"De pensamiento es la guerra mayor que se nos hace: ganémosla a pensamiento" José Martí

martes, 16 de enero de 2018

Ex presidente ecuatoriano Correa se desafilia de partido oficialista que fundó en 2006

Publicado en enero 16, 2018  AMÉRICA LATINA,


El ex presidente ecuatoriano Rafael Correa (2007-2017) se desafilió el martes de Alianza País (AP), el partido que fundó en 2006 y que lo llevó al poder en 2007, luego de que el Tribunal Contencioso Electoral fallara a favor de su sucesor, Lenín Moreno, ratificándolo en la presidencia del movimiento junto con sus allegados y retirando a los aliados de Correa de la jefatura de la agrupación.

“Hoy (martes) es muy emblemático, muy importante para nosotros (…) quedaremos menos pero seremos más”, dijo el exmandatario tras firmar su desafiliación del partido en el Consejo Nacional Electoral (CNE) de Babahoyo (centro) donde se encontraba haciendo campaña contra la consulta popular convocada por Moreno, que tendrá lugar el 4 de febrero.

Allí confirmó la creación de un nuevo movimiento que llevará el nombre de Partido Revolución Ciudadana (PRC) y cuyo registro se debate en el Pleno del CNE en Quito.

Correa enfatizó en que Moreno y sus aliados “podrán quedarse con los símbolos, con los edificios, con el color casillero, con el número… pero la gente está con nosotros, los principios están con nosotros, la revolución está con nosotros, el futuro está con nosotros”.

Según el expresidente, su sucesor y excompañero de fórmula entre 2007 y 2013 ha provocado “un enorme retroceso” en el país en sus primeros ochos meses de Gobierno y advirtió que si antes “el poder estaba en manos de la mayoría, ahora está volviendo al poder la partidocracia, los empresarios, los grandes medios”.

Durante el acto también se desafiliaron Paola Pabón, exsecretaria de la Política, y Ricardo Patiño, mano derecha de Correa y excanciller de la República.

Correa invitó a sus seguidores a desafiliarse masivamente y unirse a su nuevo movimiento con el que está seguro de que “vencerá” pues “podrán cortar todas las flores pero no impedir la llegada de la primavera”.

Varios legisladores denominados correístas han señalado que se unirán a la decisión de su líder histórico, entre ellos, Carlos Viteri, quien aseguró que “ahora Alianza País queda en manos de la derecha” y que este Gobierno “no es de la revolución ciudadana” por lo que él permanecerá “en lo que será el nuevo Partido Revolución Ciudadana junto con miles de militantes” que defenderán “la causa de la patria justa”.

Mientras para el actual secretario ejecutivo de AP, Ricardo Zambrano, la decisión de Correa y de sus simpatizantes responde a “una autodepuración” del movimiento que seguirá trabajando “a favor de la transparencia, dejando de lado sectarismo y toda muestra de intolerancia”.

La sentencia del Tribunal Electoral emitida el lunes último señala que debido a que desde el 13 de noviembre de 2017 Gabriela Rivadeneira ya no cumple las funciones de secretaria ejecutiva de AP, los recursos presentados por ella y por los aliados a Correa no tienen validez.

De esta manera, el Tribunal destaca que la directiva conformada por el actual mandatario ecuatoriano es la que cuenta con “legitimación activa y representación legal de la agrupación”, lo que deja a los correístas fuera de la organización política.

Sputnik

Los pequeños gestos de la Revolución.

Por Mireya Luis

La Habana, diciembre 2017: “te agradezco lo que hiciste hace más de veinte años”.

Mercedes, Uruguay, años 90. Cuando Paloma se apareció al entrenamiento de su equipo de voleibol con una camiseta de Mireya Luis hubo revuelo, algarabía y felicidad. Teníamos en las manos la camiseta de una ya campeona olímpica y mundial. Claramente decía “Luis” esa camiseta de la selección cubana que había viajado a Uruguay.

La selección cubana de voleibol se paseaba por el mundo derrochando victorias. Títulos y más títulos y en los puntos difíciles todos sabíamos que si la pelota llegaba a las manos de Mireya Luis el puntaje cubano sería seguro. La televisión nos deleitaba con las “Morenas del Caribe”.

La niña adolescente Paloma había nacido en Cuba y emigró a Uruguay. Allí comenzó a practicar voleibol en el equipo del Sindicato Papelero, del Centro Papelero Mercedes. Apenas comenzó a integrarse se destacaba por sus aptitudes y su actitud de liderazgo.

Claro que teníamos simpatía por la selección de volei de Cuba. Regalaban calidad en todo juego y además nos representaban a todos los latinoamericanos. Era la lucha nuestra. El desafío frente a los poderosos. La rebeldía. Por eso todos queríamos que Cuba ganase y que la pelota viajara al “4”, aquel sitio al borde de la cancha.

La Habana, diciembre 2017. Mireya había llegado a Cuba y ya partía para Nicaragua donde también presentaría su libro. Las horas estaban contadas. La entrevista no podría ser. Traté de localizarla...

“Estoy en Cuba con visa de periodista y quería solicitarte una entrevista. Pedro, el sub director de Radio Habana, Cuba ha estado llamándote pero no podíamos localizarte, no estabas en Cuba”. Mireya lo recordaba. La camiseta que había dado a René para su hija en Uruguay. Con bonitas palabras, con amabilidad, con contactos establecidos, dialogamos, pero entrevistar a Mireya no fue posible. Queda para otra ocasión, nos dijimos.

La camiseta de la Luis se exhibió durante meses en el local sindical uruguayo. Protegida, cuidada como un tesoro, era el orgullo del momento. Contagiaba responsabilidad por lo que se estaba haciendo.

Tri campeona olímpica, también bi mundial y más títulos para ser embajadora de su país y demostrarle al mundo el potencial de un pueblo. Ese pueblo que sabía que por aquel borde de la cancha, por el “4”, aparecería Mireya volando alto para golpear con tanta seguridad. Brazos al cielo. La victoria.

Aquella niña adolescente cubana jugó al voleibol varios años en campeonatos locales y nacionales. Llego a ser la capitana de la selección de Uruguay en un Campeonato Sudamericano Estudiantil, en Asunción del Paraguay.

Luis también fue capitana de las Morenas del Caribe. Diez y ocho años hermanándose con la gloria, llevando sonrisas a un pueblo que pasaba momentos difíciles. La camiseta 4 cubana desaparecía de las imágenes... la pelota se subía alto a su posición y tomando impulso desde fuera de la cancha; de repente aparecía la reina volando altísimo, castigando cual latigazo la pelota. Única, inigualable, la mejor de la historia.

“Pues bueno, Mireya, la entrevista me importaba, sí, pero más quería agradecerte aquel gesto que nos trajo felicidad”. La Reina del Volei nos despidió con suma cortesía, deseando poder llegarse a Uruguay o a España en cualquier momento, para hablar de volei o para presentar su libro. Cual embajadora del deporte olímpico que lo es.

Con pequeños gestos también se hace Revolución.

Federico Marotta.

¿Hacia dónde?

La Jornada

José Blanco

Eamonn Butler ha escrito libros sobre Hayek, Friedman y Ludwig von Mises, padres del pensamiento neoliberal, y fundadores, en 1947, de la Mont Pèlerin Society.

Butler también escribió A short history of the Mont Pèlerin Society, basada, según sus palabras, en la historia que escribió Max Hartwell sobre esa sociedad, cuyos miembros han sido el gran think tank del neoliberalismo que ha ahogado a la humanidad desde los años 70 y 80 del siglo pasado.

En el capítulo de su historia, La batalla de las ideas, Butler escribe: “La Sociedad [Mont Pèlerin] surgió como respuesta a la ruina social, política, intelectual y moral, que se había apoderado de Europa antes y durante la Segunda Guerra Mundial. [La sociedad] apuntó a mantener la luz, la lla­ma intelectual del liberalismo (la pa­labra se usa en el sentido europeo) en los oscuros días de la posguerra y criticar las nociones intervencionistas centralizadoras que entonces prevaleció. Los miembros originales, escribe Hartwell, ‘compartieron un común sentido de la crisis, una convicción de que la libertad estaba siendo amenazada y que algo debería hacerse al respecto’”.

¿Contra quiénes, o contra qué realidades batallaban los nuevos liberales? Insistamos: el liberalismo clásico surgió para derrotar elancien régime monárquico que privaba en toda Europa hasta el siglo XVIII, aunque tendría un papel distinto en Estados Unidos y en América Latina en los movimientos anticoloniales.

El liberalismo clásico, como conjunto de ideas para organizar el nuevo régimen se extendió y fue hegemónico durante más de dos siglos después de la Revolución Francesa, pero a finales del siglo XIX surgió la tendencia del social liberalismo en Gran Bretaña, que hacía hincapié en un mayor papel del Estado a fin de variar las condiciones sociales devastadoras de la operación del mercado libre que defendía el liberalismo clásico. Con todo, el cambio mayor que minó la hegemonía del liberalismo fue el surgimiento de la URSS.

Contra el liberalismo, pero también contra el socialismo soviético, surgieron nazis y fascistas. El ejército soviético habría de salir victorioso de la Segunda Guerra Mundial desatada por la Alemania nazi.

La influencia internacional de la URSS antes, pero sobre todo después de la Segunda Guerra, fue amplísima entre las clases explotadas y los desposeídos de múltiples áreas del planeta.

Frente a esa influencia, la alianza atlántica (Europa y Estados Unidos), construyó gradualmente desde la primera posguerra, pero intensamente después de la segunda, con una potente participación popular de por medio, un escudo protector que fue el Estado de bienestar, los derechos sociales y el consenso keynesiano. Sin apelación posible, la institucionalización de esa triple tendencia incluía posicionarse también en contra de los fundamentos del liberalismo clásico.

El consenso keynesiano, sin embargo, llevaba consigo un núcleo bacteriano altamente pernicioso que operaba contra las bases de los Estados de bienestar: los acuerdos de Bretton Woods. La implosión final del sistema financiero y monetario internacional catapultó al pensamiento neoliberal a inicios de los años 70 del pasado siglo, que inició con una reforma financiera estafadora y expoliadora. Así saltó a la palestra política el neoliberalismo en una lucha que se propuso pulverizar para siempre tanto al socialismo soviético, como al Estado de bienestar; y se derrumbaron en tal medida que tan temprano como 1992, Fukuyama decretó sonoramente el fin de la historia.

El neoliberalismo afirma que nada hay comparable a la máxima libertad de mercado y a la mínima intervención del Estado. El papel del gobierno debe limitarse a crear y defender los mercados, y proteger la propiedad privada. Todas las funciones son mejor desempeñadas por la empresa privada, que es impulsada por el afán de lucro para vender hasta los servicios esenciales. Liberada la empresa, se toman decisiones racionales y se libera a los ciudadanos de la mano opresiva del Estado. Nada de caricatura hay en lo dicho. En una gran cantidad de países, además, fue copiado el modelo estadunidense de un binomio político neoliberal turnista.

Pero con la conformación, ahora del 0.1%, con la ruina del planeta, con el hambre de tantos millones, con las guerras abusivas, la cuenta regresiva del neoliberalismo inició, aunque no sepamos cuándo termina. Ya le han nacido dos contrincantes, adversarios entre ellos: el populismo reaccionario de los Trump, Macron, Macri, y los movimientos nacional populares o populismos reales, entre otros, los que han hecho su primera experiencia de gobierno en América Latina, que han sido golpeados sin medida, pero regresarán, ya se advierte.

En Alemania han vuelto a formar gobierno los democristianos (CDU) de Merkel y los socialdemócratas (SPD); éstos, cada vez más debilitados: con menos votos propios y con más votos de la ultraderecha en el Bundestag, lo que ha celebrado Macron feliz y satisfecho. El SPD no logró incluir en el programa de gobierno ni el seguro médico ciudadano, ni la elevación de impuestos a los más ricos, que ­proponía.

El neoliberalismo global está en crisis, y el inevitable nacionalismo del capital, a la Trump, coadyuva a la escalada de China –con otros países asiáticos–, hacia el lugar dominante en la economía mundial. En tanto, Rusia, al tiempo que da un giro más a la derecha, deviene protagonista cada vez más descollante en la escena internacional, más allá de Siria.

En ese escenario incierto y abrumadoramente riesgoso, ¿no deben los mexicanos votar contra el binomio neoliberal delpanpriísmo? Morena representa no la certeza de un óptimo escape ­de ese escenario, pero sí la posibilidad de buscar mejor destino.

355 días, 2001 mentiras y un millón de insultos

Max J. Castro • 16 de enero, 2018


Recientemente The Washington Post calculó la cantidad de mentiras que el presidente Donald Trump ha dicho desde que asumió el cargo. Resultó ser una cantidad asombrosa. Es una cifra que empequeñece los records atléticos insuperables que fanáticos de los deportes estadounidenses han impreso en su mente desde que eran niños. La racha de 56 juegos bateando de hit de Joe Dimaggio. Los 100 puntos de Wilt Chamberlain en un solo juego de baloncesto. Promediar más de 400, o un promedio de cuatro hits por cada diez turnos al bate, algo que no se ha hecho desde la última vez que Ted Williams lo hizo en 1941.

Estas son algunas de las pocas proezas atléticas improbables que se han mantenido durante décadas. Sin embargo, palidecen en comparación con las mentiras de Trump. El Post, que junto con The New York Times ha realizado un excelente trabajo reportando acerca de esta administración y descubriendo sus mentiras y engaños, informó hace poco lo siguiente:

“A solo 10 días de terminar su primer año como presidente, Trump ha realizado 2 001 declaraciones falsas o engañosas en 355 días, según nuestra base de datos que analiza, categoriza y rastrea cada declaración sospechosa emitida por el presidente. Eso es un promedio de más de 5,6 aseveraciones por día”.

Los apologistas citarán estudios que muestran que todos mienten todos los días. Sí, pero las mentiras de Trump son diferentes: no son mentiras comunes acerca de cosas como por qué no entregaste tu tarea a tiempo o incluso si mantuviste relaciones sexuales con esa mujer. Quién sabe y a quién le importa cuántas mentiras privadas cuenta Trump. Las mentiras que valen y que Trump dice son acerca de importantes cuestiones nacionales e internacionales. Estas mentiras son públicas, políticas, partidistas y consecuentes. ¿Realmente ha incumplido Irán el acuerdo nuclear? ¿China es un importante manipulador de divisas? Este tipo de mentiras puede provocar guerras nucleares y/o comerciales.

Con Trump a la cabeza, ahora mismo en Estados Unidos, lo único más contagioso que la gripe de este invierno es la epidemia de mentiras que provienen de esta administración y sus aliados en el Congreso y en otras partes. Hay mentiras descaradas, el tipo de mentiras que puede contradecirse fácilmente con evidencia. Está la mentira por silencio, por omisión, por distorsión y por simulación.

La semana pasada, durante una reunión con un grupo bipartidista de miembros del Congreso para discutir el tema de la inmigración, Trump lanzó calumnias racistas contra naciones como Haití y El Salvador y los pueblos del gran continente de África. Después de que dos senadores, el republicano Lindsey Graham y el demócrata Richard Durbin, relataron que Trump había preguntado por qué estamos recibiendo inmigrantes de países de mierda como estos en lugar de países como Noruega, el presidente y sus apologistas habituales se pusieron a trabajar a toda velocidad.

Trump presentó sus obscenas e intolerantes palabras tan solo como “duras”. Dos senadores republicanos trataron de sembrar la duda acerca de lo que Graham y Durbin habían dicho, dando versiones vagas y cambiantes de una narrativa alternativa. El hecho de que los relatos de estos aliados de Trump fueron inestables y vagos —primero no podían recordar, luego pudieron hacerlo— mientras que Durbin y Graham fueron constantes y específicos, sugiere quién miente. Y el historial racista de décadas de Donald Trump hace que sea completamente creíble que haya dicho exactamente esas cosas.

El presidente de la Cámara Paul Ryan, que no estaba presente pero que ha visto lo suficiente de Trump como para saber que hizo los comentarios, no pudo decir otra cosa con cara inexpresiva. En cambio, Ryan eligió mentir a través de la simulación. Describió los comentarios aborrecibles de Trump como “desafortunados” e “inútiles”. ¿Desafortunados? ¿Inútiles? Ese es un intento obvio de quitarle el aguijón a un comentario brutal al hacerlo insípido. Eso es una verdadera descripción del valor. Eso es liderazgo.

Con un par de excepciones, los republicanos en el Congreso no se han desempeñado mejor al emitir declaraciones igualmente patéticas o permanecer callados. Mentir al minimizar, mentir por omisión, mentir por simulación. Distintas cepas de una epidemia de mentiras.

La epidemia de mentiras abarca mucho más que proporcionar encubrimiento a las declaraciones locas y obscenas de Trump. Cubre toda la gama. Mentiras acerca de quién se beneficia con la nueva ley tributaria. Mentiras acerca de los logros legislativos de la administración. Mentiras acerca del calentamiento global. Mentiras prácticamente acerca de todo.

Las mentiras, como los virus, pueden ser letales. Poco antes del arrebato de odio de Trump, el Grupo de Trabajo Medioambiental (EWG) informó que “en Texas, La nominada de Trump a ser el mandamás estadounidense del medio ambiente falseó datos para ocultar un riesgo de cáncer”.

Esto es algo serio. Un nuevo estudio de EWG descubrió que 170 millones de estadounidenses beben agua municipal contaminada por carcinógenos como el radio y otras sustancias químicas desagradables. La nominada en cuestión, “Kathleen Hartnett White, admitió en una investigación de 2011 realizada por la emisora KHOU-TV de Houston que si las pruebas en instalaciones encontraban niveles de radiación por encima del límite de la EPA, la Comisión de Calidad Ambiental de Texas restaría el margen de error de la prueba para que pareciera que el agua cumple con las normas federales. En algunos casos, esto significa que los tejanos, cuya agua del grifo plantea un riesgo de cáncer de por vida extraordinariamente elevado de 1en 400, no fueron informados acerca del peligro”.

Las personas que nos gobiernan hoy evidentemente han puesto de cabeza más de un mandato bíblico.

No darás falso testimonio.

No matarás.

Traducción de Germán Piniella para Progreso Semanal.

Progreso Semanal/ Weekly autoriza la reproducción total o parcial de los artículos de nuestros periodistas siempre y cuando se identifique la fuente original y el autor.

[Libro] "Lenin y la revolución"

Por  Jean Salem


Ante el fallecimiento del gran intelectual marxista francés Jean Salem, publicamos uno de sus libros emblemáticos

En cualquier libro, el prefacio o la introducción es a la vez lo primero y lo último: lo mismo sirve de explicación del objetivo de la obra que de justificación y respuesta a las críticas. En el caso presente, nada de esto parece posible. Pues si hoy en día, en historia de las ideas se estableciera un palmarés de “perros muertos”, es sin duda la sombra de Vladimir Illitch Ulianov, llamado Lenin, la que se llevaría la palma.

A Marx, que tomaba prestado el término a Lessing, le gustaba repetir que Hegel llegó a ser tratado en la Alemania culta de finales de 1850 como «perro muerto». Y fue, según Lessing, el bueno de Moses Mendelssohn quien en su tiempo había tratado de la misma mala manera a Spinoza. Es verdad que aquí y allá se habla de la «vuelta a Marx». Que se enaltece incluso a los vencidos (Gramsci), a los mártires (el Che, transformado desde hace dos décadas en producto-marketing). Pero Lenin, tal y como señala Domenico Losurdo en su excelente ensayo '¿Huir de la historia?' , es cuidadosamente silenciado.





Texto completo en: https://www.lahaine.org/libro-lenin-y-la-revolucion

Cuba trabaja por una política migratoria adaptada a su tiempo

El pasado fin de semana se cumplieron los primeros cinco años desde la entrada en vigor de la actualización de la política migratoria cubana el 14 de enero del 2013




16 de enero de 2018 00:01:45



Solo el 11 % de los cubanos que viajaron al exterior, establecieron residencia permanente en otros países. Foto:Jose M. Correa


A pesar de la hostilidad de la nueva administración de Estados Unidos y la puesta en marcha de medidas que entorpecen el flujo de personas entre los dos países, Cuba continúa con la actualización e implementación de su política migratoria para adaptarla a los tiempos que corren y garantizar que ocurra de manera legal, ordenada y segura.

Este domingo se cumplieron los primeros cinco años desde la entrada en vigor de cambios trascendentales en este campo: un grupo de decisiones establecidas el 14 de enero del 2013 para facilitar los viajes desde y hacia la Isla de los cubanos y fortalecer la relación de la Mayor de las Antillas con su emigración, siempre bajo el principio de que dichas medidas se toman por decisión soberana del Estado y no responden a presiones ni imposiciones de nadie.

[Puede descargar la infografía aquí]

De acuerdo con la práctica establecida, este es un proceso que no solo toma en cuenta las opiniones de los residentes en el país, sino también los de la comunidad cubana en el exterior.

Su génesis se remonta al encuentro sostenido con la emigración en 1978, que fue liderado por el Comandante en Jefe de la Revolución Fidel Castro Ruz e impulsado después por el Presidente Raúl Castro Ruz.

«Hay circunstancias nuevas», explicó Fidel citado por nuestro diario el 22 de noviembre de ese año –tras concluir el primer encuentro con los emigrados–, refiriéndose a la reducción de la agresividad del Gobierno de James Carter y al surgimiento de una nueva generación de emigrados cubanos deseosos de mantener vínculos con su país de origen. «Esas circunstancias nuevas permiten hacer una política de este tipo (se refiere a tomar decisiones a favor de los viajes y la reunificación familiar, entre otras). Antes no se había podido hacer. Yo creo que ahora se está haciendo lo que puede hacerse y lo que debe hacerse en circunstancias en que es posible hacerse».

Desde entonces han tenido lugar otros intercambios como las Conferencias de la Nación y la Emigración de 1994, de 1995 y del 2004, donde se adoptaron nuevas medidas desde el punto de vista migratorio y de atención a la comunidad cubana residente en el exterior.

Como demuestra la continua actualización de la legislación vigente y el análisis de nuevas medidas, existe una firme voluntad de continuar fortaleciendo los vínculos de Cuba con sus ciudadanos residentes en el exterior. 

IMPLEMENTACIÓN EXITOSA A PESAR DE LOS OBSTÁCULOS

De acuerdo con las cifras disponibles, su impacto social y los comentarios recibidos en nuestro periódico por distintas vías, los cambios introducidos desde el 2013 han sido bien recibidos por los cubanos donde quiera que estén.

Asimismo, las autoridades competentes aseguran que su implementación a lo largo de este lustro ha transcurrido con normalidad.

Sin embargo, el principal obstáculo para la completa normalización de las relaciones migratorias de Cuba con el mundo sigue llegando desde Washington.

Existe una larga historia de la manipulación de los flujos de personas para utilizarlos como un arma contra la Revolución, práctica que ha costado vidas humanas y promovido la trata y el secuestro de barcos y aeronaves, entre otras acciones ilegales.

[Sugerimos la lectura del Suplemento especial: Cuba y Estados Unidos: El camino para una migración ordenada y segura]

El pasado 12 de enero del 2017, en la recta final del Gobierno de Barack Obama, ambos países firmaron un acuerdo migratorio que, entre otros aspectos, puso fin a la política de pies secos-pies mojados y el Programa de Parole para Profesionales Médicos Cubanos.

La considerable disminución del flujo de migrantes irregulares cubanos hacia Estados Unidos que se aprecia desde entonces confirma lo expresado por el Gobierno de Cuba durante muchos años, en relación con que esas políticas constituían un fuerte estímulo a la migración ilegal.

A pesar del acuerdo, aún se mantiene vigente –ya que su eliminación es potestad del Congreso– la ley de Ajuste Cubano, sin cuyo fin es imposible pensar en la normalización de los 
vínculos migratorios.

Esa legislación, que data de 1966, estimula la continuidad de un flujo irregular, a la vez que afecta el otorgamiento de visas para no inmigrantes a ciudadanos cubanos que no tienen la intención de quedarse a residir en este país.

Con la llegada a la Casa Blanca de la nueva administración estadounidense, liderada por Donald Trump, se abrió una etapa de recrudecimiento de la aplicación del bloqueo bajo la influencia de un pequeño grupo de legisladores que defienden intereses personales y no representan a la mayoría de la comunidad cubana de ese país.

Además de las medidas anunciadas en Miami en junio del año pasado, el Gobierno de Trump ha tomado medidas unilaterales e injustificadas que afectan el funcionamiento de su Embajada en La Habana y la misión diplomática cubana en Washington, bajo el supuesto argumento de «ataques acústicos» sobre los cuales no existe evidencia alguna.

Como parte de esas acciones, el Departamento de Estado redujo drásticamente su personal en la Embajada de La Habana y suspendió de manera inmediata y completa la emisión de visas en su consulado, lo que afecta directamente el derecho de los cubanos a viajar, e incluso, a emigrar.

En paralelo, el gobierno estadounidense tomó la decisión irreflexiva de expulsar de su territorio a 17 funcionarios cubanos de la misión en Washington, incluyendo una parte importante del personal del consulado. Esta medida, con eminentemente carácter político, tiene un impacto negativo en los servicios consulares y dificultará –por encima de la voluntad y del mayor esfuerzo que están realizando los funcionarios que permanecen en Washington– los viajes a nuestro país de los cubanos residentes en Estados Unidos.

La decisión supuso la implementación de un obligatorio traslado a Colombia de quienes deseen obtener visas de inmigrantes y de reunificación familiar, así como a terceros países para aquellos interesados en obtener los permisos para viajes temporales.

Los nuevos procedimientos elevan aún más los costos para los cubanos y sus familiares y no se ofrece ningún tipo de garantías de que el trámite vaya a resultar efectivo, generando un lógico malestar.

Quizá lo más preocupante es el retroceso registrado en un campo en el que los dos países venían avanzando, de una u otra manera, desde finales de la década de los años 70 del siglo pasado, cuando se activaron los servicios consulares en La Habana y Washington.

A pesar de ese nuevo escenario, las últimas medidas tomadas y la implementación de los cambios anunciados en el 2013, demuestran que el camino emprendido por Cuba en materia migratoria es continuo e irreversible.

LA NACIÓN Y SU EMIGRACIÓN

01- Los cubanos residen de manera temporal o permanente en más de 120 países del mundo.

02- El mayor grupo se encuentra en Estados Unidos, donde se estima que viven cerca de dos millones, el 57 % de ellos nacidos en la Isla y el resto se declara de esa nacionalidad por sus lazos familiares y culturales, de acuerdo con el Buró del Censo de Estados Unidos.

03- Según indica el Pew Research Center, los cubanos son menos del 4 % de los hispanos que viven en Estados Unidos. La mayor cifra corresponde a los de origen mexicano con un 64 % del total.

04- Hoy existen 157 asociaciones de Cubanos Residentes en el Exterior (CRE) constituidas en 72 países, se realizan periódicamente encuentros nacionales y regionales de cubanos residentes en el exterior y se fortalecen los vínculos entre Cuba y sus nacionales en el exterior, proceso continuo e irreversible.
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