Domingo, 06 de Septiembre de 2015
Manuel David Orrio- Cubainformación-Martianos-Hermes - La Habana,15/09/06.- Raro capricho. Me dio por investigar cuándo Cuba es el “primer país” en…lo que sea, mientras un vendedor ambulante me invitaba a pagar 5 pesos no convertibles (cup) por media libra de pan. Casi la tercera parte de mi salario nominal mensual, de comprar una diaria.
No habría farmacia en La Habana con Levamisol en sus inventarios, un fármaco necesario, entre varios, para mantener el éxito del tratamiento que sigo por prescripción del neurólogo.
Divago; de pronto recuerdo que el contrabando de cigarrillos Criollos “campea por sus respetos”. Un paquete de 20 tiene por precio oficial 7 cup; los especuladores lo venden a 10.
¿Cuba, “primer país en…”? ¿Por qué investigar, mientras vivo bajo tales circunstancias, signadas por el restablecimiento de relaciones diplomáticas entre los Estados Unidos de América y Cuba? Parece el principio del fin del llamado embargo-bloqueo, que tanto daño hace a mi país; a mí mismo. Parece, porque lo de “ni enemigos ni rivales; vecinos”; por ahora, para mí, sólo una frase de John Kerry.
Busco en Google: los primeros 200 resultados para “Cuba, primer país en…”, copados por dos noticias: primero del mundo en eliminar la transmisión del VIH y de la sífilis de madre a hijo, así como el autor de la primera vacuna contra el cáncer de pulmón. Único de América Latina sin desnutrición infantil, y del orbe que logró cumplir el 100 % de los objetivos de la UNESCO “Educación Para Todos en el Mundo (EPT)”.
Medio siglo atrás, primero del continente en erradicar el analfabetismo y posiblemente en eliminar las epidemias de poliomielitis; patria del primer cosmonauta latinoamericano, Arnaldo Tamayo Méndez; primer país en censar e investigar a su población centenaria, y cuna del mejor saltador de altura de la Historia, Javier Sotomayor. Son logros de la Revolución, entre muchos, de la mano de la Zafra de los 10 Millones...” “que no fueron”, o de cuanta macroeconomía hay detrás de mi difícil cotidianidad.
¿Acaso antes del triunfo fidelista de 1959 era Cuba “nación en taparrabos”? Algunos lo creen, o pretenden hacerlo creer. No era mi país un paraíso de justicia social, pero tampoco el marasmo al cual es tan afín la apologética vulgar sobre la Revolución cubana.
Logros de asombro vs. contrastes de espanto: consumo de carne de res per cápita superior al de los Estados Unidos; pero sólo el 4 % de la población campesina la consumía, apuntaron Leví- Marrero, y un muy citado estudio de la Asociación Católica Universitaria de entonces.
Para 1959, Cuba podía enorgullecerse, entre otras, de:
- Primer territorio de Latinoamérica y tercero en el mundo que tuvo ferrocarril, 1837.
- Carlos J. Finlay, finales del siglo XIX: descubrió el agente transmisor de la fiebre amarilla, lo cual no sólo permitió salvar millones de vidas. Finlay también aportó la comprobación de la llamada “teoría metaxénica o del vector biológico” en la transmisión de enfermedades infecciosas, y además explicó otras similares en su transmisión como el paludismo y el dengue, para así iniciar la Entomología médica.
- Primer campeón olímpico latinoamericano: Ramón Fonst, en espada, 1900. También en ese año tuvo Cuba el primer tranvía eléctrico del mundo latino.
- Primer vuelo internacional de la aviación comercial procedente de un país latinoamericano. La Habana-Cayo Hueso, Estados Unidos, 1913.
- Primer país de Latinoamérica en conceder el divorcio, 1918.
- Primer iberoamericano Campeón Mundial de Ajedrez: José Raúl Capablanca, 1921-27.
- Primera transmisión de televisión en blanco y negro en América, 1950, excepto Estados Unidos, y antes que la gran mayoría de los países europeos. Segundo país del orbe que transmitió en color, después de algunas ciudades norteamericanas, 1957.
- Primer edificio de apartamentos construido con hormigón: El FOCSA, 1952.
- Primer latinoamericano en el Hall de la Fama del baseball: Martín Dihigo, desde 1977. Para muchos, el mejor jugador de todos los tiempos, blanco o negro.
Cuba, “primer país en…”, también avisa que ni ayer, ni hoy, “en taparrabos”. Para cualquier mínimo entendido los éxitos de antes y de ahora cuentan de una nación pujante, contradictoria, cuyas sociedades política y civil, aún con históricas carencias, anteriores y actuales, son el sustrato de donde surgen nombres y acontecimientos que recorren el orbe, como “primeros en…”.
Pregunto, entonces: ¿Por qué Cuba no está entre los países de mayor Desarrollo Humano, teniendo para lograrlo lo más importante - los propios cubanos - vivan donde vivan, piensen como piensen? ¿Acaso las históricas injerencias norteamericanas en los asuntos internos son causas suficientes para explicar los apreciables desequilibrios que desde siempre han caracterizado a la mayor de las Antillas?
Busco en Martí; quizás, hallo una respuesta. Por tarea incumplida es, tal vez, la respuesta: “Ni misterios, ni calumnias, ni tesón en desacreditar, ni largas y astutas preparaciones para el día funesto de la ambición. O la república tiene por base el carácter entero de cada uno de sus hijos, el hábito de trabajar con sus manos y pensar por sí propio, el ejercicio íntegro de sí y el respeto, como de honor de familia, al ejercicio íntegro de los demás; la pasión, en fin, por el decoro del hombre,-o la república no vale una lágrima de nuestras mujeres ni una sola gota de sangre de nuestros bravos” (1).
Post-scriptum: mi gratitud por la ayuda en las búsquedas en Internet a la compatriota Alina López Marín y a la uruguaya Silvia Flores Mosquera, honrada esta, entre otros, con el PREMIO NACIONAL A LA EXCELENCIA CIUDADANA Y CIUDADANOS DE ORO DEL 2015. Dicho premio, de interés nacional, galardona a quienes han venido trabajando en silencio en distintas obras en bien de la Comunidad, en todo Uruguay.