Por Roberto F. Campos
La Habana, 26 may (PL) Las ilusiones y sueños del escritor estadounidense Ernest Hemingway resaltan en Cuba a propósito de la realización de la 65 edición del torneo de pesca de la aguja que lleva su nombre.
Previsto del 25 al 30 de mayo, esta competencia - la más antigua de su tipo en Latinoamérica- por primera vez en 35 años trae a un grupo de botes y competidores estadounidenses, en medio del proceso iniciado para el restablecimiento de las relaciones diplomáticas entre los dos países.
Magia, misterios y bondades forman parte de una figura muy conocida por los cubanos, el novelista Hemingway, quien forma parte del panorama cultural y turístico de la Isla.
Se trata de un vínculo muy estrecho, cuyos rincones y amigos, leyendas y encuentros pueden motivar más de un guión cinematográfico.
Sus frases, como la de decir Soy un cubano sato, marcan el escenario de pintores, escritores y artistas de diferentes manifestaciones, pero sobremanera al pueblo, de distintas generaciones.
Idea de un aventurero, amante de la pesca y otros elementos unen a esta celebridad a los cubanos e incluso en el poblado marinero de Cojímar se puede apreciar un busto confeccionado a partir de anclas viejas reunidas por sus amigos pescadores.
Tales misterios conforman su presencia en la mayor ínsula antillana, y como sello distintivo está una figura a tamaño natural en uno de sus bares preferidos, el Floridita.
Es como estar delante del escritor, como si no hubiera muerto y su presencia le sonriera al transeúnte y le invitara a uno de sus tragos predilectos, el Daiquirí.
La bebida está siempre, real, frente a la figura, de quien también fuera bautizado como el Dios de Bronce de la literatura norteamericana. En el mismo rincón donde se le vio, junto a sus amigos, reflejados en fotos que también le acompañan.
Hemingway siempre presente, ese parece ser el espíritu que flota en el aire de ese bar, repleto de gente de cualquier parte del mundo, para hacerle un homenaje perenne, cotidiano y a golpe de los tragos que siempre le gustaron al escritor.
Y por encima de cualquier otra apreciación, el mar y la pesca significan esencia de ese tipo de esencias, en particular la rememoración que más de 100 pescadores de ocho países realizan al salir a la mar a pescar peces pelágicos en el 65 torneo.
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