Las encuestas no pueden ser un indicativo definitivo sobre quién ganará las elecciones presidenciales norteamericanas porque las mediciones sobre opinión la publica solamente señalan como piensan los votantes en el momento en que son entrevistados por los encuestadores y no como votarán el mismo día de las elecciones presidenciales.
De manera que en estos momentos no importa si Hillary Clinton aventaja a Donald Trump por tales o más cuantos puntos en un survey o si es todo lo contrario, porque apenas se acaban de celebrar las convenciones nacionales de los Partidos Demócrata y Republicano y realmente estamos a más de tres meses de las elecciones de noviembre que es cuando hablarán las urnas decidiendo quien será el nuevo Presidente de Estados Unidos.
Los mensajes están bien claros. Para Hillary Clinton las cosas han sido mejores para el país gracias a la presidencia de Barack Obama, después de la desastrosa recesión económica que había heredado del anterior gobierno Republicano y el futuro será mejor con un gobierno de continuidad Demócrata, que apela con un mensaje optimista a la unión de todos los norteamericanos para enfrentar los retos que la nación tiene por delante. Hillary Clinton representa la experiencia frente a la improvisación, el aventurerismo , el divisionismo y el racismo del mensaje de Donald Trump.¿ Le daríamos a ese hombre la llave de la panoplia atómica de Estados Unidos? Ahí está el mensaje final de los Demócratas.
Por el contrario el candidato Republicano apela al orgullo nacionalista norteamericano representado por un segmento blanco de la población- que ve en los otros, negros, musulmanes e hispanos como razas inferiores que amenazan el futuro de Norteamérica. Trump ve a los Estados Unidos en franco declive económico y de prestigio internacional, una catástrofe nacional que solo puede ser detenida con un hombre como él, nuevo mesías salvador del destino manifiesto que han traicionado los “blandengues” Demócratas como Barack Obama y Hillary Clinton. Ese es el evangelio de Donald Trump para ganar los comicios del mes de noviembre.
Las encuestas del momento son puro entretenimiento. La decisión del pueblo norteamericano sobre quien serán el nuevo Presidente de Estados Unidos será tomada cuando ambos candidatos se enfrenten cara a cara en un debate abierto ante las cámaras de televisión. Será la hora de la verdad. La antesala de la victoria de uno u otro bando en las urnas del mes de noviembre. Lo demás es puro circo de payasos y fieras. Que de política norteamericana se trata.
Y hasta el próximo lunes amigos de El Duende que con mi gallo me voy cantando a mi tumba fría. Bambarambay.
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