Yuniel Labacena Romero
3 de Octubre del 2015 21:29:16 CDT
¿Cuido o descuido? Bajo ese título la sección Al descubierto del semanario El artemiseño nos develó recientemente un lamentable caso sobre la labor de dos asistentes para el cuidado de niños, una alternativa del trabajo por cuenta propia no reciente y muy necesaria, que complementa la función de los círculos infantiles.
Según el periódico, una grabación distribuida por una persona no identificada permitió hacerles saber a los padres de tres niños y a las autoridades de Güira de Melena, que esos menores eran maltratados habitualmente por una de las cuidadoras de la casa en la que los dejaban de 8:00 a.m. a 5:00 p.m.
Las emplazadas no disponían de autorización legal como cuentapropistas para realizar esta actividad. Cobraban 150 CUP al mes por el cuidado de cada infante, sin contar con las condiciones de seguridad indispensables para ello. Una de ellas reconoció haber maltratado físicamente a un niño de cuatro años, y esgrimió que el infante era intranquilo.
Algunos niños comenzaron a manifestar rechazo a quedarse en la vivienda de esas cuidadoras, lloraban al verlas y una pequeña presentó signos de agresividad e hiperactividad en su medio familiar, explicaba el reporte del rotativo, en el que además se añadía que el proceso del caso está en tramitación y se solicitará a los tribunales sanciones severas para las implicadas, teniendo en cuenta la prioridad que concede el Estado cubano a la infancia.
Esta denuncia, junto a los profundos debates sobre la labor de las y los asistentes para el cuidado de niños, suscitados en la Comisión de Atención a la Niñez, la Juventud y la Igualdad de Derechos de la Mujer, que antecedieron en julio pasado al V Período Ordinario de Sesiones de la VIII Legislatura de la Asamblea Nacional del Poder Popular, llevaron a Juventud Rebelde a indagar sobre este sensible tema.
¿Se cumple en las casas con las condiciones establecidas para el ejercicio de esta actividad? ¿Quiénes y cómo pueden ejercerla? ¿Son las asistentes capaces de ofrecer al niño la formación adecuada, teniendo en cuenta que las condiciones y capacidades actuales de los círculos infantiles no cubren toda la demanda de los padres que precisan de este servicio?
Todo está reglamentado
Al cierre de junio existían en el país 1 726 personas dedicadas a la modalidad de asistentes para el cuidado de niños, y el 34 por ciento se encontraba en La Habana. Entre estas existían 15 hombres, explicó a este diario Idalmis Álvarez Mendive, subdirectora de Empleo del Ministerio de Trabajo y Seguridad Social (MTSS).
La especialista aseveró que en septiembre de 2010, cuando se inició el nuevo proceso de ampliación del trabajo por cuenta propia, ejercían la actividad 521 personas. En la actualidad se definió que el interesado para ejercerla requiere de una licencia sanitaria, y debe cumplir las orientaciones para el cuidado de niños de uno a seis años establecidas por los ministerios de Salud Pública (Minsap) y de Educación (Mined), respectivamente.
«Todo está reglamentado y esta no es una labor nueva, pues se aprobó desde 1993 bajo el nombre de cuidador de niños, y se encontraba exenta de pago de impuestos. Posteriormente, en 1996, se le impuso una carga tributaria de diez pesos en moneda nacional, incrementándose en la actualidad a 80 pesos. Esa es la cuota mínima que se establece y la licencia la otorga la Dirección Municipal de Trabajo.
«Las direcciones integrales de Supervisión, subordinadas a los consejos de la Administración de cada municipio y provincia, deben comprobar la legalidad de la actividad y pueden imponer, entre otras medidas, una multa de 1 500 pesos en moneda nacional al detectar alguna violación, amparados en el Decreto-Ley 315 de 2013 sobre las infracciones personales de las regulaciones del trabajo por cuenta propia», señaló.
Por tratarse de una de las figuras más tiernas dentro del quehacer por cuenta propia autorizado en Cuba, Álvarez Mendive expresó que es una prioridad conseguir que las personas que se encuentran al cuidado de los niños obtengan la preparación adecuada a fin de que los pequeños aprovechen el tiempo y adquieran determinadas habilidades.
«Esta es una excelente alternativa ante la carencia de plazas para los círculos infantiles. Estamos estudiando con el Mined —como ha sucedido con otras modalidades del trabajo por cuenta propia—, darles una preparación a las asistentes y enseñarles cómo se realiza el cuidado de los pequeños, que no es lo mismo que ofrecer educación», afirmó.
Ante dos oportunidades
Aquí todo funciona igual que un círculo infantil y trato de seguir el programa educativo de ese centro, aseguró Ivón Valdés Paneque, quien hace siete años adquirió una licencia para ejercer esta modalidad en el municipio capitalino de Cerro.
«La rutina inicia con la llegada de los pequeños a las nueve de la mañana. En un salón de la casa conversamos sobre lo que hicimos el día anterior, les enseño los colores, las vocales, los números y las normas de educación formal hasta que hacemos el recorrido por la comunidad.
«Al regresar los pongo a jugar mientras llega el horario de almuerzo y del sueño. Al despertarse, meriendan y desarrollan otras actividades de socialización hasta que regresan a sus casas. Siempre trato de que mis niños cumplan lo establecido, pues es importante que se adapten a estas acciones para que estén preparados antes de ingresar a la escuela e intercambiar con otros muchachos».
Mientras Ivón conversa con este diario y muestra los papeles de las visitas que recibe del Minsap, los seis pequeños que cuida juegan o dibujan en el portal de la casa. Todos la obedecen, hacen silencio y no se «fajan» entre ellos pues, como dice la pequeña Angeline, «aquí debemos portarnos bien, se comparten los juguetes y no se les dan golpes a los amiguitos».
Un salón para juegos y actividades, otro espacio para el horario de almuerzo, y un último para el sueño distinguen al «círculo infantil» de Ivón, por el cual paga 160 pesos en moneda nacional cada mes como carga tributaria, y donde los padres, además de los 20 pesos convertibles que abonan, deben llevar todo, incluso el agua que toman sus hijos.
«La alimentación deben garantizarla los familiares. Conservo los alimentos en lugares frescos y luego los caliento en el horario de almuerzo. A los niños les creamos un expediente con sus datos y los de su familia; además cuentan con visitas del médico de la familia y están en contacto con el programa Educa a tu hijo, pues exijo a los padres que los lleven el día fijado», detalló.
Ivón realiza esta profesión de manera empírica, pues solo tuvo referentes en su madre, quien es cuidadora de niños hace más de 30 años. Aseguró que para realizar esta labor tiene que gustarle mucho a la persona, tener paciencia y saber cómo tratar a los niños. «No pocos padres nos prefieren por las condiciones de nuestros lugares y también porque son menos niños para atender», dijo.
Fe de esas buenas acciones ofrece Maite López, una joven profesional de la Comunicación. «Cuando concluyó mi licencia de maternidad no me quedó más opción que optar por una cuidadora particular, pues la solicitud del círculo infantil para mi pequeña Vida no fue respondida a tiempo, a pesar de que la presenté cuando tenía ocho meses.
«Elegí a la cuidadora porque a mi juicio cumplía con las normas de higiene que deseaba rodearan a mi hija, además de que me dijeron que desarrollaba actividades con los niños, esencial para que ellos aprendan a socializar», comentó, y enfatizó que en las casas de cuidado de San Antonio de los Baños se cobran 200 pesos en moneda nacional.
«Vida hizo buenas migas con la asistente, pues ella es muy cariñosa, la dormía, siempre la mantenía limpia, peinada y cumplía con los horarios de su comida. La niña se encariñó mucho con ella», refirió, y advirtió que muchas cuidadoras se preocupan más porque los niños estén limpios y no tanto por su educación.
A los 20 meses de nacida, Vida ya puede disfrutar del círculo infantil, confirmó Maite. «Me corresponde uno que se encuentra a tres kilómetros de la casa, pues el más cercano no tenía capacidades. Ni hablar de sus condiciones y de la serie de implementos que me piden», acotó la madre, quien ahora se debate entre llevarla para el círculo infantil, lo más asequible a sus posibilidades económicas, o continuar con la nueva opción.
Interrogantes en el camino
Los precios de quienes ejercen como asistentes oscilan en varios municipios capitalinos entre 20 y 80 pesos convertibles mensualmente, de acuerdo con las prestaciones que brinden como servicio de almuerzo, merienda, transporte, uniformes...
En otros lugares y provincias, según comentaron varios padres con los que este diario conversó, la situación es diferente y muchas asistentes carecen de espacio suficiente para que el niño desarrolle sus actividades, y en ocasiones los pequeños no llegan a las escuelas con la misma preparación que reciben los provenientes de un círculo infantil.
Josefina Martínez es de las que considera que hay de bueno y malo en ambas partes. Cuenta que su hijo Ariel transitó por ambos sistemas. «Las cuidadoras particulares, que tienen precios elevadísimos, sobre todo aquí en la capital, fueron muy limpias y le enseñaron buenos hábitos, pero no en todos los lugares las personas tienen el mismo nivel de escolaridad para obtener esos resultados.
«Como madres y padres, somos los primeros responsables de la educación y valores de nuestros hijos. Es esencial que las personas que cuidan niños se preparen bien y que las promotoras del programa Educa a tu hijo asesoren a quienes ejercen esta modalidad, pues al final están resolviéndonos un problema y los niños son los beneficiados», refirió.
Muy oportunos fueron los debates sobre el tema en la Comisión de Atención a la Niñez, la Juventud y la Igualdad de Derechos de la Mujer, que antecedió al V Período Ordinario de Sesiones de la VIII Legislatura de la Asamblea Nacional del Poder Popular. La diputada cienfueguera Yusimí González lamentó que en ocasiones confluyen diferentes grupos etáreos en una misma casa de cuidado, y entonces son los «mayorcitos» los que asumen tal encargo.
«Esta modalidad de empleo es inevitable para la Cuba de hoy, y ante el déficit de plazas en los círculos infantiles o de nuevas instalaciones de ese tipo, urge un trabajo intencionado con quienes la desarrollan, pues la remuneración no debe ser lo más importante, sino la educación de los niños», acotó.
Aun cuando el Mined no es el responsable de las asistentes en el cuidado de niños, se debe lograr una preparación para ellas, y como aseguró Mileidys Abad, diputada por Ciego de Ávila, una solución sería la apertura de cursos optativos en los que se impartan los elementos básicos del cuidado infantil, y en el cual el programa Educa a tu hijo sea imprescindible.
Luces y sombras
Varias fueron las revelaciones de una visita de control y fiscalización a un grupo de casas de este tipo en varias provincias, ejecutada por la Comisión, y algunos de cuyos resultados fueron dados a conocer en los mencionados debates parlamentarios. Aymara Guzmán Carrazana, secretaria de la Comisión, explicó que se visitaron 83 guarderías infantiles en 28 municipios de La Habana, Pinar del Río, Matanzas, Cienfuegos, Sancti Spíritus, Santiago de Cuba, Holguín y Granma. También se conversó con padres y niños.
Esa indagación constató que se dan situaciones que distan de lo que se necesita para la formación integral de los infantes. «Entre los problemas hallados están la presencia de cuidadoras sin documentación legal para ejercer su trabajo y con falta de preparación para el desarrollo de habilidades que contribuyan a la educación de los niños», resumió Guzmán Carrazana.
«No todos los niños están vinculados al programa Educa a tu hijo, siendo este concebido para la edad preescolar, en el que las actividades independientes y el tratamiento al juego de roles son decisivos para la formación en edades tempranas. Existe preocupación por varios padres con el proceso educativo al que se exponen los pequeños en esas casas.
«En algunos hogares las condiciones higiénico-sanitarias presentan serias dificultades que afectan la protección al menor, pues se expone este a peligros potenciales, incluso durante el sueño. Igualmente se destaca la avanzada edad de algunas asistentes y las limitaciones en sus condiciones físicas que impiden una atención a la conducta de los niños como se requiere.
«También se detectaron violaciones a los horarios de vida de los pequeños, sin tener en cuenta las características de las diferentes edades que pueden convivir en estos lugares. En algunos casos los productos radiofónicos o audiovisuales que se les proporcionan no tienen que ver con sus edades o formación de las buenas costumbres, la vida social o la lengua materna. Los juegos se realizan a la espontaneidad de los infantes y no son conducidos por las cuidadoras; en el caso de los juguetes que existen en las casas, están en correspondencia con el nivel adquisitivo de los padres.
«Igualmente se pudo verificar que existen cuidadoras, esencialmente las que ejercen la actividad sin ningún vínculo legal, desprovistas de conocimientos pedagógicos para la atención de los infantes, que se desvinculan de las potencialidades de la comunidad al no insertarse en las actividades que las organizaciones y el resto de los organismos de su radio de acción planifican.
«Como generalidad, la alimentación se proporciona desde los hogares, por lo que esta responde a las posibilidades de la familia. Desde el punto de vista higiénico epidemiológico es un riesgo al tener que calentar los alimentos», precisó Guzmán Carrazana, quien añadió que aunque la visita de control y fiscalización no constató situaciones de maltrato o violencia infantil en estas casas, «debemos estar alertas ante la posibilidad de que esto pueda ocurrir».
¿Y la preparación qué?
Según el Anuario Estadístico de Cuba 2014, el último publicado por la Oficina Nacional de Estadísticas e Información, en Cuba existían 1 078 círculos infantiles con una matrícula total, al finalizar el año, de 137 501 niños, y fueron beneficiadas 125 801 madres. En la conferencia de prensa previa al inicio de este curso escolar, el Mined anunció un aumento de la matrícula de los círculos infantiles, con más de 2 700 nuevas plazas.
Esta modalidad es una necesidad inevitable ante la carencia de plazas para círculos infantiles. Foto: Ladyrene Pérez
Con el fin de encontrar más criterios vinculados a este tema, sobre todo los relacionados con la preparación de las asistentes y la educación que reclamaron muchos padres, solicitamos una entrevista con autoridades del Mined, enviando la solicitud vía correo electrónico como establece esa instancia gubernamental. Sin embargo, hasta la fecha de esta publicación y luego de varios intentos por obtener la información, ha transcurrido casi un mes sin respuesta.
No obstante, en la mencionada comisión parlamentaria Ena Elsa Velázquez, ministra de Educación, dijo que aunque en el país hoy son atendidos por el programa Educa a tu hijo —dirigido a la preparación de las familias para estimular el desarrollo integral de los pequeños por edades— 494 704 niños y cerca del 85 por ciento de los infantes que están en las casas cuidadoras participan en ese programa, el tema de la educación no debe descuidarse.
La titular expresó a esa instancia que «en caso de dudas, las asistentes pueden auxiliarse con las educadoras de los círculos infantiles. Aunque no hemos organizado cursos específicos para ellas, estamos dispuestos a recibirlas para consultar, informarse y conocer sobre la educación, pues ello les va a permitir atender mejor a nuestros niños, indicó.
Reconoció que en muchos sitios las educadoras formadas por su entidad y hasta en las universidades de Ciencias Pedagógicas han decidido dejar su labor en el círculo infantil para irse a la modalidad del trabajo por cuenta propia. «No podemos desproteger a nuestros círculos con ese personal que se ha preparado para que se vayan al sector no estatal porque tienen menos exigencias y menos niños. Eso no podemos permitirlo, pues iría en detrimento de la oferta de capacidades en nuestros círculos por falta de personal, como pasa hoy en varias provincias».
Irene Rivero, viceministra de Educación, manifestó que con la modalidad de asistente para el cuidado de niños se ha buscado que la mujer tenga una opción que le permita garantizarle el cuidado a su hijo para incorporarse al trabajo, pero no es igual la asistente que la educadora del círculo infantil; por ello insistió en la importancia de que los padres asistan al programa Educa a tu hijo.
«Las “seños” de los círculos infantiles son formadas durante cuatro años para el nivel medio y reciben 14 programas educativos con una metodología. A una cuidadora no podemos exigirle que vayan los sábados a una preparación metodológica, que tienen que dar el programa educativo con rigor, que deben poseer un nivel cultural, pues eso no es lo que plantea el trabajo por cuenta propia», apuntó Irene, quien señaló que el Ministerio tiene un folleto de cómo cuidar a un niño y eso se puede enseñar a las cuidadoras.
«El Minsap garantiza la preparación, y nosotros podemos hacerlo si este tuviera algún problema. No obstante, tenemos que tener presente cuánto mejor se hace el cuidado, y que el acceso a la educación sea por el camino establecido, empezando en las edades tempranas con el Educa a tu hijo, pues recientemente se terminó una evaluación del programa y se ratificaron los avances en el desarrollo de los niños que se atienden en éste.
«Además tenemos que fiscalizar que nadie haga un servicio que no sea legal; hay que saber quién lo controla, cómo y con qué sistematicidad lo hace. Pienso que ahí está la esencia de lograr buenos resultados en esta modalidad y sobre todo es necesario continuar, con más afán, la inspección y seguimiento a este tipo de labor», dijo.
Tal como explicó Guzmán Carrazana, los organismos deben desarrollar acciones de control al ejercicio del cuidado infantil, de manera conjunta, lo cual les permitirá vincularse más con las personas que realizan esta modalidad, velando por normas que cada uno tiene previstas, haciendo cumplir su objeto social, tanto desde el punto de vista legal, tributario, higiénico-sanitario, educativo y formativo.
«Estamos ante una actividad muy sensible y necesitada, en la que se pueden apreciar aspectos positivos, pero también la ampliación de ese servicio provoca que accedan a esta función personas sin los requerimientos o condiciones adecuadas para garantizar la formación integral y de valores de nuestros niños», ponderó.
El camino está trazado y es muy justo que surjan estas ofertas en los nuevos escenarios de actualización que vive Cuba. Buscar un equilibrio entre lo que se necesita y demanda la sociedad ha de ser una ruta necesaria para que nuestros niños crezcan bien formados, pues la educación no tiene sector, y como apuntaba la Ministra del ramo, lo más importante es que un niño reciba la atención necesaria y no se comprometan su futuro y educación.
Lo que usted debe saber
La Resolución No. 240 del Ministerio de Salud Pública de 2011, publicada en la Gaceta Oficial No. 029 Extraordinaria de 7 de septiembre de 2011, determina que la actividad de Asistente infantil para el cuidado de niños —junto a otras seis— requiere de licencia sanitaria para su ejercicio.
El documento señala entre los requisitos higiénico-sanitarios para esta modalidad que la cantidad de niños debe ser de seis como máximo, y en caso de existir dos asistentes, puede ascender hasta diez, siempre que la capacidad del local lo permita.
Se debe demostrar, mediante certificación médica, el estado de salud física y mental de convivientes y personas que pretendan contratar para brindar este servicio. Además, la vivienda debe tener las condiciones elementales, tales como abasto de agua potable en cantidad y calidad sanitaria, instalaciones hidrosanitarias funcionales, residuos sólidos almacenados en recipientes limpios y con tapas, iluminación tanto natural como artificial en lugares que pueden ser de riesgo, ventilación adecuada y no deben existir dentro ni fuera del hogar fuentes de posible contaminación.
Otros requisitos se relacionan con el almacenamiento de los alimentos en lugares limpios, a la temperatura requerida y con procedencia de fuentes seguras; el fregado con agua y detergente, cantidades suficientes de utensilios, limpios y protegidos de contactos con vectores; el buen funcionamiento de la cocina y el suministro de agua hervida y su conservación en recipientes limpios y tapados.
La legislación explica que se debe garantizar el régimen de vida de los niños, que comprende la organización en el cumplimiento del aseo, alimentación, sueño y vigilia activa de los niños, así como la existencia de cepillo dental, peine, toallas, orinales, prendas de vestir, cubiertos y otros, con carácter individual y separado para evitar la contaminación.
Se prohíbe la entrega a los niños o utilizar en el ejercicio de la actividad productos y objetos diferentes a los apropiados para esta actividad, o dinero, por el riesgo epidemiológico o por accidente que representa. Además, la vivienda no puede estar rodeada de peligros potenciales, ni pueden existir animales domésticos o de corral.