UNIVISION – Las finanzas personales del principal candidato hispano a la presidencia de Estados Unidos están siendo examinadas con lupa.
Marco Rubio tuvo que hacer uso de $68,000 de un fondo de jubilación para poder pagar la reparación de un refrigerador, del aire acondicionado de su hogar y la escuela privada de sus cuatro hijos.
La retirada de ese dinero se produjo en septiembre y se conoció la semana pasada después de que Rubio presentara una declaración de bienes obligatoria por ley.
Los expertos creen que solo una persona con serios problemas de liquidez es capaz de tomar una decisión financiera como la de Rubio, ya que conlleva una importante penalización fiscal.
Al hacer uso del dinero antes de tiempo, Rubio deberá pagar una sanción del 10% del monto retirado además de impuestos sobre la renta.
“Supone que probablemente está viviendo por encima de sus posibilidades, porque está tomando prestado contra su futuro”, le dijo al diario The Washington Post el economista de la Universidad de Boston Laurence Kotlikoff.
El aspirante republicano a la presidencia sabe bien lo que es ser pobre.
Rubio crió en un hogar humilde, hijo de un camarero y una empleada doméstica que emigraron de Cuba en busca del sueño americano.
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En “American Dreams”, Marco Rubio describe su experiencia como hijo de inmigrantes cubanos en Estados Unidos.
Ahora, Rubio, de 43 años, tiene una vida muy diferente a la de sus orígenes.
Vive en una zona acomodada de Miami, se embolsa $174,000 al año como senador y se codea con multimillonarios con poderosas chequeras.
Rubio explicó a la cadena Fox que aún cuenta con otros dos fondos de jubilación. Dijo que hizo uso de ese dinero previendo que se presentaría como candidato a la presidencia.
“Mi refrigerador se averió”, dijo Rubio. “Eso era $3,000. Tuve que reemplazar la unidad de aire acondicionado de mi casa. Mis hijos van todos a la escuela, y ya pronto irán a la universidad, y la escuela está cada vez más cara”.
Rubio y su esposa Jeannette pagan $40,000 al año por la escolarización de sus cuatro hijos.
“No soy pobre, pero tampoco soy rico”, dijo Rubio en la entrevista.
No es la primera vez que las finanzas personales de Rubio son objeto de escrutinio.
Cuando se presentó como candidato al Senado en 2010, Rubio fue criticado por su oponente Charlie Crist por usar una tarjeta de crédito del Partido Republicano para gastos personales, como barbería o la reparación de su auto.
El senador cubano-americano es uno de los congresistas más pobres. En el índice de riqueza de los 538 congresistas, Rubio se sitúa en el puesto 456, según Roll Call, una publicación política con sede en Washington.
Rubio estaba en números rojos, según datos de 2013, con un saldo negativo de $140,000 en sus ingresos.
Los problemas de liquidez de Rubio contrastan con la fortuna de muchos otros candidatos a la presidencia, como la demócrata Hillary Clinton o el posible aspirante republicano Jeb Bush.
Cuando aún faltan largos meses de campaña surge la pregunta de si las finanzas personales de Rubio podrán mantenerse a flote.
De todos modos, Rubio tiene amigos poderosos que en el caso de que no alcanzara la presidencia, le podrían echar una mano.
Su campaña cuenta con el apoyo de poderosos donantes, entre ellos el magnate Norman Braman, dueño de concesionarios de lujo.
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El empresario del sur de la Florida felicita a Marco Rubio el día que anunció su candidatura para las elecciones presidenciales 2016.
Pero en última instancia, Rubio podría beneficiarse electoralmente de su aprieto económico.La esposa de Rubio dirige una compañía organizadora de eventos que trabaja para la Fundación Braman.
Como han subrayado analistas, envía el mensaje que él mismo pretende: que, a diferencia de otros candidatos, él es un estadounidense más cercano a los problemas de la gente corriente.
Univision.com
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