"De pensamiento es la guerra mayor que se nos hace: ganémosla a pensamiento" José Martí

martes, 7 de marzo de 2017

La CIA pierde su 'ciber-arsenal': WikiLeaks filtra la mayor colección de datos sobre su 'hackeo'

Publicado: 7 mar 2017 13:22 GMT | Última actualización: 7 mar 2017 18:22 GMT

La CIA perdió el control sobre la mayoría de su arsenal de 'hackeo' por todo el mundo, y uno de los contratistas del Gobierno se lo entregó a WikiLeaks.

¿Qué pasó?

WikiLeaks ha comenzado a filtrar una voluminosa colección de archivos confidenciales sobre la CIA, que califica ya como "mayor publicación de Inteligencia de la historia".

Se trata de información sobre el arsenal de 'ciberarmas' que usa la CIA para llevar a efecto su 'hackeo' global, y del que agencia perdió el control, según WikiLeaks.

El portal afirma tener en su poder este arsenal, pero rechaza publicar información sobre estas ciberarmas hasta que sepa como neutralizarlas.

El portal cuenta con información sobre "decenas de miles" de objetivos de ataques de la CIA en América Latina, EE.UU. y Europa.

Según WikiLeaks, desde el 2001 la CIA ha creado dentro de sí misma una entera 'NSA' en la que trabajan 5.000 piratas informáticos.

El Consulado de EE.UU. en Francfort del Meno (Alemania) cumple la función de centro de 'hackers' de la CIA, desde donde se llevan a cabo operaciones en Europa, Oriente Medio y África.

La mayor publicación de Inteligencia de la historia.

El portal de filtraciones WikiLeaks ha anunciado este martes la publicación de primera parte de sus archivos sobre la Agencia Central de Inteligencia de EE.UU. (CIA), en el marco de lo que llama "la mayor publicación en la historia de los documentos confidenciales sobre la agencia". El conjunto de la filtración ha sido bautizado como Vault 7 por el portal.

En concreto, la primera parte de los documentos lleva el nombre Year Zero (Año Cero en español). Year Zero consta de 8.761 documentos procedentes del Centro para la Inteligencia Cibernética de la CIA, un volumen mayor que el de todas las publicaciones sobre el espionaje masivo de la Agencia de Seguridad Nacional de EE.UU. (NSA) filtradas por Edward Snowden en los primeros tres años.

El arsenal de 'ciberarmas' de la CIA cayó en manos de sus 'hackers'

Según el anuncio publicado por WikiLeaks, el archivo aparentemente pasó por las manos de varios piratas electrónicos que trabajan para el Gobierno estadounidense, después de que la CIA perdiera "recientamente" el control sobre "la mayoría de su arsenal de 'hackeo'".

Imagen ilustrativapexels.com

Varios contratistas estadounidenses también tuvieron acceso "no autorizado" a estos documentos, uno de los cuales los filtró a WikiLeaks.

WikiLeaks tiene en su poder el 'ciberarsenal' de la CIA

WikiLeaks afirma tener en su poder las 'ciberarmas' de la CIA, aunque, de momento, se abstiene de hacerlas públicas hasta que no se logre un "consenso" acerca de cómo analizarlas, neutralizarlas y revelar la información sobre ellas.

La dimensión del 'hackeo' global de la CIA

WikiLeaks filtra la dimensión del programa global de piratería electrónica encubierta de la CIA, las 'armas' de sus arsenal de 'hackeo' y sus objetivos por todo el mundo.

Entre los objetivos de sus ataques figuran los iPhones de Apple, los dispositivos a base de Android de Google, los dispositivos con sistema operativo Windows de Microsoft y las televisores Samsung. Todos estos dispositivos fueron "convertidos en micrófonos" de la CIA.

Imagen ilustrativapexels.com

Además,la CIA puede sortear el cifrado de WhatsApp, Signal, Telegram, Wiebo, Confide y Cloackman y recibir cualquier información de móviles 'hackeados' a distancia.

Los documentos en disposición de WikiLeaks incluyen datos sobre "decenas de miles de objetivos y máquinas de ataque de la CIA en América Latina, EE.UU. y Europa". El portal ha decidido no revelarlos por el momento para poder estudiarlos más profundamente.

Una 'NSA' dentro de la CIA

Según el comunicado de prensa de WikiLeaks, desde 2001 la CIA se impuso política y presupuestariamente sobre la NSA, después de lo cual pudo crear dentro de sí misma una agencia análoga a la NSA para espiar por todo el mundo, con la diferencia que rinde cuentas a escala mucho menor.

Se trata de una 'flota' de 5.000 hackers que trabajan en el Centro para la Inteligencia Cibernética de la CIA y que elaboraron "miles de sistemas de 'hackeo', troyanos, viruses u otros códigos malignos 'armados'".

El Consulado de EE.UU. en Francfort es un 'nido de hackers' de la CIA

Según WikiLeaks, el Consulado de EE.UU. en Francfort del Meno (Alemania) cumple la función de centro de 'hackers' de la CIA, desde donde se llevan a cabo operaciones en Europa, Oriente Medio y África. De los documentos se desprende, que los 'hackers' de la CIA recibían pasaportes diplomáticos y gozaban de la protección del Departamento de Estado.

Coincido con el Sr. Ravsberg.


Es conocido que las cosas que no se atajan a tiempo, terminan después convertidas en problemas mucho mayores.

Se ha hecho notorio en las últimas semanas el titulado "Caso Ravsberg".

Alguien ha perdido la paciencia, no ha podido contenerse, alguien ha estallado. No lo justifico, lo lamento y rechazo, como rechazo cualquier alusión a una respuesta violenta a algo que tiene su origen en el terreno de la opinión.

Y lo lamento y rechazo más que todo porque le ha hecho, en bandeja, un tremendo regalo al Sr. Ravsberg.

Lo sucedido después lo conocemos: La maquinaria se puso en marcha.

Textos originales olvidados, titulares intencionados, post victimizados, las publicaciones multiplicadas, la explotación beneficiosa, la utilización política al orden del día, los cínicos llamados a la ética, las matrices convenientes y finalmente, lograr las provechosas palabras resultantes de varios intelectuales y artistas de nuestra patria.

El Sr. Ravsberg ha emitido en su propia web que ha quedado insatisfecho con la respuesta y atención que le ha dado la UPEC a su caso.

Debo admitir que a pesar del profundo abismo ideológico, político y moral, que me separa del Sr. Ravsberg, coincido plenamente con él porque -salvo honrosas excepciones- no se ha asumido frente a él, como sí hizo en su momento Fidel llamándole “el más mentiroso”, lo que el deber impone. Pero no ahora, sino todas las veces que se debió haberlo hecho, con lo que probablemente no estuviéramos hoy asistiendo al bochornoso nivel que ha tomado el caso:

-Cuando el Sr. Ravsberg dijo y reiteró que el ejercicio militar Bastión era la respuesta del Gobierno Cubano a la elección de Donald Trump como Presidente de los Estados Unidos, sin importarle las graves consecuencias diplomáticas o peores aún que eso pudiera acarrear. Asunto que grandes medios de comunicación y agencias de prensa convirtieron en matriz de opinión y que muy probablemente haya sido utilizado por sectores extremistas de Miami para inducir al recién electo presidente de Estados Unidos a su hostiles declaraciones contra Cuba.

-Cuando el Sr. Ravsberg emitió artículos declarando que las personas que trabajan en el Gobierno Cubano, el Estado y sus Instituciones no eran revolucionarios, sino que esto lo eran los que emprendían negocios privados.

-Cuando el Sr. Ravsberg, dijo que las medidas de inspección y control a los restaurantes de propiedad no estatal para la rectificación de violaciones se trataba de una campaña del Estado y Gobierno Cubanos contra los negocios privados.

- Cuando el Sr. Ravsberg, de igual manera, hizo campaña contra las medidas de control de precios que el Consejo de Administración Provincial hizo a los boteros.

-Todas las veces el Sr. Ravsberg en contra de los acercamientos de la CTC, la UJC y el PCC, la ONAT, la ANEC, el sistema bancario hacia el sector no estatal, emitió artículos cultivando el distanciamiento y contraposición de los trabajadores por cuenta propia respecto al Estado Cubano y sus Instituciones.

-Cuando el Sr. Ravsberg hizo una campaña a favor de los propietarios de piscinas cuando al Gobierno Cubano no le quedó más remedio que emitir medidas urgentes para aliviar la sequía que azotaba al país para luego decir que las fuentes públicas, que hasta un niño sabe que reciclan el agua, la despilfarran.

- Cuando el Sr. Ravsberg intentó engañar, comparando sin lógica alguna Cuba con Vietnam, diciendo que el desarrollo comercial e industrial de ese país no se debe a sus 91 millones de habitantes, cuya edad media de esa población es de 26 años, que posee unas de las cuencas hidrográficas más grandes de Asia, yacimientos petrolíferos abundantes, tierras con climas provechosos y alta fertilidad. Especialmente omitiendo que no está sometido al bloqueo económico que Estados Unidos mantiene sobre Cuba. Sino que el Sr. Ravsberg redujo todo a que el Partido Comunista de Cuba era sencillamente incapaz en comparación con el Partido Comunista de Vietnam.

Tal vez debiera coincidir también con el Sr. Ravsberg en el uso de ¨por menos que eso¨

No me quedaría más remedio que coincidir con el Sr. Ravsberg, sobre una UPEC que debe ser la voz de los periodistas cubanos, pero no la voz en las reuniones para que después le saquen las grabaciones, que luego se publican omitiéndose el nombre que no conviene, precisamente el del Sr Ravsberg.

Es preferible ponerse colorado una vez a amarillo cien veces.

No soy miembro de ella, pero considero que la UPEC es y debe ser la veladora, más allá de la ética de sus miembros inscritos, del ejercicio moral de la profesión del periodismo en Cuba.

Pero debo coincidir con el Sr. Ravsberg que los estatutos de la UPEC la limitan, pues imagino que no le es posible tramitar ante las autoridades del país la denuncia de uno de sus miembros ante un corresponsal extranjero que toma sus textos, los reproduce sin autorización, mutila en su contenido y tergiversa su título cambiándole su sentido, o cuando el Sr Ravsberg ha permitido entre los foristas de su blog insultos y ataques contra directivos y miembros de la UPEC, incluso cuando él mismo ha enlazado desde el foro las sucias invectivas de propaganda negra, nada éticas, publicadas por el sitio El Lumpen.

Seguramente el Sr. Ravsberg considera que la UPEC no ha hecho lo que debería hacer.

Definitivamente, coincido plenamente, con el Sr. Ravsberg.

Detrás del poder de Trump está la ideología de Bannon

Por CHRISTOPHER CALDWELL 
CreditIlustración de Doug Chayka; foto de Stephen Crowley / The New York Times


El presidente Donald Trump se ha convertido en un problema para quienes conciben la política en términos de ideologías sistemáticas. Trump se muestra reacio o es incapaz de establecer su agenda de esa manera. Así que ha sido inevitable que sus oponentes invoquen a su principal estratega, Stephen Bannon, quien sí tiene el don de pensar sistemáticamente. No solo lo necesitan para que sea el blanco de su odio, sino también como heurística. Puede que jamás haya un “trumpismo” y, a menos que surja uno, el punto más cercano al que podríamos llegar para entender esta administración sería acuñar una expresión como “bannonismo”.

Bannon, de 63 años, se ha ganado la reputación de mostrar su corrosiva genialidad en casi todos los cargos de su carrera poco ortodoxa: como oficial naval, especialista de fusiones en Goldman Sachs, financista de la industria del entretenimiento, director y guionista de documentales, empresario de ciberpropaganda en Breitbart News y director ejecutivo de la campaña presidencial de Trump. Uno de sus compañeros en la Escuela de Negocios de Harvard le dijo a The Boston Globe que Bannon era “una de las tres personas más intelectuales de nuestra generación… quizá el más inteligente”.

Benjamin Harnwell, del Instituto para la Dignidad Humana —una organización católica en Roma—, dice que es una “bibliografía andante”. Quizá porque Bannon llegó tarde al conservadurismo, ya que solo se enfocó plenamente en los asuntos políticos después de los ataques del 11 de septiembre, irradia una emoción que la mayoría de sus contemporáneos conservadores perdieron hace años.

Después de un mes de la administración de Trump, Bannon ya ha hecho que se sienta su influencia. Ayudó a redactar el discurso inaugural del presidente, consiguió un lugar en el Consejo de Seguridad Nacional y, según reportes, fue la fuerza principal tras el veto migratorio del presidente contra los ciudadanos de siete países predominantemente musulmanes. Los informes que dicen que el gobierno de Trump ha considerado designar a los Hermanos Musulmanes como una organización terrorista hacen eco de la preocupación que ese grupo le genera a Bannon desde hace tiempo.

Muchas descripciones lo pintan como un villano de caricatura, un troll de internet de carne y hueso, intolerante, antisemita, misógino o criptofascista. La expresidenta de la Cámara de Representantes, Nancy Pelosy, y el diputado demócrata de Nueva York, Jerrold Nadler, incluso lo han calificado como un “nacionalista blanco”. Aunque ciertamente es un conservador de línea dura, las evidencias de que sea un extremista problemático por lo general han sido manipuladas, malinterpretadas o exageradas.

Puede que haya motivos para preocuparse por Bannon, pero el hecho de que sepa quién es el extremista italiano del siglo XX Julius Evola no lo convierte en un fascista. Que haya descrito a Breitbart como “una plataforma para la extrema derecha” —un término burdo e impreciso aplicable a una amplia gama de radicales y no solo a ciertos grupos de supremacistas blancos— no lo hace un racista.

Bannon tampoco es un personaje peligroso por haber organizado paneles de discusión como “The Uninvited”, durante la Conferencia de Acción Política Conservadora en 2013 y 2014; aunque con ello sí mostró su gusto por adoptar el papel del chico malo de la ideología. Los paneles incluyeron a personajes tan institucionales como Newt Gingrich y Michael Mukasey, el antiguo fiscal general de la administración de Bush. En ellos se habló de típicas preocupaciones republicanas como la preparación del ejército y los ataques de 2012 contra la misión estadounidense en Bengasi, Libia. No fue muy distinto de ver Fox News.

Donde Bannon sí se distancia drásticamente del republicanismo convencional es en su nacionalismo generalizado. Habla de soberanía, nacionalismo económico, oposición a la globalización y de encontrar puntos en común con los simpatizantes del Brexit y otros grupos hostiles a la Unión Europea. En la Conferencia de Acción Política Conservadora de este año, dijo que el “núcleo central” de la filosofía de la administración de Trump era la creencia de que Estados Unidos es más que una unidad económica en un mundo sin fronteras. Es una “nación con una cultura” y “una razón para existir”.



Stephen K. Bannon dirigiéndose a la Oficina Oval de la Casa Blanca CreditAl Drago / The New York Times

Algunas de las raíces de la ideología de Bannon, al igual que el origen de la popularidad de Trump, se encuentran en las promesas incumplidas de la economía global. Sin embargo, a diferencia de Trump, Bannon tiene una idea detallada, una explicación de cómo se perdió la soberanía estadounidense y qué hacer al respecto. Es la misma idea que tienen los activistas del Tea Party: los reguladores del gobierno les han robado a los estadounidenses sus prerrogativas democráticas. Esa clase ahora constituye un “Estado administrativo” que opera para empoderarse y enriquecer a sus aliados, quienes practican el capitalismo clientelar.

Cuando Bannon habló recientemente de “deconstruir el Estado administrativo”, eso pudo haber sonado raro para quienes desconocen su ideario, pero para sus fanáticos fue una electrizante declaración de fe. Bannon puede lograr que el trumpismo deje de ser un conjunto de quejas y lamentos nostálgicos para transformarse en un programa que reforme al gobierno.

Él le añade su toque personal e idiosincrático a esta mezcla del Tea Party. Tiene una teoría sobre los ciclos históricos que puede considerarse simple de una manera elegante o peligrosamente simplista. Es un modelo desarrollado por William Strauss y Neil Howe en dos libros publicados en los años noventa. Su argumento supone un ciclo de 80 a 100 años dividido en “altas”, “despertares”, “revelaciones” y “crisis” de 20 años. La Revolución Estadounidense, la Guerra Civil, el Nuevo Trato de Roosevelt, la Segunda Guerra Mundial… Bannon ha dicho durante años que ha llegado la hora de vivir otra crisis. Su documental acerca del colapso financiero de 2008 Generation Zero, lanzado en 2010, utiliza el modelo de Strauss-Howe para explicar qué pasó, y concluye: “La historia se divide en estaciones, y el invierno está por venir”.

Las opiniones de Bannon reflejan una transformación del conservadurismo a lo largo de la última década. Este cambio puede rastrearse en los filmes que ha hecho. Su documental In the Face of Evil (2004) es un tributo ortodoxo a Ronald Reagan, el héroe del Partido Republicano. Sin embargo, media década después, Generation Zero es un extraño híbrido. El colapso financiero ha intervenido. El filme de Bannon cuenta con entrevistas predecibles con simpatizantes provenientes de grupos de expertos y adeptos al libre mercado que expresan su preocupación por el gran gobierno. Sin embargo, también se filtran voces menos ortodoxas como las del locutor proteccionista Lou Dobbs y el gestor de inversiones Barry Ritholtz. Ellos cuestionan si el libre mercado es realmente libre. Ritholtz dice que el resultado de la crisis financiera ha sido “el socialismo para los ricos y el capitalismo para todos los demás”.

Para 2014, la ideología de Bannon se había enfocado en esta desconfianza. “Piénsenlo”, dijo en una charla organizada por el Instituto para la Dignidad Humana. “No se ha presentado ningún cargo criminal contra algún ejecutivo bancario relacionado con la crisis de 2008”. Advirtió sobre “la Escuela Objetivista, o de Ayn Rand, del capitalismo libertario”, es decir, “un capitalismo que en verdad busca hacer que la gente sea mercancía y que convierte a las personas en objetos”. El capitalismo, dijo, debe basarse en un fundamento “judeocristiano”.

Si es así, estas eran malas noticias para el Partido Republicano. Para cuando Bannon habló, el capitalismo al estilo de Ayn Rand era todo lo que quedaba de su agenda de la era Reagan. El pensamiento del libre mercado se había tragado a todo el partido, junto con sus preocupaciones judeocristianas (“una nación con una cultura” y “una razón para existir”). Una orientación empresarial era lo que querían los donantes.

Sin embargo, los votantes no hicieron más que tolerarlo. Fue Buchanan quien en su candidatura a la presidencia en 1992 hizo un llamado a los republicanos para darle prioridad a los empleos y las comunidades por encima de las ganancias. Un debate acerca de si esta era una visión más contundente de la sociedad o si solo se trataba del berrinche de un reaccionario devoró al partido. Después de una generación, Buchanan ha ganado la discusión. Para 2016, sus opiniones sobre el comercio y la migración que alguna vez fueron rechazadas como ideas descabelladas se han extendido tan rápidamente que todos las han adoptado. Excepto los funcionarios electos y los candidatos presidenciales provenientes de la clase dirigente.

Bannon no suele explicar en detalle qué es la cultura judeocristiana, pero sabe qué no es: el islam. Como la mayoría de los estadounidenses, cree que el islamismo —el movimiento político extremista— es un adversario peligroso. Algo más controvertido es su creencia de que, puesto que este movimiento político se genera dentro de la esfera del islam, el crecimiento de esa religión es un problema que deberían enfrentar las autoridades estadounidenses. Esta es una opinión que los presidentes Obama y George W. Bush repudiaron de forma enfática.

Al parecer, las opiniones de Bannon sobre este tema se basan en lecturas intensas pero no necesariamente variadas. Los pensadores a los que se ha apegado en este campo tienden a ser polémicos y controvertidos en vez de imparciales y objetivos. Incluyen a la provocadora Pamela Geller, quien hizo campaña contra la “Mezquita en la Zona Cero”, y quien alguna vez insinuó que el Departamento de Estado “básicamente era dirigido por supremacistas islámicos”; Robert Spencer, el director del sitio web Jihad Watch que a veces colabora con Geller y encabeza una organización llamada Stop Islamization of America; así como un antiguo oficial del Departamento de Seguridad Nacional, Philip Haney, quien ha afirmado que los funcionarios de la administración de Obama pusieron en peligro “la seguridad de los ciudadanos debido a la rigidez ideológica de la corrección política”.

Como el presidente Trump es poco popular entre los intelectuales, cualquier pensador de su gabinete será, en algún nivel, un inconforme, un rebelde o un individualista. Puede que eso haga que las cosas sean interesantes para el país. Ciertamente hará que Washington sea un ambiente hostil para Bannon. En la capital, muchos intelectuales han pagado un precio elevado (al tragarse sus recelos e ignorar sus convicciones) para llegar al lugar que tiene Bannon, pero él jamás tuvo que poner en riesgo sus principios. Su jefe ni siquiera obtuvo la mayoría del voto popular. Los conservadores de la clase dirigente podrían llegar a confundir su envidia con la certeza de que Bannon es peligroso y carece de preocupaciones sociales.

¿Realmente es así? El verano pasado, el historiador Ronald Radosh contribuyó a esta imagen con su recuerdo (después refutado) de que hace años tuvo una conversación con Bannon en la que este se describió como un “leninista” que quería “que todo colapsara”.

Sin embargo, la ideología de Bannon, cualquiera que sea, no captura del todo qué lo impulsa, dice la guionista Julia Jones. A principios de los noventa, Jones y Bannon empezaron a escribir guiones y lo hicieron durante una década y media. Ella es una de las pocas personas que ha colaborado con él durante muchos años de su carrera. Según Jones, en su servicio militar podría haber una clave mucho más confiable para conocer su cosmovisión. “Le tiene respeto al deber”, dijo a principios de febrero. “La palabra que usa mucho es ‘dharma’”. Bannon conoció ese concepto en el Bhagavad Gita, recuerda. Puede usarse para describir el camino de un individuo en la vida o su lugar en el universo.

Cuando Bannon llegó a Hollywood, cuenta Jones, era menos político. Durante dos años, ambos trabajaron en el esbozo de una serie televisiva de 26 episodios acerca de un grupo que iba tras los secretos del yo humano, desde Arthur Connan Doyle hasta Nietzche, Madame Blavatsky, Ramakrishna, el Baal Shem Tov o Gerónimo. “Esa era su idea”, dijo. “Reunió a todos esos personajes”.

Sin embargo, los ataques del 11 de septiembre lo cambiaron y la colaboración de Jones no sobrevivió al creciente interés de Bannon por la política. En relación con sus filmes, Jones dice que “desarrolló una suerte de voz propagandística” que le pareció ofensiva. Ella lamenta que Bannon “haya encontrado un hogar en el nacionalismo”. Pero no cree que sea ningún tipo de anarquista y mucho menos un racista.

Quienes se enfocan en la ideología de Bannon quizá le están rezando al santo equivocado. Hay muchas razones para preocuparse por él, pero tienen menos que ver con su opinión sobre esos temas que con quién es como persona. Es un novato en el poder político y, de hecho, su interés por la política es algo relativamente nuevo. Está dispuesto a alejarse de la autoridad. Aunque no acepta ninguna de las ideologías desacreditadas del siglo pasado, se apega a una teoría de ciclos históricos que, por decirlo amablemente, no ha sido comprobada. Lo más inquietante: es un intelectual en la política al que le emocionan las teorías grandilocuentes. Una combinación que ya ha producido resultados impredecibles en el pasado.

Ya veremos cómo resulta. De manera similar, Barack Obama solía referirse a la dirección y el “arco” de la historia. A algunos les podría parecer que estas dos teorías de la historia son igual de ingenuas y poco realistas. Otros podrían ver un elemento atenuante en la naturaleza cíclica de la opinión de Bannon.

Un progresista que cree que la historia es más o menos lineal lucha por la inmortalidad cuando entra a la arena política. Un conservador que cree que la historia es cíclica solo está luchando por un papel para administrar los siguientes 20 u 80 años. Después su trabajo se desbaratará, como terminará pasando con el de todos.

Christopher Caldwell, editor sénior en The Weekly Standard, está escribiendo un libro sobre el ascenso y la caída del orden político después de los sesenta.

José Martí y la belleza de la mujer


Por José Ramón Gómez Cobelo -7 marzo, 2017


La historia de la Revolución Cubana es una lección magistral de cultura y libertad para con la mujer, desde los mismos comienzos fue alistado su juicio y razonamiento.

La mujer cubana es bella. Su hermosura enaltecida por la cultura es una realidad palpable desde los cuatro puntos cardinales del planeta. Como tenemos féminas con distinguidos uniformes en muchas instituciones, a veces no se perciben bien las diferencias entre sus cuerpos, pero cada día las cubanas se acercan más al horizonte martiano de lo bello. Las miradas y apuntes del Maestro sobre la mujer de un arriero, lo muestran caballero justo y sensato. Sus consejos a María Mantilla lo delatan como profundo observador de los atributos femeninos.

Al describir la señora de un arriero en Guatemala subrayó José Martí:

“Su perfil es correcto, menuda la nariz, breve la boca, bien hecha la frente; aguda la barba; acaba la figura un tocado casi griego, puesto que con las trenzas del cabello se ciñe el casco a manera de corona; más todas estas perfecciones de la forma, abrutadas por la incultura, se convierten en fealdades numerosas por la falta de transparencia espiritual”.[1]

Cuenta el Apóstol, los detalles más significativos de la belleza física de la pueblerina guatemalteca. Es una descripción que nos hace acompañarle en esa aventura y enamorarnos a priori de la mujer del arriero. Las palabras precisas, los adjetivos necesarios y vemos con él a la preciosa dama. Sin embargo, enfatiza en la falta de transparencia espiritual, que la afea. Ella, sin dudas, reflejaba en su vestido atributos notables de la moda universal, pero en vano se vestía así, si no lograba complementarlo con su comportamiento y forma de decir.

En el habla popular, la belleza se lleva dentro,pero ¿cómo ver lo que está más allá del alcance de nuestra mirada?, ¿cómo relacionar el mundo interior con el entorno? No resulta tan sencilla la solución, lo principal es, que precisamente se entienda la dialéctica entre naturaleza, cultura, bondad y belleza. Las auténticas mujeres lo saben bien y en la Cuba del siglo XXI las encuentras por doquier. Es útil y cuerdo estimular el desarrollo de la cultura para que la contemplación viva de la belleza femenina sea totalizadora, y no menguada por mirones miopes que cada vez escasean más.

En actualidad, tiempo de marcas, que reflejan de algún modo el alcance económico o, al menos, la aspiración que se lleva dentro, no siempre coincide el valor del billete mostrado con la realidad, y mucho menos, con la grandeza del alma o transparencia espiritual. Paradójicamente, más hermosas son las mujeres mientras menos ropas llevan. En tal sentido las cubanas son beneficiadas por las bondades de nuestro clima tropical, pero lo más importante no es llevar el vestido, sino saberlo llevar.

En carta a María Mantilla, escribió Martí:

“La elegancia del vestido, la grande y verdadera está en la altivez y fortaleza del alma. Un alma honrada, inteligente y libre, da al cuerpo más elegancia, y más poderío a la mujer, que las modas más ricas de las tiendas. Mucha tienda, poca alma”.[2]

Cada día, debemos regalar a nuestras mujeres una justa mirada desde la cosmovisión martiana, de lo bello en lo femenino. Se puede regalar un lindo vestido, pero más agraciado será, si está encofrado en amor infinito. La actitud de la mujer bien amada es prudente y sensata, tapa el odio e irradia amor. Cuando hay armonía entre vestidos y sentimientos ella es verdaderamente libre. Algunas han confesado que, en ese estatus se sienten buenas y dichosas. Viene a la memoria la relación que establece el Maestro entre bondad y dicha; cultura y libertad; prosperidad y fortuna.

La historia de la Revolución Cubana es una lección magistral de cultura y libertad para con la mujer, desde los mismos comienzos fue alistado su juicio y razonamiento. Los ejemplos personales son numerosos pero es mejor que se alisten todas, en algunos de los acontecimientos que enaltecen a la cubana para siempre: La Campaña de Alfabetización. El aprendizaje en la Escuela Ana Betancourt. El magisterio, como escudo de la nación. Su acceso y permanencia en las universidades, su activa participación en los servicios y la producción. La preparación para la defensa. La unidad de la familia y la Federación de Mujeres Cubanas, que demuestra cada día que en lo femenino está la verdad y el amor infinito.

Al leer los textos martianos de sus viajes por Guatemala, descubrimos los deslumbrantes atributos de la mujer del arriero que fueron afeados por la incultura. Hoy día, nuestras féminas potencian su belleza desde la cultura cubana y la universal, son el tesoro mayor de nuestra Patria y forman parte notable dela cimiente insular de la Universidad Americana contemporánea, proféticamente soñada por José Martí. En la visión martiana de la cultura está la salvación de la belleza femenina.



Texto que aparece en la esquina superior izquierda de la foto: El “Club José Martí”, fundado en Costa Rica en 1895 por la Sra. María Cabrales, esposa que fue del General Maceo. Fotografía que se conserva en el “Museo Bacardí”, de Santiago de Cuba.

[1] José Martí OC, T 19, p—45

[2] José Martí OC, T 20, Carta a María Mantilla

Doctor y Profesor Titular de la Facultad de Ciencias Económicas y Empresariales de la Universidad de Cienfuegos.


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