Por Waldo Mendiluza, enviado especial
Washington, 22 may (PL) Delegaciones de Cuba y Estados Unidos culminan hoy aquí una ronda de conversaciones sobre el restablecimiento de vínculos diplomáticos, encuentro que despierta expectativas de anuncios de avances en el escenario bilateral.
La reunión instalada ayer en la sede del Departamento de Estado se prolongó otra jornada, lo cual refuerza en sectores al tanto del proceso vaticinios de acuerdos concretos sobre la reanudación de los nexos rotos hace más de 50 años -por decisión de Washington- y la apertura de embajadas en ambas capitales.
Tras unas siete horas de pláticas este jueves, las partes emitieron breves declaraciones y adelantaron la continuidad de los intercambios de criterios, encabezados al igual que los anteriores por las diplomáticas Josefina Vidal y Roberta Jacobson.
Vidal es la directora general de Estados Unidos de la Cancillería cubana y Jacobson, la secretaria asistente de Estado para los Asuntos del Hemisferio Occidental.
Según señaló el integrante de la delegación de la isla Yuri Gala a la prensa cubana acreditada para cubrir las conversaciones, se produjeron avances.
Varios factores potencian las expectativas de que esta nueva ronda lleve a anuncios como los esperados desde la decisión de comenzar el acercamiento, señalada el 17 de diciembre por los presidentes Raúl Castro y Barack Obama.
Los funcionarios cubanos y estadounidenses han abordado en los últimos días con optimismo el proceso en curso, además del trámite activado por Obama para excluir a la isla de la lista de países que, según Washington, son promotores del terrorismo.
También discutieron la solución del problema de la falta de servicios bancarios para la sección de intereses de La Habana en Washington.
Se espera que en las pláticas de la víspera, las delegaciones anfitriona y visitante hayan tratado uno de los temas más polémicos del diálogo, el comportamiento del personal diplomático de cara al respeto de los principios y normas reflejados en las convenciones de Viena.
Washington demanda libertad de movimiento para sus funcionarios, mientras la mayor de las Antillas -cuyos representantes tienen las mismas restricciones- reclama el cese del estímulo a la subversión por ese personal y el cumplimiento de las reglas de conducta internacionales.
Dichas conductas deben estar basadas en el apego a la soberanía de los estados y la no injerencia en sus asuntos internos, sostiene La Habana.
Para Cuba, el restablecimiento de lazos y la apertura de embajadas constituirían un paso importante, pero no la normalización de los vínculos.
A juicio de las autoridades de la isla, tal normalización pasa por el fin del bloqueo estadounidense, la devolución del territorio de la base naval de Guantánamo y el cese del objetivo del cambio de régimen.
Un nuevo elemento para alimentar el optimismo y a la vez la cautela fueron las declaraciones del secretario de prensa de la Casa Blanca, Josh Earnest, a los periodistas cubanos presentes aquí, quienes ayer acudieron a la sede del poder ejecutivo norteamericano.
El portavoz aseguró que a Obama "le daría mucho placer viajar a la isla, en particular a La Habana", y destacó las potencialidades del mercado cubano para los productos de su país.
Sin embargo, reiteró el propósito de Washington de lograr "el cambio que nos gustaría ver en Cuba", así como las tradicionales acusaciones en materia de derechos humanos.
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