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El Financial Times publicó un interesante artículo sobre los problemas con la cuantificación del producto nacional bruto (no el producto interior bruto) de Irlanda. Básicamente, los ingresos medidos se inflan con empresas extranjeras que no tienen una actividad real en Irlanda y que, sin embargo, encuentran formas para materializar beneficios en una jurisdicción con bajos impuestos. Sabíamos, en cierta manera, que esto estaba ocurriendo, como, por ejemplo, que gran parte del aparente aumento de la productividad era solo un cambio hacia las empresas farmacéuticas que contribuyen poco a la economía irlandesa. Pero un nuevo informe del Instituto de Investigación Económica y Social (IIES) indica que el problema es mayor de lo que se pensaba.
Este pasaje en el Financial Times me llamó la atención: “La investigación del IIES cuestiona la solidez de la recuperación de Irlanda, que ha sorprendido a muchos observadores extranjeros dada la grave crisis económica que sufrió el país en 2008”.
¿Quiénes son estos sorprendidos observadores extranjeros? Mi impresión es que se ha afirmado una y otra vez que Irlanda es una historia de éxito, solo para ocultar que se trata de una experiencia decepcionante. Y si miramos las cifras de empleo, que no están sometidas a estos temas de cuantificación, podemos ver cómo es la “solidez de la recuperación de Irlanda” (observen el gráfico).
©2013 The New York Times.