"De pensamiento es la guerra mayor que se nos hace: ganémosla a pensamiento" José Martí

sábado, 5 de octubre de 2013

No es una victoria de la austeridad

Imprimir artículo

Por: 
Era previsible, supongo, que los partidarios de la austeridad europeos justificasen su postura a la más mínima señal de un repunte económico. Pero la tribuna de opinión del ministro de Economía alemán, Wolfgang Schäuble, en el Financial Times, en la que reclama un reconocimiento total porque Europa ha registrado un trimestre, cuéntenlo, uno, de crecimiento, es bastante increíble incluso en relación con las expectativas.
Gráfico empleo
Hace falta bastante cara dura - ¿tendrán esa expresión en alemán? -para afirmar que esto es todo un record en lo que se refiere a preparación para una transformación estructural. ¿Qué pasa con todas las fuentes de ingresos y, en algunos casos, las vidas, que se han destrozado? ¿Qué pasa con los millones de jóvenes europeos que siguen sin tener esperanzas de conseguir un trabajo decente? 
En concreto, desde mi punto de vista de experto, discrepo con la afirmación de Schäuble de que Europa está siguiendo la receta de Suecia a principios de la década de 1990 y la de Asia a finales de esa década. Esas recetas conllevaron grandes devaluaciones monetarias y no la “devaluación interna” lenta y laboriosa que supuestamente está teniendo lugar en los países de la periferia europea. Y como he subrayado en varias ocasiones, las economías asiáticas se recuperaron rápido, sin nada que se parezca a la aparentemente interminable depresión en la mayor parte de Europa.
PIB
  
Sin embargo, tenemos que tener en cuenta que, a estas alturas, no es solo una cuestión de ideología: lo que está en juego son los egos y las carreras.   Las pruebas parecen indicar que los partidarios de la austeridad europeos hicieron algo terrible y arruinaron las vidas de millones de personas. Nunca lo reconocerán; se agarrarán a cualquier cosa que les dé una excusa.
Traducción de News Clips.
© 2013 The New York Times.

El crimen de Barbados espera por la justicia

Imprimir artículo

Cubasí  -  Ángel Rodríguez Álvarez/ AIN 




En la foto: A la derecha el terrorista Luis Posada Carriles quien continúa libre en Miami. A su lado, al centro, el mercenario cubano Guillermo Fariñas y en el extremo izquierdo el traidor Hubert Matos.

El seis de octubre de 1976 un avión de Cubana de Aviación fue objeto de un sabotaje que lo hizo estallar en pleno vuelo cerca de Barbados, y provocó la muerte de todos sus tripulantes y pasajeros, entre ellos, el equipo de jóvenes ganadores del Campeonato de Esgrima de Centroamérica y el Caribe, y otros viajeros guyaneses y coreanos.

   Los familiares de las 73 víctimas, y los pueblos cubano, guyanés y coreano, 37 años después, aguardan por la justicia. Los principales culpables aún no han sido sancionados y continúan su carrera criminal, la cual no ha cesado. 
   Quienes concibieron, planearon y dirigieron la acción genocida tienen largo expediente de terrorismo desde que, en los años sesenta, empezaron a practicarlo a sueldo de la CIA. 

   Su responsabilidad en la voladura del avión cubano y el asesinato a sangre fría de todos los viajeros, son conocidos por el gobierno de Estados Unidos, tal como reconoció en documento oficial el 23 de junio de 1989, el Departamento de Justicia de ese país. 

   Pese a sus notorios delitos, incluso cometidos en Estados Unidos, uno de ellos, Orlando Bosch, fue indultado por el entonces presidente George H. Bush, y vivió tranquilamente en ese país hasta su muerte. 

   El otro, Luís Posada Carriles, después de escapar de una cárcel venezolana donde esperaba juicio por el caso del avión cubano, pasó a trabajar para la Casa Blanca en actividades clandestinas que EE.UU. realizaba en Centroamérica y, posteriormente, dirigió los ataques con bombas contra varias instalaciones turísticas en Cuba. 

   Su última fechoría conocida fue la organización del frustrado atentado contra Fidel Castro y cientos de estudiantes panameños con motivo de la celebración de la Cumbre de Jefes de Estado de Iberoamérica, en Panamá.

   Luego entró clandestinamente en Estados Unidos sin ser molestado, y vive tranquilamente en ese país pese a la reiterada solicitud del gobierno venezolano de que sea extraditado. 

   Cuba posee sobradas razones y la fuerza moral suficiente para  reclamar se haga justicia por ese crimen y la larga lista de tropelías cometidas contra el país a lo largo de más de medio siglo; también para reclamar que el esfuerzo internacional contra el terrorismo sea sincero, consecuente, sin dobles raseros ni discriminaciones, y sin manipulaciones fraudulentas. 

   Mientras el expediente del crimen de Barbados permanezca sin concluir, y en tanto el resto de las atrocidades terroristas fraguadas y ejecutadas desde Estados Unidos no reciban el castigo merecido, será imposible que alguien por allá tenga el mínimo de seguridad para erigirse en fiscal de ese flagelo.


Los Cinco Cubanos estaban combatiendo el terrorismo. ¿Por qué los encarcelamos?

Imprimir artículo

logo
Comité Internacional por la Libertad de los 5 Cubanos Anuncia 


Los Cinco Cubanos estaban combatiendo el terrorismo. ¿Por qué los encarcelamos?
los 5
The Washington Post/Opinion

Por Stephen Kimber*

4 de octubre de 2013

Considere por un momento lo que sucedería si agentes de la inteligencia norteamericana en el terreno, en un país extranjero, descubrieran un grave complot terrorista, con tiempo suficiente para prevenirlo. Luego considere cómo los norteamericanos reaccionarían si las autoridades de ese país, en vez de cooperar con nosotros, arrestaran y encarcelaran a los agentes estadounidenses por operar en su tierra.

Esos agentes serian héroes norteamericanos hoy. El gobierno de EE.UU movería cielo y tierra para traerlos de regreso.

Este tipo de escenario ha tenido lugar en la vida real y del hecho se cumplieron 15 años el mes pasado, solo que los norteamericanos juegan en el rol del gobierno extranjero y Cuba -sí, la Cuba de Fidel Castro- juega el papel de los agraviados EE.UU.

A principios de los años 90, cuando la desaparición de la Unión Soviética suponía que el  colapso del gobierno comunista de Cuba sería inevitable, grupos militantes del exilio cubano en Miami incrementaron sus esfuerzos para derribar a Castro por cualquier vía posible, incluyendo ataques terroristas. En 1994, por ejemplo, Rodolfo Frómeta, líder de un grupo del exilio, fue capturado en una redada del Buró Federal de Investigaciones (FBI) intentando comprar un misil Stinger, un lanzagranadas y cohetes antitanque que dijo planeaba usar para atacar a Cuba. En 1995, la policía cubana arrestó a dos cubanoamericanos luego de que intentaran poner una bomba en un hotel en Varadero.

Esas acciones claramente violaban las leyes de neutralidad de EE.UU, pero el sistema de Justicia norteamericano mayormente miró hacia el otro lado. Aunque Frómeta fue acusado, juzgado y sentenciado a casi cuatro años en la cárcel, las agencias de seguridad raramente investigaron acusaciones que involucraban a militantes exiliados, y si lo hicieron, los fiscales pocas veces aplicaron sanciones. Muy a menudo, políticos de la Florida sirvieron como defensores a elementos de línea dura del exilio.

Pero los cubanos tenían sus propios agentes en la Florida. Una red de inteligencia conocida como La Red Avispa fue despachada a principios de los ´90 para infiltrarse en los grupos del exilio. Tuvieron algunos éxitos. Los agentes frustraron en 1994  un plan para poner bombas en el icónico club nocturno Tropicana, un conocido sitio turístico en La Habana. También interrumpieron un plan para enviar una lancha con explosivos desde Miami River a la República Dominicana para iban a emplearse en un intento de asesinato contra Castro.

En la primavera de 1998, agentes cubanos develaron un complot para explotar un avión con turistas de Europa o América Latina (el complot tuvo resonancia: antes de 2001, el acto de terrorismo aéreo más letal en Latinoamérica había sido la explosión en pleno vuelo del vuelo 455 de Cubana de Aviación en 1976, que ocasionó la muerte de los 73 pasajeros a bordo y los miembros de la tripulación).

Castro envió a su amigo, el ganador del Premio Nobel y novelista Gabriel García Márquez, con un mensaje secreto sobre un complot contra el presidente Bill Clinton. La Casa Blanca tomó la amenaza lo suficientemente en serio como para que la Administración de la Aviación Federal advirtiera a las aerolíneas.

En junio de ese año, agentes del FBI volaron a La Habana para reunirse con sus contrapartes cubanas. Durante tres días en un lugar seguro, los cubanos proveyeron al FBI de evidencia que sus agentes habían reunido de varios complots, incluyendo el ataque planeado al avión y una campaña para poner bombas en hoteles de La Habana que tenía lugar en ese momento y que había causado la muerte de un empresario ítalo-canadiense.

Pero el FBI nunca arrestó a nadie en conexión con el complot del avión o los ataques a hoteles -incluso luego de que el militante exiliado Luis Posada Carriles se jactara al diario The New York Times, en julio de 1998, del papel que jugó en relación con las bombas puestas en La Habana. Al contrario, el 12 de septiembre de 1998, un equipo SWAT del FBI fuertemente armado arrestó a los miembros de la red de inteligencia cubana en Miami.

Los cinco agentes fueron juzgados en aquella ciudad hostil a todo lo cubano, condenados con cargos de "conspiración para cometer" todo desde espionaje hasta asesinato y sentenciados a condenas imposiblemente largas, incluyendo dos cadenas perpetuas más quince años.

Quince años más tarde, cuatro cubanos todavía languidecen en prisiones norteamericanas.

Ahora ustedes comienzan a entender por qué los Cinco Cubanos - como son conocidos- son héroes nacionales en su país, por qué retratos de ellos más jóvenes permanecen en carteles a lo largo del país, por qué cada estudiante cubano los conoce por sus nombres: Gerardo, René, Ramón, Fernando y Antonio.

La vocera del Departamento de Estado, Victoria Nuland, ha declarado que los Cinco Cubanos "fueron condenados en cortes estadounidenses por cometer crímenes contra los Estados Unidos, incluyendo espionaje y traición".

Es cierto que tres de los cinco hombres - Antonio Guerrero, Ramón Labañino y Fernando González- sí tuvieron, en parte, misiones militares que iban más allá de la simple infiltración y el reporte de las actividades de los grupos exiliados de Miami. Pero su propósito no era robar los secretos militares de EE.UU o comprometer la seguridad de ese país.

Durante los años ´90, las autoridades cubanas creyeron que su país podría ser el próximo del Caribe en sufrir una invasión militar norteamericana. No era una exageración cuando se considera a Granada (1983), Panamá (1989) y Haití (1994). Luego, también estaba la creciente influencia de activos grupos de presión anti-Castro como la Fundación Nacional Cubano Americana, que estaba presionando a Washington para derribar a Castro y a su hermano.

Basados en sus evaluaciones de esas invasiones previas, la inteligencia cubana había desarrollado una lista de comprobación de señales de que una invasión podría ser inminente: una afluencia repentina de aviación de combate y reconocimiento a una base militar en el sur, por ejemplo, o visitas inesperadas o sin explicación de altos mandos militares a las instalaciones de la sede del Comando Meridional de EE.UU en Miami.

Agentes como Antonio Guerrero -quien trabajó como conserje en la Estación Aeronaval de Boca Chica en Cayo Hueso desde 1993 hasta su arresto en 1998 y está cumpliendo 22 años en prisión- fueron los equivalentes de los satélites espía estadounidenses, contando los aviones en las pistas y reportando a La Habana.

Por supuesto, las autoridades cubanas estaban ansiosas por conocer todo lo que sus agentes pudieran averiguar y La Habana ocasionalmente presionó a Guerrero al máximo; él respondió enviando recortes de periódicos de la base. No es de extrañar. Guerrero hablaba poco inglés y  no tenía acceso de seguridad; los secretos militares estaban bien por encima de su nivel. Y los secretos militares de EE.UU nunca fueron prioridad real de Cuba -solo quería saber si los yanquis iban a invadirla.

Siete meses después de que el FBI acusara a los Cinco con cargos relativamente insignificantes -no declararse agentes extranjeros, uso de identidades falsas y más seriamente pero menos específico, conspiración para cometer espionaje- los fiscales impusieron un cargo que movilizaría a la comunidad cubana en el exilio.

Acusaron a Gerardo Hernández, el líder de la red, de conspiración para cometer asesinato en conexión con el derribo tres años antes de dos avionetas de Hermanos al Rescate.

Hermanos al Rescate, un grupo anticastrista que había rescatado balseros en el Estrecho de la Florida pero que había perdido su razón de ser tras un acuerdo migratorio de 1994 entre Washington y La Habana, había estado violando el espacio aéreo cubano durante más de un año, arrojando ocasionalmente panfletos contra el gobierno en La Habana. El gobierno estadounidense hizo lo que pudo para prevenir posteriores incursiones, pero las ruedas de la burocracia en la Administración de la Aviación Federal se movieron lentamente.

En los primeros meses de 1996, los cubanos enviaron mensajes a Washington a través de varios intermediarios, advirtiendo que si EE.UU no detenía otros vuelos de los Hermanos, ellos lo harían.

Washington no lo hizo.

Pero los cubanos sí. En la tarde del 24 de febrero de 1996, aviones caza cubanos derribaron dos avionetas pequeñas no armadas de Hermanos al Rescate, ocasionando la muerte de los cuatro hombres que iban a bordo.

Cuba reclama que las avionetas estaban dentro de su territorio. El gobierno estadounidense reclama - y la Organización de la Aviación Civil Internacional coincidió- que estaban en espacio aéreo internacional cuando fueron atacadas.

¿Pero sabía Hernández realmente con anterioridad que el gobierno de Cuba planeaba derribar las avionetas? ¿Estaba él implicado en la planificación?

Mi respuesta es que no. Durante mi investigación para el libro sobre los Cinco Cubanos, revisé las más de 20 000 páginas de la transcripción del juicio y revisé miles de comunicaciones decodificadas entre La Habana y sus agentes. No encontré evidencia de que Hernández tuviera conocimiento o influencia en los eventos de ese día.

Por el contrario, la evidencia ofrece la imagen de una burocracia de la inteligencia cubana obsesionada con la compartimentación y control de la información. Hernández, un oficial de inteligencia ilegal de nivel de campo, no tenía necesidad de conocer lo que planeaban las fuerzas cubanas. Los mensajes e instrucciones desde La Habana eran ambiguos, la evidencia no era contundente, particularmente para un cargo de conspiración para cometer asesinato.

En un mensaje, por ejemplo, los jefes de Hernández se refieren a un plan para "perfeccionar la confrontación" con Hermanos al Rescate, lo cual los fiscales insistieron que significaba derribar las avionetas.

Pero como la jueza Phyllis A. Kravitch señaló - en  su desacuerdo con una decisión de la Corte de Apelaciones de EE.UU por 11no Circuito sobre el cargo de asesinato contra Hernández- "Existen muchas vías en las que un país podría confrontar aviación extranjera. Aterrizajes forzados, disparos de advertencia y viajes con escolta fuera del espacio aéreo territorial de un país están entre ellos - como también están los derribos". La jueza dijo que los fiscales "no presentaron evidencia" que vinculara a Hernández con el derribo. "No puedo decir que un jurado razonable - dada toda la evidencia- podría concluir más allá de la duda razonable, de que Hernández accediera a un derribo," escribió Kravitch.

Un "jurado razonable." Ahí está el problema.

A fines de los `90, los jurados de Miami se habían vuelto tan notorios en casos que involucraban a exiliados cubanos que los fiscales federales en un caso diferente se opusieron a una moción de la defensa para un cambio de sede de Puerto Rico a Miami para algunos exiliados cubanos acusados participar en un complot para asesinar a Castro.

Miami "es una sede muy difícil para asegurar una condena para los llamados luchadores por la libertad", explicó el abogado Kendall Coffey al diario The Miami Herald en ese momento. "Tuve algunas condenas, pero algunas absoluciones que desafiaban toda lógica".

Los militantes anticubanos, de hecho, eran considerados héroes. En 2008, más de 500 agitadores del exilio en Miami se reunieron en honor a la contribución de Posada a la causa - como se conoce en la comunidad el esfuerzo por sacar a Castro del gobierno - en la cena de gala.

¿Sus contribuciones? Además de los ataques a hoteles de La Habana ("Duermo como un bebé", dijo al diario The New York Times, comentando sobre el turista que murió), Posada es el presunto autor intelectual del bombardeo del vuelo 455 de Cubana. Cuba y Venezuela han pedido su extradición. Estados Unidos se ha negado a la misma.

En el 2000, Posada fue arrestado en Panamá en conexión con un complot para asesinar a Castro; fue condenado y estuvo cuatro años en la cárcel antes de recibir un perdón aún controversial. Ese perdón fue revocado en 2008.

Lo más cerca que el gobierno de EE.UU ha estado de procesar a Posada fue en 2009, cuando la administración de Obama lo acusó - no por su papel en las bombas puestas en La Habana sino por mentir en un formulario de inmigración. Fue absuelto.

Hoy, Posada, de 85 años, camina por las calles de Miami, una contradicción viviente de la guerra norteamericana contra el terrorismo. ¿Cómo ajustar su libertad con la declaración del presidente George W. Bush tras el 11 de Septiembre de que "cualquier nación que continúe albergando o apoyando el terrorismo será considerada como un gobierno hostil por los EE.UU?" ¿Cómo ajustar la libertad de Posada con el sostenido encarcelamiento de los Cinco Cubanos, cuyo principal objetivo era prevenir ataques terroristas?

Es una contradicción que los norteamericanos deberían considerar.

* Stephen Kimber imparte clases de Periodismo en la Universidad de King's College en Halifax, Canadá, y es el autor del libro Lo que hay del otro lado del Mar- La Verdadera Historia de los Cinco Cubanos.

Traducción: Danay Portal Vigoa/ Cubadebate


Para mas información sobre los 5 Cubanos visite: www.thecuban5.org 
Para adquirir copia del libro escriba a:info@thecuban5.org

Biocombustibles y bioenergía en aumento: Biodiversidad en peligro

Imprimir artículo

Los biocombustibles a escala industrial y la bioenergía, con sus nuevas demandas de madera, productos agrícolas y otros tipos de biomasa vegetal, están teniendo efectos graves e irreversibles en la biodiversidad, especialmente de los bosques. Con el impulso de la inversión extranjera, grandes extensiones de tierra se están destinando a la producción de materias primas para bioenergía en el sur global, socavando así los derechos de los Pueblos Indígenas, la soberanía alimentaria, la reforma agraria y los derechos sobre la tierra. El lenguaje de la CDB "para promover los efectos positivos y minimizar los impactos negativos de la producción de biocombustibles" debe ser reemplazado por un llamado a poner fin a todos los incentivos perversos que promueven la expansión de la producción de bioenergía industrial.
¿Que está en peligro?
Las industrias se unen para formar la nueva bioeconomía
Los biocombustibles y la bioenergía en general se están convirtiendo en la base energética de la "bioeconomía basada en el conocimiento (KBBE)", basada en la idea de sustituir los combustibles fósiles como fuente de energía y otros productos con la biomasa. Las principales industrias, incluida la biotecnología y dentro de ella la ingeniería genética, la agroindustria, el petróleo, la madera y las industrias de pulpa y papel, todas ven un potencial de ganancias en la "nueva bioeconomía" y el desarrollo de la química a base de vegetales. La UE y los EE.UU. continuarán promoviendo la bioeconomía, mientras que la India, Brasil y China se encuentran entre aquellos que los están explorando. La expansión de la industria de la bioenergía (biocombustibles y biomasa) a gran escala es parte de una agenda política que aduce hacer frente al cambio climático y la seguridad energética pero que compromete seriamente a los usos tradicionales a pequeña escala.
Los objetivos sólo de los EE.UU. y la UE en materia de bioenergía están aumentando la demanda de manera tan drástica que grandes regiones del sur global ya se están convirtiendo en monocultivos industriales y con fines energéticos para la exportación. Si bien esto se hace en nombre de la reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero, la contabilidad del ciclo de vida en la mayoría de los procesos de bioenergía, incluidos los combustibles para transporte y la combustión para electricidad, indica un aumento neto de las emisiones.
La promoción de biochar (conversión de la biomasa en carbón vegetal) para supuestamente “secuestrar carbono” y por lo tanto proporcionar compensaciones para las emisiones, aumentaría aún más la demanda de biomasa.
La producción industrial no es sostenible
Los sistemas industriales de producción de los productos básicos han llegado a un punto de inflexión de la insostenibilidad. En contraste con los sistemas biodiversos, los sistemas industriales son a gran escala, dependientes de combustibles fósiles y de agroquímicos ,y utilizan un rango estrecho y en gran medida uniforme de las variedades vegetales, razas animales y especies de peces, incluidos los OGM. Los rendimientos se han estancado, la resistencia a las plagas es endémica, y la contaminación del agua, el suelo y el aire es cada vez mayor. Los acuerdos comerciales contribuyen a la erosión de la diversidad biológica mediante la promoción de estos sistemas industriales. Los cultivos para agrocombustibles de los sistemas de monocultivo dependentes de las subvenciones y de combustibles fósiles para su producción, también alimentan la pérdida de la diversidad que sustenta la adaptación al cambio climático.
Impactos sobre la biodiversidad
Desde la última Conferencia de las Partes de la CDB en 2008, varios informes han esclarecido y documentado aún más el impacto de labioenergía industrial. Entre éstos figuran:
(1) En la medida que aumenta la demanda de bioenergíasubvencionada, se destruye la biodiversidad
La demanda de bioenergía está provocando una mayor conversión de los ecosistemas naturales en plantaciones industriales, y también tiene un impacto significativo sobre los recursos hídricos, en la contaminación química y con pesticidas, y sobre los bosques.
En la UE y los EE.UU., las nuevas instalaciones a escala industrial de combustión de leña están creando una nueva fuente importante de demanda de madera, que compromete seriamente las políticas de conservación y restauración de la diversidad biológica forestal.
(2) La bioenergía industrial compite con la producción de alimentos y agrava el hambre
La bioenergía industrial compite con la producción de alimentos tanto por el cultivo en si, como por el agua y la tierra. Sin embargo, el cambio hacia "cultivos" para energía sigue aumentando, desplazando a otros cultivos para sustituir a labiodiversidad y a los bosques en otros lugares. Los promotores de la bioenergía industrial aducen que las tecnologías del futuro que aprovechan la celulosa, plantas no alimenticias y árboles, evitan este conflicto. Pero los requerimientos en materia de tierra, suelo y agua persisten. Los cultivos que son fuente de biocombustibles y de alimento para animales, como es el caso de la soja y el maíz, se suman a las presiones. Además, los estudios han demostrado que no hay suficiente tierra para la producción de biocombustibles que satisfaga la demanda actual de energía
(3) La bioenergía industrial está promoviendo la especulación y la inversión mundial en la tierra, dando lugar a una nueva era de colonización y "apropiación de tierras"
Los inversores se están apoderando de grandes extensiones de tierras en todo el mundo, para satisfacer la creciente demanda de cultivos alimentarios y para bioenergía. Según el International Food Policy Research Institute (IFPRI), los inversionistas extranjeros están negociando ofertas de hasta 20 millones de hectáreas (49 millones de acres) de tierras en África, Asia y América Latina.
Con frecuencia se afirma que esas tierras son "marginales, abandonadas y degradadas", mientras que de hecho pueden ser utilizadas por los pastores, los pequeños productores de alimentos, los Pueblos Indígenas y las comunidades locales. Los efectos son claros: las personas son expulsadas de sus tierras y su alimentación se torna insegura, las mujeres y sus familias pierden el acceso a la bioenergía radicional para uso local, los ecosistemas se degradan, se fragmentan y pierden su resiliencia y capacidad de regeneración, los suministros de agua se deterioran y agotan, la biodiversidad se pierde y las plantaciones para bioenergía impiden la regeneración de los ecosistemas nativos en esas tierras.
(4) La bioenergía industrial está aumentando el desarrollo y el uso de nuevos cultivos y tecnologías potencialmente peligrosas
Los cultivos y los árboles genéticamente modificados se proponen como soluciones a todo, desde el aumento en la velocidad de crecimiento, hasta lograr que los cultivos y los árboles resulten más fáciles de procesar para la producción de energía. Eucaliptos, álamos y otras variedades de árboles están siendo desarrolladas y probadas para crecer más rápidamente y contener menos lignina (un material estructural de la madera que interfiere con el procesamiento), y recientemente se han diseñado variedades de maíz para que tanto los cereales como los tallos se puedan convertir en etanol, entre muchos otros ejemplos. Los árboles y cultivos modificados tienen el potencial de contaminar los parientes silvestres y amenazan gravemente la biodiversidad. La biología sintética promete la construcción de microbios "sintéticos" para ayudar en la digestión de la celulosa de las plantas industriales de refinación y conversión a biocombustibles y "productos biológicos". Sin embargo, la biología sintética en gran medida no está reglamentada y se desconoce por completo las consecuencias de la liberación de organismos sintéticos en los ecosistemas.
Las especies invasoras: se sabe que muchos de los cultivos para biocombustible son especies invasoras, por ejemplo: pasto varilla, miscanthus, jatrofa, marango, eucalipto, sauce. Sin embargo, el cultivo de estas plantas está siendo ampliamente fomentado y apoyado.
¡La biodiversidad agrícola alimenta al mundo!
La biodiversidad agrícola es vital para la producción sostenible de alimentos. Es el resultado de sistemas de agricultura ecológica biodiversos y con capacidad de resiliencia, desarrollados por los conocimientos de mujeres y hombres quienes, a pequeña escalas , producen o cosechan los alimentos en los ecosistemas terrestres, acuáticos y marinos. Su selección dinámica, desarrollo y intercambio de semillas y otros materiales de las plantas, así como el ganado y otras especies alimenticias - recursos genéticos para la alimentación y la agricultura - han creado la biodiversidad agrícola que, literalmente, alimenta al mundo. Esta provisión de alimentos a pequeña escala alimenta al menos el 70% de la población mundial.
La biodiversidad agrícola necesita del cuidado humano, la sabiduría y el conocimiento para sobrevivir, desarrollarse y adaptarse a los ecosistemas locales, culturas y necesidades. La Biodiversidad de las semillas, razas de animales locales y especies acuáticas, y sus conocimientos tradicionales asociados, han sobrevivido porque son continuamente utilizados, mejorados y transmitidos a las generaciones sucesivas e intercambiados libremente dentro y entre comunidades, países y continentes.
ETC Group
www.etcgroup.org

Delante de sus narices

Imprimir artículo

Por: 
El economista Antonio Fatas está estupefacto, igual que yo, ante la aparente incapacidadde la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) para siquiera plantearse la posibilidad de que los malos resultados económicos europeos sean consecuencia de la austeridad fiscal.
Pier Carlo Padoan

Claro que, por un lado, es perfectamente comprensible. La OCDE en general –y, en concreto, su economista jefe, Pier Carlo Padoan– fue uno de los primeros y de los mayores animadores de la austeridad; es fácil ver por qué no quieren admitir que, de hecho, estaban animando a Europa a sumirse en el desastre. 
    
Así y todo, es un tanto deprimente. Lo que acabamos de tener en la eurozona es lo más parecido a un experimento natural en política fiscal que probablemente veremos nunca, y sus resultados apoyan en gran medida la visión keynesiana. Cabría esperar algún reconocimiento, alguna revisión de opiniones. 
Pero el mundo no funciona de esa manera. George Orwell lo tenía muy claro. Lo siguiente está extraído de su ensayo, In Front of Your Nose [Delante de sus narices]: “La cuestión es que todos somos capaces de creer cosas que sabemos que no son ciertas, y luego, cuando se demuestra finalmente que estábamos equivocados, tergiversar descaradamente los hechos para demostrar que teníamos razón. Intelectualmente, es posible continuar este proceso durante un tiempo indefinido: lo único que lo frena es que, tarde o temprano, una falsa convicción choca contra la dura realidad, por lo general en un campo de batalla... Ver lo que uno tiene delante de sus narices  requiere una lucha constante”.  
Y no hay muchas personas influyentes a las que les vaya ese tipo de lucha.      
Traducción de News Clips.
© 2013 The New York Times.

Cuba. Los constructores estudian nuevos planos

Las cooperativas se expanden también al sector constructivo.Las cooperativas se expanden también al sector constructivo.Crédito: Jorge Luis Baños/IPS.
El reordenamiento del Ministerio de la Construcción y la introducción de formas de gestión no estatal, cooperativas en primer lugar, intentan reanimar a un importante sector de la economía cubana.
Cuando el gobierno cubano, en reunión del Consejo de Ministros, anunció a fines de septiembre la creación de un tercer grupo de 73 cooperativas no agropecuarias, la construcción constituyó una de las actividades más representadas, con 33. La fórmula se suma al extenso expediente de alternativas ensayadas o aplicadas en ese sector, que se ha distinguido entre los más ineficientes desde hace varias décadas.
Aunque el ámbito de las nuevas estructuras productivas es todavía reducido, abren una puerta a la real autonomía de los constructores en la gestión y administración de sus ganancias y podría solucionar uno de los problemas que no ha logrado frenar el Ministerio de Construcción (MICONS): la alta inestabilidad de la fuerza de trabajo, conflicto agravado desde que en 2010 se flexibilizó y estimuló el autoempleo o trabajo por cuenta propia.
De acuerdo con datos ofrecidos recientemente por ese organismo a la televisión cubana, anualmente fluctúa un 42 por ciento de la masa laboral del sector. Alrededor del 20 por ciento se mueven entre entidades del propio sistema de la construcción, pero otro 22 por ciento emigra definitivamente hacia otras actividades.
Más de 20.000 trabajadores tienen que reponer las empresas constructoras cada año. El nuevo personal ingresa con menos competencia y habilidades y acentúa las tensiones desde el punto de vista de la productividad y la calidad, dos viejas deudas de la construcción en Cuba. Como prueba quedan el deficiente control del hormigón hidráulico a pie de obra, el incumplimiento de contratos, la demora en la ejecución de inversiones y, una de las manifestaciones más lamentadas, las filtraciones por porosidad de los paneles prefabricados y la mala terminación de las obras.
Los esfuerzos para cubrir los vacíos de personal no son escasos. El MICONS emplea actualmente a más de 100.200 trabajadores: 60 por ciento son operarios; 20 por ciento, técnicos y 14 por ciento, administrativos y de servicios. El resto son dirigentes.  
Bajo ese nubarrón, las capacidades constructivas del país experimentaron un acentuado deterioro con la crisis económica desatada en los años 90, identificada por los cubanos como Período Especial. Experimentos como los contingentes de la construcción aliviaron, pero no resolvieron la inestabilidad del personal en ese sector y su baja productividad.
Este último indicador, la productividad, ha sido torpedeado también por problemas tradicionales de la construcción, presentes aún hoy y reconocidos por funcionarios del MICONS en el programa televisivo Mesa Redonda: fallas en la organización del trabajo, en la planificación y en la utilización del tiempo, adquieren particular gravedad en una actividad que combina una gama de oficios y profesiones diversos –arquitectos, ingenieros civiles, proyectistas, albañiles, plomeros, electricistas, soldadores, carpinteros, productores de hormigón, de prefabricados, de bloques y otros-. A esto se añade el manejo de equipos de construcción y de transporte también variados y de una amplia lista de materiales.
La viceministra de la Construcción, Lesbia Vázquez, informó un reajuste de estrategias para dar impulso a signos de reanimación, aún endebles, que se observan en los años más recientes. En frecuencia con el programa planteado por el gobierno para todos sus organismos, la funcionaria dijo que el ministerio daría continuidad a un reordenamiento institucional que apunta a la separación de funciones estatales y empresariales.
Las empresas constructoras estatales, poseedoras de los principales recursos y medios de producción, se concentrarán en las grandes obras y programas de inversiones estratégicas del país. Casos conocidos son los trasvases del oriente cubano para aprovechar mejor los recursos hídricos, la Zona Especial de Desarrollo del Mariel, la construcción de hoteles, la reparación de grandes edificios y la edificación de complejos habitacionales.Poseedoras de los principales medios de producción, las empresas estatales de la construcción se concentran en inversiones estratégicas y otras grandes obras.Poseedoras de los principales medios de producción, las empresas estatales de la construcción se concentran en inversiones estratégicas y otras grandes obras.
Para desatar nudos y encontrar las claves de eficiencia que le han sido adversas, estas empresas incorporarán con las nuevas directivas del plan del 2014, la posibilidad de disponer con autonomía de una parte de las utilidades para estimular salarialmente a los trabajadores más productivos.
Paralelamente, como confirmó la mencionada reunión del Consejo de Ministros, toman vuelo las nuevas formas de gestión no estatal, que se insertan en la ejecución de obras, fundamentalmente viviendas. Las 33 cooperativas aprobadas a fines de septiembre se agregaron a 24 que habían recibido luz verde antes, mientras otro grupo aguarda por licencia. Aunque todavía tienen un peso menor, despiertan optimismo.
Los funcionarios del MICONS entrevistados en la Mesa Redonda también informaron de la introducción de nuevas tecnologías que permiten reducir el empleo de mano de obra y sistemas de certificación de calidad más exigentes.
Con el soporte de esas y otras medidas, y la expectativa de cambios en el tintero del Consejo de Ministros, el sector ha conseguido un gradual despegue. De 1.334 empresas constructoras con cuenta el país –subordinadas al MICONS y otros organismos-, 13 aportan el 90 por ciento de la capacidad constructiva, en ascenso moderado desde el 2010. En el 2012 las edificaciones, y las obras industriales, ingenieras, marítimas, entre otras, llegaron a 4.882 millones de pesos, un 11 por ciento por encima del 2011, y este año, el MICONS calcula que pasen de 5.400 millones.
La construcción de viviendas, sin embargo, continúa entre las deudas de más tensión. Quizás uno de los casos más dramáticos se localiza en la provincia oriental de Santiago de Cuba. A un año del paso del huracán Sandy por ese territorio, todavía aguarda por solución más de la mitad de las personas que vio volar sus cubiertas o sufrió otras afectaciones. Derrumbes totales o parciales, techos perdidos y otros daños, afectaron a 171.000 viviendas.
Mientras los constructores ensayan nuevas fórmulas, dos grandes incógnitas laten en la realidad cubana: ¿despegará la construcción de viviendas? Y sobre todo, ¿conseguirá el sector sacudirse de una vez el maleficio que atenta contra su calidad y eficiencia?

La desbandada que no se produjo en Cuba tras reforma migratoria descoloca a la prensa internacional

Imprimir artículo


Ocho meses después de que se aprobara en Cuba la nueva Ley Migratoria, que eliminó el trámite del permiso de salida para viajar fuera del país, se han producido cerca de 180.000 viajes al exterior, en un clima de normalidad absoluta. La desbandada que pronosticaron algunos está bien lejos de haberse producido. Pero cierta prensa internacional sigue resucitando viejos mitos. Edición de video: Esther Jávega.
La desbandada que no se produjo en Cuba tras reforma migratoria descoloca a la prensa internacional
José Manzaneda, coordinador de Cubainformación.- Ocho meses después de que se aprobara en Cuba la nueva Ley Migratoria, que eliminó el trámite del permiso de salida para viajar fuera del país, se han producido cerca de 180.000 viajes al exterior, en un clima de normalidad absoluta (1). La desbandada que pronosticaron algunos está bien lejos de haberse producido (2).
Pero cierta prensa internacional sigue resucitando viejos mitos. Hace unos días, el diario español El Mundo insistía en que “un derecho natural (el de viajar) les fue negado durante más de cinco décadas” a cubanas y cubanos (3). Curiosamente, no decía ni una palabra de que su gobierno, el de España, es en la actualidad uno de los principales obstáculos para el ejercicio de ese “derecho natural” por parte de miles de habitantes de Cuba, al haber endurecido en el último año las ya draconianas condiciones para la concesión de visados de entrada (4).
Tampoco mencionaba –ni en este ni en otros textos anteriores- que a quien le es cercenado el “derecho natural” a viajar es a la ciudadanía de EEUU de origen no cubano, que tiene prohibido viajar a Cuba salvo con una licencia especial, la de los llamados viajes “people to people” (“pueblo a pueblo”) (5).
Tanto el citado diario El Mundo, como el ABC, dedicaban un amplio espacio de sus noticias a las nuevas facilidades de viajar que tienen los llamados “disidentes”, a quienes en el pasado –ciertamente- las autoridades de la Isla les negaban esa posibilidad en numerosas ocasiones. El ABC dedicaba más de la mitad del texto a los viajes de este colectivo absolutamente marginal en la sociedad cubana (6). Y –dado que estas personas entran y salen ya de Cuba con absoluta libertad- insinuaba que ahora las represalias gubernamentales consisten en que, a su regreso, en el aeropuerto, “son sometidos a un registro minucioso de sus pertenencias”. Imaginamos que la periodista de ABC Carmen Muñoz no visita mucho los aeropuertos del mundo, mucho menos los de EEUU.
El Mundo, además, se lamentaba de que la normalidad en los viajes de la “disidencia” le ha quitado a ésta el glamour informativo: al comienzo sus “viajes (al exterior) ocuparon los principales espacios informativos. (...) Pero ahora, más de ocho meses después, ya casi no se trata el tema (en los medios)”, escribía su corresponsal en Miami Rui Ferreira. Y se apoyaba en el análisis de un supuesto experto de la Universidad Internacional de Florida, que consideraba esta situación “preocupante, porque puede conducir a la inercia, de pocas consecuencias políticas”, incluso a “obstaculizar una transición democrática de corte occidental (en Cuba)”. Y es que, aunque los medios no lo quieran reconocer, la flexibilización migratoria del Gobierno cubano ha conseguido que la llamada “disidencia” –colectivo de nula representatividad y apoyo social en la Isla- rebaje en muy poco tiempo su desproporcionada y artificial presencia mediática.
Otra de las medidas contenidas en la Ley Migratoria cubana, recordemos, es la supresión de la llamada “salida definitiva” del país, por lo que las personas que emigran pueden después regresar a residir en Cuba. De hecho, casi 1.900 han retornado al país en lo que va de año. El portal financiero El Boletín lo titulaba así: “Cuba permite el regreso de más de 1.900 exiliados” (7). Es decir, convertía –en una práctica informativa ya habitual- a todas las personas que han salido de la isla en emigrados políticos (8).
Por otro lado, hace unos días, el diario estadounidense The New York Times publicaba, en su sección de turismo, un especial sobre los llamados viajes “people to people” (“pueblo a pueblo”), impulsados por la administración Obama (9). Recordemos que estos viajes a Cuba –muy limitados y bajo licencia previa del Departamento del Tesoro- tienen un declarado fin político: están destinados a que académicos, artistas o líderes religiosos de EEUU trasladen al pueblo cubano los valores de la “democracia”, para un supuesto “cambio de régimen”. A los visitantes se les prohíbe expresamente hacer mero turismo en la Isla, gastar más de 188 dólares por día o salirse de un itinerario previamente aprobado por el Gobierno de EEUU (10).
El reportaje de The New York Times provocaba la protesta airada del congresista de origen cubano Marco Rubio, que en una carta al rotativo se declaraba “sorprendido” y “lamentaba” que éste dedicara una página entera a promocionar los viajes a Cuba (11). Recordemos que Rubio pertenece al lobby cubanoamericano de ultraderecha que se opone a estos viajes, que promueve la asfixia económica a Cuba e incluso una eventual intervención, y que presiona para que Washington mantenga a Cuba en sus listas de países que –supuestamente- amparan el terrorismo o el narcotráfico. Pues bien, The New York Times, tras la carta de Rubio, decidía suspender la publicación de comentarios de los lectores en su edición digital, que –hasta ese momento- habían sido en su mayoría favorables a levantar la prohibición de viajar a Cuba y a eliminar el bloqueo económico.
El último de los comentarios que fueron publicados apunta a la verdadera preocupación de Marco Rubio y de otros detractores de los viajes a Cuba. Una persona que había participado en uno de dichos viajes “people to people” no solo elogiaba el nivel cultural, la buena información y la sinceridad de sus guías cubanas, sino que sentenciaba que “la mayoría (de quienes viajamos) llegamos a la misma conclusión: que las décadas de embargo (a Cuba) son inútiles y absurdas” (12).
Es decir, que los viajes autorizados por el Gobierno de EEUU para contaminar de democracia liberal al pueblo cubano y animarle a que cambie su sistema, provocan el efecto contrario: generan en los visitantes norteamericanos sentimientos de simpatía y el convencimiento de que la política de sanciones y bloqueo a Cuba es absurda e injusta.
Otro de los comentarios publicados en la edición digital de The New York Times antes de que le diario decidiera cerrarlos, apuntaba también al meollo del problema: decía que es “descabellado” prohibir a la ciudadanía estadounidense visitar Cuba, y que constituye una “flagrante discriminación” permitírselo solo a los cubanoamericanos. Pero sobre este “derecho natural” de viajar que es negado al pueblo norteamericano por su Gobierno, violando incluso su propia Constitución, diarios como El Mundo o el ABC siguen sin decir ni media palabra.
Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...