"De pensamiento es la guerra mayor que se nos hace: ganémosla a pensamiento" José Martí

lunes, 13 de abril de 2015

La capacidad de dirección americana en un mundo multipolar

Paola Subacchi is Research Director of International Economics at Chatham House and Professor of Economics at the University of Bologna.

LONDRES– Abandonar el centro de atención nunca es fácil. Los Estados Unidos, como muchas celebridades entradas en años, están esforzándose para compartir el escenario con nuevas caras, sobre todo China. Las próximas reuniones del Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial, instituciones dominadas por los EE.UU. y sus aliados occidentales, brindan una oportunidad ideal para cambiar esa situación.

Los EE.UU. deben aceptar la realidad de que el mundo ha cambiado. Cuanto más tiempo persistan los EE.UU. con una actitud de negación, más perjudicarán sus intereses y su influencia mundial, que sigue siendo importante, aunque más limitada que antes.

El mundo ya no se atiene al orden estático de la Guerra Fría, con dos bloques encerrados en una confrontación declarada, pero cautelosa. Tampoco actúa conforme a la Pax Americana que imperó en el decenio posterior al desplome de la Unión Soviética, cuando los EE.UU. surgieron brevemente como la única superpotencia.

El mundo actual está regido por un orden multipolar, que surgió del ascenso de economías en desarrollo –y muy en particular China– como participantes importantes en el comercio y las finanzas. Ahora los EE.UU. –por no citar los demás países del G-7– deben competir y cooperar no sólo con China, sino también con la India, el Brasil y los demás mediante foros ampliados como el G-20.

Para ese fin, los EE.UU. deben dar muestras de capacidad de dirección y adaptabilidad. No pueden negarse a apoyar los intentos de China de aumentar su papel en la gobernación mundial. Tampoco deben dar duras reprimendas a sus aliados cuando no siguen su ejemplo, como hicieron cuando el Reino Unido anunció su intención de unirse al nuevo Banco Asiático de Inversiones en Infraestructuras, encabezado por China.

Los EE.UU. parecen empantanados en el sistema de Bretton Woods, el orden basado en normas y sustentado por el FMI y el Banco Mundial, con el dólar de los EE.UU. en su centro, que surgió después de la segunda guerra mundial. El sistema de Bretton Woods institucionalizó la supremacía geopolítica de los Estados Unidos, con lo que la antigua potencia imperial, el Reino Unido, hubo de apartarse a un lado, cosa que hizo con elegancia, aunque con cierta desesperación, dada su grave situación económica en la posguerra.

Sin embargo, con el paso de los años el sistema de Bretton Woods, con su combinación de multilateralismo liberal y políticas económicas orientadas al mercado, ha llegado a simbolizar el predomino angloamericano en la economía mundial que gran parte del mundo critica ahora, en particular desde la crisis financiera mundial. En particular, el Consenso de Washington, el conjunto de principios de mercado libre que influye en las políticas del FMI y del Banco Mundial, los EE.UU. y el Reino Unido, ha provocado un considerable resentimiento, en particular después de la crisis financiera asiática del decenio de 1990.

Sobre ese telón de fondo, no es de extrañar en absoluto que China haya estado utilizando su influencia mundial en aumento para contribuir a engendrar un nuevo orden económico en el que el dólar no impere supremo. Zhou Xiaochuan, gobernador del Banco Popular de China, el banco central de China, ha pedido repetidas veces la substitución del sistema monetario internacional por otro que permita la utilización de múltiples divisas para los pagos y las inversiones. Semejante planteamiento reduciría el riesgo y las repercusiones de las crisis de liquidez, además de desvincular el sistema monetario internacional de las “condiciones económicas y los intereses soberanos de país particular alguno”.

Naturalmente, China cree que su divisa, el renminbi, debería llegar a desempeñar un papel central en su nuevo sistema monetario para que refleje el papel de China no sólo como destacado motor del crecimiento económico mundial, sino también como mayor acreedor del mundo. De hecho, junto con las demás economías sistémicamente importantes (los EE.UU., el Reino Unido, el Japón y la zona del euro), China rige tendencias que, para bien o para mal, se extienden allende sus fronteras.

Desde 2009, los dirigentes de China han estado aplicando un conjunto de políticas que fomentan la utilización del renminbi en el comercio regional y reducen su dependencia del dólar en materia de pagos internacionales, pero el aumento del papel del renminbi en el sistema monetario internacional es tan sólo el primer paso hacia la institucionalización de un orden mundial multipolar. Además, China ha encabezado la creación de nuevas instituciones multilaterales y el BAII ha seguido los pasos del Nuevo Banco de Desarrollo, creado junto con otras grandes economías en ascenso (el Brasil, Rusia, la India y Sudáfrica).

Al dar esos pasos, los dirigentes de China han señalado la insuficiencia del sistema monetario internacional y su marco institucional en la compleja economía multipolar mundial. En particular, en el programa de China se ponen de relieve cuestiones sobre la capacidad de los Estados Unidos para facilitar la liquidez necesaria a fin de apoyar el comercio y las finanzas internacionales.

Desde luego, los EE.UU. tienen razón en preguntarse si el nuevo orden que China aspira a construir será tan abierto y basado en normas como el encabezado por los EE.UU., el que brindó a China el acceso a los mercados que necesitaba para lograr su espectacular ascenso económico, pero la respuesta a esa pregunta sólo se puede encontrar logrando la cooperación de China para la reforma de la gobernación mundial, en lugar de negar que el cambio sea necesario siquiera.

Cuando los EE.UU. aplican tozudamente una política de contención con China, ejemplificada en su lucha contra la creación del BAII, sus implacables acusaciones de manipulación de su divisa y su negativa a ratificar las reformas del FMI que aumentaría la influencia de China, se arriesga a perder su capacidad para dar forma al futuro. El resultado podría ser un mundo de bloques fragmentados que socavaría no sólo la prosperidad mundial, sino también la cooperación en materia de imperativos compartidos.

Las reuniones de primavera del FMI y del Banco Mundial ofrecen una importante oportunidad de señalar una nueva actitud para con China y no podría haber señal más creíble que el apoyo de los EE.UU. a la inclusión del renminbi en la cesta de divisas que el FMI utiliza para valorar su activo internacional de reserva, los derechos especiales de giro. La atención volverá a estar centrada en los Estados Unidos, pero, ¿cómo actuarán éstos?


Traducido del inglés por Carlos Manzano.




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Descubren un océano a 644 km por debajo de la superficie de nuestro planeta

Tras discutir y teorizar durante décadas, los científicos informan que, finalmente, han descubierto un gran océano en el interior del manto de la tierra de un tamaño tal que podría llenar tres veces los océanos que conocemos. Este increíble descubrimiento sugiere que el agua de la superficie del planeta proviene del interior del planeta como parte de un ciclo integral del agua, desplazando la teoría dominante de que el agua llegó a la Tierra traída por los cometas de hielo que pasaron por aquí hace millones de años.


Cada vez más, los científicos están aprendiendo acerca de la composición de nuestro planeta entendiendo que los sucesos relacionados con el cambio climático, el tiempo y el mar están estrechamente relacionados con la actividad tectónica que vibra de forma continúa bajo nuestros pies. Este estudio fue realizado por investigadores y científicos geofísicos de los Estados Unidos y Canadá que utilizaron datos obtenidos de la USArray.

El USArray es un conjunto de cientos de sismógrafos ubicados en Estados Unidos que registran de forma permanente los movimientos del manto y núcleo terrestres. Así los investigadores creen que el agua de la Tierra pudo haber llegado desde el interior del planeta siendo “empujada” hasta la superficie por mediación a la actividad geológica. La revista Nature publica un artículo que afirma que los investigadores encontraron un pequeño diamante que apunta a la existencia de un gran depósito de agua bajo el manto de la Tierra, a unos 600 kilómetros de profundidad.

El autor principal de este estudio, Graham Pearson, miembro de la Universidad de Alberta, Canadá, dijo que “una de las razones por qué la Tierra es un planeta dinámico, es la presencia de agua en el interior. Los cambios de agua dependen de la forma en que funciona el mundo.” Tras haber realizado numerosos estudios y cálculos complejos para comprobar sus teorías, los investigadores creen haber encontrado una gigantesca piscina de agua en una zona de transición entre las capas superiores e inferiores del manto, una región que se encuentra en algún lugar entre los 400 y 660 km. por debajo de la superficie terrestre.

Ecoportal.net

La entrada secreta

Seis consecuencias si sacan a Cuba de la lista de países terroristas

Arturo López-Levy


He aquí una muestra de cómo cambiarían las relaciones entre La Habana y Washington.

La salida de Cuba de la lista de Países Patrocinadores del Terrorismo del Departamento de Estado tiene implicaciones tangibles e intangibles que revisten una importancia histórica para Cuba en sus relaciones con Estados Unidos.

En primer lugar reduce las bases sobre las cuales la rama ejecutiva justificó toda la política de sanciones contra Cuba desde 1962. El embargo fue proclamado con una lógica de seguridad nacional asociada a la guerra fría. Cuba fue agregada a la lista en 1982 como pago a la Fundación Nacional Cubano-Americana por su apoyo a la cruzada antisandinista del presidente Reagan. Desde 1992, el Congreso ha agregado otras capas de castigos, con racionalidades como la promoción de la democracia, pero la columna vertebral del tema sigue siendo la narrativa de seguridad. Si Cuba no es una amenaza terrorista, es difícil decir que es una amenaza para EE UU dada la asimetría de poder entre los dos Estados. Al desaparecer la URSS, Cuba renunció a tener armamento nuclear al suscribir y ratificar el tratado de Tlatelolco y el de no proliferación nuclear.

En segundo lugar, reemplaza la imagen oficial estadounidense de Cuba como amenaza, con un diagnóstico de país en transición, algo que está más en línea con la propia percepción cubana y de los países latinoamericanos y europeos. Tal diagnóstico conlleva como prescripción una política estadounidense de más intercambio y contactos y una mayor posibilidad para EE UU de coordinar posiciones con sus aliados.

En tercer lugar, abre la posibilidad para que en septiembre, coincidiendo con el calendario de renovación de la autoridad presidencial para sancionar bajo la ley de Comercio con el Enemigo de 1917, Obama retire a Cuba de esa categoría (es el único país que queda). Tal decisión podría abrir las Cortes estadounidenses a reclamaciones legales contra algunas de las sanciones contra Cuba, en particular aquellas que limitan los derechos civiles de los ciudadanos de EE UU, como los de viaje. Esas restricciones han sido fundamentadas desde una lógica de seguridad. Fuera de ese argumento es cuestionable que el Gobierno prohíba a los estadounidenses viajar a algún país por otras razones. (En la decisión Reagan vs Wald de 1982, la Corte Suprema respaldó a la autoridad presidencial para regular los viajes en el entendido de que no tenía jurisdicción para cuestionar a la autoridad presidencial de política exterior para decidir lo que era una amenaza).

En cuarto lugar, cierra la vulnerabilidad del Estado cubano a juicios de reclamaciones individuales contra actos ocurridos bajo su propia jurisdicción que le han costado ya millones de dólares. En los últimos años, en particular en Florida, las Cortes estadounidenses aplicaron festinadamente la ley de inmunidad soberana extranjera (FSIA) desde la perspectiva de que Cuba, como Estado terrorista, tenía limitada su inmunidad soberana. Las Cortes tomaron casos de estricta jurisdicción cubana, confiscaron activos y adjudicaron compensaciones millonarias a los reclamantes desechando la doctrina del acto del Estado reconocida en el caso Sabatino vs. Banco Nacional de Cuba (1964) por la Corte Suprema. Cuba no ha concurrido a esos juicios al no reconocer ninguna validez a la calificación de terrorista y la reducción de sus inmunidades soberanas. La salida de la lista ayuda a la solución de las reclamaciones entre Cuba y EE UU en un proceso de normalización porque detiene el saqueo de los fondos cubanos iniciado bajo la Administración Bush que ha convertido a un problema difícil en inmanejable.

En quinto lugar, abre el camino a la apertura de embajadas y el restablecimiento de los vínculos diplomáticos oficiales al remover el principal escollo argumentado por el Gobierno cubano para ese propósito. Además, posibilita la apertura de cuentas bancarias para su misión en Washington. Del mismo modo, la salida de Cuba de la lista facilita la concesión de nuevas licencias para operaciones comerciales y financieras porque no solo aminora la presión sobre las instituciones bancarias con la que Cuba se relaciona, también rebaja los obstáculos, consideraciones y rutinas adversas a esos contactos.

Una sexta consecuencia sería que sacar a la isla de la lista, es un clavo en el ataúd del embargo o bloqueo porque facilita los acercamientos de otros países con Cuba pues elimina el riesgo que conlleva el estar relacionado con un Estado clasificado como terrorista y centra la atención de los problemas de la economía cubana donde residen fundamentalmente, en las ineficiencias heredadas de la economía de comando. Justo ahora que se plantea una revisión de la política europea hacia Cuba, es un aliciente para cuestionar las sanciones extraterritoriales estadounidenses que afectan a compañías de otros Estados en su relación con la isla. Paradójicamente, ahuecando las leyes del embargo, la Administración Obama está creando licencias de excepción para que compañías norteamericanas comercien con Cuba, mientras castiga a entidades europeas realizando esas mismas actividades.

La presencia de Cuba en la lista de marras es vista en la isla como un insulto infundado. Eliminar esa manipulación limpia el aire y construye confianza para posturas cubanas más flexibles tanto en el Gobierno como desde su sociedad. El poder blando de EE UU con numerosos sectores de la sociedad civil cubana se ha librado de un lastre significativo. En América Latina y Cuba es más fácil tomar con buena voluntad las posiciones de Washington y aquellos sectores que les son más cercanos. Una de las declaraciones en su gira que más perjudicó a Yoani Sánchez, la bloguera opositora, fue su apoyo obcecado a la permanencia de Cuba en la lista por el argumento de que “los Castro no han guardado la pistola”.

La forma prescrita para sacar a Cuba de la lista, según las leyes estadounidenses, afectará a las percepciones en EE UU y América Latina sobre el poder de los grupos cubano-americanos proembargo y antinormalización. Dada la importancia que esos sectores han atribuido al tema, el procedimiento legal para lidiar la salida de Cuba de la lista los coloca en una trampa 22. El presidente comunica al Congreso su intención de sacar a la isla de la lista de países terroristas con un mínimo de 45 días. Obama requiere el consejo del Congreso, no su consentimiento. De esa forma, los congresistas pueden dar opinión y consejo pero no se requiere su apoyo. A los opositores de la acción del presidente, los senadores Marco Rubio, Ted Cruz y Robert Menéndez les queda el papel del coro en las tragedias griegas: exclaman, gritan y lloran pero no cambian nada.

La Cumbre de las dos Américas


Por Jesus Arboleya

LA HABANA. Obama fue a Panamá a salvar el sistema panamericano, amenazado por la exclusión de Cuba. Era una exigencia unánime de los países latinoamericanos y caribeños en solidaridad con uno de los suyos que, por demás, tenía el valor simbólico de establecer la independencia alcanzada respecto a Estados Unidos.

Tal dilema fue uno de los factores que catalizó la decisión norteamericana de comenzar un proceso para “normalizar” las relaciones con Cuba y así favorecer el clima en que debía desenvolverse su participación en la VII Cumbre de las Américas.

La presencia de Cuba fue considerada por la mayoría de los participantes, incluso el propio Obama, como el inicio de una nueva etapa en las relaciones hemisféricas y sus negociaciones con Estados Unidos devinieron un acontecimiento histórico, cuando, por primera vez desde el triunfo de la Revolución en 1959, se reunieron sus respectivos presidentes, en un ambiente “respetuoso, constructivo y productivo”, según lo definió el canciller cubano Bruno Rodríguez.

Sin embargo, no fue posible concretar el restablecimiento de relaciones diplomáticas y la apertura de embajadas, como esperaba Estados Unidos, debido, sobre todo, a los nubarrones que se cernieron sobre el foro, como resultado del nefasto decreto presidencial que declara a Venezuela una amenaza para la seguridad nacional de Estados Unidos y establece sanciones para algunos de sus funcionarios.

No importa que el gobierno norteamericano se cansara en afirmar que solo se trataba de un formalismo legal, para aplicar sanciones contra personas que Estados Unidos consideraba violadores de los derechos humanos en Venezuela. Tal disposición fue interpretada como una nueva muestra de la injerencia norteamericana en los asuntos internos de los países latinoamericanos y caribeños, reviviendo las reservas que habían originado la exigencia de la inclusión de Cuba en la Cumbre, esta vez expresadas con un apoyo prácticamente unánime a Venezuela.

Tal metedura de pata no la pudo enmendar ni el experimentado diplomático Thomas Shannon, cuando visitó recientemente Venezuela para reunirse con el presidente Nicolás Maduro, ni la declaración de Obama antes de viajar a Panamá, diciendo lo contrario de lo que había afirmado en su decreto, o sea, que Venezuela no era una amenaza para la seguridad nacional de Estados Unidos. Finalmente, el control de daños, incluyó una reunión “casual” de Obama con Maduro, aunque aún nadie sabe cuáles serán las consecuencias concretas de este acontecimiento.

Según el presidente ecuatoriano Rafael Correa, el nicaragüense Daniel Ortega, muy experimentado en estas lides, advirtió a Maduro que el famoso decreto era solo la punta del iceberg de un plan subversivo mucho más ambicioso. Ya sea esto cierto o el resultado de un error de cálculo de algún asesor “experto” en América Latina, la realidad es que los efectos que se buscaban con el decreto se diluyeron finalmente en Panamá y que el gobierno de Maduro salió fortalecido del lance, incluso hacia lo interno de la sociedad venezolana.

Vale decir que, al margen de los encontronazos, los presidentes latinoamericanos y caribeños fueron en general amables con Obama, tratando de separar su figura de las críticas a la política exterior norteamericana.

El presidente Raúl Castro dijo que no era culpable de la historia de agresiones de Estados Unidos contra Cuba y que lo consideraba “un hombre honesto”, a quien había que ayudar en su lucha interna contra el bloqueo. Maduro, por su parte, le tendió la mano, a pesar de que, dijo, había amenazado a su patria y no le tenía confianza a la política estadounidense.

También Obama habló casi a título personal, como si sus ideas fueran por un lado y la política de su país por otro, lo que refleja la polarización existente en el cuerpo político estadounidense.

Presentó un hipotético proyecto de las relaciones hemisféricas de cara al futuro y trató de resguardarse de las críticas afirmando que, con la nueva política hacia Cuba, había cumplido con el compromiso contraído hace seis años en Puerto España, Trinidad y Tobago, donde prometió un “nuevo comienzo” en las relaciones de su país con la región.

Sin embargo, muchos de los presidentes del hemisferio no lo entendieron de esa manera y le recordaron tantas cosas, que Obama terminó por renegar de la historia que le contaban y se marchó desilusionado e indignado del recinto, para reaparecer, con cara de pocos amigos, en el momento de la foto colectiva.

Si algo dejó claro la VII Cumbre de las Américas, fueron las diferencias de Estados Unidos con América Latina y el Caribe, así como la inadecuación de la política norteamericana para enfrentarlas, a pesar de que algunos consideran que está planteada una readecuación, a la luz de los problemas económicos que enfrenta la región y la eventual capacidad dinamizadora de la hegemonía norteamericana, como resultado del relativo mejoramiento de la economía de ese país. Al menos esto no fue lo que se logró en la reunión previa de Obama con el CARICOM, donde se pretendía distanciarlos de PETROCARIBE, y mucho menos en la Cumbre.

Lo que sí resultó en entredicho fue la capacidad del sistema panamericano para aunar los intereses continentales. Hasta el punto, que la Cumbre otra vez fue incapaz de adoptar una resolución final, debido a la falta de consenso con Estados Unidos y Canadá.

Varias delegaciones reclamaron la necesidad de reformar este sistema y se cuestionaron el papel de la OEA, tal y como está concebido actualmente. Incluso Rafael Correa propuso que la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC) debía actuar como un bloque dentro de esta organización y que la OEA sirviera solo para dilucidar las diferencias de Nuestra América, como la definió José Martí, con la otra América, representada por los países anglosajones del Norte.

Quizá sea difícil que esto se concrete a corto plazo, pero Correa tiene razón cuando afirma que la historia, la cultura y los intereses nacionales nos separan, reafirmando la necesidad de la integración latinoamericana y caribeña, lo que no quiere decir que sea imposible el diálogo y la consecución de acuerdos convenientes para ambas partes. Lo que sí sería un cambio relevante de la política norteamericana hacia la región.

Nada mejor que el caso de Cuba para demostrar que puede haber “acuerdo en que existen desacuerdos”, como dijo el presidente Raúl Castro, y sin embargo establecer una convivencia civilizada, donde puede discutirse cualquier tema, por espinoso que sea, y establecer mecanismos de cooperación en asuntos de mutuo interés.

Ojalá que Estados Unidos comprenda de que está en presencia de un mundo que ha cambiado y adecue su política a esta realidad. Lo contrario sería actuar como el alacrán que, por su propia naturaleza, prefiere ahogarse aguijoneando a la rana que lo ayuda a cruzar el río.

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Presentada ley para ratificar el tratado del fondo de reservas del BRICS


El Gobierno de Moscú ha presentado ante la Duma Estatal de Rusia un proyecto de ley para la ratificación del tratado del fondo de reservas del BRICS por un valor de 100.000 millones de dólares, según el sitio oficial del Consejo de Ministros.

El documento subraya que China contribuirá al fondo, llamado Acuerdo de Reservas de Contingencia (ARC), con unos 41.000 millones de dólares, mientras que Rusia, Brasil y la India harán lo propio con 18.000 millones cada uno y Sudáfrica con 5.000 millones.

El fondo de reserva será dirigido por un comité permanente formado por los representantes del país que asume la presidencia del bloque BRICS, que el año 2015 pasó bajo dirección rusa.

Lanzar el banco y el fondo común de divisas, impulsar la reforma del FMI y profundizar la cooperación industrial y energética son algunas de las metas que el grupo espera alcanzar durante este año, según un comunicado oficial publicado en la página web de la cumbre de los BRICS, que se celebrará el 9 y el 10 de julio en la república rusa de Bashkortostán.

(Con información de RT)

Fallece el Nobel de literatura Günter Grass

Grass nació en la ciudad portuaria báltica de Danzic, en la actualidad la polaca Gdansk, en 1927 y buena parte de su obra de ficción ha transcurrido en esta ciudad.

El premio Nobel de Literatura Günter Grass, autor de “El tambor de hojalata”, un relato épico sobre el nazismo, murió el lunes a los 87 años, dijeron el lunes los editores del autor alemán.

Grass, con su característico bigote caído y sus hombros anchos, desdeñó la tradición alemana de mantener una fría distancia intelectual, insistiendo en que la obligación de un escritor era estar en el primer plano del debate moral y político.

Para muchos, Grass fue la voz de una generación de alemanes que alcanzaron la mayoría de edad en la Segunda Guerra Mundial y cargaron con el peso de la culpa de sus padres por las atrocidades de los nazis.

El independiente Consejo Cultural Alemán le calificó de “más que un escritor, un sismógrafo de la sociedad” y el novelista angloindio Salman Rushdie le llamó “un verdadero gigante, inspiración y amigo”.

Sin embargo, mantener oculto hasta el 2006 el hecho de que sirvió en el regimiento nazi Waffen-SS en su adolescencia le costó algo de su autoridad moral.

Aunque alabado como innovador literario por su estilo realista mágico, Grass tendía sin embargo a usar plataformas públicas para difundir sus opiniones sobre temas como la energía nuclear y la histórica responsabilidad de los alemanes en lugar de a discernir sobre el arte de novelar.

En ocasiones activista de izquierdas, fue una figura destacada en los esfuerzos de la Alemania occidental para mantener la puerta abierta a sus vecinos de la era comunista en el este durante la Guerra Fría.

Aunque se opuso a la reunificación tras la caída del Muro de Berlín en 1989, y esperaba que una nueva generación de autores alemanes del este alimentaran sus obras de la “arrogancia occidental”.

El tambor de hojalata

Grass nació en la ciudad portuaria báltica de Danzic, en la actualidad la polaca Gdansk, en 1927 y buena parte de su obra de ficción ha transcurrido en esta ciudad.

“El tambor de hojalata” causó sensación cuando se publicó en 1959, aunque fue condenada por algunos como obscena. El relato se cuenta a través de los ojos de Oskar Matzerath, un niño extraño y superdotado que decide dejar de crecer justo cuando surge el nazismo en los años 30, y toca incesantemente el tambor al que hace alusión el título. La versión cinematográfica de Voker Schloendorff logró el Oscar en 1979.

“El gato y el ratón” (1961) y “Años de perro” (1963) también están ambientadas en Danzig en los años de la guerra y después, mientras que “Anestesia local” examina la oposición a la guerra de Vietnam y a la brecha generacional.

Ganador del Nobel de Literatura en 1999, la Academia sueca describió una de sus últimas obras, una serie de ensayos llamados “Mi siglo” (1999), como una muestra de su “buen ojo” con los “estusiasmos pasmosos”.

Una periodista panameña logra un “inesperado” encuentro con Raúl

“Tuve un encuentro inesperado con el presidente cubano Raúl Castro. No una entrevista como cualquier periodista hubiera deseado (no pierdo la esperanza), pero fue una experiencia única”, relata Glenda Umaña, una periodista de una televisión panameña.

Umaña, trabaja para la Telemetro y ha publicado lo ocurrido en su página de Facebook.

La periodista estaba conversando con miembros de la delegación cubana, cuando de pronto se percató de que Raúl Castro se encontraba a su lado. Entonces le preguntó por sus sensaciones durante su discurso de 48 minutos ante la sesión plenaria de la Cumbre de las Américas de ese mismo sábado.

El mandatario cubano reiteró que dejaría el poder en 2018 y entonces Umaña le preguntó si en ese momento habría elecciones. “Siempre ha habido elecciones en Cuba”, respondió a la muchacha que no parece enterada del sistema electoral de la Isla.

“Le pregunté si había estado nervioso a lo que respondió que no. Luego le pregunté si le gustaría visitar la Casa Blanca y me dijo que no, pero que sí Miami y soltó la risa”, contó la periodista.

“Al salir tuve un sentimiento de triunfo: pude conversar en exclusiva, con el hombre más buscado durante este encuentro presidencial”.



Con información de EP

Los cineastas cubanos quieren hacer su ley

LISSY VILLAR MUÑOZ

El próximo 2 de mayo a las 3:00 de la tarde en el Centro Cultural Cinematográfico Fresa y Chocolate proseguirán las conversaciones sobre la creación de una ley de cine en Cuba.

¿Por qué surge la necesidad de crear una ley de cine? ¿Por qué legalizar las productoras independientes? ¿Cuáles han sido las limitantes del proceso creativo de la ley de cine? ¿Qué organismos intervienen en la creación e implementación de este proyecto? ¿Cuáles han sido las principales resistencias? Estos son algunos de los presupuestos del llamado Grupo de los 20 (G20), activistas que reclaman la creación de una nueva ley de cine.

La idea de crear esta legislación nació de la aspiración de los cineastas cubanos para sentirse representados jurídicamente y poder articular políticas culturales que posibiliten el desarrollo de la creación cinematográfica en Cuba. Este grupo de creadores ha trascendido como el Grupo de los 20, integrado entre otros artistas por Fernando Pérez, Arturo Arango, Claudia Calviño, Senel Paz, Inti Herrera, Magda González, Manuel Pérez y Ernesto Daranas.

Los cineastas Rebeca Chávez y Pedro Luis Rodríguez, miembros también del G20, señalan la idea de concebir el cine cubano como un sistema, donde el ICAIC no sea la única vía de hacer cine en Cuba (aunque entienden que este es el medio para seguir dialogando y el mejor para que se escuchen sus exigencias), lo cual lleva a plantearse la situación actual de las productoras independientes y la urgencia de que estas sean reconocidas legalmente en un panorama donde la mayoría de las producciones cinematográficas cubanas se realizan fuera del marco institucional.

La creación de una ley de cine es un proceso complejo que debe trascender el gremio cinematográfico. Esperar sosegadamente las respuestas de plataformas gubernamentales que tienen otros proyectos de leyes iría en contra del formalismo que promulgan los propios miembros del G20.

Consenso —aceptando las diferencias—, respuesta, acción, son los sustantivos que deben liderar la materialización de este proyecto, el cual debe contar con los mecanismos legisladores, anclajes legales, dirección colectiva y la real participación de los cineastas.

El 6 de mayo de 2013 fue la primera asamblea del G20, en la cual surge el grupo y es el primer intento de diálogo en torno a los mecanismos de aprobación de la ley y la inclusión en la agenda parlamentaria.

Fernando Pérez en su artículo “El futuro podría ser ya el presente del cine cubano”, en la revista digital La Jiribilla, reflexionó sobre el fundamento de una ley cinematográfica que respalde a las realizadoras y realizadores de la cinematografía nacional cuando expresó que “la sustentación de que la producción cinematográfica es un bien cultural y, en su necesario proceso de transformación para hacerla más dinámica y flexible no puede primar un criterio ‘economicista’ —aunque se trate de una industria— porque sus frutos no son de consumo, sino de enriquecimiento del espíritu y el pensamiento de la nación”.

El realizador de filmes tan emblemáticos como Suite Habana, Madagascar, y su más reciente producción La pared de las palabras, en entrevista, como parte de los espacios teóricos del pasado XVI Festival IMAGO de la Facultad de Medios Audiovisuales del ISA, expuso que el elemento fundamental para una ley de cine es defender la identidad del audiovisual como medio de expresión artística. La ley fundamental del ICAIC empezaba así: “…el cine es un arte, y esa es una idea que debe primar y prevalecer en la futura ley que se piensa establecer. Hay que defender el cine como arte no como comercio; ni tampoco se debe convertir en negocio la medicina o la educación. No es que esté en contra de un cine de entretenimiento, pero se debe defender el cine como expresión artística, porque la expresión artística y la cultura no son rentables”.

Acotó además su afán por ubicar a Cuba en el mundo de hoy, su creencia en el mejoramiento humano y en las ideas justas que vendrán.

Como parte de sus diálogos y conferencias sobre el G20 desde su creación, Fernando Pérez ha señalado la importancia de la imagen para la articulación de la cultura de un país cuando recuerda la frase de Julio García Espinosa: “un país sin imagen no existe”.

Otra de las interrogantes que contestó fue: Cuba ¿un país sin imagen?

“Estamos tratando de articular la imagen de Cuba y de expresarla, no a partir de una mirada reductora, única, establecida en función de lo que deba ser, sino de lo que estamos viviendo, para defender así un sentido de identificación: lo que somos y lo que queremos ser a partir de la diversidad que nos define, como a cualquier otro país. Yo pienso que los problemas de Cuba son también los del mundo actual. Somos una isla, una isla que política y socialmente ha creado, durante cincuenta y tantos años, una realidad muy particular que va a contracorriente del mundo; pero no podemos olvidar el mundo en el cual vivimos. Y ese mundo en que vivimos es un lugar donde la uniformización de la imagen es lo predominante, apuntó.

Asistir a los debates del G20 puede ser un paso de apoyo a este grupo, que tiene como objetivo defender siempre la identidad y autenticidad de un cine nacional.

Muere el escritor uruguayo Eduardo Galeano a los 74 años


El escritor uruguayo Eduardo Galeano ha muerto este lunes a los 74 años de edad en Montevideo, según ha confirmado su editorial a este periódico. El pasado viernes ingresó en un hospital como consecuencia de un cáncer de pulmón. Desde su publicación en 1971,Las venas abiertas de América Latina se ha convertido en un clásico de la literatura política latinoamericana. Su obra, entre la que también destaca Memoria del fuego (1986), ha sido traducida a una veintena de idiomas.

Antes de convertirse en un intelectual destacado de la izquierda latinoamericana, Galeano trabajó como obrero de fábrica, dibujante, pintor, mensajero, mecanógrafo y cajero de banco, entre otros oficios.

Las venas abiertas de América Latina se publicó cuando Galeano tenía 31 años y, según reconoció después el propio escritor, en aquella época no tenía la formación suficiente para rematar la tarea. “[Las venas abiertas] intentó ser una obra de economía política, solo que yo no tenía la formación necesaria”, dijo. “No me arrepiento de haberlo escrito, pero es una etapa que, para mí, está superada”, añadió.

En 2009, durante la Quinta Cumbre de las Américas, el expresidente de Venezuela Hugo Chávez le regaló un ejemplar de esta obra de Galeano —prohibida por la censura de las dictaduras de Uruguay, Argentina y Chile— al presidente de Estados Unidos, Barack Obama. En esa ocasión, la obra saltó de la posición 60.280 de la lista de los títulos más vendidos de Amazon a la décima en solo un día.

El escritor fue preguntado después sobre este episodio. Respondió: "Ni Obama y ni Chávez entenderían el texto […]. Él [Chávez] se lo entregó a Obama con la mejor intención del mundo, pero le regaló a Obama un libro en un idioma que él no conoce. Entonces, fue un gesto generoso, pero un poco cruel".

"Es ilusorio pensar que la economía de la eurozona se recupera"

La recuperación económica que se observa en la zona euro es "ilusoria", ya que será a corto plazo debido a muchos problemas financieros que los países europeos todavía deben resolver, opina el exasesor económico de la Comisión Europea, Philippe Legrain.

A primera vista pareciera que la economía europea se está recuperando: los índices bursátiles crecen mientras que los precios de petróleo bajos, el euro barato y la flexibilización cuantitativa del Banco Central Europeo prometen un mayor crecimiento. Sin embargo, la recuperación de la eurozona es menor de lo que parece y además, será de corta duración, asegura el exasesor económico de la Comisión Europea, Philippe Legrain.

En su nuevo artículo el experto destaca que la reducción de los precios del crudo ya no tiene su efecto positivo, porque su costo en euros creció debido a la devaluación de esa moneda los últimos meses. Por otro lado, la flexibilización cuantitativa "no alentó demasiado a los consumidores a gastar y a las empresas a invertir".

Al mismo tiempo, es erróneo decir que una cierta recuperación en España e Irlanda está relacionada con las reformas propuestas por Bruselas. En realidad, la mejora en España coincide con el ablandamiento de las medidas de austeridad que entraron en vigor en 2011.


En general, el PIB de España todavía es de un 5,7% menor que antes de la crisis, un 24% de los ciudadanos están en el paro y la deuda nacional asciende a un 100% del PIB. En relación a Irlanda, sus índices mejoraron gracias a la recuperación de sus principales mercados de exportación, EE.UU. y el Reino Unido.

Se prevé que la economía de la eurozona mostrará mejores resultados que antes, pero no será una recuperación sostenible sino un aumento a corto plazo, asegura Legrain. Para superar la recesión, Europa tendrá que resolver todavía muchos problemas: reducir la deuda, hacer regresar las inversiones, eliminar las barreras para el negocio y encontrar las maneras de luchar contra el mercantilismo de Alemania, entre otros, concluye el experto.
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