otros efectos.
Sin embargo, no han sido estos los únicos ingresos percibidos por la población, por lo que habría que considerar otros elementos para tener una idea más precisa de la entrada real y la capacidad de compra de los habitantes de la isla durante estos años.
En este sentido, es necesario apuntar que a partir de 1993 se introdujeron esquemas de retribución laboral en divisas dentro del sector estatal que no se computan como salarios. A mediados de la pasada década estos esquemas cubrían a unos 960.464 trabajadores (22,7% del total), con un ingreso promedio de 14,7 CUC mensuales por encima del salario en pesos.
Por otro lado, en la misma medida en que se abrió un mayor espacio a formas de propiedad no estatales, las entradas por concepto de rentas y utilidades percibidas por el sector privado pasaron del 2,1% en 1990 al 16,3% del total en 2011, mientras que las de los cooperativistas se elevaron del 1,3 al 3,9%.
A lo anterior habría que añadir los ingresos percibidos a partir de una redistribución social. Tal es el caso de las pensiones de la seguridad social, que pasaron del 9,8% del total de ingresos monetarios en 1990 al 12% en el 2011, alcanzando un nivel promedio de 249 pesos mensuales.2 Por su parte, los pagos por asistencia social se mantuvieron en el 0,7% del total.
También a partir de 1994 una parte de la población cubana -considerada a lo largo de los años en un máximo del 25% del total- comenzó a recibir remesas de sus familiares en el exterior. Los estimados3 de esas remesas se elevaron de unos 537 millones de dólares en 1995 a 1.200 millones en años recientes.
Estas cifras han sido significativas para sus receptores, pero -al contrario de lo que han especulado algunos autores- no han sido los ingresos más importantes del país, pues representaron sólo el 18,4 y el 7,3%, respectivamente, del valor de las exportaciones cubanas en las fechas señaladas.
A lo anterior habría que añadir que la población ha recibido créditos bancarios de forma creciente. Así, a mediados de la última década se emitieron créditos personales por unos 19 mil millones de pesos para la adquisición de equipos electrodomésticos, a lo que se suman unos 1.500 millones entregados recientemente destinados a la construcción y reparación de viviendas.
Esta información no estaría completa si no se consideraran los pagos en especie y los subsidios de precios que incrementan la capacidad adquisitiva de la población. Baste señalar que los inscriptos en el Presupuesto de 2013 alcanzan 2.739,3 millones de pesos y están básicamente concentrados en alimentos.
Un aspecto de no menos importancia es la forma en que se distribuyen estos ingresos en la sociedad cubana. (Continuará)
* El autor es asesor del Centro de Investigaciones de la Economía Mundial (La Habana).
1 No existe una cifra oficial de la evolución de los precios entre 1989 y 1993, por lo que se dispone solamente de diversos estimados que han sido elaborados por economistas como Juan Ferrán (“Informe sobre el consumo de la población”, 1993) Viviana Togores (“Cuba Efectos sociales de la crisis y el ajuste económico en los noventa”, 1999) y Pavel Vidal (“Desafíos monetarios y financieros”, 2012), a los que se añaden cálculos realizados por la CEPAL (“La economía cubana”, 2000) para esos años. No obstante, en cualquier caso resulta claramente perceptible el acelerado crecimiento de los precios que se produjo en el período señalado.
2 Al igual que en el caso de los salarios, la capacidad adquisitiva de las pensiones también sufrió una erosión importante en estos años.
3 No existen cifras oficiales de las remesas que han ingresado al país, por lo que se trabaja con estimados de diversas fuentes.

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