ESTEBAN MORALES
UNEAC
Esta es la tercera ocasión en que el presidente Obama extrae de su “bolsa de Prerrogativas Ejecutivas”, medidas para operar en sus relaciones con Cuba. Pero a pesar de ser la tercera, “está muy lejos de ser la vencida”. Continúa habiendo mucho espacio entre el restablecimiento de las relaciones diplomáticas que ha tenido lugar y una normalización de las relaciones entre ambos países.
Nos sentimos algo esperanzados a finales del año 2015, cuando el Representante de Estados Unidos ante la ONU, en su intento de réplica a la aplastante votación contra el bloqueo y poco después el propio Presidente, anunciaron que se adoptarían medidas que beneficiarían a ambos países. ¿Pero esto último ha ocurrido?
Confieso, que antes pensaba que el Presidente podría apresurarse para evitar “los retrocesos”, pero ya esa confianza inicial la pongo en dudas. No ha decidido Obama apresurarse, ni mucho menos para evitar el retroceso. Continúa a su ritmo, para dejarnos bien “colgados”, antes de despedirse.
Más bien, las recientes medidas del 26 de enero último, lo que hacen es confirmarme en la opinión, de que los planes de Obama son de subversión política y no de normalización de relaciones.
Las medidas anunciadas se centran en los asuntos siguientes:
-Se habla de un potencial financiamiento y de facilidades de pago para la exportación desde terceros países de productos norteamericanos a Cuba. Manteniendo la exclusión del sector agroalimentario no autorizado por la Ley Helms-Burton.
-Se otorgaran licencias para la exportación de productos destinados al funcionamiento de las organizaciones de derechos humanos. También para el mejoramiento de las comunicaciones. Asuntos que resultan clave para hacer avanzar el proyecto subversivo.
-Otorgamiento de licencias para la exportación de productos relacionados con la aviación civil. Incluyendo la posibilidad de rentar aviones a empresas estatales cubanas. Este último resulta un negocio muy lucrativo, pero pienso que no beneficiará mucho a las empresas cubanas.
-Se aprobaran caso a caso licencias para la exportación de productos a empresas estatales cubanas, destinados a satisfacer lo que se define como necesidades del pueblo cubano. Ninguna de estas empresas será el azúcar, el nikel o el turismo. Y para el resto, lo casuístico funcionara como un “arma de doble filo”.
-Se incluyen licencias generales para la realización de eventos deportivos (aunque solo amateur y semiprofesionales) y académicos en Cuba.
No es difícil percatarnos de que Cuba no puede exportar nada. Ni tiene tampoco un papel digamos, muy activo en las importaciones. Pues el asunto de la comercialización estará bajo el control de Estados Unidos.
También resulta asombroso el parecido entre el conjunto de medidas que ahora adopta Obama (26 de enero del 2016) y las proposiciones que en su momento realizo el Tanque Pensante Council on Foreign Relations (CFR) a finales de 1999, formado por el Grupo de Trabajo dirigido por Bernard W. Aronson y William D.Roger, bajo la coordinación de Julia Sweig, con el propósito de proponer como debían conducirse las relaciones entre Cuba y Estados Unidos en el siglo que entonces casi comenzaba .
Llegando al 26 de enero del año en curso, los Departamentos de Comercio y del Tesoro anunciaron enmiendas adicionales a las regulaciones sobre las sanciones implementadas adicionalmente por el presidente Obama, encaminadas a aliviar las sanciones a Cuba. Pero de tal modo, que en realidad, aun no es posible precisar en que realmente podremos avanzar hacia el futuro debate y solución de los asuntos claves que Cuba ha reiterado: bloqueo, base naval, agresión mediática y compensaciones por daños.
El bloqueo continúa sin ser tocado; porque no hay exportación cubana hacia Estados Unidos y el dólar no puede ser utilizado en las transacciones, lo cual hace que las pocas medidas económicas autorizadas tengan que desenvolverse sobre la base de la utilización de una tercera moneda. Habría que preguntarse entonces, ¿Por qué Obama insiste en no liberar la utilización del dólar al gobierno cubano, si ello lo que hace es dificultar la aplicación práctica del resto de las limitadas medidas de corte económico que ahora ha adoptado?
Aún los ciudadanos norteamericanos comunes no pueden realizar turismo en Cuba y los que vienen, por los acápites migratorios autorizados, solo pueden hacerlo bajo condiciones que mantienen las restricciones impuestas.
En realidad, las medidas adoptadas ahora, aunque puedan parecer económicas, continúan siendo esencialmente políticas, tanto por su forma, como por los objetivos que persiguen. Lo cual queda explícito en las palabras del Secretario del Tesoro Jacob L. Lew, cuando dice:
“…envían un claro mensaje al mundo: Los Estados Unidos están comprometidos a empoderar y facilitar los avances económicos para el pueblo cubano .Estamos trabajando para permitir el libre flujo de información entre cubanos y norteamericanos y continuaremos dando los pasos necesarios para ayudar al pueblo cubano a alcanzar la libertad política y económica que merecen “
Entones, con su mesianismo de siempre, Estados Unidos se toma la atribución de determinar que sería lo mejor para el pueblo cubano. No son el gobierno cubano, ni las instituciones del país, las que deciden, sino las autoridades norteamericanas. Manteniendo además las excepciones y las autorizaciones a discreción.
Al mismo tiempo, resulta sumamente compleja la redacción del documento. Implicando la posibilidad de variadas y sutiles interpretaciones de las medidas. Por lo que su real aplicación queda solo en manos de los dispositivos del gobierno que las formularon.
Es evidente que el documento esta formulado de tal modo, que dificulta ver claro cuáles son las ventajas o desventajas que ofrece para aquellos a los cuales se aplican las medidas.
Me pregunto, respecto a la que puede ser considerada como la medida económica más importante, ¿qué sentido tiene ofrecer créditos, para exportaciones o reexportaciones, si todo ello lleva implícito la utilización de una tercera moneda? ¿Quién la provee y cómo, si el dólar no puede ser utilizado? Se trataría de una muy compleja operación, sobre todo si estamos hablando de pequeños comerciantes, cuentapropistas o pequeños empresarios. Personas que por lo general desconocen esos mecanismos. Por lo que no es difícil percatarnos, de que todos quedan en las mismas manos, pues sería la banca norteamericana la que manejaría esa especie de economía paralela dentro de Cuba, al margen del gobierno cubano. Ninguna de esas operaciones tendría nada que ver con el Estado cubano, ni pasaría por sus mecanismos. Tal vez solo en términos de los impuestos a pagar por las operaciones a realizar en el territorio nacional.
Además, como bien se dice, “Se aplicara una política de negación, que será aplicada a las exportaciones y reexportaciones de bienes para uso de empresas estatales, agencias u otras organizaciones del gobierno cubano, que generen ganancias para el estado, incluyendo aquellas de la industria turística.” Es decir, que el gobierno cubano, en términos de recibir ganancias, no podría verse beneficiado ni en el turismo, su principal actividad económica hoy.
Creo queda muy claro, que el objetivo de Obama es poner a circular mucho dinero, en múltiples actividades y direcciones, pero todo orientado hacia la actividad económica privada, artística, intelectual, deportiva, informativa, etc. Es decir, en todo a lo que a Obama le interesa, pero sin que el estado cubano pueda beneficiarse de ese flujo. Pues como bien reconocen, el objetivo es “empoderar” a la llamada sociedad civil; sobre todo, al trabajador privado, sin que el estado pueda intervenir en nada. Siendo, pienso yo, esa la razón básica para no liberar el uso del dólar, pues de ese modo, sería el estado cubano el único que no se beneficiaria de las facilidades de exportar, importar, y de un movimiento de recursos en general, que solo quieren dirigirse a la llamada sociedad civil. Entendida esta última, como el individuo, el privado, el independiente, el cuenta propia, la persona que podría sobrevivir por sí misma, sin depender para nada de la ayuda estatal, ni de lo que genera su economía, ni de los recursos que se distribuyen por esa vía.
Asunto que se vería complementado con la paulatina aparición o reforzamiento, porque ya existen, de otras actividades privadas, en la salud, la educación y otros servicios, las que contribuirían a desplegar pobreza, desamparo, hambre, pero permitiendo siempre generar una clase media, que es la que interesa a un proyecto como el de Obama. Porque es dentro de la cual se identifica a las fuerzas políticas que acompañarían la política subversiva de Estados Unidos.
Junto a todo ello, se observa de manera clara, como la actividad cultural, artística, informativa, intelectual en general, irían disfrutando de manera creciente de un marco situacional, que permitiría ir desplazándolas el esfuerzo cultural colectivo del país, hacia una actividad cultural mercantilizada, para el disfrute solo unos cuantos y no asentada en la creación social, ni en el fortalecimiento de lo nacional, de lo identitario, sino solo en el proyecto individual que sobresale, que conquista a los públicos empoderados , dándoles al público de todo, menos de aquello que mantiene integrada y sólida la identidad de la nación. Pues esta última debe desaparecer.
Comenzaron a lograrlo en el 98; pero la perdieron a partir del 59, ahora quieren recuperarla. Y harán todo lo posible y lo imposible por lograrlo. Por lo que la nación cubana sobrevivió hasta aquí, pero hoy, con medidas como las que se pretenden aplicar, está más en peligro que nunca.
Por ello se observan los proyectos para facilitar el flujo de viajeros entre ambos países, el fortalecimiento del correo, la circulación de información, las continuas visitas, las becas para formar líderes, la afluencia del cine financiado, la televisión interconectada, el intercambio cultural y académico, etc.
Para lo antes mencionado, no habría bloqueo, ni restricciones. Pues el bloqueo solo debe continuar funcionando para que Cuba no pueda seleccionar modelo propio de economía ni de sociedad. El bloqueo no va a funcionar para cerrarnos el comercio que le conviene a Estados Unidos, ni los inversionistas que le interesan, ni todos los dólares que sean necesarios para comprar al país.
De lo contrario, obsérvese detenidamente la importancia que las más recientes medidas le conceden a todas las actividades que tienen que ver con la penetración política, cultural e ideológica. Para ello no hay ni habrá limitaciones de ningún tipo, humanas, materiales, ni financieras.
Entonces, Cuba debe mantenerse impasible. Mientras no desaparezca el bloqueo, nos devuelvan el Territorio ocupado por la Base Naval de Guantánamo, eliminen la agresión mediática y comiencen a compensarnos lo que nos deben por los daños que nos han hecho, por más de 50 años, no puede haber arreglo posible.
La Habana, febrero 16 del 2016