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Inaugurada en el extremo oriental de la Isla, la industria producirá aceite y bioplaguicidas
En la provincia más oriental de Cuba, Guantánamo, un proyecto del Programa de Pequeñas Donaciones del Fondo Mundial para el Medio Ambiente de la ONU ha conseguido fomentar una plantación del árbol del Neem y fundar una pequeña industria para el procesamiento de su fruto en la obtención de aceite y otros subproductos en la producción de insecticidas biológicos.
En su primera etapa productiva la fábrica alcanzó los 260 litros de aceite de Neem y 4 toneladas de copra, que vendió en su totalidad a LABIOFAM.
Omar Cantillo Ferreiro, delegado local del Ministerio de Ciencia, Tecnología y Medio Ambiente, explicó que esta industria enclavada en la árida franja costera sur, pertenece al Centro de Investigaciones Aplicadas para el Desarrollo Sostenible (CATEDES) y aporta una materia prima esencial para la producción de bioplaguicidas de amplio espectro.
El kilogramo de aceite de Neem en el mercado interno se comercializa a $ 250.000 CUP y el Kilogramo de copra en $ 8.00 CUP.
Precisó que estos renglones son capaces de sustituir decenas de preparados químicos, muchos de ellos de importación, y han sido probados con éxito por productores no estatales del valle de Caujerí, emporio hortícola localizado a 60 kilómetros al noroeste de la capital provincial.
Dicha práctica, según el entrevistado, propiciará al territorio cubano más al este de La Habana convertirse en productor de un surtido de alto valor agregado, “ya que el Neem (Azadirachta indica A. Juss), tiene probado más de un centenar de usos benéficos”
.
Cantillo Ferreira indicó que, asociado a la extracción de aceite del también llamado Árbol del Nim, se incrementó el empleo en esa zona semidesértica, y encontraron el sustento muchas familias, incluidas las que trabajan en la mini industria.
También perciben su remuneración quienes, en las áreas contiguas a la fábrica, contribuyeron a la siembra de más de un centenar de hectáreas que han servido para reforestar la zona con ese arbusto, con muchos usos también en numerosos países de Asia y África.
La ingeniera Soraya García Pavón, investigadora de CATEDES, aseguró que en ambos continentes es frecuente ver a sus habitantes autóctonos con un pequeño gajo de Nim en la boca, para contrarrestar las infecciones bucales bacterianas.
Pero en Guantánamo -aclaró- el uso que prevalece es el de insecticida con fines biológicos, principalmente en las plantaciones de hortalizas, viandas y frutales de Caujerí.
En su primera etapa productiva la fábrica alcanzó los 260 litros de aceite de Neem y 4 toneladas de copra, que vendió en su totalidad a LABIOFAM.
Omar Cantillo Ferreiro, delegado local del Ministerio de Ciencia, Tecnología y Medio Ambiente, explicó que esta industria enclavada en la árida franja costera sur, pertenece al Centro de Investigaciones Aplicadas para el Desarrollo Sostenible (CATEDES) y aporta una materia prima esencial para la producción de bioplaguicidas de amplio espectro.
El kilogramo de aceite de Neem en el mercado interno se comercializa a $ 250.000 CUP y el Kilogramo de copra en $ 8.00 CUP.
Precisó que estos renglones son capaces de sustituir decenas de preparados químicos, muchos de ellos de importación, y han sido probados con éxito por productores no estatales del valle de Caujerí, emporio hortícola localizado a 60 kilómetros al noroeste de la capital provincial.
Dicha práctica, según el entrevistado, propiciará al territorio cubano más al este de La Habana convertirse en productor de un surtido de alto valor agregado, “ya que el Neem (Azadirachta indica A. Juss), tiene probado más de un centenar de usos benéficos”
.
Cantillo Ferreira indicó que, asociado a la extracción de aceite del también llamado Árbol del Nim, se incrementó el empleo en esa zona semidesértica, y encontraron el sustento muchas familias, incluidas las que trabajan en la mini industria.
También perciben su remuneración quienes, en las áreas contiguas a la fábrica, contribuyeron a la siembra de más de un centenar de hectáreas que han servido para reforestar la zona con ese arbusto, con muchos usos también en numerosos países de Asia y África.
La ingeniera Soraya García Pavón, investigadora de CATEDES, aseguró que en ambos continentes es frecuente ver a sus habitantes autóctonos con un pequeño gajo de Nim en la boca, para contrarrestar las infecciones bucales bacterianas.
Pero en Guantánamo -aclaró- el uso que prevalece es el de insecticida con fines biológicos, principalmente en las plantaciones de hortalizas, viandas y frutales de Caujerí.
Con información de la AIN