Mi compañero, Remo, habló en estas páginas sobre como China se ha convertido en la segunda economía del mundo. Como parte de su crecimiento continuo este país se ha convertido en uno de los exportadores más importantes y, en el camino, acumulado reservas de $2.400.000 millones a finales del 2009, según el gobierno chino, casi 30% de los $8.100.000 millones de reservas. Estas candidades impresionantes de reservas les ha convertido en el invitado número uno en las cancillerías mundiales, confirmado recientemente por la visita de Li Keqiang, viceprimer ministro chino, y una delegación china, por España, Alemania y Reino Unido. Sólo viceprimer ministro pero, con tanto para gastar, recibió reuniones a los más altos niveles en todos los países visitados.
En España anunciaron la compra de 6.000 millones de euros de deuda española, muy bienvenido en estos momentos de venta de deuda soberana por parte del gobierno español, firmaron acuerdos comerciales por una suma total de más de 5.500 millones de euros y añadieron la apertura de una sucursal del Industrial and Comercial Bank of China (ICBC), uno de los bancos más grandes del mundo. Con tantas reservas para dirigir, es interesante ver el Estudio del Banco Mundial sobre los destinos de las inversiones de China a lo largo de los últimos años.
Como vemos en la tabla principal, los incrementos en las inversiones chinas han mantenido un equilibrio geográfico banstante constante, aunque se hable mucho de algunas inversiones más que de otras.
Con tantas exportaciones, tanta acumulación de reservas y tanta actividad fuera, es fácil pensar que no hay nada que hacer en ese país gigante pero, como vemos en el segundo gráfico, muchos países y muchas empresas están exportando a China y hay que seguir explorando ese mercado. La mejor forma de que gasten todas esas reservas es que el gobierno chino permita a sus ciudadanos consumir más y, con eso, liberar las oportunidades de las empresas extranjeras a hacer más en China. Se beneficiarán los pobres chinos, las empresas extranjeras, la reducción de las reservas y la participación de este país tan importante de forma más completa y equilibrada.
Ya he hablado en estas páginas de lo mucho que queda por hacer aunque, con tantos millones en juego, no debemos esperar presiones por parte de los gobernantes fuera de China para hacerles cumplir sus obligaciones internacionales.