"De pensamiento es la guerra mayor que se nos hace: ganémosla a pensamiento" José Martí

miércoles, 13 de diciembre de 2017

La metáfora Pascua

Por Ignacio Ramonet, Le Monde diplomatique

La Conferencia de las Partes en la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (COP23) se llevó a cabo en Bonn (Alemania), del 6 al 17 de noviembre pasado. Recibió a más de 25.000 participantes, incluidas delegaciones nacionales, a representantes de unas quinientas ONG y a más de mil periodistas.

Dos temas influyeron de modo determinante en el desarrollo de la COP23: la salida de Estados Unidos del Acuerdo de París (COP21) y una mayor incidencia de fenómenos potencialmente asociados al cambio climático en muchos lugares del planeta. Que Fiyi –Estado archipiélago amenazado de desaparición por la subida del nivel del mar– haya presidido la COP23, siendo un conjunto de islas supervulnerable que acaba de enfrentarse, hace solo unos meses, al ciclón más potente registrado y con un programa muy ambicioso de despliegue de energías renovables, pone en el centro del debate los impactos, la adaptación y la mitigación desde el mundo en desarrollo, dejando en evidencia la Administración de Trump, que ha convertido a su país en el único miembro que no formará parte del Acuerdo de París a partir de 2020.

Un sentido de urgencia y la equidad como aspectos centrales del debate marcaron el entorno en que se movió esta COP23.

La cumbre concluyó con un balance paupérrimo, sin apenas progresos, y con el único consuelo de que la comunidad internacional sigue unida en la lucha contra el calentamiento global pese a la deserción de la Administración estadounidense por decisión del presidente Donald Trump. Además, en agosto pasado, Washington anunció que retiraría todos los fondos del Panel Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC por sus siglas en inglés), el órgano de la Organización de las Naciones Unidas encargado de investigar el cambio climático.

Las casi doscientas delegaciones presentes en la antigua capital de la República Federal Alemana no lograron ni siquiera ponerse de acuerdo sobre los mecanismos técnicos que permitirán poner en marcha el acuerdo suscrito hace dos años en París en la COP21. Fue una cumbre decepcionante. Ahora, el peso recae sobre la próxima cumbre, que se celebrará, en diciembre de 2018, en la ciudad polaca de Katowice, situada en el epicentro de una gran cuenca carbonífera…

La cumbre de Bonn fue decepcionante también porque la mayoría de los asuntos han sido, sencillamente, aplazados. A pesar de que un número creciente de sucesos catastróficos nos recuerda cada día la gravedad del problema que, en el último año, se ha agravado al haber crecido un 2% las emisiones de CO2 a la atmósfera, tras dos años de esperanzador estancamiento. Las inundaciones en la India y Nigeria, las sequías en amplios territorios del planeta, los ciclones del Caribe y los incendios que se desataron en Estados Unidos y Europa en este 2017, sirvieron de telón de fondo. “El mar se traga aldeas, devora la costa y arruina los cultivos –declaró Timoci Naulusala, de 12 años, procedente de las islas Fiyi, en un apasionado discurso–. Las muertes por hambre y sed, el realojamiento de personas, los llantos por los seres queridos perdidos… Quizá crean que eso solo afectará a los países pequeños. Se equivocan”.

El gran objetivo de esta cumbre fallida era empezar a redactar el reglamento del Acuerdo de París (2015), pero los actores reconocieron que será preciso un empuje mucho mayor para que el documento esté concluido antes de finales de 2018. La ausencia de Washington en los debates decisivos de la cumbre, suplida en parte por numerosos representantes de la sociedad civil estadounidense, no se dejó sentir demasiado, pero muchos participantes acusaron el golpe, conscientes de que esa deserción hiere gravemente el acuerdo.

“La acción a nivel nacional está muy lejos de lo que se necesita –sintetizó Manuel Pulgar-Vidal, de la asociación WWF–. El abismo entre lo que estamos haciendo y lo que debemos hacer es gigantesco”. En el mismo sentido se pronunció Wolfgang Jamann, de Care International: “Los acuerdos políticos no han abordado suficientemente la dura realidad climática a la que ya se enfrentan millones de personas”. “Nunca había visto una COP con una tasa de adrenalina tan baja”, expresó un diplomático europeo en declaraciones a la agencia France Presse. Y también muy sintomático fue el comunicado emitido por la delegación española: “En Bonn, se ha continuado trabajando para construir el Acuerdo de París y no habido retroceso en ninguno de los temas tratados…”.

Los principales escollos en las negociaciones, que se prolongarán el año que viene en Katowice (Polonia), atañían a dos asuntos clave. El primero, conocido como “Diálogo de Talanoa” (1), es la revisión de los compromisos de reducción de emisiones de CO2 que se anunciaron en París, es decir: qué criterios se aplicarán para que los países ofrezcan propuestas más ambiciosas con vistas al 2020, cuando se pondrá en marcha el nuevo tratado, puesto que las que se encuentran ahora sobre la mesa no garantizan la estabilización de las temperaturas globales, sino que las impulsan más de tres grados por encima de los valores preindustriales. En Katowice, con nuevos datos del IPCC (el grupo de expertos en clima de la ONU), se realizará una nueva evaluación colectiva de cómo están evolucionando el calentamiento global y las emisiones de CO2 y otros gases de efecto invernadero.

El segundo escollo fue nuevamente la financiación que los países industrializados destinarán para que los países en desarrollo puedan adaptarse al calentamiento global, ahora con el agravante de la ausencia de Estados Unidos, lo que podría obligar a las restantes potencias a aumentar su contribución (la Administración de Trump ya ha anunciado que no abonará su participación al llamado Fondo Verde de la ONU). En la COP15 de Copenhague (2009), se acordó que los países industrializados aportarían 100.000 millones de dólares anuales a partir del año 2020, pero los detalles de la implementación no se han precisado.

Y la urgencia es enorme: “Este año, tres ciclones excepcionalmente violentos devastaron el Caribe, las inundaciones destruyeron miles de hogares y escuelas en el sur de Asia y la sequía trajo devastación a millones de personas en el este de África –declaró Tracy Carty, jefa de la delegación de Oxfam–. Ya no estamos hablando del futuro. Los países y comunidades más pobres del mundo ya están luchando por sus vidas contra los desastres intensificados por el cambio climático”. Por su parte, Jens Mattias Clausen, jefe de la delegación de Greenpeace, añadió: “Hablar no es suficiente. Nos falta la acción. Llamamos a Francia, Alemania, China y otras grandes potencias a intensificar y mostrar el liderazgo que dicen tener. Aferrarse al carbón o a la energía nuclear y desfilar como campeones del clima mientras no se puede acelerar la transición hacia la energía limpia no es más que mala fe”.

Según la Agencia Internacional de la Energía (AIE), las centrales de carbón siguen produciendo casi el 40% de la electricidad mundial, y son uno de los principales factores causantes del cambio climático. Además, la contaminación del aire por la quema de carbón causa enfermedades respiratorias severas y otros muchos efectos nocivos para la salud.

La canciller de Ecuador, María Fernanda Espinosa, destacó en su intervención, en nombre del Grupo negociador G77+China (que agrupa 134 países), que se necesita avanzar prioritariamente en el financiamiento del Fondo Verde para el Clima (FVC), que permite captar recursos financieros de los países desarrollados para que las naciones en desarrollo más vulnerables puedan afrontar las consecuencias del cambio climático. El FVC espera contar con unos 100.000 millones de dólares anuales a partir de 2020. Sin duda, uno de los grandes retos de los próximos años será avanzar en ese tema.

María Fernanda Espinosa recordó también que el planeta ya afronta las consecuencias desastrosas del cambio del clima, a través de graves inundaciones, derretimiento de glaciares, sequías, que además son amenazas para la seguridad alimentaria. Asimismo hizo un llamamiento para proteger a las mujeres, niños, niñas, migrantes y refugiados, quienes son los más afectados por el cambio climático, que calificó de “mayor amenaza global de este siglo”.

Aunque Donald Trump lo niegue, el calentamiento del sistema climático es una realidad inequívoca. Unos 2.500 científicos internacionales, miembros del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre la Evolución del Clima (GIEEC), lo han confirmado de modo indiscutible. Su causa principal es la actividad humana que produce un aumento descontrolado de emisiones de gases, sobre todo dióxido de carbono (CO2), producto del consumo de combustibles fósiles: carbón, petróleo, gas natural. La deforestación acrecienta el problema. Porque los árboles, las plantas y las algas de los océanos absorben y neutralizan el CO2, y producen oxígeno; de ese modo ayudan a combatir el efecto invernadero.

Desde la Convención del Clima y la Cumbre de Río de Janeiro en 1992, y la firma del Protocolo de Kioto en 1997, las emisiones de CO2 han progresado más que durante los decenios precedentes. Si no se toman medidas urgentes, la temperatura media del planeta aumentará por lo menos en cuatro grados. Lo cual transformará la faz de la Tierra. Los polos y los glaciares se derretirán, el nivel de los océanos se elevará, las aguas inundarán los deltas y las ciudades costeras, archipiélagos enteros serán borrados del mapa, las sequías se intensificarán, la desertificación se extenderá, los huracanes, los ciclones y los tifones se multiplicarán, centenares de especies animales desaparecerán...

Las principales víctimas de esa tragedia climática serán las poblaciones ya vulnerables del África Subsahariana, de Asia del Sur y del Sureste, de América Latina y de los países insulares ecuatoriales. En algunas regiones, las cosechas podrían reducirse en más de la mitad y el déficit de agua potable agravarse, lo que empujará a cientos de millones de “refugiados climáticos” a buscar a toda costa asilo en las zonas menos afectadas... Las “guerras climáticas” proliferarán.

Para evitar esa nefasta cascada de calamidades, la comunidad científica internacional recomienda una reducción urgente del 50% de las emisiones de gases de efecto invernadero. Único modo de evitar que la situación se vuelva incontrolable.

Por otra parte, debemos cambiar nuestro modelo económico despilfarrador que agota los recursos del planeta. Actualmente, la Tierra ya es incapaz de regenerar un 30% de lo que cada año consumen sus habitantes. Y, demográficamente, estos no cesan de crecer. Somos ya 7.500 millones, y en 2050 seremos más de 9.000 millones... Lo cual complica el problema. Porque no hay recursos para todos. Si cada habitante consumiese como un estadounidense se necesitarían los recursos de tres planetas. Si consumiese como un europeo, los de dos planetas... Y no disponemos más que de una única Tierra. Una diminuta isla en la inmensidad de las galaxias.

A este respecto se recordó en Bonn, en reiteradas ocasiones, la “metáfora Pascua”, en alusión al desastre que conoció la isla de Pascua o Rapa Nui (Chile). A esa tierra, una de las más aisladas del planeta, llegó entre los años 800 y 1200 una expedición polinesia que quedó cortada del resto del mundo. Pequeña (unos 160km2), la isla estaba recubierta con una suntuosa vegetación, rodeada de aguas muy ricas en peces, con costas llenas de moluscos y millones de aves migratorias que allí anidaban. En unos cuantos decenios, los rapanuis se multiplicaron y desarrollaron una brillante civilización (la de los moai), que aún hoy asombra al mundo. Pero lo hicieron a base de explotar con exceso y sin precaución las riquezas de la isla. Resultado: en poco tiempo, no quedaba un árbol en la isla, ni un pez en sus mares, ni un molusco en sus costas, ni un ave en sus nidos… Cuando el escritor francés Pierre Loti visitó la isla en 1872, solo quedaban unos cientos de habitantes, “un pueblo de fantasmas, desnudos, esqueléticos y hambrientos; últimos escombros de una raza misteriosa” (2).

Con la excepción de Donald Trump, cada día quedan menos escépticos frente a las evidencias del cambio climático. Cada habitante de nuestro planeta puede constatar, en particular, estas siete realidades: 1) la temperatura global sigue aumentando (2017 ha sido uno de los tres años más cálidos de la historia desde que existen estadísticas); 2) la frecuencia de fenómenos meteorológicos extremos sigue en aumento; 3) la concentración de CO2 sigue acumulándose; 4) sigue subiendo el nivel de los mares; 5) la acidificación de los océanos no disminuye; 6) las capas de hielo de la Antártida siguen reduciéndose; 7) sigue disminuyendo el hielo marino en el Ártico.

En Bonn, los países más desfavorecidos exigían a los más industrializados que indicasen, con dos años de antelación, cuánto dinero iban a aportar y en qué plazos. Con el objetivo de que pudieran saber con qué fondos podrían contar. Fuentes de la delegación de la Unión Europea (UE) aseguraron que con los márgenes presupuestarios que manejan los países europeos no es factible decir, aquí y ahora –como les estaban exigiendo–, cuánto dinero van a aportar en un horizonte de diez años, si bien no ha sido la UE quien se ha opuesto a avanzar en este exhaustivo reporte, sino Estados Unidos, Australia y Japón. Por su parte, Angela Merkel se comprometió a duplicar los fondos para el clima y ayudar a los países en desarrollo para 2020, y explicitó su compromiso de ayudar a las naciones en desarrollo en iniciativas como sistemas de información climática y gestión de riesgo de desastre.

Pero los participantes se decepcionaron cuando Merkel anunció su plan para reducir la dependencia del carbón de Alemania. Alrededor del 40% del sector energético de ese país depende del carbón y, de seguir así, Alemania no cumplirá sus objetivos en materia de reducción de emisiones contaminantes para 2020. De hecho, la Unión Europea no podrá lograr su objetivo de reducir los gases de efecto invernadero en por lo menos un 40% para 2030, respecto de los niveles de 1990, a menos que cambien las políticas y redoblen sus compromisos. España, por su parte, es uno de los países de Europa Occidental –junto con Polonia y Alemania– que no ha firmado el compromiso gradual para poner fin a la producción de carbón con el año 2030 como horizonte…

En este sentido, desde el inicio, la cruzada de las negociaciones ha tenido como punto central definir cómo pueden los países más ricos ayudar a los menos desarrollados en la adaptación y en la compensación. Bajo el primer concepto entran las distintas formas de cambiar las economías para depender menos del petróleo, gas y carbón.

La tarea, ya de por sí titánica, se complicó este año cuando Donald Trump anunció que sacaba a su país del Acuerdo climático. Desde su campaña electoral en 2016, el republicano prometió esta medida. Y es que, entre otras razones, el presidente Trump considera que el cambio climático es una “mentira” fabricada por los chinos para minar la economía estadounidense…

Sin embargo, el proceso de renuncia lleva tres años, lo que convierte a Estados Unidos en un signatario hasta entonces. Por eso vino a Bonn una pequeña delegación oficial, con el secretario de Estado, Rex Tillerson, al frente. Y es que un grupo rival de gobernadores, alcaldes y líderes empresarios también estuvo presente en Bonn: la desafiante coalición norteamericana “We Are Still In”, liderada por el exalcalde de Nueva York, Michael Bloomberg, en nombre del Centro de Acción Climática de Estados Unidos. Así pues, hubo dos delegaciones estadounidenses en la cumbre, lo que llevó a los expertos a preguntarse cuál era la que realmente hablaba en nombre del país y a los asistentes a preguntarse con cuál hablar…

En este contexto, los expertos coinciden en que Estados Unidos dejó un vacío en el liderazgo climático. Más allá del compromiso que muestra la Unión Europea, la lupa se puso en los dos mayores responsables junto a EEUU de las emisiones: la India y China. El primero ya asumió el desafío al hacer de la energía solar un proyecto a gran escala. Por su parte, Pekín también da indicios de no querer echarse para atrás. Con su plan para un nuevo mercado nacional de carbono, China propone poner un precio a las emisiones corporativas.

Visto el fracaso de la COP23 y la inacción gubernamental, y visto que no podemos “bajarnos del mundo” como decía Mafalda, nuestras principales esperanzas residen actualmente en las 7.500 ciudades y entidades de todo tipo, en particular centenares de asociaciones de ciudadanos, que se han propuesto avanzar por su cuenta hacia una sociedad baja o nula en carbono. Está en juego el destino de la humanidad. 

Citas

(1) El “Diálogo de Talanoa” es importante para suplir el vacío entre el Protocolo de Kioto (vigente hasta el 31 de diciembre de 2012 y extendido por ocho años más hasta el 31 de diciembre de 2020) y el Acuerdo de París, que entrará en vigor en 2020.

(2) Pierre Loti, L’île de Pâques. Journal d’un aspirant de “La Flore”, Éditions La Simarre, Joué-les-Tours, 2016.

Ampliará Rusia acciones contra el Bloqueo

En este artículo: Bloqueo, Bloqueo contra Cuba, Cuba, Economía, Estados Unidos, Política, Relaciones Cuba Estados Unidos, Rusia, Solidaridad
13 diciembre 2017 |


Serguei Riabkov, vicecanciller ruso. Foto: PL

El vicecanciller ruso, Serguei Riabkov, afirmó en la mañana de este 13 de diciembre, el incremento de los esfuerzos de la nación europea en la lucha por la eliminación de bloqueo contra Cuba, ante la administración de Donald Trump.

“Vamos a apoyar por igual a naciones que sufren presiones de las sanciones norteamericanas y aquí quiero recordar, claro está, a Cuba, un caso donde Rusia se pronunció en todo momento y se pronunciará contra el bloqueo económico, comercial y financiero de Washington”, apuntó.

“Recordamos a los norteamericanos que la política de sanciones nunca alcanza los resultados esperados y ello solo fortalece las convicciones de quienes caen bajo esas medidas, para seguir su propio camino y lograr sus objetivos”, declaró Riabkov.

“Así vamos a actuar en lo adelante. Bajo ninguna circunstancia aceptaremos una discusión sobre términos o criterios para la eliminación de las sanciones estadounidenses contra nuestro país”, subrayó el viceministro ruso de Relaciones Exteriores.

“Pasará el tiempo y el gobierno estadounidense se convencerá de que esa política carece totalmente de futuro alguno”, comentó el funcionario ruso sobre las medidas aplicadas por la administración de Trump, contra esta nación en los últimos meses.

Por otro lado, en octubre pasado 191 países votaron a favor de una resolución presentada por Cuba en la Asamblea General de la ONU que demanda el cese inmediato del bloqueo estadounidense y denuncia las consecuencias de su aplicación.

(Con información de Prensa Latina y ACN)

Un legislador de EE.UU. se suicida en medio de acusaciones de abuso sexual contra una menor

Publicado: 14 dic 2017 02:57 GMT | Última actualización: 14 dic 2017 03:20 GMT

Dan Johnson, legislador del estado de Kentucky, se ha suicidado la noche de este miércoles.


El legislador de Kentucky Dan Johnson, el 12 de diciembre de 2017.
Timothy D. Easley / AP

El legislador republicano de Kentucky Dan Johnson se ha pegado un tiro frente a su auto en Mount Washington (Kentucky, EE.UU.), informa WDRB. Su cuerpo ha sido hallado sin vida en la orilla de un río, cerca de un puente.

Johnson estaba siendo investigado en relación con el abuso sexual contra una adolescente. La víctima del supuesto abuso denunció ante las autoridades que Johnson la besó y la tocó por debajo de su ropa en la iglesia Corazón de Fuego en Louisville, Kentucky, durante la Nochevieja de 2012, cuando ella tenía 17 años y el presunto agresor era cura de aquel establecimiento religioso.

Por fin, ¿Con qué “atacaron” a los norteamericanos?



Cuando empezaron los americanos con su llantén de que les estaban “atacando” a sus diplomáticos en La Habana dijeron que eran ataques sónicos, yo que no le encontraba sentido a lo que se publicaba decidí averiguar cuanto tiempo me demoraría en hacer la especialidad de otorrinolaringología, para ver si podía como dice Taladrid, sacar mis propias conclusiones.

Me dijeron que, entre gestiones para que me permitieran estudiar, carrera y especialidad no menos de 10 años, me sentí decepcionado, pero luego me enteré que los americanos se metieron 13 años investigando la famosa Señal Moscú y me dije, me alcanza el tiempo, y después de múltiples obstáculos y jurar que no quería que me dieran el título, solo adquirir los conocimientos, tuve mi primer día de clases. Cuando ya me estaba sentando en el aula uno a mi lado dijo, -“viste dice CBS NEWS que puede que sea un arma electromagnética lo que dañó a los americanos”, salté del asiento y me fui, no pude leer ni una palabra del famoso Papiro de Ebers.

Me dirigí a la CUJAE, a ver si podía estudiar alguna carrera que me permitiera comprender esta nueva parte de la película, al fin utilizando el mismo argumento que para la medicina, logré mi propósito, inicié estudios de electricidad, y cuando más embullado estaba apretujando en mi cabeza a Michael Faraday, el The New York Time cambió el agente causal por unos virus, me acordé de la madre de todos los de la CIA, de la del periodista, de la Tillerson, de la de Marco Rubio y por supuesto de la de Trump, pero no me di por vencido.

Busqué en la internet el sitio del IPK y en la sección de cursos ofrecidos, donde dice “entrenamientos a solicitud”, traté de encontrar algo que me ayudara a entender las dolencias yanquis, y encontré uno de virología que costaba $640,00 CUC, vendí el Plasma y una lavadora esclava y me dirigí al prestigioso instituto, llegar a él fue una odisea, empujones en las guaguas, boteros que casi me dejan sin presupuesto para pagar el curso, pero al fin sudoroso y estrujado aterrice en el lugar.

Sin estudios previos sobre la especialidad me dijeron que iba a perder el tiempo y mi dinero, que no entendería nada, insistí, les dije que de acuerdo a mis cálculos todavía tenía 12 años para entender a los virus, (siempre tomando como referencia la Señal Moscú) que menos entendía a los americanos con lo de sus ataques y los tenía que soportar, al fin cedieron.

Sentado en el aula me puse a leer un folleto sobre la historia de los virus, me enteré que, en 1892 el botánico Dimitri Yosifovich Ivanoski descubrió el primer virus el cual se conoce como virus del mosaico del tabaco, esa revelación me sobresaltó, pensé si los HP americanos se enteran, le van a echar la culpa al Habano cubano de enfermarlos, en esas cavilaciones estaba cuando vi que el “colega” que se sentaba a mi lado, leía en su laptop la versión digital del The Washington Post del día y observé un titular que decía, “Doctors find brain abnormalities in victims of Cuba mystery” (Los médicos encuentran anormalidades cerebrales en víctimas del misterio de Cuba), sin pensarlo dije, la madre de cuanto americano tenga que ver con este invento.

Pero no cejé en mi propósito de llegar a la verdad, con “los acontecimientos en pleno desarrollo”, uso la frase sin permiso de Walter Martínez corriendo el riesgo de que me demande pues según el destacado periodista él la inventó.

Ahora, ¿Cuál especialidad estudiar?

Para orientarme leí con detenimiento el mencionado artículo y pude apreciar que decía que las “victimas”, habían sufrido alteraciones de la sustancia blanca del cerebro, rápidamente fui a la red de redes a buscar información sobre el tema.

En el sitio especializado Alzheimer Universal, encontré lo siguiente, “las lesiones en la sustancia blanca podrían predecir el riesgo de sufrir Alzheimer hasta diez años antes de que se presenten los primeros rasgos clínicos de la enfermedad”, y en el sitio Medical NEWS, esto, “la enfermedad de la materia blanca es el desgaste de los tejidos en la parte más grande y profunda del cerebro debido principalmente al envejecimiento fin de la cita, después de leer todo esto arribé a la siguiente conclusión:

No necesito prepararme en nada, esto no se lo puede haber inducido Cuba, ni ningún otro país a los “desdichados” norteamericanos, porque lo que ha pasado es que el Departamento de Estado de USA envió a Cuba, a cuanto enfermo de Alzheimer prematuro o no, encontró dentro del personal de su servicio exterior, para estar a tono con la política de Obama de olvidar la historia.

Luego llegó Trump e idearon para ajustarse a la política imbécil de este imbécil valerse de las dolencias de sus envejecidos funcionarios para realizar el montaje que han hecho, eso es todo.

De cualquier manera estoy a la expectativa por si se les ocurre otra versión poder explicársela.
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