Este método pudiera ser aplicado en los estudios sobre racialidad en la nación caribeña.
SOCIEDAD Redacción IPS Cuba 19 junio, 2015
Especialistas advierten que la cartografía en Cuba se limita a problemas del territorio, catastro, la parte geográfica y geológica.Foto: Tomada del periódico Juventud Rebelde.
La Habana, 19 jun.- Activistas e investigadores proponen extender en Cuba las aplicaciones de la Nueva Cartografía Social (NCS) para profundizar en los estudios de racialidad y contribuir a la lucha contra la discriminación por el color de la piel.
Para Irene Esther Ruiz, especialista cubana en medios de comunicación, “los instrumentos de trabajo que sustentan la NCS son válidos para Cuba, donde pueden ser utilizados como una metodología”.
Las peculiaridades de este método fueron compartidas en el país por especialistas brasileños que desarrollaron un proyecto en universidades de su país en colaboración con otras casas de altos estudios de América Latina y África.
La NCS, en ese caso, sirvió para profundizar en las características de la diáspora africana en las Américas, mediante el estudio y elaboración de mapas geográficos, territoriales y de diferentes dimensiones centrados en la racialidad.
“Hasta donde conozco, cada vez que se hace un análisis de los problemas raciales de la población cubana no se basan en un método como este”, consideró Ruiz.
Asimismo aseguró que “la Cartografía es una herramienta para diseñar una política de desarrollo contra los problemas raciales, por su objetividad y posibilidades de aportar datos estadísticos, construir tablas que permitan observar el asunto desde nuevas dimensiones”.
Recordó que la Cartografía en Cuba se dedica a problemas del territorio, al catastro, la parte geográfica y geológica por lo que “tenemos que aprender cómo retomar esta ciencia para utilizarla contra el racismo”.
En opinión de Ruiz, estas nuevas investigaciones y conocimientos deben conjugarse con las potencialidades de las nuevas tecnologías, a fin de sustentar “políticas que ayuden a resolver los problemas de negros, mestizos, aborígenes y de todos los discriminados”.
Por su parte Deynis Abreu, jurista e integrante de la no gubernamental Alianza Unidad Racial, refirió que las autoridades realizan en estos momentos actualizaciones del catastro nacional y territorial para entregar terrenos a familias en desventaja social.
Detalló que, por ejemplo, el catastro de Habana del Este estará terminado para 2017, mientras señaló que la entrega de esos espacios, si se hace de manera adecuada, beneficiará a hombres y mujeres negros, “porque en Cuba, por razones históricas, la mayoría de las personas en desventaja social son afrodescendientes”.
Abreu recomendó que los integrantes de proyectos y organizaciones centrados en los problemas raciales efectúen un levantamiento en barrios y comunidades insalubres de La Habana, “para contabilizar la cantidad de negros y mulatos los cuales puedan beneficiarse con las acciones que se proyectan”.
Gisela Morales, del capítulo cubano de la Articulación Regional Afrodescendiente para las Américas y el Caribe, propuso asimismo la creación de observatorios, que al igual que en Brasil, “permitan visibilizar la problemática racial y ofrecer pautas para su erradicación”.
“Debería existir una oficina o un lugar al cual las personas víctimas de discriminación tengan acceso para plantear sus demandas y problemas concretos”, insistió.
Morales se quejó de la falta de datos e información para la toma de decisiones lo que, a su juicio, provoca un vacío.
“¿Qué sabe la población cubana negra sobre sus deberes y derechos?”, cuestionó la activista, al tiempo que insistió en la formación de capacidades mediante la educación popular y brindar mayor asesoría desde el punto de vista jurídico para saber cómo proceder ante cualquier hecho discriminatorio.
Por último Dmitri Prieto-Samsonov, abogado y miembro del Instituto Cubano de Antropología, adelantó que en la segunda mitad de este año, la institución a la que pertenece planea abrir un proyecto sobre asimetrías sociales “con una dimensión territorial muy importante”.
La aplicación en Cuba de la NCS prendió como resultado de un seminario de intercambios y cooperación para investigaciones y estudios de la Diáspora Africana en las Américas, auspiciado por el estatal Instituto Cubano de Investigación Cultural Juan Marinello y el Instituto Cubano de Antropología.
Ese encuentro, realizado en abril pasado, fue coordinado por Matilde Ribeiro, exministra de Unidad Racial durante el gobierno del expresidente brasileño Luiz Inácio Lula Da Silva y actual profesora de la Universidade de Integração Internacional da Lusofonia Afro-brasileira. (2015)
SOCIEDAD Redacción IPS Cuba 19 junio, 2015
Especialistas advierten que la cartografía en Cuba se limita a problemas del territorio, catastro, la parte geográfica y geológica.Foto: Tomada del periódico Juventud Rebelde.
La Habana, 19 jun.- Activistas e investigadores proponen extender en Cuba las aplicaciones de la Nueva Cartografía Social (NCS) para profundizar en los estudios de racialidad y contribuir a la lucha contra la discriminación por el color de la piel.
Para Irene Esther Ruiz, especialista cubana en medios de comunicación, “los instrumentos de trabajo que sustentan la NCS son válidos para Cuba, donde pueden ser utilizados como una metodología”.
Las peculiaridades de este método fueron compartidas en el país por especialistas brasileños que desarrollaron un proyecto en universidades de su país en colaboración con otras casas de altos estudios de América Latina y África.
La NCS, en ese caso, sirvió para profundizar en las características de la diáspora africana en las Américas, mediante el estudio y elaboración de mapas geográficos, territoriales y de diferentes dimensiones centrados en la racialidad.
“Hasta donde conozco, cada vez que se hace un análisis de los problemas raciales de la población cubana no se basan en un método como este”, consideró Ruiz.
Asimismo aseguró que “la Cartografía es una herramienta para diseñar una política de desarrollo contra los problemas raciales, por su objetividad y posibilidades de aportar datos estadísticos, construir tablas que permitan observar el asunto desde nuevas dimensiones”.
Recordó que la Cartografía en Cuba se dedica a problemas del territorio, al catastro, la parte geográfica y geológica por lo que “tenemos que aprender cómo retomar esta ciencia para utilizarla contra el racismo”.
En opinión de Ruiz, estas nuevas investigaciones y conocimientos deben conjugarse con las potencialidades de las nuevas tecnologías, a fin de sustentar “políticas que ayuden a resolver los problemas de negros, mestizos, aborígenes y de todos los discriminados”.
Por su parte Deynis Abreu, jurista e integrante de la no gubernamental Alianza Unidad Racial, refirió que las autoridades realizan en estos momentos actualizaciones del catastro nacional y territorial para entregar terrenos a familias en desventaja social.
Detalló que, por ejemplo, el catastro de Habana del Este estará terminado para 2017, mientras señaló que la entrega de esos espacios, si se hace de manera adecuada, beneficiará a hombres y mujeres negros, “porque en Cuba, por razones históricas, la mayoría de las personas en desventaja social son afrodescendientes”.
Abreu recomendó que los integrantes de proyectos y organizaciones centrados en los problemas raciales efectúen un levantamiento en barrios y comunidades insalubres de La Habana, “para contabilizar la cantidad de negros y mulatos los cuales puedan beneficiarse con las acciones que se proyectan”.
Gisela Morales, del capítulo cubano de la Articulación Regional Afrodescendiente para las Américas y el Caribe, propuso asimismo la creación de observatorios, que al igual que en Brasil, “permitan visibilizar la problemática racial y ofrecer pautas para su erradicación”.
“Debería existir una oficina o un lugar al cual las personas víctimas de discriminación tengan acceso para plantear sus demandas y problemas concretos”, insistió.
Morales se quejó de la falta de datos e información para la toma de decisiones lo que, a su juicio, provoca un vacío.
“¿Qué sabe la población cubana negra sobre sus deberes y derechos?”, cuestionó la activista, al tiempo que insistió en la formación de capacidades mediante la educación popular y brindar mayor asesoría desde el punto de vista jurídico para saber cómo proceder ante cualquier hecho discriminatorio.
Por último Dmitri Prieto-Samsonov, abogado y miembro del Instituto Cubano de Antropología, adelantó que en la segunda mitad de este año, la institución a la que pertenece planea abrir un proyecto sobre asimetrías sociales “con una dimensión territorial muy importante”.
La aplicación en Cuba de la NCS prendió como resultado de un seminario de intercambios y cooperación para investigaciones y estudios de la Diáspora Africana en las Américas, auspiciado por el estatal Instituto Cubano de Investigación Cultural Juan Marinello y el Instituto Cubano de Antropología.
Ese encuentro, realizado en abril pasado, fue coordinado por Matilde Ribeiro, exministra de Unidad Racial durante el gobierno del expresidente brasileño Luiz Inácio Lula Da Silva y actual profesora de la Universidade de Integração Internacional da Lusofonia Afro-brasileira. (2015)
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