"De pensamiento es la guerra mayor que se nos hace: ganémosla a pensamiento" José Martí

jueves, 6 de junio de 2013

Rene González participa en inauguración de busto a Hugo Chávez (Testimonio)

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Un amigo me informa que en el pico Caracas en la Sierra Maestra donde en el 2004 le puso un busto a Simon Bolivar, ahora el fin de semana pasado, le pusieron un busto al lider venezolano Hugo Chavez, donde participó el embajador de Venezuela y el Heroe de Cuba René Gonzalez.
La obra fue realizada por el artista Andrés González, realizada con resina y fibra de vidrio,  mide unos 60 centímetros de alto y 40 de ancho y recrea la mirada triunfante de Chávez, ataviado con su característica boina de soldado. ALBA es el nombre de esta creación.
 Los integrantes lo conforman un grupo de excursionismo que se fundó hace 25 años.
 
Testimonio de una participante:
 
Tengo ganas de escribir algo, tengo la impresión de que será algo que releeré varias veces en mi vida, quiero dejar escrito en algún lado cómo me siento ahora, porque sé que es especial.
La vida volvió a su normalidad cotidiana, aburrida tengo ganas de decirle ahora mismo, y yo sigo con imágenes en mi cabeza que me distraen, que me hacen sentir volando todavía.
Mis compañeros de trabajo quieren anécdotas, fotos, yo no encuentro palabras para contarles todo lo que viví, será que no las hay?
Como dijo alguien: ojala no hubiéramos tenido que poner ningún busto de Chávez, a ese no le tocaba todavía, y eso hace que duela mucho más.
Bueno pues el viaje fue una evocación constante al Cmdte Chávez, a Venezuela, su himno, sus canciones, pero también fue divertidísima la jodedera en el tren, las enfanguizadas bajando la loma, fue emocionante cantar ¨el necio¨ con René al lado, verlo feliz junto a Olguita e Irmita.
Yo sabía que se avecinaban momentos muy emocionantes, lo sentí al llegar a las Mercedes, lloviznando, y ver gente que merodeaba sin ningún objetivo a la vista, andaban limpios y con sombrillas en el parque, esperando ¨algo¨. Había lugareños en la bodega, y no compraban nada, ya se había corrido la voz, René vendría.
Y René vino, y todos lo rodearon, y visitó algunas casitas y fue hasta una escuelita donde se le daba enseñanza especial a dos niños. Siempre abrazando a Olga, Irmita siempre sonriendo y tratando de estar con el grupo.
Luego de que se incorporaran también Edgardo el embajador de Venezuela, el Sargento Juan Bautista y el Teniente Luis Manuel Barroso, salimos en camiones hasta Minas del Frío. Irmi se fue con nosotros aguantando el frío y la llovizna. Nos dejaron en un policlínico que había, y enseguida me cambié de ropa para comenzar a montear, la gente hizo lo mismo pero ya habían unos cuantos tratando de convencer al San de que no era buena idea, llegaríamos de noche y podría ser peligroso cruzar el río crecido que nos esperaba antes de encontrar el Roble. El hecho fue que retrocedimos lo avanzado y nos quedamos a acampar allí en el policlínico.
El grupo 1 de cocina se puso en funciones y todos sacamos de las mochilas los módulos de comida, algunos hasta se bañaron y otros nos pusimos ropa seca. Allí me acerqué a los venezolanos y me presenté como su guía para lo que necesitaran. Los llevé a donde dormiríamos y comencé a conversar con ellos para hacerlos parte del grupo, todo avanzaba increíblemente, eran todos personas especiales y muy humildes.
Esa noche conversamos bastante de Manuelita Saenz y el embajador hizo muchas historias, hasta que llegó la noticia de que debíamos mudarnos para una unidad militar a unos metros del policlínico, que allí habían más condiciones y nos permitirían cocinar y dormir, en colchones caballero!
Bueno, algunos refunfuñamos pero valió la pena. En esa base militar, la de Minas del frío, los reclutas nos dieron sus camas (los pobres!) y las tías del comedor apoyaron muchísimo en la comida. El baño estaba limpio y había montón de duchas, solo que no me bañe, jejej no había necesidad.
Luego de comer caí como una piedra, pero supe que se hizo votación sobre sí irnos al caracas al otro día y volver a dormir a la unidad militar, o quedarnos en el secadero de café del Roble como campamento base (lo más acertado sin dudas), por suerte la mayoría de la gente estuvo en contra de lo primero (Miladys y Alejo no tenían idea de lo que defendían).
El despertar fue tempranito, creo que a las 5. El desayuno fue de ensueño (pollo frito, leche con café o chocolate, platanitos fritos y en fruta, tostadas, quesito crema, galletas) un escándalo!
René les hizo a los soldados de la unidad una pancarta a nombre de los 5 y nos despedimos dejando algunas provisiones de comida que no íbamos a tener que usar en la cima.
Minutos antes de las 7 partimos camino a El Roble.
Esa caminata fue linda, me quedé todo el tiempo detrás para ir con René y Olguita, íbamos conversando todos y él de vez en cuando hacía algún comentario, aunque fuera un bobería lo que dijéramos. Era raro compartir tan horizontalmente con él, iba cargando su mochila y ayudando a Olguita cada vez que patinaba, siempre se reía. A Olguita varios nos ofrecimos a llevarle la mochila, pero ella siempre se rehusó. Olgui tuvo una fractura de rodilla, ahora tiene un pasador de metal ahí dentro y no puede hacer locuras. Yo pensaba que qué afortunada era Irmi, con sus padres a su lado! Olga tiene la edad de mi mamá, y ahí estaba, dice que por Rene y por Chávez.
A Rene le pregunté si había hecho cosas de este tipo cuando era joven, y olgui responde ¨no muchacha, nunca en su vida hizo nada de esto, y ahora después de viejo le dió por eso¨ jjajajaja y se reían los dos. Le pregunto que qué había estado leyendo, que qué le gustaba, dice que su pasión mayor es la aviación, pero que había estado leyendo economía, porque le parecía crucial ahora para Cuba.
Así hicimos el viaje hasta el Roble, en menos de dos horas llegamos al secadero. Un grupo se había adelantado y Yaser fue a buscarlos, Mage entre ellos, pobrecita se le había roto el zapato.
En el secadero, el que sería el campamento base, se quedaron los del grupo de cocina 2, Wilfre era el jefe. El resto nos fuimos con el cemento, machetes, la misión de cargar las piedras para el pedestal y la arena. Andrés se fue con nosotros en mulo, pero solo hasta un sitio. El busto quedó en el campamento.
La subida me pareció dura, sobre todo el último pedazo donde cargamos un rato el cemento. Mage, Gla, Dayana, Migue, Pais y yo esperamos al mulo con el cemento en lo que el resto del grupo iba adelantando buscando piedras. Mary y Lizet se fueron a pasito de hormiga con Andrés, había que cuidarlo como oro, y podía ser peligroso someterlo a mucho esfuerzo, así que subieron lentísimo.
Cuando llegamos al Pico, la gente estaba desesperándose un poco, porque nadie se atrevía a comenzar a abrir el hoyo donde poner la base sin que Andrés llegara.
Cuando Andrés llegó no se sentó ni un minuto, comenzó a dar instrucciones y se convino poner a Chavez al lado de Bolívar, mirando al Sur y a su misma altura. Bolivar tenía la nariz rota, pero Andrés había llevado material y la reparó. Antes de comenzar comenzamos a cantar el himno de Venezuela, pero solo la primera estrofa y el coro, el embajador explicó que Chávez había rescatado del olvido las otras 2, que hablaban de la unidad americana.
Esa tarde en la cima fue divertidísima la espera, digo espera porque no hice nada más que conversar y dar chucho. Los varones hacían la mezclan, buscaban las piedras y ayudaban a Andrés, de todas formas pedí que me dejaran poner una piedra y así lo hice. Como a las 3 subieron Elizabet, roque, Daniel, con la merienda para todos, muy variada. También estaban arriba compañeros de Flora y Fauna, estuvieron todo el tiempo con nosotros y realmente se notaba que habían hecho un trabajo de conservación del lugar, habían sembrado rosas, y puesto algunos escalones y barandas en lugares peligrosos del trayecto.
Allá arriba surgió la idea de que Rafa bajara y subiera esa misma tarde con cosas para poder pernoctar en la cima, sobre todo Andrés, sería muy duro para él tener que subir de nuevo al otro día.
Así se hizo, Oscar y Rafa bajaron y subieron, con comida, ropa, tienda de campaña y los medicamentos de Andrés.
La bajada fue divertidísima, había que agarrarse de los troncos o caías sentada en el fango, te enterrabas hasta los tobillos y se te descalzaban los zapatos. Ernestico bajó haciendo mil monerías y saltando sobre el saco de pomos vacíos del cemento. Nosotros el frik, Gla y yo íbamos muy unidos. Tb Luisi el venzolano se había quedado hasta el final y era parte de nuestro piquete.
En el campamento habían estado cocinando todo el día, incluso compraron un puerquito a los guajiros y Rene se   pasó el día entre la matadera, cocinadera y cortadera del animal. En fin, además se hicieron espaguetis y hubo comida abundante. Fue cómico porque el puerco estuvo muy tarde y ya le gente no tenía ni hambre ni ganas de salir de la tienda a buscar nada, así que quedó mucha comida, pero los pocos que fuimos en busca del puerquito solo encontramos hueso, jajaj y pregúntenle a Lizet si es mentira.
Esa noche hicimos guitarreada, y yo pude darme una enjuagada en una aguadita penca que había cerca, Celia y Gla fueron conmigo. Cantamos hasta perder la voz, bueno yo terminé medio ronca, y no pude evitar llorar cuando cantamos la canción al Che de Gerardo Alfonso, aquello era muy loco. Estábamos en la noche cerrada, con linternas, rodeados de amigos, con Rene en el grupo, cantando aquello, era como sentir al Che también, en fin, boberías mías.
Friki le prestó un short a luisi, él y el excelentismo se acostaron en nuestra tienda, el último no paró de roncar, fue muy cómico.
Nos despertamos a las 5:30, a fregar calderos, buscar agua y preparar el desayuno, le tocaba a nuestro grupo y yo era la encargada de organizar todo. Los varones, salieron hacia el arroyo y nosotras la muchachas nos pusimos en funciones de prepara la leche las galletas con C4.
El tiroteo se repartió y todo el mundo comenzó a alistarse para subir. El embajador y René y flia se fueron delante, Edgardo  no se separó del busto nunca.
Nosotros no nos demoramos casi, recogimos a media algunas cosas, el maní para comer arriba y agua.
Llegamos más fácilmente que el día anterior, y tb fue muy divertido, jejejje. En la cima esperamos por René y luego el Sargento Juan Bautista, al que todos llamamos Juancito, contó la historia de cómo fue que sacó el mensaje de Chávez cuando lo tenían preso en aquella isla. Fue increíble la modestia y la sencillez de ese tipo, y pensar que fue estratégico su papel en la historia!
Todos escuchamos aquello y lo abrazamos apretado cuando terminó. Rene contó después algunas anécdotas de la prisión, de cuando los apresaron, de las torturas a las que los sometieron, de cómo se aflojaron los otros 5, de Olguita y su desempeño tb admirable, en fin, lágrimas van y lágrimas vienen.
Cuando llegaron los último comenzamos el acto. Ya Bolívar tenía nariz y Chávez tenía la bandera delante. Cantamos los himnos y fue develado. Edgardo habló muy emocionado y Migue dijo unas décimas que ojala haya escrito porque estaban preciosas.
Mary se me echó a llorar y yo tampoco pude aguantar. Nos sacamos fotos miles, y no abrazamos. Mage estaba feliz y Gla llorosa tb. Así nos pasamos tremendo rato, los últimos bajaron luego de haber puesto un plaquita debajo del busto que decía Malnombre y que como es de costumbre hace Alfre.
Luego partimos del Roble a Minas, un camión nos esperaba en la punta de una tremenda lomota saca mondongo que acabó con el más pinto y nada, en la unidad militar nos esperaban con mangos, plátanos y café.
Ahí nos despedimos de Rene y los venezolanos, y partimos a El Caney de las Mercedes, a una villa de descanso que es para los educadores y que tenía piscina y cabañitas divinas, dice Gabriel que con agua fría y caliente, hmmm, eso no quedó demostrado.
Ahí chapeamos una Pinilla, y nos bañamos hasta que estuvo lista la comida. El baño fue más que reparador, traíamos un churre y una peste que pa qué!
La comida era en el restaurante de la villa y estuvo genial! Luego hicimos media un rato pero la gente estaba muerta y nos acostamos. El lunes el plan era, piscinear hasta el mediodía y partir luego a la Demajagua. Ese viaje fue hermoso, el historiador de allí te hace partícipe del momento histórico y te revive todos los protagonistas, está casi cieguito. Allí entre el San y el historiador le hicieron una encerrona a Andrés, para comprometerlo a hacer un busto de Céspedes de pie, en el lugar donde supuestamente se paró a convocar a los esclavos a la lucha, Andrés orgulloso y modesto a la vez, no se pudo negar.
De la Demajagua partimos a Manzanillo, paramos un ratico, nos sacamos fotos, y tomamos jugos Taoro, y de ahí nos fuimos a Yara, donde comimos la comida más rica y criolla del viaje, para luego volver a la estación a esperar el tren que llegaría de Manzanillo a las 8:50pm, rumbo a la Habana.
En la estación nos sacamos fotos y cantamos, había un compañero que nos despidió, creo que del partido de allí.
El tren llegó en hora y comenzamos viaje de regreso, seguíamos de guerrilla. Los chamas hicieron sus maldades y tb hubo su retraso, pero veníamos muertos de cansancio. Llegando elizabeth recibe una llamada y nos da la grata noticia de que Juan Bautista nos esperaba con una guagua de la embajada en la Terminal para repartirnos por la habana, y acercarnos a nuestras casa, increíble!
Y nada, hasta aquí mi relato, tengo muchas otras pequeñas historias para hacer pero aquí les va una global.
Me pongo para mi pincha, bs
rucu
 



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