Por Roberto Salomón
La Habana, 13 jul (PL) Cuba celebrará el 250 aniversario de la presencia de las abejas en esta isla, en un congreso de apicultura que comienza el lunes aquí y servirá para el recuento histórico de esta actividad productiva, dijeron sus organizadores.En entrevista exclusiva con Prensa Latina el director del Centro de Investigaciones Apícola (Ciapi), y presidente del Comité Organizador, Adolfo Pérez Piñeiro, brindó algunos detalles sobre los inicios de la producción de miel en el archipiélago y de ese foro.
Las primeras noticias del interés por traer abejas a Cuba- refiere el especialista- datan del 7 de diciembre de 1543 cuando el Príncipe Joan de Sémano ordena su introducción en La Española, Sant Joan y Cuba, ante la escasez de cera y miel.
No obstante, se sabe que no fue hasta 1764 en que las abejas fueron traídas a esta isla de la Florida, al regreso de los colonos que huyeron luego de la toma de La Habana por los ingleses en 1763.
El impacto de esos insectos benefactores aquí fue descrito por Don José de Villalón y Hechevarría en su Manual del Apicultor, impreso en 1867.
Su fecundidad fue tan grande, que cada colmena daba al mes un enjambre y a veces dos; todos los meses eran castradas, produciendo cada castrazón tanta cera y miel como las que se hacen en Europa cada año, y la cera era blanquísima y la miel exquisita, según describe ese texto.
Más tarde, a partir de 1770 Cuba se convierte en exportador de cera, y ya en 1770 salen del puerto de La Habana, cinco arrobas de ese producto. Seis años después la cifra asciende a 12 mil 550 arrobas.
A juicio de Pérez Piñeiro, esa fue la razón de la importancia que tuvo introducir las abejas en Cuba, no se contaba con cera y era necesario importarla de España. Tampoco la había en el continente pues las abejas melíferas eran euroasiáticas.
Cuba se convertiría en exportador de cera para la región, y producía un equivalente a dos mil toneladas, con destino a México y sur América.
La aparición de la industria azucarera y la generación de electricidad redujeron la apicultura cubana a un nivel insignificante hasta los primeros años de la década de 1960, cuando el Instituto Nacional de Reforma Agraria organizó la apicultura estatal.
Surgieron brigadas de producción apícola y se fomentó el crecimiento del parque de colmenas, el cual llegó hasta unas 200 mil en los años 80 de ese siglo, lo que permitió alcanzar los récord productivos de 10 mil toneladas de miel en 1982 y 1983.
Acerca del V Congreso Cubano de Apicultura, que sesionará hasta el viernes 18 en el Palacio de Convenciones, el presidente del Comité Organizador aseguró que participarán expertos 17 naciones, entre ellas de Estados Unidos, México, Brasil, Canadá, España y Alemania, y 125 del país anfitrión.
Mañaña comienza la llegada de los delegados y la acreditación, entre otras actividades, y es a prtir del martes en que se inician las sesiones de trabajo del foro
La Habana, 13 jul (PL) Cuba celebrará el 250 aniversario de la presencia de las abejas en esta isla, en un congreso de apicultura que comienza el lunes aquí y servirá para el recuento histórico de esta actividad productiva, dijeron sus organizadores.En entrevista exclusiva con Prensa Latina el director del Centro de Investigaciones Apícola (Ciapi), y presidente del Comité Organizador, Adolfo Pérez Piñeiro, brindó algunos detalles sobre los inicios de la producción de miel en el archipiélago y de ese foro.
Las primeras noticias del interés por traer abejas a Cuba- refiere el especialista- datan del 7 de diciembre de 1543 cuando el Príncipe Joan de Sémano ordena su introducción en La Española, Sant Joan y Cuba, ante la escasez de cera y miel.
No obstante, se sabe que no fue hasta 1764 en que las abejas fueron traídas a esta isla de la Florida, al regreso de los colonos que huyeron luego de la toma de La Habana por los ingleses en 1763.
El impacto de esos insectos benefactores aquí fue descrito por Don José de Villalón y Hechevarría en su Manual del Apicultor, impreso en 1867.
Su fecundidad fue tan grande, que cada colmena daba al mes un enjambre y a veces dos; todos los meses eran castradas, produciendo cada castrazón tanta cera y miel como las que se hacen en Europa cada año, y la cera era blanquísima y la miel exquisita, según describe ese texto.
Más tarde, a partir de 1770 Cuba se convierte en exportador de cera, y ya en 1770 salen del puerto de La Habana, cinco arrobas de ese producto. Seis años después la cifra asciende a 12 mil 550 arrobas.
A juicio de Pérez Piñeiro, esa fue la razón de la importancia que tuvo introducir las abejas en Cuba, no se contaba con cera y era necesario importarla de España. Tampoco la había en el continente pues las abejas melíferas eran euroasiáticas.
Cuba se convertiría en exportador de cera para la región, y producía un equivalente a dos mil toneladas, con destino a México y sur América.
La aparición de la industria azucarera y la generación de electricidad redujeron la apicultura cubana a un nivel insignificante hasta los primeros años de la década de 1960, cuando el Instituto Nacional de Reforma Agraria organizó la apicultura estatal.
Surgieron brigadas de producción apícola y se fomentó el crecimiento del parque de colmenas, el cual llegó hasta unas 200 mil en los años 80 de ese siglo, lo que permitió alcanzar los récord productivos de 10 mil toneladas de miel en 1982 y 1983.
Acerca del V Congreso Cubano de Apicultura, que sesionará hasta el viernes 18 en el Palacio de Convenciones, el presidente del Comité Organizador aseguró que participarán expertos 17 naciones, entre ellas de Estados Unidos, México, Brasil, Canadá, España y Alemania, y 125 del país anfitrión.
Mañaña comienza la llegada de los delegados y la acreditación, entre otras actividades, y es a prtir del martes en que se inician las sesiones de trabajo del foro