"De pensamiento es la guerra mayor que se nos hace: ganémosla a pensamiento" José Martí

sábado, 30 de mayo de 2020

Colombia: A 56 años de la fundación de las FARC-EP. 2da Parte.

Por: Tony López R 

El 7 de agosto de 1998, asumió la presidencia de Colombia, el doctor Andrés Pastrana Arango. De origen conservador, ganó las elecciones apoyado por una coalición de conservadores y liberales, que tenían diferencias con las políticas de sus partidos. La propuesta de trabajar por lograr la paz en Colombia, fue el tema que más simpatía despertó en el pueblo y el aporte de sus votos para que esa promesa se cumpliera. Y que no cumplió. 

Una de las principales cartas que le aportó credibilidad a su propuesta de paz fue cuando antes de las votaciones, en la segunda vuelta, se hizo pública la noticia que una delegación de la campaña del candidato Pastrana encabezada por Víctor G Ricardo, se había reunido con parte del Secretariado de las FARC y con su comandante en jefe Manuel Marulanda Vélez el 14 de junio de ese año 98 y para lo cual mostraron una foto de Marulanda y el comandante Jorge Briceño, c/p El Mono Jojoy. 

Se dio la noticia que se había acordado una reunión de Pastrana con Marulanda, la cual se llevó a cabo el 8 de julio en Caquetania, Caquetá, tres semanas después de haber ganado la presidencia. Justo es reconocer que este acercamiento se debió al tesonero trabajo de Álvaro Leyva Duran, Víctor G Ricardo y del joven representante a la Cámara Jairo Roja, asesinado por los paramilitares a las órdenes de Carlos Castaño, fue una de la primera víctima de ese esfuerzo por la paz. 

La prensa hizo un grande destaque de este hecho y alabó la audacia del candidato Andrés Pastrana, es el primer presidente en reunirse con el jefe guerrillero, pero ni una palabra del gesto de paz de las FARC-EP y sus líderes, cuyo crecimiento militar e influencia política en más de 300 municipios, le daban un importante poder a la insurgencia y decidieron abrir el diálogo y buscar la paz. 

Importante saber que en ese momento la situación política y militar interna en Colombia estaba debilitada, la política de EE: UU contra Ernesto ¨Samper era implacable al extremo de quitarle la Visa para ingresar a Estados Unidos una humillación, no solo al Presidente sino al país. Es el castigo y chantaje a que nos tiene acostumbrado el régimen autoritario e imperial de los Estados Unidos, abusando de su fortaleza militar y económica. 

Mientras las fuerzas guerrilleras se habían fortalecido, las Fuerzas Militares del Estado, se debilitaban y desmoralizaban como consecuencia de los golpes militares que había recibido de las FARC-EP, unido a los escándalos de corrupción por los vínculos con el narcotráfico y los paramilitares, eso llevó al gobierno de Estados Unidos a quitarle apoyo financiero y logístico y pasárselo a la policía así lo cuenta el embajador Mayles Frechette, al periodista Gerardo Reyes del Nuevo Herald en su libro “Frechette se confiesa”. 

La defenestración del Comandante en Jefe de las Fuerzas Militares Hernando Camilo Zúñiga, acusado de mantener relaciones con el Cartel de Cali y con Pastor Perafán, jefe del Cártel de Bogotá, cartel del cual nunca se habla. Perafán cumple prisión en EE:UU, a donde fue extraditado a solicitud de EE.UU al gobierno bolivariano de Venezuela, país donde se había refugiado y estaba preso. La crisis militar interna se intensificaba cuando fueron llevado a los tribunales y condenados algunos generales y coroneles acusados de mantener relaciones con los narco-paramilitares. 

El tercer intento de paz, con las FARC-EP se produjo en las conversaciones de enero del año 1999 al 20 de febrero del 2002, con el gobierno conservador de Andrés Pastrana. Un proceso basado en 12 puntos consensuado entre Gobierno y FARC-EP, conocido como los acuerdos de “San Francisco de la Sombra” pero nunca llegó a pasar del primer punto de la llamada “Agenda de Paz por la Nueva Colombia” desarrollado en la vereda Los Pozos, San Vicente del Caguán, Caquetá, con un importante apoyo nacional e internacional. 

Ese proceso estuvo plagado de muchas trabas y hechos, incluso un intento de Golpe de Estado, conocido como “Ruidos de sables” por la renuncia del ministro de Defensa y de unos 20 generales y coroneles, incluido el jefe del Ejército el general Jorge Enrique Mora Rangel. Este intento logró sofocarse por la intervención de Curtis W Karmman, embajador de EE. UU, utilizando al general jefe de la policía José Rosso Serrano de interlocutor con el Comandante en Jefe, General Fernando Tapia, pero el costo político lo pagó el Alto Comisionado de paz que no aceptaba la injerencia de las FF.MM, y provocó fuertes fricciones con el ministro de Defensa. Se impusieron los militares y Víctor G Ricardo fue sustituido, a partir de su salida, el giro e incidencia militar sobre el proceso y dialogo en la Mesa de negociaciones se contaminó. 

Las posiciones de las FARC-EP de negociar la paz en el territorio desmilitarizado y continuar la guerra por fuera de él fue un foco de tensiones y hechos, que no contribuyeron, al final Manuel Marulanda y su dirección tenían razón, no podían mantenerse solo con una posición defensiva, el gobierno aprovechaba las conversaciones para ejecutar su plan de fortalecer a las FF.MM, que comenzaron en 1998 luego de firmado en octubre un vasto plan de ayuda militar, que termino siendo conocido como Plan Colombia. 

Era preciso ganar tiempo, formar los batallones de contraguerrillas y armamento sobre todo helicópteros y aviones, como el Tucán, brasileño para operar a baja altura, los militares sabían que las FARC-EP eran muy fuertes en el combate de tierra, pero tenían déficit en armas antiaéreas. Las batallas de Las Delicias, Miraflores, Mitú, El Billar, la toma de la base de Patascoy y los 13 Frentes con más de 1200 guerrilleros que rodeaban Bogotá y los varios frentes guerrilleros que también rodeaban a Medellín, Cali y Popayán representaban un serio peligro, todo esto era un tema que el gobierno de Pastrana y los militares evaluaban. Ganar tiempo y el proceso que se abrió en enero de 1999 y los dos años que siguieron hasta la ruptura es por esa razón que se abrió aquel proceso y que a continuación explico. 

Cuando se planteó abrir el proceso de paz, la comunidad internacional respondió muy dispuesta a apoyarlo, solo Estados Unidos se apartó y no quiso participar en ese proceso y rompieron las conversaciones secretas que sostenían con Raúl Reyes en Costa Rica, alegando el asesinato de tres indigenistas norteamericanos en Arauca, cometido por el 10mo Frente de las FARC, acto que fue un grave error. 

De tal modo que se realizó un encuentro Internacional en el Caguán, donde participaron delegaciones de cerca de 50 países, y de ese medio centenar y previamente y a propuesta de las partes (Gobierno-FARC) se creó el llamado Grupo de Facilitadores de Paz, compuesto por 10 países, cuyo fin estaba basado en facilitar el dialogo y construir consenso. La Comisión Facilitadora de Paz la integraron Noruega, Suiza, España, Francia, Italia, México, Canadá, Suecia, Venezuela y Cuba. 

Ni mediadores ni garantes, solo facilitar y apoyar lo que consensuadamente se acordará. Al Grupo Facilitador de Paz, se le unía el representante del Secretario General de la ONU, un delegado de la Unión Europea, y eventualmente invitado asistía el Nuncio Apostólico y un Obispo de la Iglesia Católica colombiana a esas conversaciones que semanalmente se sostenían en San Vicente del Caguán. 

Solo un sector oligárquico financiero, agrario, industrial y narco – paramilitar, en cabeza de varios políticos liberales y conservadores, en el cual sobresalía Álvaro Uribe Vélez, se oponían y desde esa oposición Uribe montó su campaña para la presidencia en el 2001, cuando apenas tenía el 3 por ciento de apoyo. 

Este proceso fracasó porque nació lamentablemente torcido, el propio Marulanda no estaba convencido de la sinceridad de Andrés Pastrana, y dijo “no tengo mucha confianza, como es posible. que nos hayamos reunido, que acordemos iniciar un proceso de paz y Pastrana vaya a Estados Unidos tres días antes de tomar posición de la presidencia y acuerde con el presidente Clinton un plan y apoyo militar de Estados Unidos para Colombia”. 

Dicho y hecho, en octubre de 1998 se firmó un acuerdo de carácter militar con Estados Unidos, y en el 2000, después de ser discutido en los parlamentos de Colombia, Europeo y en el Congreso de Estados Unidos y se aprobó el texto presentado por EE:UU, totalmente diferente a los presentados por Colombia y Europa, bajo la figura de que era un plan antidroga, falso, en realidad tampoco era solo para Colombia, era un Plan para frenar el avance del movimiento progresista que se estaba dando en la región, y para Colombia fue un plan contrainsurgente, con un alto financiamiento en lo militar y con un mínimo por ciento de contenido social que era los que proponía el Congreso colombiano y el europeo. 

Así fue el Plan Colombia se utilizó para enfrentar al movimiento guerrillero, roto los diálogos y entregada la presidencia el 7 de agosto del 2002 a Álvaro Uribe Vélez, un poco alterada por el ataque de la FARC-EP con mortero casero a la Casa Presidencial de Nariño, se impuso la guerra. 

El Plan Colombia sirvió de cobertura para infestar de glifosato, toda la frontera sur, supuestamente para combatir al narcotráfico y acabar con los sembrados de coca, el Comando Sur participó en el asesoramiento y con medios y pequeñas fuerzas al Plan Patriota y la Operación Consolidación, contra las FARC-EP en los territorios que ocupaban Guaviare, Meta, Caquetá Putumayo y Huila. Dichos planes de guerra que duraron del 2003-04 no pudieron eliminar a las guerrillas, estas cambiaron su táctica y estrategias, pasaron de grandes compañías a pequeñas escuadras guerrilleras. 

La aspersión del glifosato sí afectó a la población y según datos del gobierno ecuatoriano, fueron afectados cerca de 150 mil personas de ambos lados de las fronteras que contrajeron enfermedades de la piel y cáncer y acabaron con la fauna y flora de esos territorios. 

El Plan Colombia terminó para lo que estaba previsto y planificado, asentarse militarmente en el Sur y su objetivo estratégico era y seguirá siendo Brasil, Venezuela y Argentina y por supuesto Colombia, pero esa partida la tiene ganada luego que el presidente Uribe Vélez violando la Constitución, aprobó la basificación de siete asentamientos militares estadounidenses en Colombia y el Plan Colombia cambio de nombre y pasó a denominarse Iniciativa Regional Andina. 

Para mí, cobran cada día más vigencia las palabras que expresó el comandante Manuel Marulanda Vélez, en la tarde del 7 enero de 1999 en la conversación que sostuvo con las delegaciones extranjeras que lo visitaron en Villa Nora, paraje ubicado a tres kilómetros del poblado de San Vicente del Caguán, luego de presentar a varios de los integrantes del Secretariado entre ellos Raúl Reyes y Jorge Briceño y a los comandantes Joaquín Gómez y Fabian Ramírez. 

En ese encuentro luego de las intervenciones de los comandantes Reyes y Briceño, y preguntas de los asistentes, el comandante Marulanda expresó algunos comentarios estos fueron: “Las FARC-EP siempre han tenido una vocación de paz, pero no a cualquier precio, esta debe lograr cambios importantes en la distribución de riqueza e hizo énfasis en el tema de la Reforma Agraria Integral, Reforma Política y Judicial, así se lo hice saber al presidente Pastrana”. 

Mostró preocupación por la no participación de Estados Unidos en los eventos que se han realizados de apoyo a este proceso de paz y precisó: “La oligarquía colombiana no va a ceder y los americanos van a intervenir en algún momento, los altos mandos militares están muy comprometidos con los sectores más derechistas, los capos del narcotráfico y para el trabajo sucio tiene a los paramilitares, que es el ejército fascista y mercenario y nuestro verdadero enemigo. No son los soldados y clases nuestros enemigos, no esos son hijos de obreros y campesinos y los que ponen el pecho, los generales y coroneles no van al combate están en sus puestos de mando o desde helicópteros dirigen las operaciones” .”Tampoco los hijos de los ricos cumplen con el servicio militar y por tanto están a salvo”. 

Frente a la pregunta, de llegar a un acuerdo cual sería el curso de como asumir, la reintegración a la sociedad, nos dijo. “Ese es uno de los acuerdos que hay que precisar muy bien, el de la entrega de las armas y la desmovilización, ya vimos lo que paso con los desmovilizados del proceso con el presidente Gaviria, no se sabe cuántos cientos de esos combatientes fueron asesinados y cuantos tuvieron que volarse del país.” 

“Para nosotros, añadió, “la entrega de armas es gradual y junto con ella los muchachos” “Digamos 300 armas, 300 muchachos se desmovilizan y tiene que ir con garantías de ingresar a una escuela a estudiar o de irse a un trabajo. Del aire no pueden vivir”. 

“Y miren lo que pasó con Guadalupe Salcedo (líder de la guerrilla liberal de los llanos orientales) entregaron las armas, mataron a casi todos y a Guadalupe lo llevaron a Bogotá y allí lo asesinaron e hicieron ver que fue en una borrachera, mentiras”. 

Añadió “Lo último que se entregan son las armas, y cuando se decide a entregarla debe ser gradualmente, y junto con ellas el mismo número de armas que guerrilleros desmovilizados y con garantías de su reinserción, y de que se estén cumpliendo los acuerdos”. dijo “que frente a los problemas que se tenían con la desmilitarización y los militares, un amigo suizo le preguntó si lo trasladarían al exterior y dijo no con la experiencia de Caracas y Tlascala tenemos”. 

Añadió, “los problemas de comunicación entre el Secretariado y nuestros delegados, fueron complicados y nosotros somos y seremos una organización marxista-leninista y practicamos el centralismo democrático. Las FARC no volverá a realizar un proceso en el exterior, porque la experiencia no fue buena, debido a que una visión es la que tienen los delegados en la negociación y otra es la que vivimos diariamente en la guerra.” “Por eso accedimos abrir este proceso de paz, pero en Colombia”. 

Esperen la tercera entrega, que abordara las negociaciones de La Habana y resultados actuales. 

(*) Periodista, politólogo y analista internacional. 

La Habana, Cuba 29 de mayo del 2020. 21:30 hrs. 



Bibliografía consultada. 

1.- Las Guerrillas en Colombia. Edt. Penguin Random House. 2017 pag 265. 

Autor. Dario Villamizar. 

2.- Frechette se confiesa. Edt Planeta 205 . Pag. 84. Autor. Gerardo Reyes. 

Autor. Gerardo Reyes. 
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