"De pensamiento es la guerra mayor que se nos hace: ganémosla a pensamiento" José Martí

jueves, 29 de septiembre de 2011

El presidente Obama se rinde

Paul Krugman

New York Times – Están preparando un trato para aumentar el techo de la deuda federal de EE.UU. Si se aprueba, muchos comentaristas declararán que se ha evitado el desastre. Pero se equivocarán.
Porque el trato en sí, considerando la información disponible, es un desastre, y no solo para el presidente Obama y su partido. Dañará una economía que ya está deprimida; probablemente empeorará, no mejorará, el problema del déficit de EE.UU. a largo plazo; y lo más importante, al demostrar que la extorsión pura funciona sin un coste político, llevará lejos a EE.UU. por el camino al estatus de una república bananera.
Comencemos con la economía. Ya tenemos una economía profundamente deprimida. Es casi seguro que seguiremos teniendo una economía deprimida durante todo el próximo año. Y probablemente también tendremos una economía deprimida durante 2013, si no más lejos.
Lo peor que se puede hacer en estas circunstancias es reducir los gastos del gobierno, ya que eso deprimirá aún más la economía. No escuchéis a los que invocan el cuento de hadas de la confianza y afirman que la acción dura en el presupuesto dará seguridades a las empresas y a los consumidores llevándoles a gastar más. No es así cómo funciona, como confirman numerosos estudios de los antecedentes históricos.
Por cierto, la reducción de los gastos mientras la economía está deprimida ni siquiera ayudará a mejorar en mucho la situación presupuestaria y podría empeorarla. Por una parte, los tipos de interés sobre los préstamos federales ya son muy bajos, de modo que los recortes en gastos harán poco por reducir futuros costes de intereses. Por otra parte, debilitar la economía ahora solo dañará sus perspectivas a largo plazo, lo que por su parte reducirá los futuros ingresos. De modo que los que demandan recortes en los gastos ahora son cómo doctores medievales que trataban a los enfermos sangrándolos, y así los enfermaban aún más.
Y luego tenemos los términos conocidos del trato, que corresponden a una abyecta rendición por parte del presidente. Primero, habrá grandes recortes en los gastos sin un aumento en ingresos. Luego, un panel hará recomendaciones para una mayor reducción del déficit, y si esas recomendaciones no se aceptan habrá más recortes en los gastos.
Los republicanos tendrán supuestamente un incentivo para hacer concesiones la próxima vez, porque los gastos de defensa estarán entre las áreas recortadas. Pero el Partido Republicano acaba de demostrar su disposición a arriesgar el colapso financiero a menos que consiga todo lo que sus miembros más extremos quieren. ¿Por qué esperar que sean más razonables en la próxima vuelta?
De hecho los republicanos seguramente se sentirán envalentonados por la forma en que Obama se repliega permanentemente ante sus amenazas. Se rindió en diciembre pasado prolongando los recortes tributarios de Bush; se rindió en la primavera cuando lo amenazaron con cerrar el gobierno; y ha vuelto a rendirse a escala grandiosa ante la brutal extorsión por el techo de la deuda. Tal vez sea solo yo, pero veo un modelo en estos hechos.
¿Tenía una alternativa esta vez el presidente? Sí.
Ante todo podía, y debería, haber exigido un aumento del techo de la deuda en diciembre. Cuando le preguntaron por qué no lo hizo, respondió que estaba seguro de que los republicanos actuarían responsablemente.
E incluso ahora el gobierno de Obama podría haber recurrido a maniobras legales para soslayar el techo de la deuda, utilizando una de varias opciones. En circunstancias normales habría sido un paso extremo. Pero ante la realidad de lo que está sucediendo, es decir una burda extorsión por parte de un partido que, después de todo, solo controla una cámara del Congreso, habría sido totalmente justificable.
Por lo menos el señor Obama podría haber utilizado la posibilidad de una carrera final legal para fortalecer su posición en la negociación. En su lugar, sin embargo, excluyó todas esas opciones desde el comienzo.
¿Pero habría preocupado a los mercados la adopción de una posición dura? Probablemente no. De hecho, si yo fuera un inversionista me sentiría reconfortado, no desalentado por una demostración de que el presidente está preparado y dispuesto a enfrentar un chantaje por parte de extremistas de derecha. En su lugar, prefirió demostrar lo contrario.
No me malentiendan, lo que estamos presenciando es una catástrofe a múltiples niveles.
Es, claro está, una catástrofe política para los demócratas, quienes hace solo unas pocas semanas parecían haber derrotado a los republicanos en su plan de desmantelar Medicare; ahora Obama lo ha tirado todo a la basura. Y el daño no ha terminado: habrá más puntos de estrangulamiento en los que los republicanos podrán amenazar con crear una crisis a menos que el presidente se rinda, y ahora pueden actuar con la confiada expectativa en que lo haga.
A largo plazo, sin embargo, los demócratas no serán los únicos perdedores. Lo que acaban de lograr los republicanos pone en cuestión todo nuestro sistema de gobierno. Después de todo, ¿cómo puede funcionar la democracia estadounidense si cualquiera de los partidos, totalmente dispuesto a ser implacable, a amenazar la seguridad económica de la nación, logra dictar la política? Y la respuesta es: tal vez no puede hacerlo.

miércoles, 28 de septiembre de 2011

Los canales de contagio de la crisis y su impacto en las economías emergentes

Por Marco Antonio Moreno

El 1% de los más ricos triplicó su cuota de ingresos desde el 7% de la riqueza global en 1980 al 20% de la actualidad. Esta transferencia no fue producto de la creación de valor económico, sino del simple resultado de prácticas malsanas y corruptas amparadas en la ideología del libre mercado. Gran parte de estas prácticas consistieron en la toma irresponsable y excesiva de riesgos por parte del sistema financiero que erosionaron fuertemente la construcción socioeconómica del mundo moderno. En un mundo global interconectado y en el cual los grandes capitales exprimen la ganancia fácil, es evidente que la actual crisis tendrá repercusiones globales dado que a tres años de su estallido nada se ha hecho para evitar el contagio masivo.
La crisis financiera Made in USA se propagó de lleno en Europa dado que estos países adoptaron todas las malas practicas. Como ante esto nada se ha hecho, a estas alturas resulta evidente que la recaída adquiere un derrotero inevitable, y ni las desesperadas reuniones en Washington del FMI, ni la intención de última hora aplicar una tasa a los capitales especulativos y los flujos financieros improductivos, podrán detener la cuenta regresiva. Lo que hasta el momento no se ha tomado en cuenta, es el comportamiento que tendrán los países emergentes (o periféricos), y el impacto que tendrá el estancamiento acentuado de los países del núcleo.
Los planes de estabilización de los países emergentes (como China e India) lograron sortear las inclemencias de la tormenta inicial el año 2008. Pero el tiempo comienza a aflorar los signos de un profuso agotamiento como va quedando al descubierto con la burbuja inmobiliaria china que está a punto de estallar. Parte de este proceso comienza a sentirse con la caída en el precio de los commodities (oro, cobre, petróleo, soja) al nivel más acentuado de los últimos años. Este descenso es uno de los principales canales de contagio dado que involucra el intercambio comercial. Si la demanda externa se desacelera, no es necesario aplicar políticas proteccionistas para proteger a las economías. La simple caída de la demanda externa obliga a los países exportadores a reducir sus importaciones, lo que lleva a una reducción global del comercio.
Otro fuerte canal de transmisión que amenaza con acelerar el contagio, es a través de los flujos de capital. Como ha quedado en evidencia en las últimas semanas, se ha entrado en un ciclo de total aversión al riesgo y el obligado desapalancamiento que deben realizar las empresas y las instituciones financieras, ha secado las lineas de crédito retroalimentando el ciclo descendente de la actividad económica.
La volatilidad del mercado, la fuertes presiones por liquidez, y la debilidad de la demanda global configuran un cuadro macroeconómico complejo alentado por la especulación y las políticas monetarias fallidas. Jean-Claude Trichet, responsable de arrastrar a Europa a un callejón sin salida, deberá echar pie atrás a sus políticas y recortar la tasa de interés asumiendo su duro error de confianza cuando las incrementó en abril y julio de este año. Con ello, repitió el mismo error cometido en julio de 2008, antes de la quiebra de Lehman, cuando subió las tasas Esto demuestra la desconexión con la realidad de quienes tienen incorporado el adn neoliberal en sus decisiones de política económica.
El aumento de los riesgos del sistema financiero, debido al deterioro de la calidad de los activos, puede desencadenar una cascada de desapalancamiento con las correspondientes consecuencias en la economía real, sumándose a i) la caída del comercio, ii) los flujos de capital y iii) los precios de los commodities, como el cuarto mecanismo de transmisión de la crisis. Este canal puede ser el más importante dado que afectaría la inversión y las perspectivas de crecimiento de las economías emergentes. Se debe tener en cuenta de que la probabilidad de que estos cuatro canales de transmisión se activen y retroalimenten entre sí es bastante elevada

martes, 27 de septiembre de 2011

¿Puede el mundo seguir alimentándose solo? .

Por Brian Carney

wintercarneyComo corresponde al presidente de la junta directiva de la empresa de alimentos más grande del mundo, Peter Brabeck-Letmathe cuenta calorías. Pero no es su propia dieta lo que preocupa a quien hasta 2008 era también presidente ejecutivo de Nestlé sino toda la comida que Estados Unidos y Europa están convirtiendo en combustible, mientras los más pobres del mundo cada vez pasan más hambre.
"Los políticos no entienden que entre el mercado de los alimentos y el de la energía hay un estrecho vínculo", sostiene Brabeck-Letmathe. Ese vínculo es la caloría.
La energía almacenada en un bushel de maíz puede servir de combustible para un auto o para alimentar a una persona. Y cada vez más, debido a la exigencia del uso de etanol como a los subsidios en EE.UU. y a los incentivos para el uso de biocombustibles en Europa, los terrenos antes dedicados al cultivo de alimentos de humanos o animales, ahora se destinan a la siembra de productos para el desarrollo de combustible. El cálculo más reciente del Departamento de Agricultura de EE.UU. predice que este año, por primera vez, el país cosechará más maíz para la producción de etanol que de alimentos. En Europa, cerca de 50% de la cosecha de colza será para la producción de biocombustibles, según Brabeck-Letmathe, mientras que "alrededor de 18% del azúcar de todo el mundo se utiliza en la actualidad para el biocombustible".
En cierto sentido, se trata de un logro notable. Cinco décadas atrás, cuando la población mundial era la mitad de la actual, catastrofistas como Paul Ehrlich advertían que el mundo se enfrentaba a una hambruna de proporciones bíblicas. Hoy, con casi 7.000 millones de bocas que alimentar, generamos tanta comida que ni pensamos sobre las toneladas que se queman para producir combustible.
O al menos no pensamos sobre eso en Occidente. Nos molesta un poco si el precio de nuestros cereales para el desayuno aumenta porque la producción agrícola se desvía hacia el etanol o el biocombustible. Pero si el precio del maíz o de la harina se duplica o se triplica en el Tercer Mundo, donde según Brabeck-Letmathe la gente "gasta alrededor de 80% de sus ingresos en alimentos", cientos de millones de personas tendrán hambre. Y a veces se rebelan, como ha ocurrido este año en Medio Oriente.
"Lo que hoy llamamos 'primavera árabe' en realidad empezó como una protesta contra el permanente aumento de los alimentos", señala Brabeck-Letmathe, durante un almuerzo en la sede global de Nestlé.
El ejecutivo tiene una amplia experiencia en el ámbito donde convergen los alimentos, la política y el desarrollo. Pasó la mayor parte de sus primeras dos décadas en Nestlé en América Latina. En 1970 fue enviado a Chile, donde el gobierno socialista de Salvador Allende amenazaba con nacionalizar la producción de leche, y con ello las operaciones de Nestlé en ese país. Sabe que la mayor parte del mundo no es tan afortunada.
"Hay una gran diferencia entre cómo vivimos esta crisis y la realidad para cientos de millones de personas, a quienes hemos empujado a la extrema pobreza con políticas equivocadas", dice Brabeck-Letmathe. En primer lugar está la euforia por los biocombustibles, impulsada por las preocupaciones sobre la independencia energética, el suministro de petróleo, el calentamiento global e, irónicamente, la estabilidad política en Medio Oriente.
A ello se añade, en especial en Europa, un miedo paralizante a los cultivos con organismos modificados genéticamente (OMG). Ese rechazo a utilizar "tecnología disponible" en la agricultura, sostiene Brabeck-Letmathe, ha detenido el aumento de la productividad agrícola que por varias décadas nos ha permitido alimentar muchas más bocas de lo que se creía posible.
Luego está la demografía. Las últimas décadas han visto "el nacimiento de más de 1.000 millones de nuevos consumidores en el mundo que han tenido la oportunidad de pasar de la pobreza extrema a lo que hoy llamaríamos una clase media moderada", gracias al crecimiento económico en lugares como China e India. Eso significa que 1.000 millones de personas tienen por primera vez "acceso a carne", sostiene Brabeck-Letmathe.
"En tanto, la demanda de carne tiene un efecto multiplicador de 10. Se necesitan 10 veces más tierra, 10 veces más alimentos, 10 veces más agua para producir una caloría de carne que para una de verdura o grano", explica el ejecutivo. Aun así, somos capaces de satisfacer ese aumento de la demanda. "Si los políticos de este mundo desean hacer frente a la seguridad alimentaria, solamente hay una opción: sólo deben decir 'basta de alimentos para producir combustible' y entonces volverá a haber equilibrio entre la oferta y la demanda", opina.
'Las calorías no cuadran'
Si no hacemos eso, no podemos esperar equiparar el frenesí por el biocombustible con las necesidades alimentarias del mundo. Las calorías no cuadran. "El mercado de la energía es 20 veces más grande, en calorías, que el de los alimentos", indica Brabeck-Letmathe. Por lo que "cuando los políticos dicen 'queremos reemplazar 20% del mercado energético por el mercado de los alimentos' significa que 'tendríamos que triplicar la producción de comestibles' para alcanzar esa meta, sostiene.
Incluso si pudiéramos hacer eso, nunca lo conseguiremos sin los cultivos genéticamente modificados y creyendo que el alimento "orgánico" es el nuevo estándar de seguridad, pureza y salud. La producción orgánica es furor en el Occidente rico, pero no podemos "alimentar el mundo con eso", asegura. La productividad agrícola con orgánicos es muy baja.
"Si uno se fija en los países que han introducido los OMG, su rendimiento por hectárea se incrementó en 30% en los últimos años. En tanto, el rendimiento de cultivos sin OMG se ha mantenido intacto o ha caído ligeramente", describe Brabeck-Letmathe. Y esa brecha, sostiene, "es una brecha voluntaria, por una decisión puramente política".
Según el ejecutivo de Nestlé, los europeos ricos y bien alimentados pueden darse el lujo de no producir OMG porque no quieren generar tanta comida y Brabeck-Letmathe dice que eso es algo que puede entender.
Sin embargo, lo que le resulta más difícil de asimilar es que las políticas de Europa prohíben de manera efectiva a los países pobres como los de África el uso de semillas genéticamente modificadas. Esos países, sostiene, necesitan de manera urgente la tecnología para aumentar el rendimiento y la productividad de su atrasado sector agrícola. Pero si plantan OMG, luego no podrán exportarlos bajo las reglas de Europa: "La Unión Europea no les permitirá exportar nada de nada. No sólo OMG, nada", explica Brabeck-Letmathe, debido a los temores europeos sobre la contaminación cruzada y las normas de pureza casi imposibles de cumplir. El temor europeo a los cultivos genéticamente modificados es, según el ejecutivo, algo "puramente emocional", que se está convirtiendo en "una creencia casi religiosa".
Eso hace que Brabeck-Letmathe, un hombre jovial y de sonrisa fácil, se apasione. "¿Cuánta gente ha muerto por contaminación de alimentos a partir de productos orgánicos, y cuánta a partir de OMG?", pregunta con algo de irritación. Él mismo responde: "Ninguno por OMG. Y no tengo mucho que decir acerca de cuánta gente ha muerto recientemente a raíz de productos orgánicos", afirma, refiriéndose al brote de E. coli en Europa a principios de este año.
'Nos secaremos'
Nestlé ha sido tildada muchas veces como enemiga de los pobres. Por 30 años ha debido enfrentar un boicot esporádico por la venta y el marketing de fórmula para bebés en el Tercer Mundo, una iniciativa que algunos ricos occidentales encuentran poco ética. Por otro lado, bajo Brabeck-Letmathe, la estrategia corporativa de la empresa ha enfatizado que todos los mercados son intensamente locales. Mientras que en EE.UU., por ejemplo, la gente compra agua por galones, en muchos países pobres, un viaje a la tienda de la esquina resulta en la compra de un solo cubo de caldo de carne Maggi. En esos países, muchos productos son vendidos en paquetes individuales para equiparar el gasto de la gente con su flujo de efectivo.
Hoy, Nestlé emplea a unas 300.000 personas, tiene ingresos de cerca de US$100.000 millones al año y, aun así, representa apenas 1,5% de una industria global que alimenta a miles de millones.
A Brabeck-Letmathe le preocupa incluso la ausencia de un mercado de agua operativo. Cerca de 98,5% del agua fresca que el mundo consume cada año se destina a usos agrícolas o industriales. En la mayoría de los casos, no hay un mercado para distribuir y usar el agua, que termina siendo desperdiciada, sobreusada y mal utilizada. Si no hacemos algo al respecto pronto, nos secaremos, advierte Brabeck-Letmathe.
"Si el petróleo escasea", dice, "el precio del crudo sube. Pero si escasea el agua, igual bombeamos la misma cantidad. No importa porque no cuesta. No tiene valor". Brabeck-Letmathe calcula que se necesitan "9.100 litros de agua para producir un litro de biodiésel. Eso se logra sólo porque el agua no tiene precio".
"Hagamos ese 1,5% del agua (que usamos para beber y lavar) un derecho humano. Pero deme un mercado para ese 98,5% para que las fuerzas del mercado puedan reaccionar, y serán las mejores guías que podremos tener. Sólo si las fuerzas del mercado están en acción habrá inversiones".
Se prevé que la población mundial alcanzará los 9.000 millones a mediados de este siglo. ¿Será posible alimentar a toda esa gente? Brabeck-Letmathe no lo duda: "Sí, podemos. Y también podremos darles agua y combustible. Pero sólo si dejamos que el mercado haga su trabajo", sostiene.

lunes, 26 de septiembre de 2011

Cómo obtener una educación que le sirva de verdad

Por Scott Adams
Puedo entender las razones por las que los alumnos con las mejores calificaciones estudian física, química, cálculo y literatura clásica. Los muchachos de ese grupo cerebral serán los futuros profesores, científicos, pensadores e ingenieros que harán avanzar la civilización. Pero, ¿por qué hacemos que los estudiantes con un nivel promedio y bajo tengan que asistir a esas clases? Eso es como tratar de entrenar a su gato para que haga su declaración de renta, una pérdida de tiempo y dinero. ¿No tendría más sentido enseñarles a estos estudiantes algo útil, como lo necesario para crear empresas?
Hablo por experiencia, ya que estudié "emprendimiento" en el Hartwick College en Oneonta, Nueva York. Oficialmente, mi título fue en Economía. Pero la ventaja de ir a una universidad técnica es que uno puede moldear su experiencia de la forma que quiera.
Había un pequeño negocio en nuestro campus llamado The Coffee House. Servía cerveza y snacks, además de ofrecer entretenimiento en vivo. Era administrado por estudiantes y era un caos que sólo arrojaba pérdidas. Se mantenía a flote gracias a los subsidios de la universidad. Pensé que podía hacer una diferencia así que me postulé a una vacante en el denominado Ministerio de Finanzas. Obtuve el trabajo gracias a mi admirable manejo de la entrevista, mi actitud dinámica y al hecho de que el resto de las personas en el sistema solar tenían planes más interesantes.
El paquete de remuneración para quienes administraban The Coffee House consistía en cerveza gratis. Eso ayuda a explicar por qué todo el sistema de contabilidad consistía en siete estudiantes tratando de recordar a dónde había ido el dinero. Pensé que podíamos hacer algo mejor. Así que le propuse a mi profesor de contabilidad que a cambio de tres créditos para la clase diseñaría y operaría un sistema de contabilidad adecuado para el negocio. Y eso hice. Fue una gran experiencia. Mientras tanto, algunos de mis compañeros estaban tomando cursos en historia del arte para estar preparados en caso de que alguien les preguntara de qué época es tal cuadro.
Un día, tuve una reunión con los gerentes de The Coffee House para discutir dos temas. El primero era una recomendación para despedir al encargado de la barra, que era uno de mis mejores amigos. En segundo lugar, necesitábamos elegir un líder para nuestro grupo. Respecto a la primera cuestión, existía un consenso de que a mi amigo le faltaban tanto la voluntad como el potencial para dominar el arte de atender el bar. En forma renuente voté con la mayoría para despedirlo.
Pero cuando pasamos a discutir quién debía ser el nuevo líder, señalé que el mismo amigo, que era alto, bien parecido y tenía facilidad de expresión, sería el líder perfecto. Al terminar la reunión, había persuadido al grupo de despedir al peor barman que cualquiera de nosotros había visto en su vida…..y extenderle una oferta al mismo para que fuera nuestro líder. Mi amigo se transformó en nuestro comisionado. Hizo un trabajo excelente. Ese fue el año en el que aprendí todo lo que sé sobre gestión.
Más o menos en el mismo momento, este mismo amigo, junto con mi compañero de cuarto y yo, orquestamos un plan para ser los administradores de las residencias estudiantiles de la universidad y recibir un sueldo por hacerlo. Nos imaginamos formando un gobierno para administrar la elección de las personas que harían distintas tareas, establecer multas por mala conducta y, en general, ocuparse del negocio.
Solamente necesitábamos el apoyo de una mayoría de estudiantes que dijera que planeaba vivir en las residencias el próximo año para que el decano aprobara el plan. Y teníamos muchos amigos a los que les encantaba planear todo tipo de cosas siempre que luego pudieran cambiar de opinión. Ese fue el año en el que aprendí que si hay un vacío, alguien lo aprovechará y recibirá una recompensa mejor que el resto.
Durante los siguientes dos años, mis amigos y yo tuvimos cada uno una habitación privada gratis, un salario base y la experiencia de administrar los dormitorios estudiantiles.
Mis días universitarios estuvieron llenos de historias de emprendimiento. Para cuando me gradué, dominaba el arte de transformar nada en algo. Varios años después, terminé mi Maestría en Administración de Empresas en la escuela de negocios Haas, de Berkeley. Allí, puse a punto mis habilidades como emprendedor.
Permítame compartir las lecciones que aprendí durante todo ese proceso:
Combine habilidades: Lo primero que debe aprender es cómo hacerse valioso. Es improbable que un estudiante promedio pueda desarrollar una habilidad de clase mundial en un área en particular. Pero es fácil aprender cómo hacer varias cosas bastante bien. Lo que marca la diferencia es que cada una de esas modestas habilidades se presenten juntas en una sola persona.
No tenga miedo a fracasar: Si está asumiendo riesgos, y probablemente debería hacerlo, se puede encontrar fracasando 90% del tiempo. El truco es seguir recibiendo sueldo mientras lo hace y usar la experiencia para ganar habilidades que serán útiles en el futuro. Se les debería enseñar a los estudiantes que el fracaso es un proceso, no un obstáculo.
Atraiga a la suerte: No puede controlar la suerte directamente, pero puede manejar su carrera de una forma que haga más fácil que la suerte lo encuentre a usted. Para tener éxito, primero debe hacer algo. Y si eso no da resultado, haga algo diferente.
Supere el miedo: Para mejorar mis presentaciones en público, tomé el curso Dale Carnegie y me cambió la vida. Este método ignora las técnicas para hablar en público y a cambio lo entrena para disfrutar de la experiencia de hablarle a una multitud. Una vez que se relaja frente a una audiencia, la técnica viene automáticamente.
Escriba con sencillez: Tomé una clase de dos días de redacción de negocios que me enseñó a escribir oraciones directas y a evitar palabras que sobran. La simplicidad hace que las ideas sean poderosas. ¿Quiere ejemplos? Lea cualquier cosa escrita por Steve Jobs o Warren Buffett.
Aprenda a persuadir: Los estudiantes de técnicas de emprendimiento deberían aprender el arte de la persuasión en todas sus formas, incluyendo psicología, ventas, marketing, negociación, estadística e incluso diseño. Normalmente, esas habilidades están repartidas en varias disciplinas. Para los emprendedores, tiene sentido que se las enseñen como parte de un paquete.
Esta lista no está completa. Obviamente, un emprendedor se beneficiará de clases de finanzas, gestión y demás.
Recuerden, los niños son nuestro futuro y la mayoría de ellos son estudiantes promedio. Si eso no lo asusta, probablemente debería hacerlo.
—Adams es el creador de la tira cómica 'Dilbert'.

sábado, 24 de septiembre de 2011

El trabajo por cuenta propia y sus limitaciones para la producción

Por: Omar E.Perez Villanueva y Pavel Vidal Alejandro

Desde octubre de 2010 hasta julio 2011 han sido otorgadas 294.000 nuevas licencias.
Pudiera decirse que los “Lineamientos de la Política Económica y Social del Partido y la Revolución”, aprobados el 18 de abril, contienen un paquete de medidas que el presidente cubano Raúl Castro había planteado con anterioridad como la necesidad de un  ajuste estructural.
Por lo tanto, el objetivo de este trabajo es el análisis de una de sus prioridades: la  extensión  del  trabajo por  cuenta propia como una alternativa a la racionalización del empleo en el sector estatal y una contribución a los ingresos del presupuesto.
Desde que en octubre de 2010 entró en vigencia una nueva apertura al trabajo por cuenta propia, que incluía la posibilidad de la creación de las microempresas, el número de licencias concedidas para esta actividad al cierre de julio de 2011 era de 328.000, cifra que  incluye las que se habían otorgado anteriormente; es decir, las nuevas están en el entorno de las 294.000 licencias.
La  actividad  por  cuenta  propia  se  amplió significativamente  en 1993, mediante  el Decreto-Ley  141. Los registros de la Oficina Nacional  de Estadísticas  (ONE)  dan cuenta  de que, en los años ochenta, el trabajo  por cuenta propia no superaba los 50.000 trabajadores.
Tras la apertura en los noventa, la cifra aumentó a 121.000 en 1994 y tuvo un máximo de 165.000 en 2005. Después de esa fecha se produjo una disminución significativa.
Sus ventajas fueron conocidas, dado que se produjo un impacto positivo en la oferta de bienes y servicios de consumo, especialmente alimentos, y de taxis particulares. Para algunas  familias  constituía  una  fuente  de  ingreso  alternativa  a  los  salarios  y pensiones   estatales   y,  para  el  fisco, representaba   un  ingreso  impositivo   por intermedio  de la Oficina  Nacional  de Administración  Tributaria  (ONAT).
Pese a estos beneficios, la política hacia el trabajo por cuenta propia no fue estable; pasando por distintos momentos de más o menos suspensión de licencias otorgadas y descongelamientos/aperturas  de nuevas emisiones.
El débil marco legal para la actuación efectiva de los cuentapropistas  los llevó a subsistir  en medio de la ilegalidad.  Su crecimiento  estuvo acotado  por excesivas prohibiciones, algunas de las cuales se corrigen a partir de octubre 2010.
Esta  actividad,  al  igual  que  otras  transformaciones  de  la  década  del noventa, estuvo signada por un declarado carácter temporal y la no aceptación  ideológica dentro del modelo económico cubano.
A propósito, el periódico Granma del 24 de septiembre de 2010 indicó que “…debemos  alejarnos de aquellas concepciones  que condenaron  el trabajo  por cuenta  propia  casi a la extinción  y a estigmatizar  a quienes  decidieron sumarse a él…”
Así, a partir de noviembre de 2010 se produjo un relanzamiento del sector, que ha consistido en el descongelamiento de un grupo de categorías para las cuales no se efectuaban autorizaciones hacía algunos años. Se reorganiza la lista de licencias autorizadas, subiendo a 178 tipos,  mayor que las 157 autorizadas en la lista de 1990; posteriormente se alcanza 181 oficios.
Se estableció un marco regulatorio más flexible, dado que se pueden comercializar sus bienes y servicios a entidades estatales; se les  permite   contratar   fuerza   de   trabajo,   lo   que   los   convierte   en microempresas; pueden alquilar locales y activos del Estado o de otros ciudadanos; una persona tiene la facilidad de disponer de varias licencias para ejercer más de una actividad por cuenta propia, tanto en su municipio de procedencia como en cualquier lugar del país; se prescinde  del  requisito  de  ser  jubilado  o tener  algún  vínculo  laboral  para acceder a esta forma de empleo; se  elimina  la  restricción  para  alquilar  el  total  de  una  casa  o  departamento; se permitió  el  arrendamiento   de  viviendas  y  vehículos  a  las  personas  que disponen  de un permiso  de residencia  en el exterior  (PRE)  o aquellos  que, viviendo  en Cuba, salgan del país por más de tres meses, para lo cual pueden nombrar un representante.
El tamaño  autorizado  para  los  paladares  aumentó  de  12  a 20  plazas, y después a 50 plazas.
La respuesta a la apertura ha sido muy satisfactoria, también en dependencia de la provincia. De las  294.000 personas con nuevas licencias autorizadas, 68 por ciento no tenía vínculo laboral, mientras 16 por ciento corresponde a jubiladas y provenientes del sector estatal[i].
En la actualidad, el total de trabajadoras y trabajadores por cuenta propia sindicalizados, de esas cifras totales, es de 190.000.
El gráfico siguiente muestra esta evolución en los distintos municipios de la capital, donde se destaca que muy pocas licencias son de trabajadores o de disponibles. Esto lleva a la necesidad de realizar un análisis más profundo de las causas que han llevado a estas distorsiones del objetivo inicial de la decisión, que fue la generación de empleo no estatal, para permitir un trasvase desde el subempleo existente en el sector estatal.

Trabajo por cuenta propia en los municipios de La Habana:
Las licencias más demandadas hasta julio de 2011 son las de elaboración y venta de alimentos, así como transportistas, trabajadores contratados y en el arrendamiento de viviendas.
Las cifras de julio de más de  294.000 licencias nuevas, otorgadas desde el relanzamiento en octubre de 2010, significan que el número de cuentapropistas estaría duplicando su mayor valor histórico, y muy por encima de los pronósticos realizados. La cantidad de licencias devueltas en el período están en el entorno del 25 por ciento.
La  Habana es  la provincia con mayor número de nuevas autorizaciones  otorgadas, con 66.905 licencias, Matanzas con 17.943, Villa Clara con 15.313, Camagüey con 15.926 y Santiago de Cuba con 14.354 licencias.[ii]
En un análisis particular de la provincia La Habana -la capital, cuya evolución es generalizable a otras grandes ciudades-, se puede apreciar que, hasta abril de 2011, se habían otorgado unas 66.905 licencias, de ellas unas 3.200 para el arrendamiento y 54.000 para otras actividades por cuenta propia, amparados en la resolución 32 de 2010. Las licencias más otorgadas fueron las de trabajador contratado y la de alimentos, en sus variantes de punto fijo y ambulante.
Esto resulta coherente con lo planteado acerca de lo reducido del listado para actividades de mayor profesionalidad: el nivel de escolaridad de las personas a las cuales se les otorgaron esos permisos oscila entre 9no y 12 grados, y solo siete por ciento es universitario, según se puede observar en el gráfico siguiente.

Licencias otorgadas por nivel de escolaridad hasta mayo de 2011 en La Habana:
 
Fuente: Estadísticas de la Dirección de Trabajo y Seguridad Social. La Habana, mayo del 2011.
El apoyo oficial al sector no estatal se ha constatado en el propio periódico Granma, el órgano de prensa del Partido Comunista Cubano, que se ha convertido en el divulgador de las instrucciones para acceder a una licencia como trabajador por cuenta propia y ha exigido que las licencias se otorguen de forma expedita, atacando insistentemente a los “burócratas” que traban el proceso.
El presidente Raúl Castro ha hecho varias defensas públicas del sector. En su discurso de clausura de la sesión del Parlamento, en diciembre de 2010, planteó que al Partido le corresponde, respecto a estos trabajadores por cuenta propia, “facilitar su gestión y no generar estigmas ni prejuicios hacia ellos y menos aún demonizarlos”, para más adelante afirmar que “esta vez no habrá retroceso”.
Unos meses más tarde, en abril de 2011, en el Informe Central del VI Congreso del PCC expresaba: “El incremento del sector no estatal de la economía, lejos de significar una supuesta privatización de la propiedad social, como afirman algunos teóricos, está llamado a convertirse en un factor facilitador para la construcción del socialismo en Cuba, ya que permitirá al Estado concentrarse en la elevación de la eficiencia de los medios fundamentales de producción, propiedad de todo el pueblo y desprenderse de la administración de actividades no estratégicas para el país.”
Evidentemente, la reforma cubana requiere de un cambio de mentalidad en diversos sectores de la sociedad. Se necesita llevar adelante, junto a la reforma económica, una reforma institucional de gran calado, considerando en un sentido amplio el concepto institución, que incluye organizaciones, valores, reglas y creencias.[iii]
Sin embargo, pese al esfuerzo gubernamental, el sector tiene limitaciones a las cuales es imprescindible darles una atención pormenorizada, rápidamente, en los próximos años, para que sea una fuente importante de generación de empleos y de ingresos al Presupuesto nacional, además de una fuente importante para el incremento o generación de bienes y servicios.
Estas limitaciones serían las siguientes:
-La lista de  181  actividades es  aún demasiado  precaria  y  reducida; sería más oportuno listar solo las no permitidas, ya que las categorías son demasiado específicas y ello frena la iniciativa individual. Sería preferible   una   lista   de   categorías   generales   que   le   dieran   espacio   a   los cuentapropistas y microempresarios  para proponer y perfilar una oferta de bienes y servicios  diversa.  Esta tiene que ser lo suficientemente  flexible como para poder adecuarse a una demanda cambiante en el tiempo, heterogénea en lo local, y que es indescifrable para cualquiera que se lo proponga centralmente.
-Las  actividades  permitidas hasta hoy son  poco  intensivas  en  conocimiento  y  no  permiten aprovechar la inversión en educación que ha hecho el país por décadas. Muchos de los disponibles estatales  serán  graduados  universitarios  que  necesitarán  una opción acorde con su calificación.
-Todavía no se permite la creación de Pymes (pequeña y mediana empresa), con posibilidades de integrarse al sector productivo nacional de mayor escala, ni con posibilidades de generar fondos exportables.
-Se  permite  el  crédito  bancario, pero aún no ha funcionado o se ha generalizado, excepto para la agricultura. Además, el  sistema  financiero  tiene  problemas  de liquidez y las dos monedas nacionales tienen limitaciones de convertibilidad en divisas. Como  alternativa,   se  requiere   agilizar   y  promover   la colaboración internacional en el tema del microcrédito. Aunque no hay datos disponibles o veraces, todo parece indicar que las remesas están constituyendo una de las fuentes de capital para los nuevos negocios que se abren, ante la ausencia del crédito nacional.
-No existe un mercado  mayorista  de insumos suficiente.  Hoy  los mercados  de insumos  para las empresas  estatales  sufren  de desabastecimiento, como consecuencia de los problemas económicos y financieros del país. Por tanto, es muy difícil pensar por ahora en un apoyo estatal suficiente en este aspecto. Pero, si se promueve   el  microcrédito   con  colaboración   internacional,   ello  significaría   una entrada   de   divisas   al   país   que   posibilitaría   abrir   la   importación   para  cuentapropistas y microempresarios.  En Cuba operan  suficientes proveedores  extranjeros  que podrían abastecer  un mercado  de insumos.
-Hay pocos recursos públicos para apoyar con asesoría, capacitación e información a los nuevos microempresarios. Es una limitante en general de la actualización del modelo, que se realiza sin recursos, en medio de una crisis financiera y poco crecimiento económico.
-Las tasas impositivas establecidas pueden resultar, en algunos casos, demasiado altas para negocios que recién comienzan. También son demasiado bajos los porcentajes de costos reconocidos por la ONAT (descontados) para el cálculo del impuesto sobre ingresos personales. La definición de un período inicial de exención de impuestos sería saludable para la promoción de nuevos negocios. El actual sistema tributario para las y los cuentapropistas establece el impuesto sobre las ventas o los servicios, el impuesto por la utilización de la fuerza de trabajo, la contribución a la seguridad social, una tasa por la radicación de anuncios y propaganda comercial, y el impuesto sobre ingresos personales que oscila entre 25 por ciento y 50 ciento, según el tipo de actividad.
-El poco crecimiento económico que vive el país es otro de los obstáculos a la creación de nuevas  microempresas. La  oferta  de bienes  y servicios  de  los  cuentapropistas  necesita de una demanda. Con estancamiento económico  y  aumento  de las personas disponibles es  muy  difícil  pensar  en  una  demanda suficiente desde las familias o desde las empresas estatales.
Este último es el mayor obstáculo que vemos para el crecimiento a corto plazo del sector. Se necesita de un shock positivo de demanda, que la economía y la política fiscal  y  monetaria  no  están  en  condiciones  de  propiciar  en  estos  momentos.
La ampliación del trabajo por cuenta propia en la pasada década del noventa estuvo impulsada por el shock de demanda  que significó  la apertura  simultánea  a las remesas  y al turismo. Hoy no existe un impulso similar, por tanto, se debería avanzar lo más rápido posible en  superar   los  restantes  obstáculos   mencionados   y  otros  que  se  vayan identificando.
Los ingresos de las familias que se incorporen al sector no estatal generarán ellos mismos una demanda.  En la medida que se pongan en marcha los proyectos  inversionistas que tiene planificado el país para el quinquenio 2011-2015, se apliquen nuevos cambios estructurales y se retome el crecimiento  económico, la demanda aumentará. Pero ello será gradual.
También debe seguirse con atención la evolución del arribo de turistas cubanoamericanos, que ha mostrado cierta recuperación en los últimos meses, y que pudiera ampliarse con las nuevas flexibilizaciones de la administración de Obama en relación con los viajes desde Estados Unidos por motivos académicos, culturales y religiosos.
De ser este el caso, el turismo podría ir contribuyendo a expandir la demanda en las nuevas microempresas cubanas. Finalizado el primer semestre de 2011, el arribo total de turistas a la isla había crecido 10,6 por ciento.
Los cambios actuales reconocen  que el Estado está cediendo actividades  que  no  le  son  estratégicas  y  que intenta fomentar  la  empresa no estatal, aunque esto quede, por ahora, reducido a una lista muy insuficiente de actividades y a muchas limitaciones para su funcionamiento.
Y este reconocimiento es uno de los cambios  estructurales  más  importantes  de  los  efectuados  hasta  el  momento  por el actual gobierno cubano.


Notas:
[i]Periódico Granma, sábado 21 de mayo de 2011.
[ii]Cierre de junio de 2011
[iii] Para un análisis detallado y abarcador del concepto de reforma institucional, ver Alonso, J. A. y C. Garcimartin: Acción Colectiva y Desarrollo. El Papel de las Instituciones, Editorial Complutense, Madrid, 2008.

jueves, 22 de septiembre de 2011

¿Por qué no somos sustentables?

Por Hugo von Bernard y Martha Gorbaran

Para asegurar una gestión sostenible de los ecosistemas se requieren cambios personales, en las instituciones, en los gobiernos, en las políticas económicas, en los factores sociales, el comportamiento personal, en la tecnología y en los conocimientos. Lamentablemente, estos aspectos aún no se han materializado. Entre las razones parece estar que no se considera el decrecimiento futuro y que los humanos actualmente vivos, prefieren que este tema lo solucionen (paguen) las próximas generaciones.
El abordaje antropológico del concepto de sustentabilidad, incluyendo los aspectos culturales, filosóficos, éticos y de la naturaleza humana ha sido abundantemente tratado en las últimas décadas. Se usa mucho el concepto ambientalmente correcto, pero no se habla de la sustentabilidad como un todo (Bartlett, 1994). Las palabras sustentable y sustentabilidad se han utilizado con tantos sentidos diferentes, incluyendo el concepto de "lujo sustentable", que pronto no significarán nada (Batlett, 1994; Zencey, 2010).
Posiblemente, por no existir una visión holística de los valores económicos, ambientales y sociales que representa la sustentabilidad y a pesar de todo el conocimiento agregado al acerbo humano, nada cambió (Waltner-Toews et al., 2003). La falta de sustentabilidad ambiental ya se reconoce en la Mesopotamia histórica, Israel, Líbano, Grecia, Chipre, Creta, Italia, Sicilia, España (Hillel, 2001) y sigue actualmente. Algunos sostienen simplemente que el accionar humano no es sustentable (Meadows et al., 1972; Bartlett, 1994; WDR, 2010).
Por ello, los países que tienen limitada capacidad de mitigar los cambios ambientales son los que soportarán los mayores efectos, ya que es improbable que el crecimiento económico sea lo suficientemente rápido, o equitativo, para contrarrestar sus amenazas (WDR, 2010).
Cada humano cuenta con innumerables razones para justificar el porqué de su accionar no-sustentable (Luis XV de Francia (1710 - 1774); Russell, 1939; Huxley, 1960; Hardin, 1968; Meadows et al., 1972; Quiroga Martínez, 2003; Schumacher, 1978; Viglizzo, 1999; Camarasa, 2001; Gray 2003; Quirós, 2005; Sain, 2009; Lammers, Stapel & Galinsky, 2009; Janssen et al., 2010; WDR, 2010; Carta de Sao Paulo, 2010; Upton Sinclair). La falta de sustentabilidad ambiental está ligada a un consumo excesivo de bienes y servicios, posiblemente por requerimientos económicos y sociales que se auto-impone el ser humano, tanto colectiva como individualmente.
En las últimas décadas, la cuestión ambiental recibió mucha más atención que la económica o la social, posiblemente como haber sido soslayada durante el siglo XIX. El ambiente en este caso involucra a la tierra, las aguas, el aire y los recursos naturales como integrante de los factores de la producción: tierra, trabajo y capital (Hamrin, 1983).
En general, quienes describen los daños ambientales, fundamentalmente habitantes de las ciudades (Webster, 1997), ubican esos problemas fuera de su esfera de actuación inmediata, desconocen la problemática de otras realidades y se olvidan que para los humanos, "el hombre es la medida de todas las cosas", Protágoras (485 - 410 a.C). Mientras se preocupan por el desmonte de las selvas tropicales o la caza de las ballenas no ven a los humanos sin techos que los rodean, no plantan árboles en las calles de sus ciudades, consumen todo lo que pueden y no muestran como es vivir sustentablemente. Nadie recuerda aquello de "Si quieres cambiar el mundo, cámbiate a ti mismo" Mahatma Gandhi 1869 - 1948.
Todos los que se benefician del subsidio económico y social que la degradación ambiental genera (consumidores, políticos, empresarios y trabajadores) difícilmente cambiarán su actitud para legarles un mundo sustentable a las futuras generaciones (Joyce, 2010).
La acción de cada humano sobre el ambiente se puede expresar como "huella ambiental" (WDR, 2010) y para quienes describen la situación actual, se sobrepasó la carga de humanos que la tierra puede soportar (Ehrlich & Ehrlich, 1993; Bartlett, 1994). El concepto de carga proviene de la biología donde los animales no humanos tratan de consumir de acuerdo a su peso metabólico y su producción. En los años de sequias o inundaciones hay hambrunas, caídas en los índices reproductivos y/o mortandades masivas.
No todos los humanos comparten los mismos patrones de consumo ni dejan la misma "huella ambiental". Independientemente de los países, existen los sobreconsumidores, los sostenedores y los marginales (Max-Neef, 1986). Los sobreconsumidores, 20% de la población mundial, consumen dos tercios de los recursos mundiales. Los sostenedores, 60% de la población mundial, son el objetivo de todas las campañas publicitarias por su capacidad de consumo adicional. Finalmente, los marginales, constituyen el 20% restante, y viven con u$s 1 ó 2 diarios. Si todas las personas consumieran como los sobreconsumidores, se necesitarían más del triple de los recursos actuales para cubrir sus requerimientos (tres planetas como la Tierra), mientras que si consumieran como los marginales, hasta podría alcanzar para todos con la que tenemos.
Para mitigar el accionar humano sobre el ambiente existen distintas propuestas. Una de ellas es la de reducir el crecimiento poblacional (Ehrlich & Ehrlich, 1993; Bartlett, 1994). La misma no es aceptada en la práctica y todos los años se aumenta la carga ambiental del mundo en unas 80 millones de personas. La falta de aceptación del control de la natalidad puede estar en el gen egoísta que cada uno posee (Dawkins, 2000), la falta de suficientes ejemplos de cómo es vivir con menos hijos, el temor a quien cuidará de uno en la vejez o porque quienes la hacen no abandonan ninguno de los privilegios de los que gozan (Hardin, 1968).
El hambre crónica de los marginales, aquellos que viven con u$s 1 ó 2 diarios, no deriva de la falta de producción de alimentos sino de la mala distribución, consecuencia de guerras, revoluciones o políticas económicas equivocadas (Clark, 1970; Swaminathan, citado por Sorman, 1989). Entre las políticas económicas equivocadas están los subsidios pagados a los sectores agrícolas de algunos países o la transformación de alimentos en combustibles. Los subsidios promovieron un uso excesivo de fertilizantes y pesticidas, aumentaron artificialmente la producción de alimentos, obligaron a exportar a precio de dumping la sobreproducción y redujeron la rentabilidad de la agricultura en los países en desarrollo (Reid et al., 2005; Leonard, 2010). Por la falta de rentabilidad, muchos productores de países en desarrollo abandonaron sus explotaciones y migraron a los centros urbanos.
 
En momentos de paz y correctas políticas económicas, el balance entre la producción y los requerimientos de alimentos de la población humana alcanza para que todos consuman las calorías necesarias (Swift, 1727; Clark, 1970; Swaminathan, citado por Sorman, 1989). Sin embargo, la focalización periodística del hambre por parte de la población de las ciudades junto con la especulación económica que se da en las bolsas de comercio de todo el mundo, desvían el foco de atención hacia una presunta falta de producto.
Si quienes gobiernan creen, o dicen creer, que el hambre de sus conciudadanos es debida a la falta de producción, se promueve el crecimiento de la superficie cultivada y la intensificación de la producción (MacNeill, 1989). En este caso, el ambiente subsidia a los alimentos y estos a los bajos salarios. Si quienes gobiernan toman conciencia que el hambre se debe a las guerras, internacionales o entre hermanos (revoluciones), y/o a las políticas económicas equivocadas, la solución está en evitar estos hechos. Naturalmente, esto último es más fácil de decir que de hacer.
La actitud humana resulta particularmente curiosa. En su rol de consumidores, los individuos hacen un culto de la compra al menor precio posible, denuncian los daños ambientales generados por los demás, pretenden servicios ambientales impolutos gratis, o casi, y no desean focos contaminantes cerca de sus hogares. Esto es resumido por el acrónimo NIMBY (Not In My Back Yard) en inglés.
Muy poco de los humanos reducen voluntariamente las propias externalidades negativas, aquellas que generan pérdidas ambientales como el uso excesivo de recursos o el no reciclado de desechos. En casos extremos, los humanos envían las secciones contaminantes de sus empresas, o desechos de cualquier tipo, a países con políticas ambientales deficientes (Leonard, 2010). Con ello, se reduce el costo de limpieza y la contaminación ambiental, en el país emisor.
Tampoco son incentivadas, por la población y sus gobiernos, las externalidades positivas, aquellas que generan mejoras ambientales como la implantación de bosques, reducción del consumo, reciclado de residuos, uso de transporte público, etcétera.
Por todo lo anterior, a los humanos, como productores, se les dificulta incluir dentro de sus costos todo lo que a la sustentabilidad respecta.
Todo ello no impide que en pro de la sustentabilidad se escriban infinidad de artículos, se haga lobby sobre los gobiernos y organismos internacionales, se coloquen barreras para-arancelarias para proteger a los empresarios locales de empresas ubicadas en otros países, que producen con leyes ambientales más laxas (Sinner, 1998), tierras y aguas más baratas o menores salarios.
Actualmente, se discuten dos medidas para alcanzar la sustentabilidad "in toto": la disposición a pagar y la compensación exigida.
La primera determina cuanto se estaría dispuesto a pagar para tener una mejor calidad de vida y la segunda, lo que se demandaría por aceptar una situación peor (Secretaría de Recursos Naturales y Ambiente Humano, 1992). En ambos casos, se encarecerán los productos finales. Los motivos pueden ser: a) la realización de un costeo completo de la producción, incluyendo los gastos directos, las amortizaciones y el interés al capital invertido (Alper, 1993; Mearns, 1997) ó b) reducción de la oferta.
Como los países desarrollados han contribuido enormemente al daño ambiental (WDR, 2010), la clase dirigente de los países en desarrollo pretende recibir una compensación anual millonaria para desarrollar y proteger el ambiente de sus países (Lomborg, 2010). Esto es cuestionado por los países desarrollados bajo el concepto que "no es conveniente que los pobres de los países ricos paguen a los ricos de los países pobres" por proteger el ambiente.
La Unión Europea se propuso restringir su emisión de Equivalentes dióxido de carbono (CO2) al nivel de 1990, antes del año 2000.
Como esa disminución está ligada a una menor actividad económica, la reducción de puestos de trabajo y la pérdida del favor de los votantes, las medidas nunca se implementaron. Se trata de no realizar el ajuste durante el propio período de gobierno o, como señala el acrónimo en inglés NIMTOO ("not in my time of office").
Al no alcanzarse la meta en el año 2000, en la Cumbre de Kyoto, se postergó su entrada en vigencia hasta el año 2012. Los mandatarios de los países signatarios de la propuesta original ya son parte de la historia y otros tendrán que hacerse cargo de ella. Como en el año 2012 tampoco se será sustentable ambiental, economica o socialmente, ya se habla del post 2012 o del 2020.
En la reunión de Copenhague se decidió que a partir del 2020 se destinarán anualmente 100.000 millones de dólares a un fondo internacional para el cambio climático y en la de Cancún (2010) juntar 30.000 millones hasta el año 2012 con el mismo fin (Diario La Nación, 12 de diciembre 2010). Es un hecho que, mientras quienes donan ese dinero quieren tener garantías de que el mismo se empleará para combatir el cambio climático y no para otra cosa, quienes se beneficiarían del fondo quieren tener libertad de decisión sobre las medidas nacionales en que lo emplearán.
En caso que alguna vez se pague, el 2020 está demasiado lejos, restaría comprobar si ese dinero llega a quienes protegen el ambiente "in situ" o queda en manos de políticos, investigadores, inversores, organizaciones ambientalistas o grupos de presión que obtienen ganancias fuera del mercado y gracias a su posición ante el Estado (los llamados rent seekers).
Hasta ahora, los habitantes de los países desarrollados que eventualmente pagarían por proteger el ambiente, se quejan de la existencia de los rent seekers de los países en desarrollo y los productores rurales de los países en desarrollo que no reciben ningún dinero por protegerlo se preguntan por qué no los compensan por las limitaciones legales que le colocan a la explotación de sus recursos.
En caso que se impusiera la protección ambiental a la población en forma compulsiva, por convencimiento del propio gobierno o por presión de gobiernos foráneos u organizaciones internacionales, (top-down) sin resarcimiento a la población involucrada directamente en ella, podría aumentar la pobreza en los países en desarrollo (Ahmed et al., 2009).
Si se usaran metáforas con respecto a la sustentabilidad, un ambientalista diría que esto “es la tragedia de los comunes” (Hardin, 1968); un economista denunciaría que “es el problema del free rider” y un biólogo sostendría que “es el dilema del prisionero” (May, 2010). En cualquier caso, ninguno de ellos la daría por lograda.
En conclusión, para asegurar una gestión sostenible de los ecosistemas se requieren cambios personales, en las instituciones, en los gobiernos, en las políticas económicas, en los factores sociales, el comportamiento personal, en la tecnología y en los conocimientos (Reid et al., 2005). Para ello habrá que compatibilizar los objetivos de corto plazo con los de largo plazo.
Lamentablemente, estos aspectos aún no se han materializado. Entre las razones parece estar en que, ningún integrante de la derecha ni de la izquierda política, considera el decrecimiento futuro (Pardo Silva, 2010) o que los humanos actualmente vivos, prefieren que este tema lo solucionen (paguen) las próximas generaciones.

Bibliografía:
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miércoles, 21 de septiembre de 2011

Cómo negociar su salario como si fuera un agente del FBI

FBI
De la prensa de EE.UU

Por Jim Hopkinson

Cuando se busca trabajo, los candidatos deben adoptar habilidades de varias profesiones. Tienen que analizar el mercado laboral como si fuesen investigadores científicos, redactar un curriculum como un autor exitoso y tender redes como un político.
También hay que emular una ocupación importante cuando se discute el salario: negociador de rehenes del FBI.
Imagine que el director de recursos humanos que está sentado frente a usted es un lunático que está en la bóveda de un banco con 10 rehenes. En vez de demandar millones y un avión privado, custodia la hoja de cálculo del presupuesto de nómina salarial.
La publicación de la Oficina Federal de Investigación (FBI) llamada "Intervención de crisis: utilizar aptitudes activas para escuchar en negociaciones" esboza algunas técnicas para obtener un resultado positivo en negociaciones de este tipo: utilizar el mínimo entusiasmo, parafrasear, imitar a la otra persona y hacer pausas durante la conversación, entre otras.
Supongamos que la persona de recursos humanos dice: "Pensamos que usted encaja perfectamente en el trabajo, y nos gustaría ofrecerle un salario inicial de US$75.000". Diga algo como: "Ya veo. Entonces usted dice que el salario para este puesto sería de US$75.000". Luego quédese en silencio.
Al hacerlo, usted ha escuchado atentamente, parafraseado lo que el entrevistador ha dicho, repetido sus últimas palabras, y dejado una sensación de pausa en la conversación que le permite al entrevistador llenar el silencio. La mayoría de la gente odia estos momentos incómodos de silencio, y se apuran a llenarlos. Lo que puede ocurrir en estos casos es que los rellenan con una oferta más alta.
Las siguientes son otras tres maneras de negociar su salario con las tácticas del FBI:
Recolectar información. Al llegar a la escena, un buen agente evaluará la situación de inmediato. En su caso, su preparación debe tener lugar mucho antes de llegar al callejón sin salida. Necesitará un claro conocimiento de lo que valen sus aptitudes para este puesto. Puede hacerlo preguntando a colegas y contactos. También puede investigar en las bases de datos de salarios en las páginas web payscale.com y glassdoor.com.
Construir confianza. Para tener una negociación favorable, necesita que lo vean como una fuente fiable. Puede hacer esto construyendo una relación de compenetración con la otra persona, escuchando su propuesta, entendiendo su postura y preparándose con información que respalde su argumento. Cuando ambas partes pueden repasar la información de una tercera, es decir, datos de la industria, se reduce el enfrentamiento de "usted contra mí".
Manténgase tranquilo. Sin importar cuánto se agrave la situación, un negociador de rehenes siempre se mantiene tranquilo, animado y positivo. Lo mismo se aplica en las discusiones de salarios. Incluso si averigua que su colega gana US$20.000 más por hacer lo mismo que usted (créame, ocurre), entrar como un huracán en la oficina de su jefe y pedir un aumento o amenazar con renunciar rara vez consigue el resultado deseado. Hablar de dinero puede ser tenso, estresante y emotivo. Pero, recuerde que son negocios.
Si tiene éxito en su rol de negociador del FBI, al final de la encerrona, todo el mundo será feliz, nadie recibirá ningún disparo y usted obtendrá una parte justa del presupuesto.

martes, 20 de septiembre de 2011

A la espera de cambios

Aunque las cuotas normadas sólo cubren una parte de las necesidades del mes, constituyen un paliativo para la alimentación familiar.
Por Jorge Luis Baños

Aunque las cuotas normadas sólo cubren una parte de las necesidades del mes, constituyen un paliativo para la alimentación familiar. La eventual eliminaciòn de la libreta de abastecimiento centrò el debate sobre temas econòmicos en el 2008.
Desde el discurso del presidente Raúl Castro, el 24 de febrero pasado, en el cual anunció para las “próximas semanas” cambios en la economía, los cubanos debaten, analizan y sacan sus propias conclusiones sobre los eventuales pasos que dará el nuevo gobierno de la isla.
Muchos acudieron a las casas de cambio ante una eventual reevaluación del peso cubano. “Había una familia de cuatro personas con bolsas llenas de pesos convertibles para cambiar por pesos cubanos, por si acaso se adelantaban con la medida”, comentó Laura Rojas, trabajadora del sistema de salud, quien atribuyó esa alza en las transacciones a los rumores de que “van a bajar el peso convertible a 16 pesos”.
Otros decidieron gastar el poco dinero acumulado en mejoras en los hogares, comprando en la red de divisas algunos artículos que, según sus conclusiones, “pudieran aumentar de precio o desaparecer del mercado, si realmente bajan la tasa de cambio”. Desde 2005 y hasta la actualidad, el peso convertible (CUC) se cotiza a 25 pesos cubanos, moneda que se usa para pagar salarios y pensiones a la población.
El peso convertible, sustituto del dólar estadounidense desde 2004, permite acceder a determinados servicios y comprar en las llamadas “tiendas recaudadoras de divisas”, también estatales, donde se ofertan productos básicos de mayor calidad, así como electrodomésticos, muebles, bebidas y otros de consumo doméstico. A su vez, cada peso convertible equivale oficialmente a 1,05 dólares estadounidenses.
Algunas personas están preocupadas por el impacto que esa medida tendría en otro grupo de cubanos. “Si bien saldrán beneficiados los que viven del salario, serán perjudicados quienes reciben remesas, pues disminuirá su poder adquisitivo”, indica Lidia Rodríguez, bibliotecaria.
Una reevaluación del peso cubano implicaría un aumento del consumo en la red de divisas –mientras esta se mantenga y se cree otro mecanismo de comercio–, que el país no está en condiciones de asumir. “Si baja el peso convertible, no hay mercancías para responder a esa medida, ni el país tiene una infraestructura adecuada de almacenes y transporte que pueda reabastecer las tiendas”, señala Agustín Perdomo, especialista de comercio minorista.
En su alocución televisada, cuando asumió el cargo, Raúl Castro dijo que su gobierno “seguiría estudiando el fenómeno de la doble moneda en la economía (...) para evitar consecuencias traumáticas y falta de uniformidad. Cualquier cambio relacionado con el dinero se hará integralmente”. Aunque la fuerte actividad de los primeros días después del discurso cedió en intensidad, no pocas personas están al acecho y saben que, tarde o temprano, las palabras del nuevo mandatario se harán realidad.
Incluso, sectores vinculados a la banca consideran apropiado realizar el canje porque, aunque sea de forma progresiva, el fin de la circulación de las dos monedas llegará. “Por un problema de soberanía, que respondería a una línea conservadora, se quedaría el peso cubano”, opinó un trabajador gráfico de 60 años.
Algunos testimonios indican que los ingresos de pesos convertibles por el canje sobrepasaron con creces la media diaria en los días posteriores a la designación oficial del presidente Raúl Castro, quien sustituyó a Fidel desde julio de 2006, cuando este le cedió el poder temporalmente, debido a problemas de salud. “Eran camiones y camiones de dinero circulando”, refirió una persona vinculada al sistema de Casas de Cambio (Cadeca).
En declaraciones a medios de noticias, el economista Armando Nova, escéptico ante una posible reevaluación inmediata del peso cubano, consideró que la reacción de la población se debió a “especulaciones y a una mala interpretación del discurso”. Para el especialista, la solución no está en el descenso progresivo de la tasa de cambio, sino en el aumento de la producción.
La doble circulación monetaria fue autorizada por el gobierno en 1993, con el objetivo de inyectar dólares frescos a la economía nacional, que pasaba por el peor momento de la crisis. En aquella época, cada dólar llegó a costar 150 pesos cubanos, sólo en el mercado negro, pues las Cadecas aparecieron en 1995.
De acuerdo con el economista Pavel Vidal, del Centro de Estudios de la Economía Cubana, “la eliminación de la dualidad monetaria en los mercados de la población no acabaría con las desigualdades”.
A su juicio, las disparidades en los ingresos podrían reducirse mediante la reevaluación del peso cubano en las Casas de Cambio y el incremento de los salarios y pensiones, ambos dependientes de factores como la productividad del trabajo, las exportaciones y la competitividad.

Necesidades de la población

Otro de los tópicos que se mantiene en la palestra es la eventual eliminación de la distribución racionada de los alimentos, establecida desde la década del sesenta, mediante la cartilla de racionamiento, conocida como libreta de abastecimiento.
En su discurso de asunción como presidente del Consejo de Estado, el menor de los hermanos Castro afirmó que su administración tendría como prioridad “satisfacer las necesidades básicas de la población”, siempre sobre la base del “fortalecimiento sostenido de la economía nacional y de su base productiva”.
También calificó de “irracionales e insostenibles” los subsidios que el Estado mantiene en la distribución igualitaria de servicios y productos, en particular los comprendidos en la llamada “libreta de abastecimiento”, una canasta básica de alimentos y artículos de higiene asignada a todas las familias.
La preocupación flota entre personas de ingresos bajos y medios. “Ahora todo el mundo se queja de la libreta, de que si no viene casi nada, pero cuando haya que comprar lo básico –arroz, azúcar, frijoles y sal, entre otros–, a precios más altos, eso generará una crisis”, opina Teresa López, profesional cuya edad la aproxima a la jubilación laboral y a una pensión que no rebasará los 300 pesos.
“Yo me lo imagino de forma crítica. Me recuerda la crisis de Argentina, cuando las personas asaltaron los supermercados. A no ser que el alza de las pensiones y los salarios logre compensar la liberalización de los precios, mucha gente la pasará muy mal”, señala Oscar Brito, directivo de una organización no gubernamental.
“Si la quitan (la libreta de racionamiento), tendrán que dejar alguna opción para quienes tienen poco dinero, sobre todo para los jubilados como yo”, sugirió una enfermera retirada, mantenida hoy por sus hijos, pues, asegura, “la pensión no alcanza para nada”.
Aunque las cuotas normadas sólo cubren una parte de las necesidades del mes, sí constituyen un paliativo para la alimentación familiar. El resto, los cubanos deben adquirirlo ya sea en la red de divisas o en los mercados agropecuarios, ambos con altos precios en relación con el salario medio de 408 pesos.
En una investigación publicada a comienzos de 2007, el estudioso Armando Nova concluyó que una familia de cuatro personas, dos de ellas adultas, necesitaba alrededor de 1.319 pesos cubanos mensuales para cubrir sus necesidades mínimas. Si dos personas de ese núcleo trabajan y ganan el salario medio actual, de 408 pesos, necesitarían al menos 503 pesos extra.
Se calcula que cada hogar destina, como promedio, más de 93 por ciento de sus ingresos a la compra de alimentos. El presupuesto doméstico apenas alcanza, entonces, para otras exigencias también elementales, como ropa, calzado o el disfrute de actividades recreativas y culturales.
Otra investigación, realizada por Vidal, sostiene que el salario medio real de 2006 representaba apenas 24 por ciento del devengado en 1989, antes del inicio de la crisis económica, a pesar del incremento en el salario nominal, de 188 a 385 pesos.
El alza general de sueldos y pensiones en 2005 aumentó ligeramente el poder adquisitivo. Pero, desde entonces a la fecha, se han sucedido leves y sistemáticas alzas de precios en la red de divisas y en los mercados agropecuarios, de 4,33 por ciento en 2006 y de 1,3 por ciento en 2007.

¿Apertura para los cubanos?

Desde diciembre pasado, al intervenir ante la última sesión de 2007 de la Asamblea Nacional del Poder Popular (Parlamento), el actual presidente cubano se ha referido a prohibiciones que han sido superadas por la vida. Esa idea la retomó en su discurso de estreno oficial en el cargo.
Los cubanos leyeron entre líneas y concluyeron que, dentro de poco, les estará permitido alojarse en los hoteles en divisa, una prohibición que acompañó al desarrollo acelerado del turismo, emprendido a inicios de los noventa.
“Dicen que esa será una de las primeras medidas que se tomarán, de manera que el país pueda tener ingresos por ese concepto”, comenta Tahití Ortega, quien recuerda cuando, a inicios de la década del noventa, podía venderles excursiones en dólares a personas que recibían remesas desde el exterior y querían dedicarlas a paseos con toda la familia.
Esa ha sido una de las quejas más reiteradas de los cubanos, quienes vieron disminuidas sus posibilidades de recreación, al destinarse la mayoría de los hoteles –y precisamente los de mayor calidad– al turismo inter-nacional.
“Desde el punto de vista financiero no lo entiendo muy bien, porque recogerían no dólares ni euros, sino pesos convertibles, pero habrá que ver lo que vendrá. El refrán dice que `cuando el río suena, piedras trae´”, agrega Ortega.
Hace unos tres años se proyectaba abrir los hoteles a los nacionales, pero se decidió no hacerlo por consideraciones políticas. General-mente, quienes podrían pagarlo eran aquellas personas que no obtenían sus ingresos por la vía del trabajo estatal y honrado.
En la actualidad, el país dispone de más de 46.453 habitaciones hoteleras, en 307 instalaciones dedicadas al turismo internacional. La ocupación lineal promedio es de cerca de 50 por ciento. Habría que analizar qué le conviene más al país económica y socialmente en este asunto.
Para el gobierno de Cuba, la prioridad pasa por cotizar mejor la moneda nacional y, por ende, aumentar el valor real del salario, muy deteriorado desde los inicios de la crisis económica que sucedió a la pérdida de sus socios comerciales de los hoy desaparecidos bloque socialista europeo y la Unión Soviética, a comienzos de la década del noventa. Al despedir el año y felicitar a los cubanos, el nuevo mandatario dijo, en dos palabras, lo que viene diciendo desde julio de 2006: “A trabajar mucho”.
Aunque todas las medidas y cada paso lo estudia al más alto nivel gubernamental una comisión integrada por políticos y expertos, para la población el tema sigue creando confusiones y temores. Los cubanos continúan entonces a la espera de los cambios, incluso calculando cómo pueden sacarle partido a las medidas.

lunes, 19 de septiembre de 2011

China no va a salvar al euro

Por Nicholas Hasting
Las compras de ocasión de China no son tan buenas para el euro ya que Beijing está siendo bastante parsimonioso.
Por meses, China ha pasado por varias etapas durante la crisis de deuda de la zona euro y prometió ayuda a Grecia, Portugal, España e incluso Irlanda.
Esta semana, han circulado informes de que Beijing ahora ha mantenido conversaciones con Italia sobre la compra de activos italianos estratégicos.
Con US$3 billones de reservas internacionales en sus bolsillos, el interés de China en la zona euro casi no es sorprendente.
En primer lugar, la región es el principal socio comercial de China, y la última cosa que le gustaría a Beijing es que la eurozona colapse y que la demanda de productos chinos caiga aún más, lo que amenazaría la estabilidad económica y política interna.
Zhang Yansheng, director del Instituto de Comercio Exterior de China, señala: "China sabe que ayudar a Italia, ayudar a Grecia, ayudar a Europa, es ayudar al mundo y ayudarse a sí misma".
En segundo lugar, el respaldo de China ayudaría a frenar la caída del euro y a asegurar que la preservación de la salud de las inversiones previas de China en la región. Esta semana, funcionarios chinos estuvieron interesados una vez más en demandar estabilidad en la zona euro y también en la moneda única, mientras el euro comenzaba a caer abruptamente después de meses de relativa resistencia.
En tercer lugar, se trata del simple hecho de una caza de gangas. China tiene el dinero. La eurozona tiene los productos a precios de liquidación y hay pocos clientes dando vueltas.
Difícilmente se puede culpar a Beijing por sentirse atraído por lo que podría parecer una venta de ocasión italiana.
No obstante, una vez dicho todo esto, China no ha estado despilfarrando dinero.
De hecho, ha sido bastante parsimoniosa. Sus inversiones en deudores periféricos han sido descritas como "contenidas" y "relativamente modestas" por los estrategas que siguen de cerca los flujos.
Esto podría ser debido a que, pese a los US$3 billones que ya tiene en sus bolsillos, el reciente crecimiento de las reservas de China se ha moderado y el Banco Popular de China simplemente tiene menos para diversificar desde el dólar hacia activos de la zona euro.
En otras palabras, si Beijing realmente quisiera realizar compras importantes en Italia posiblemente tendría que vender algunas de las tenencias que ya compró en otros países periféricos.
Esta no sería una maniobra particularmente beneficiosa para el euro.
Sin embargo, hay otra razón por la que las compras chinas no están a la altura de las expectativas.
Beijing sin duda estará atento a la caída de la confianza en el futuro del euro mientras los rendimientos siguen escalando a nuevos máximos récord, se profundizan los problemas políticos y fiscales de los deudores y disminuye la confianza en la moneda única entre los inversionistas internacionales.
Las noticias de esta semana acerca de que Alemania está buscando un plan de contingencia en caso de que Grecia caiga en cesación de pagos de sus deudas pondrán de manifiesto cuán frágil se han vuelto las maniobras con la moneda única en general.
Como un inversionista sabio, Beijing habrá visto los riesgos involucrados y habrá decidido que es mejor, en lo que respecta al euro, no poner demasiado dinero donde come.
E, incluso con todo el parloteo acerca del interés de China, el euro continuará cayendo.
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