ENTREVISTA A FERNANDO RAVSBERG (*)
Por Joseba Macías
(**)
Dos décadas trabajando como periodista extranjero en Cuba dan para mucho. El uruguayo Fernando Ravsberg (1957), actual corresponsal de la BBC en la Isla, trata de acercar al resto del mundo la verdadera realidad de la Revolución en estos tiempos de cambios y transformaciones.
Dos décadas trabajando como periodista extranjero en Cuba dan para mucho. El uruguayo Fernando Ravsberg (1957), actual corresponsal de la BBC en la Isla, trata de acercar al resto del mundo la verdadera realidad de la Revolución en estos tiempos de cambios y transformaciones.
Admirado por unos, rechazado por otros, sus crónicas desde la
cotidianidad caribeña no dejan indiferente a nadie. Con él estuvimos una larga
tarde-noche de tertulia y café en su casa de La Habana charlando en torno a
cuestiones tan diversas como el periodismo en Cuba, la situación económica o el
futuro político inmediato de la Revolución. Ravsberg habla claro y directo:
“Aquí hay una burocracia corrupta a la que no le interesa el
socialismo”.
- Llevas veinte años en Cuba, Fernando, en tareas de periodista. Creo que tu primer trabajo fue con la radiotelevisión sueca- Sí, así es. Me enviaron porque entonces en todo el mundo se consideraba que la caída de Fidel Castro era inminente. Además, las expectativas de los medios de comunicación occidentales eran que ese cambio de gobierno iba a ser, sin duda, violento.
Yo
había vivido el final de Pinochet en Chile, había estado en Perú en los años de
Sendero Luminoso, había trabajado en Centroamérica… Tenía una cierta experiencia
y por eso me propusieron venir a la Isla. En cuanto llegué, pude ver enseguida
que lo que aquí ocurría no tenía nada que ver con la visión que nosotros
teníamos en Europa.
Recuerdo bien una conversación que tuve con mi jefe en la que él me
hablaba de la toma de las embajadas en La Habana. “Es verdad” –le dije–, “dentro
de la embajada de España hay ahora mismo veinte personas en señal de protesta… Y
a 50 metros está pasando el Carnaval en el que están participando como unos
300.000 cubanos bailando y tomando cerveza. ¿Cuál es la verdadera Cuba?” Yo,
realmente, no veía síntomas de nada de lo que imaginábamos fuera. Entonces
intentamos explicar qué es lo que estaba pasando realmente. Yo le decía a mi
jefe que no conocíamos nada de este país, ni siquiera cuál es su religión. “Cómo
que no” –me dijo–“son católicos”. “No” –le contesté–, “no son católicos”. “¿Vas
a decirme entonces que son ateos?” “No, tampoco” –le contesté–“son macumberos.
Todos son macumberos”.
Así, el
primer reportaje que hicimos se tituló precisamente “Los dioses de Cuba” y
hablamos de la santería en un momento en el que la cuestión era absolutamente
tabú. Recuerdo que un funcionario del Ministerio de Asuntos Exteriores me
amenazó con expulsarme si yo mostraba la imagen de un chivo degollado en un
sacrificio.
Ten en
cuenta que en aquellos días la santería era vista como una cosa vergonzosa… Ahí
empezamos a tratar de dar una visión distinta de Cuba. Era aquel tiempo en el
que corríamos de un lado para otro a la “caza y captura” de “alzamientos
populares”, tanques en las calles, golpes de estado y todo
eso.
Así,
cuando llegábamos a barrios habaneros como El Cotorro, porque nos habían dicho
que se había alzado completamente, te encontrabas con gente comiendo un helado
por la calle o haciendo cola para comprar en algún
mercado…
Nos
costó mucho, la verdad, ir a contramarcha pero, a la larga, esa actitud te da
credibilidad, que es a lo que, al fin y al cabo, todo periodista debe aspirar.
Esa ha sido nuestra política informativa.
Recuerdo que unos años atrás, por ejemplo, hice un reportaje sobre la
oposición interna que me costó prácticamente que me acusaran en muchos sitios de
“castrista”. Unos años después, Wikileaks reveló que el embajador norteamericano
en La Habana recomendaba leer ese artículo para entender cuál es la verdadera
realidad de esa oposición. Al final, las aguas se van acomodando y si dices la
verdad o tratas de acercarte lo más posible a ella, las cosas toman su
cauce.
Esa era
la idea pero realmente fueron años muy duros, incluso a nivel personal. En
aquellos tiempos –años 90, Pe río do Especial– nadie escapaba a esas
complicaciones. Pero bueno, aquí estamos”.
- Nos gustaría conocer tu opinión respecto al periodismo que se hace en Cuba. ¿Se informa bien en la Revolución?- Yo creo que los cubanos se informan mal. Creo que los medios de comunicación cubanos informan mal. Eso tiene que ver especialmente con todo un sistema establecido en torno a los medios. En primer lugar, hay una sola línea editorial. Y en segundo lugar, quienes dirigen esa línea editorial están bastante lejos de los medios. Se sale siempre tarde y mal. Me acuerdo que hace ya un tiempo escribí una nota titulada “Los que mandan y los que saben”.
En los
medios hay un amplio colectivo de profesionales que tienen una enorme capacidad.
Pero ellos no deciden. Eso no pasa únicamente en los espacios periodísticos: en
el Ministerio de Relaciones Exteriores, por ejemplo, tienen gente muy capaz, con
un verdadero conocimiento de lo que es el trabajo en y con la prensa, pero
tampoco deciden.
Así
pues, el tema viene determinado por los que deciden: un grupo de personas muy
reducido, que son fundamentalmente políticos, y que forman parte de lo que aquí
en Cuba se denomina el Departamento Ideológico (antes conocido como el
Departamento de Orientación Revolucionaria –DOR) y que son quienes marcan la
línea general de información.
En los
años 90 tuve la oportunidad de asistir a una reunión en un medio de prensa, a la
que no había sido invitado. Era el tiempo de los asaltos a las
embajadas.
Allí
estaba uno de los jefes del DOR y un periodista le preguntó en un momento
determinado: “¿Cómo es posible que nosotros, los periodistas que estamos con
la Revolución, no informemos nada de lo que está sucediendo en las Embajadas y
Radio Martí, mientras tanto, sea la fuente de in formación de la población
cubana de la Isla? Deberíamos ser nosotros” –decía el
periodista–.
La
respuesta del alto funcionario del DOR fue la siguiente: “Para un revolucionario
no hay más verdad que la del Partido y la del Gobierno. Y mientras el Partido y
el Gobierno no se expresen, esa verdad no existe”. Evidentemente eso no puede
funcionar bien. Cuando te riges por esos criterios, con una línea editorial
única, cuando los que deciden qué publicar están situados a kilómetros de la
redacción, con un aparato totalmente burocratizado para la toma de decisiones…
Fíjate ahora lo ocurrido con la muerte de Wilmar Villar en Santiago de
Cuba.
La
noticia salió tres o cuatro días después… Y no se puede alegar que el hecho les
pilló de sorpresa porque lo de este preso se veía venir… Otro ejemplo: el juicio
y la absolución de Luis Posada Carriles en Texas. Tarda ron cuatro días en
responder a ese hecho… Esa es la cuestión: hay un sistema organizado de tal
manera que no permite que funcione. Esto está haciendo aguas por todas
partes.
Que tú
tengas 33 muertos de hambre y frío en un Hospital Psiquiátrico y ningún medio de
prensa cubano envíe a un periodista para investigar el hecho, es todo un
síntoma.1 No me refiero a hablar a favor o en contra. Simplemente a investigar
qué fue lo que pasó.
- ¿Y las nuevas generaciones de profesionales? ¿Los jóvenes periodistas también están sujetos a este particular “control mediático”?- Yo he hablado mucho con jóvenes periodistas a lo largo de estos años. Me han invitado en diversas ocasiones pero siempre en un particular “clima de clandestinidad”. Tuve una conferencia en la Facultad de La Habana, dentro de las aulas, que después me enteré que era “clandestina”. Y tuve otra, a la que me invitaron, en la Universidad de Villa Clara. Negaron todos los locales y cuando me llamaron por teléfono para comentármelo, les propuse llevar el debate al Parque de la ciudad, sentándonos todos en el suelo. A las pocas horas ya había aparecido un local…
El
problema es que existe un temor en la gente a eso que podíamos llamar “pasarse
al otro lado”. O bien que les consideren que se han pasado “al otro lado”. No
podemos olvidar que aquí hay un grupo muy importan te de personas con mucho que
agradecer.
La
gente más joven tiene a su mamá que le dice: “No te olvides de dónde yo vengo” o
a la abuelita que le dice: “No sabes lo que esto era antes”… Los muchachos por
su parte piensan: “Mira, qué gano yo escribiendo una noticia si luego el
director no me la va a publicar”. Porque, ¿quiénes son los directores? Los que
mandan, pero no saben nada de periodismo.
Y
abundan los casos. Casi siempre, cuando vas a un medio, es el segundo en el
organigrama es el que verdadera mente sabe. El primero es la persona “de
confianza”. Todo eso hace que todavía sea más inoperante el proceso. Entonces,
es natural que un joven se pregunte: “¿Qué gano yo con escribir o elaborar notas
que después no se publican o no salen al aire?”
Mi
consejo personal es que aprovechen los medios digitales. Prácticamente todos los
periodistas cubanos tienen la posibilidad de tener un blog. Por eso podríamos
decir que hoy en día lo mejor que se está escribiendo en el periodismo cubano
está en los blogs. Es una tendencia mundial y, en mi opinión, aquí y ahora es el
medio más adecuado.
- Algo parecido está ocurriendo también en los últimos años en el mundo cinematográfico y audiovisual. Ahí está, por ejemplo, la labor que vienen desarrollando los jóvenes realizadores…- Sí, es cierto, pero ese fenómeno no es nuevo. El cine en Cuba siempre ha venido a cubrir el papel que la prensa no ha podido desarrollar. Yo me acuerdo que cuando llegué hice un trabajo sobre la censura y entrevisté al gran documentalista Santiago Álvarez, que vino a decirme que tanto en el capitalismo como en el socialismo el oficio de periodismo no es tarea fácil. No sé las razones últimas por las que el cine ha tenido más espacios de libertad. Fíjate que el ICAIC nunca cayó en manos del Departamento Ideológico.
Fue lo único que se les escapó. Quizá porque Fidel lo protegió... Cada vez que el Departamento Ideológico intentó hacerse con el control, el propio Fidel lo paró.
Yo creo que el gran drama de este país es el Departamento Ideológico. Si yo fuera el jefe de la CIA trataría de que se mantuviera como fuera. Es, sin duda, el mayor éxito de Estados Unidos en lo relativo a la in formación.
Son
torpes, lentos, ineficientes, están siempre a la defensiva… Lees por ejemplo el
editorial del Granma aparecido el 23 de ene ro en el que se trata de “responder”
a las acusaciones vertidas contra Cuba en torno a la muerte del preso Wilmar
Villar en la cárcel de Santiago y te das cuenta de lo que estamos hablando2. Lo
que se dice ahí es algo así como “tú que hablas, si tú también violas los
derechos humanos”, es decir, se trata prácticamente de un reconocimiento pero
además con malos argumentos, mal elaborado. Es cierto que todos los me dios en
el mundo tienen un control. No nos vamos a “pinchar la manguera entre bomberos”.
Pero esto es lo que te digo: aquí es muy estricto, un solo control y lejos,
además, de la realidad de la Cuba de hoy.
- ¿Y quién está detrás en este momento del Departamento Ideológico? ¿Fidel, Raúl?- No, no, el Partido. Ellos funcionan como un grupo aparte.
Mira, te voy a contar una anécdota: yo tuve una reunión con Fidel a la que asistí junto a otros catorce periodistas. Fue una cena en la que íbamos a hablar de problemas del trabajo, etc.
En
medio de la conversación, él dijo: “¿Pero ustedes por qué no tienen una
Asociación de Periodistas?” “Porque no nos dejan” respondimos. “Pero deberían”
–prosiguió–. “No se preocupe, Comandante, que eso se arregla rápido”, dijimos.
Al día siguiente fuimos convocados al Ministerio de Relaciones Exteriores. Allí
nos hablaron clarito: “Cuidado con lo que van a hacer”. “Pero si el Comandante
ayer nos animó a poner en marcha una asociación”, señalamos. “El que lo haga”
–terminaron–“que se atenga a las consecuencias, haya dicho lo que haya dicho el
Comandante…” Nosotros nos quedamos así, pensando en que las palabras de Fidel
habían sido claras al respecto. Y nuestros medios nos dijeron que ni un ápice de
movimiento.
En
aquellos momentos todo el mundo especulaba con la muerte de Fidel y nadie quería
perder la plaza… Lo que tequie ro decir es que se trata realmente de un ente
aparte, que funciona con muchos intereses y mucho apoyo dentro del poder porque,
en definitiva, ese es el ente que protege a los poderosos. Y, sobre todo, el que
protege a los poderosos corruptos. Ten en cuenta que una prensa activa más que
un peligro de política opositora se convierte en un peligro de
transparencia.
Tú
puedes generar un caos como el que se vivió en la Unión Soviética en los
primeros momentos del derrumbe. O, por el contrario, puedes favorecer una
apertura ordenada, civilizada, inteligente… Yo creo que hay gente preparada,
gente muy capaz… El mismo Raúl Castro ha animado continuamente a los periodistas
a realizar esa labor, pero la máquina del poder es la que es. Ese es el gran
tema. Y no sólo en el ámbito de la prensa.
Aquí
hay una burocracia corrupta a la que no le interesa el socialismo de Raúl. Sí
cualquier sistema que les permita tener ganancias.
-¿Quieres decir que vivían mejor en el “socialismo de Fidel”?
- Claro, ellos con Fidel vivían muy bien porque él era siempre muy suave en las respuestas, muy cuidadoso… Y eso ha cambiado ahora. Primero, se está intentado construir una economía más eficiente. Cuando tú haces una economía más eficiente es difícil robar. Si tú tienes dos tasas de cambio, dos monedas, dos contabilidades… Ahí lo que puedes es robar a dos manos. Ahora, tú has una sola moneda o encamínate hacia ella y se acabó el robo. Por ejemplo, en el gobierno anterior (el cubano se enoja mucho cuando hablo del “gobierno anterior”) la persecución era contra el tipo que vendía el helado en la calle. Ahora no. Hace poco le cayeron encima a un amigo mío que vende helados y le dijeron: “Tú vendes bocadillos de helado”. “No, yo no…”. “Sí mira, esos que tienes ahí. Pero no te preocupes, que tú no nos interesas. Nos interesa el que te trae el helado”. “Pero no, porque son amigos míos”. “Tú tranquilo, tampoco nos interesan ellos, no les va a pasar nada.
Queremos al jefe de la heladería que lo saca”. ¿Qué pasa? Cuando tú
metes preso al jefe de la heladería, paralizaste la red. Y además, ocupas una
sola celda. De la otra manera ocupas cien celdas y encima las llenas de
infelices porque ellos realmente se buscan la vida mientras los grandes se te
escapan y montan una nueva red. Eso es lo que se está rompiendo ahora. Cuando
Raúl Castro dijo: “ningún cubano está por encima de la ley” y a los pocos días
caen presos el hijo de fulanito y el hijo de menganito… La cadena es larga y
dicen ahora, jocosamente, que están abriendo una escuela en el campo para todos
estos “hijos de”… De todas formas, aquí hay una cosa buena a pesar de todo el
nepotismo que se dice afuera y todo eso. Salvo Fidel y Raúl que han sobrevivido
biológicamente mientras buena parte de su generación va desapareciendo (con una
historia parecida: un compromiso histórico, etc.) la mayor parte de la nueva
dirigencia joven del país no son hijos de ningún cargo político (con una
excepción: Rodrigo Malmierca, actual ministro de Comercio Exterior e hijo de un
canciller). Tampoco lo eran, por cierto, Robaina, Lage o Pérez Roque… Los “hijos
de papá” se volcaron hacia las empresas extranjeras cuando se dio la
apertura.
- ¿Qué pasa? Lo que ya “papá” no les podía dar, se lo facilitaba la empresa extranjera. Pero a costa de “robar a dos manos”.
- Por ejemplo, el hijo de Almeida, Juan, al que yo entrevisté aquí. Él me dijo: “Si quieres yo te hago la entrevista pero vamos a hablar claro”. Y él me contó que traficaba con obras de arte, con tabacos, que sacó gen te del país pero no les cobraba nada… Claro, cobres o no cobres, el tráfico ilegal de personas está prohibido en Cuba, en México o en Estados Unidos, que era el destino final. Esa es la “actividad” de estos muchachos, que muchos de ellos ahora están presos… En estas semanas se están pasando entre los militantes del Partido unos vídeos que reflejan todo esto. Sale un hombre diciendo: “A mí no me va a pasar nada porque yo soy socio de fulanito, hijo de…” Y ese “fulanito” y el “hijo de…” están actualmente presos. Las cosas han cambiado en ese aspecto. Y así están las cosas ahora. Cuando comenzamos a hablar de esto, del poder de la burocracia, algunos dirigentes cubanos se reían. “Tú estás loco” me decían, “nadie tiene fuerza aquí para enfrentarse a ese poder porque controla todo el aparato económico…
“Habían
llegado incluso, escúchame bien, a crear empresas clandestinas de aviación y
empresas clandestinas de níquel, que exportaban níquel por su cuenta. Llegaban
barcos, los cargaban de níquel y se iban. Todo el abastecimiento de habanos del
Caribe…
Imagínate el poder que tiene esa gente. Y el poder corruptor. Yo calculo
que el tema de la aviación debe haberles reportado una cantidad cercana a los
100 millones de dólares. Y te aseguro que 100 millones en Cuba es mucho dinero.
También te digo que hay mucha gente que no, que no hay dinero para comprarla, ni
aquí ni en el mundo en general.
Y esa
burocracia, la que está tratando de frenar el proceso de reformas, es a su vez
la que por supuesto es tratando de frenar a la
prensa.
Porque
imagínate una prensa desenmascarando esto… Por ejemplo, el tema del cable
telefónico que viene desde Venezuela…
- De ese tema hablaste en una de tus crónicas hace ya unos meses señalando que el retraso no se debía a cuestiones técnicas sino a un caso de alta corrupción…- ¿Y tú has visto que alguien haya desmentido esa información? Primero nadie me desmintió; segundo, nadie me citó en la cancillería para decirme que eso no era cierto. Y, tercero, que el cable no funciona muchos meses después. ¿Qué pasó?
¿Qué
cosa ha sucedido? Imagínate tú una prensa cubana investigando qué pasó con el
cable. El problema es que les hacen creer que investigar es
“contrarrevolucionario”. Pero, si yo fuera revolucionario, pensaría que
informar, investigar, contrastar, es lo más revolucionario que puedo
hacer”.
-En este último tiempo ha habido intentos por parte del Gobierno de buscar nuevos mecanismos de retroalimentación en el ámbito periodístico. Uno de ellos es, por ejemplo, la nueva edición amplia da del Granma de los viernes, desde marzo de 2008, dando un espacio directo para la crítica y los comentarios de los lectores…
- A mí me parece bien, claro, pero considero que es un proceso muy filtrado. Van soltando los comentarios y las opiniones en función de que ellos saben que el Gobierno va a mover ficha en un sentido o en otro. Si saben que el gobierno va a entregar las barberías empiezan con eso… Y créeme que la gente no es tonta, no es un proceso transparente. El intento más importante que ha habido en este sentido es el de “Acuse de recibo” en el diario Juventud Rebelde. Pero a su coordinador, José Alejandro, le cortaron las alas rapidito. Dedícate al tipo que denuncia los problemas con la basura, con el bache en la esquina… Y no profundices más. Mientras la estructura sea la misma y los que dirigen sean los mismos, no puede haber ningún tipo de cambio.
- ¿Y un programa como “Hablando claro” en Radio Rebelde?
- Me
parece muy formal. “Ahora vamos a hablar de un tema que es realmente fuerte. No
importa porque la verdad hay que decirla. En la esquina de 23 y G hay un bache…”
Es la forma, la escenificación vacía. No se tocan los problemas medulares. Estás
viviendo un cambio de orientación económica gigantesco, donde estás pasando la
mayoría de la mano de obra al sector no estatal, donde estás entregando la mayor
par te de las tierras a pequeños campesinos…
Es
prácticamente una revolución dentro de la Revolución. Y los medios de
comunicación hablando del bache…
- ¿Y la revista Temas?- Está muy bien pero es una cosa local, con escasa incidencia. Yo recuerdo que estuve en uno de los Últimos Jueves que organiza la revista una vez mensualmente con un debate público y abierto. Era una discusión en torno a cuestiones económicas y
estaba presente el último ministro de economía con Fidel que defendió honestamente su modelo. Lo machacaron. Publiqué eso e inmediatamente le llegó a Temas la prohibición de grabar o mencionar nada de lo que hubiera en esos espacios. Y yo saqué una nueva nota comentando la prohibición. En fin…
Hoy en
día lo mejor que se está escribiendo en el periodismo cubano está en los
blogs.
Además, es un espacio demasiado intelectual para el pueblo.
Además, es un espacio demasiado intelectual para el pueblo.
-Te refieres a la creación de un “estado de opinión” entre las élites.- Exacto. Por ejemplo, mucho más cercana es la revista católica Espacio Laical. Es intelectual pero más cercana a la gente por lo que cuenta y cómo lo cuenta.
Es,
además, más plural (aparecen firmas de intelectuales revolucionarios, etc.).
Temas no se lee, tienes que sentarte a estudiarla... Sin olvidar que tiene una
tirada muy limitada.
-¿Y la televisión?- Todos los medios están controlados políticamente por el Partido. O por el DOR, para ser más exactos. Ahora, depende de quién y de dónde. Por ejemplo, hablemos de Lázaro Expósito, secretario del Partido en Santiago de Cuba. Todo un personaje y, además, sumamente eficiente.
Tanto
es así que un grupo de jóvenes ha sacado una página en Facebook que se llama
“Clonemos a Expósito” y tiene como 400 seguidores… Este hombre llama a la
televisión local de Santiago a las 4 de la mañana para filmar un encuentro en la
sede del Partido. Y le dice a la cámara: “Tú empieza a filmar y no cortes, veas
lo que veas y digamos lo que digamos”. Así, llegan a una panadería y aquello es
verdaderamente lamentable: las ratas caminando por todos los lados, las
cucarachas, los kilos y kilos de masa llena de hongos, un panadero dormido
descalzo encima de la mesa donde se amasa… Y las cámaras
filmando.
Y
Expósito: “Esto no son los hombres, aquí lo que falla el sistema…” La filmación
apareció tal cual en la programación regular de la televisión de Santiago. En el
resto de Cuba circuló clandestinamente, como si fuera un vídeo de Miami. Quiero
decirte que hay un ambiente, hay espacios, que no se reflejan para nada. El
Partido controla. El DOR, para ser más precisos. Si el DOR, como en el caso de
Santiago, dice “arriba”, la televisión se abre. Si dice “no va”, la cosa no va.
Y eso es lo que dijo el Partido (el DOR) en las otras trece provincias, por lo
que mientras en Santiago se emitía por la televisión, en el resto del país
funcionó clandestinamente.
Todo
depende de eso. Es el caso del documental “Fuera de liga” que, prohibido en un
primer momento, luego fue emitido (3)… La apertura en los medios de comunicación
cubanos es muy lenta.. Y si Raúl Castro no cambia a las personas que dirigen la
prensa desde el Partido… Es lo que me decía un viejo periodista: “A mí no me
tienen que decir lo que tengo que escribir. Yo soy militante del Partido. Si yo
no sé lo que tengo que escribir que me quiten el carnet”. El tema central es
ese: en Estados Unidos tú no tienes que decirle a un periodista lo que tiene que
escribir… Tiene que romperse ese sistema creado.
No se
deciden, le tienen ganas, pero no se deciden, Raúl Castro no se decide. Yo creo
que de-ben temer un movimiento pendular, un bandazo, pero la cuestión es que no
les queda más remedio. Lo mismo ocurre con la corrupción. No la van a resolver
ni con medidas legales, como empezaron, ni con el aparato del Partido. Deben
integrar a la población (que les odia, por cierto, porque cuando un ciudadano
roba una latica de pintura lo ponen como un zapato, le putean todo lo que pueden
y después ellos
tienen cuentas en el extranjero) y, en el ámbito del que estamos hablando, deben integrar a los núcleos de periodistas. La libertad de prensa, para mí, tiene dos patas: una es que los periodistas puedan escribir libremente sobre todo lo que ocurre. Y al decir “libremente” me refiero a que mientras sea verdad, no haya cortapisas, (y eso no sólo ocurre aquí). Y la segunda pata, es que la gente pueda defenderse de lo que esos medios expresan.
tienen cuentas en el extranjero) y, en el ámbito del que estamos hablando, deben integrar a los núcleos de periodistas. La libertad de prensa, para mí, tiene dos patas: una es que los periodistas puedan escribir libremente sobre todo lo que ocurre. Y al decir “libremente” me refiero a que mientras sea verdad, no haya cortapisas, (y eso no sólo ocurre aquí). Y la segunda pata, es que la gente pueda defenderse de lo que esos medios expresan.
- ¿Cómo consideras la labor de los corresponsales extranjeros en Cuba?- Es una generalidad demasiado abierta. Aquí hay periodistas de medios tan diversos como la línea editorial que podía tener El País o la que tiene L´Unitá, el periódico comunista italiano.
No se puede hablar de un bloque. Ten en cuenta también que hay personas y personas, periodistas con más profesión que otros… Gente que accede incluso a que le cambien las notas que él escribió, a que le digan lo que hay que escribir desde la redacción central…Realmente aquí estamos para cosas distintas. En el caso nuestro, el de la BBC, te puedo decir que el hecho de ser un medio público nos permite tener una cierta libertad editorial que otros medios no tienen. Nuestra aportación no es sólo dar noticias, sino contextualizar y profundizar en los temas. Te pongo un ejemplo: semanas atrás estaba escribiendo una nota sobre Villas, el preso muerto en Santiago de Cuba. El Gobierno señala que es un preso común pero, a la vez, te dice que no hay presos políticos, con lo cual no hay otros espacios posibles para la diferenciación.
Mientras tanto, la disidencia te dice que se trata de un disidente de
larga trayectoria pero todas las referencias en este sentido ubican su posible
militancia a finales del año pasado. Y después tú dices: “Voy a hablar con la
familia, con la madre…” pero alguien me señala: “No, no, con la madre no hables
porque está ligada al Ministerio del Interior…” Es realmente muy complicado. Al
final, tú te quedas sin saber quién te está mintiendo y quién te dice la verdad.
Y no es la primera vez que me pasa… Recuerdo que en un Congreso que tuvo lugar
en 2009 en Santander, España, yo pedí en voz alta que
debíamos tener un sólo rasero cuando hablábamos de derechos humanos.
debíamos tener un sólo rasero cuando hablábamos de derechos humanos.
No
puede ser que Cuba sea una “dictadura” y Arabia Saudí una “democracia
monárquica”. Díganme ustedes, pregunté a los asistentes, cuándo se han producido
las últimas condenas a muerte en Cuba. “En el 2003”, me dijeron muchos de los
presentes “Perfecto, han pasado seis años. ¿Cuántos condenados a muerte ha
habido en este período, o en el último año, en China, en Pakistán, en Arabia
Saudí o en Estados Unidos? ¿No les parece curioso que se acuerden perfectamente
de lo que pasó hace seis años en Cuba y no supieran lo que está pasando en el
resto del mundo?
Ahí es
cuando se puso en pie un periodista de El País, Miguel Ángel Bastenier, para
decirme en voz alta: “A mí me importa más la vida de un cubano que la de cien
negros”. Ahí se acabó el debate porque yo en términos racistas no entro. Pero es
que, además de todo, si el negro fuera el presidente Obama diría otra cosa… El
contexto, como te digo, es fundamental. Tú puedes decir: “Yo no estoy de acuerdo
con que haya periodistas presos piensen lo que piensen y escriban lo que
escriban”. Pero no puedes olvidar la contextualización de lo que está pasando en
la Región. Yo no puedo ubicar a Cuba en medio de Europa o en Escandinavia. Cuan
do la contextualizo, tengo 90 muertos en Colombia, colegas de profesión. Tengo
de cenas de colegas muertos en México y en Honduras…
No
puedes decir, en ningún caso, que la peor situación de la prensa se vive en
Cuba, por favor. Es verdad que no es buena y que yo no estoy de acuerdo con
muchas cosas, Pero en absoluto es la peor. Nosotros mismos, los periodistas
extranjeros.
¿Qué es
lo más que nos puede pasar? Que nos expulsen del país. Hace poco me llegaba un
libro de una periodista española en el que contaba que cada vez que la llamaban
al Centro de Prensa Internacional (CPI) ella iba llorando y que la noche
anterior no podía dormir. Y la verdad, no sé por qué. A mí me han llamado un
montón de veces, hemos discutido un montón de cosas pero jamás nadie me ha
maltratado, nadie me ha alzado la voz… A Mauricio Vicent (el ex corresponsal de
El País) se le facilitaron todas las cosas para que se fuera: las cuestiones
legales, puede regresar cuando quiera, tiene su casa aquí, pudo vender sus
autos… Para mí, realmente, es una plaza muy segura.
¿Para
qué estamos aquí en definitiva? En mi caso, estoy tratando de informar y hablar
de lo que es Cuba más allá de la noticia puntual. Esa es la idea. Junto a esa
cuestión, no podemos olvidar que aquí hay toda una experiencia que no ha sido
reflejada. Yo estoy corriendo detrás de alguno de esos hombres y mujeres que han
estado desde mediados del siglo XX metidos en toda esta historia para que me den
una entrevista a fondo. Aquí hay que hablar del PSP, el Partido Socialista
Popular, que es la base de todo esto. Hay que hablar de las presiones
soviéticas, de un montón de cosas de las que no se ha hablado y cuyos
protagonistas se van muriendo sin que eso vaya a ninguna
parte”.
- Semanas atrás se celebraba la Conferencia Nacional del Partido Comunista de Cuba. En la clausura Raúl Castro anunciaba que la Revolución continuará con un solo partido reclamando una sociedad más democrática y con una prensa profesionalmente más preparada…- Yo creo que no ha habido sorpresas y estamos también ante un proceso de adecuación a los nuevos tiempos. Se trata, en definitiva, de no cambiar las herramientas sino de mejorar su eficiencia y, en mi opinión, la reforma económica en su conjunto sale fortalecida al dificultar en el futuro la labor de los sectores” obstruccionistas”.
De
todos modos no ha quedado claro cuál será la fórmula para avanzar en esa
dirección: si el PCC establecerá nuevos mecanismos para relacionarse con la
sociedad civil o si va a relajar el férreo control que ejerce sobre todos los
medios de prensa nacionales, por ejemplo. Por otra parte, todo apunta a que se
está potenciando el papel de los cuadros provinciales, personas de 50-60 años…
Hay un tópico en torno al poder de los militares. Mucha gente dice que en el
Buró la mayor parte de los integrantes proviene de las
FAR.
Pero no
es cierto. Hay una camada que está ahí porque son guerrilleros, quiero decir,
guerrilleros del frente de Raúl. Son sus hombres de confianza desde que estaban
en Sierra Maestra. Ahora bien, cuando tú vas a analizar el Comité Central y
excluyes a esos hombres, ves que los militares no representan más del 14%. La
mayor parte de los integrantes de ese Comité son gente de las provincias. Y la
mayor parte de los que están ahí son personas no profesionales del Partido, ni
de la política. Han puesto muchos cuadros técnicos ligados a la producción:
ingenieros, arquitectos, agrónomos, etc.
-Pero son muchas las voces que señalan que el peso de los militares en el proceso actual es una evidencia.- No, yo no lo creo. A corto plazo es verdad. Los cuadros vienen del Partido y de las Fuerzas Armadas. Tú no puedes tener unas fuerzas armadas que sean eficientes (y las cubanas en África demostraron que sí lo eran) siendo un ejército con jefes a los que se les dice siempre: “sí, señor”. Tienes que tener un ejército con iniciativa, con capacidad de discrepancia. De esas dos fuentes es de dónde saca Raúl sus cuadros…
Ahora
bien, los que están en el Buró no son militares, son guerrilleros. Los que están
en el Comité Central sí son militares. Así pues, lo importante en este caso no
son los viejecitos que están garantizando la transición porque es un cargo para
cuatro o cinco años, cuestión biológica. El tema no está ahí. El tema está en
ese Comité Central constituido por personas de 50-60 años y que, además, van a
dirigir el país en los próximas décadas.
-Cambiando de tema, Fernando, hay un rumor muy extendido que sitúa cambios importantes en el ámbito migratorio en los próximos meses.- Ellos tienen una verdadera obsesión por la unidad. Ten en cuenta que esa idea tiene sus razones históricas: siempre les quebraron por pelearse entre ellos. Fidel la tenía todavía más, pero Raúl mantiene esa misma actitud. La política es avanzar con todos, llevar a todo el mundo… De hecho lo que Raúl hizo fue incorporar al Gobierno a muchos de los cuadros opuestos en un primer momento a las reformas. Los que han sido capaces de llevar adelante esas tareas siguen en el Gobierno y los que no, han sido apartados. Y estamos hablando de cuadros de primer nivel.
El tema
migratorio es un tema muy difícil que levanta muchas polémicas. No olvides que
aquí hay organismos que viven de este tema y sacan sus recursos (no pequeños) de
la cuestión de la migración… Hay visiones distintas. Una, por ejemplo, no
propone nada para que todo siga como hasta ahora. Hay otra, en cambio, que dice:
liberalicemos, que vamos a ganar más incluso económicamente mientras que
políticamente dejamos de pelearnos con una migración a la cual no hay que
enfrentarse.
Económicamente, al no pelearnos, vamos a ganar más porque no olvidemos
que en este momento las remesas familiares en Cuba representan la tercera parte
de lo que son en El Salvador cuando la población salvadoreña en Estados Unidos
es la tercera parte de la de Cuba.
¿Por
qué? Porque el cubano manda para ayudar a su mamá mientras que el salvadoreño
manda para ayudar a su mamá, para construirse una casa y para montar un negocio
con el cual pueda regresar a su país. De esta forma, el grueso del dinero del
salvadoreño va para allá, mientras que el grueso del dinero del cubano se queda
en Estados Unidos.
A lo
mejor el gobierno de la Isla pierde cien millones de dólares en trámites
migratorios. Pero si gana dos mil millones con las remesas familiares, ya me
dirás dónde está la duda. Es cierto que el Gobierno cubano tiene que tener como
prioridad la seguridad, un control de fronteras como el establecido por Estados
Unidos desde el 11-S. Pero hay cuestiones como la “carta de invitación” que tú
me explicarás para qué sirve. Para sacar dinero, claro. Pero ese dinero no
cambia el país.
Es
vital para el organismo que lo controla pero no para Cuba. Hay otro debate, otro
problema fundamental: qué hacer con los profesionales. Hay voces que proponen
que los médicos, sobre todo, trabajen diez años en el país y después, cuando lo
decidan, puedan irse. Pero claro, un médico, una médica, bajo esa realidad, se
podría ir así a los 35 años, el momento de madurez profesional y de mejor estado
físico…
La idea
más desarrollada actualmente es la siguiente: posibilitar que todos los cubanos
tengan lo que llamarían un “pasaporte habilitado” (ya tienen incluso un programa
informático para eso). Se trata de un tipo de pasaporte que, simplificando, te
posibilita que tú vayas a un aeropuerto, te montes en un avión y te vayas sin
que nadie te diga nada.
Hablamos de que este pasaporte podría ser extendido, más o menos, a un
80% de la población.
Después: médicos, militares, funcionarios del Ministerio de Interior,
políticos, disidentes, etc. no tendrían acceso directo a un “pasaporte
habilitado” y tendrían que hacer sus gestiones para la salida del país en las
oficinas de Inmigración. Todo parece indicar que esa va a ser la propuesta
final. Es cierto que no es una solución definitiva pero sí da salida, al menos,
a un 80% de la población. No olvides que todas las propuestas de liberalización
aplicadas hasta ahora, por el gobierno anterior, han sido para los cubanos de
afuera. Yo creo que es una cuestión que, como Raúl Castro dijo, va a venir paso
a paso. Es cierto, además, que han comenzado ya a repatriar gente pero, en
realidad, lo llevan muy discretamente.
—Hay
voces también que hablan de que, paradójicamente, Cuba vive hoy una particular y
progresiva superación de la crisis…
—Te
puedo decir que desde que yo estoy en la Isla, esta es la primera vez que hay
reserva de divisas. Hablamos de 5.500 millones de dólares. Ahí vamos al
discurso. Antes, cuando el país ganaba 10 pesos todo eran expectativas, sueños,
mensajes de optimismo en el futuro… Ahora, en cambio, no: tú tienes 5.500
millones de reserva y te dicen: “Cuidado, Hay que ahorrar, hay que trabajar
racionalmente, no se puede gastar”…
Ese es
el cambio esencial del discurso en mi opinión... Por ejemplo, ¿qué has oído tú
al respecto de la plataforma petrolífera?
¿Sabías
que los pozos del Golfo de México, situados en aguas territoriales cubanas, van
a producir tres veces la cantidad de petróleo que Cuba
necesita?
—Sí,
algo he leído. Y que la empresa española Repsol, incluso, ha hecho una enorme
inversión en la zona.
—Es
así. Repsol tiró sondas, penetró en la esponja… Ten en cuenta que ellos, cuando
hacen una apuesta de este tipo, es porque saben que las cosas están claras. Y no
olvides que están pagando 600.000 dólares diarios… Te digo más: las tuberías
para la próxima plataforma que viene, que es la de perforación permanente, ya
están en Cuba, ya las trajeron. A ese grado de seguridad llegan. Si el estudio
geológico de Estados Unidos da resultados positivos haciendo público, claro,
menos de lo que hay realmente, estamos a las puertas de una nueva
realidad.
También
te digo que esto no es nuevo: hay constancia de que existe petróleo en esa zona
desde 2004. Lo que pasa es que no es lo mismo tener a Bush en el poder que tener
a Obama, y menos en el tema del petróleo.
—
¿Estaríamos entonces ante un posible “antes” y un
“después”?
—En
América Latina, como dice Eduardo Galeano, la riqueza ha sido a veces nuestra
mayor desgracia. Pero Cuba es un país con suerte, la verdad. Al principio de la
Revolución, cuando lo aislaron, aparecieron los soviéticos; luego cayó la URSS y
cuando el mundo conjeturaba con el fin de la historia, apareció Chávez. Y Chávez
enferma de un tumor y encuentran petróleo. Hay un presidente cubano que dijo que
esta Isla es como un corcho, que siempre flota. Yo creo que sí, que estamos ante
un “antes” y un “después” siempre que lo utilicen bien. Y ahora pienso en lo mal
utilizado que lo fue en Venezuela, por ejemplo, con la esencia de corrupción y
dinero fácil que tiene esa realidad. De todos modos, es un síntoma en ese
sentido el perfil bajo que le dan al petróleo en Cuba en este momento. Se
calcula que van a tardar en sacarlo entre tres y cuatro
años.
Cuando
este hecho sea una realidad y se vea que se trata de petróleo bueno, que lo es,
ahí Cuba empieza a comercializarlo. Además, no te olvides que tú vendes ahora lo
que vas a suministrar mañana. Cuba tiene hoy una importante flota de autobuses
chinos que se compraron a cambio de las minas de níquel del futuro… Yo creo que
sí va a marcar otro tiempo.
Ahora,
no olvidemos que hay también un peligro: que empiece la pachanga y recuerda que
el cubano es “pachangoso”. Es una gente que sabe sacarle jugo a la vida. El
peligro es ese, pero también hay un peligro en tener un Mercedes Benz y es que
consume mucho… Pero tampoco se van a quejar por eso. Creo, además, que hay otro
hecho importante: todo esto llega con Raúl Castro en el poder. Raúl, a
diferencia de Fidel, es más pragmático a la hora de la solidaridad con el Tercer
Mundo. Él ha potenciado una relación “sur-sur”, que es beneficiosa para ambas
partes. Para Cuba también. Fidel funcionaba como potencia del Primer Mundo dando
ayuda a países del Tercer Mundo. Eso se ha acabado. Y no solamente con
Venezuela. Esa relación la tiene también con Angola, donde anualmente se pagan
150 millones de dólares a profesionales cubanos en
salarios.
Y no
olvides que a los angoleños les conviene realmente este intercambio, porque un
profesional portugués les cuesta el doble… En ese sentido, claramente, han
cambiado las relaciones de Cuba con el mundo. No sé si te acuerdas del debate de
James Petras con Fidel Castro sobre este tema, debate en el que por cierto yo
creo que Petras tenía razón.” Se trata de un intercambio “sur-sur” que beneficia
a las dos partes. Y ya. De todos modos, creo que el petróleo no es lo
importante. El verdadero tema es el gas. Y las reservas de gas en esa área son
mucho mayores. Y Estados Unidos está muy interesado, porque Cuba es incapaz de
consumir esa cantidad de gas. Los norteamericanos sí. Y podría abaratar el gasto
de energía en los estados del sur en un 20%.
—Entonces ¿se acabaron los apagones?
—Sí,
claro, los apagones se acabaron. Hay que ver qué se hace con eso. Pero creo que
el primer problema que hay que resolver aquí es el del salario. Los salarios no
alcanzan y de esa forma dejaron de ser el ingreso fundamental de la
gente.
Tú bus
cas un trabajo y tú nunca preguntas cuánto te pagan. Tu pregunta es qué se puede
resolver desde ahí. Yo creo que ese es el tema principal. Si hay petróleo, yo
creo que sí van a poder afrontar ese problema. De forma progresiva, claro. Ellos
van a buscar algo parecido a lo que se da entre los campesinos y los hoteles, un
cambio que sería de 7 a
1 6.
—Así
pues, y terminamos si te parece, Venezuela y Hugo Chávez dejarían de jugar un
papel de “vanguardia político-financiera”…
—En mi
opinión Chávez en este momento ya no es tan importante. Además ten en cuenta a
Brasil. Brasil se ha propuesto ser el socio comercial número uno de Cuba. El
nuevo puerto del Mariel, por ejemplo. Ahí va a crearse una zona franca de alto
nivel tecnológico (medicinas, software, etc.), van a construir un polo
petroquímico para procesar el petróleo (que no lo van a vender crudo), el
oleoducto que va de Matanzas a Cienfuegos… Ten en cuenta que este año pasado
Cuba vendió por primera vez derivado de petróleo a España por 80 millones de
dólares, a partir del polo petroquímico de Cienfuegos… Esa es la idea que el
gobierno de Brasil tiene. Y esperemos que sea así.
—Muchas
gracias, Fernando, por todo este tiempo.
—Gracias a vosotros.
Notas
1. El 15 de enero de 2010, el diario Granma informaba que 26
pacientes han fallecido en el Hospital Psiquiátrico de La Habana atribuyendo el
hecho a las bajas temperaturas y a factores de riesgo intrínsecos a este tipo de
enfermos. Doce meses después, en la edición del 31 de enero de 2011, se informa
en el mismo diario sobre la sentencia judicial que establece entre cinco y
quince años de privación de libertad para los principales responsables del
centro clínico. El editorial, con carácter oficial como todos los publicados por
la prensa cubana, señala las flagrantes condiciones en las que vivían los
internos y los niveles de robo y corrupción extendidos en el Hospital. (http://www.granma.cubaweb.cu/2011/01/31/index.html
2. http://www.granma.cubaweb.cu/2012/01/23/ nacional/ artic08.
html
3. El documental “Fuera de liga” (Ian Padrón, 2003) plantea un análisis
pormenorizado del beisbol con entrevistas a jugadores cubanos y, por primera
vez, también a los que salieron del país y juegan en las grandes ligas
norteamericanas.
4. El Centro de Prensa
Internacional (CPI) vinculado al
Ministerio de Relaciones Exteriores, es la institución encargada de atender lo
referente a la prensa extranjera acreditada de forma permanente en el país y la
que visita en tránsito para realizar trabajos
periodísticos.
6. El cambio actual es de 24 pesos (moneda nacional) por 1 CUC (peso
convertible).