"De pensamiento es la guerra mayor que se nos hace: ganémosla a pensamiento" José Martí

miércoles, 3 de abril de 2019

Colombia: La reunión de la SIP y la libertad de prensa en la región.

Por Tony López R. (*)

El pasado 29 de marzo se celebró en Cartagena de Indias, Colombia, la reunión de la SIP, organización que agrupa a los dueños de los medios hegemónicos de comunicación y prensa en la Región, a la cual fue invitado el señor Luis Almagro, Secretario General de la OEA, con dos objetivos principales: atacar a Venezuela, Cuba y Nicaragua, porque, según los participantes, en estos países, no existe libertad de prensa y escenario de primerísimo orden para promover la intervención militar de Estados Unidos en Venezuela.

Atacar a Venezuela, Cuba y Nicaragua, era el guión diseñado por la SIP, no podía esperarse otra conducta de la Sociedad Interamericana de Prensa (SIP), sino la de congregar a la gran mayoría del periodismo dependiente de las órdenes de Washington, mentir y defender los intereses de una oligarquía criolla entregada a las grandes transnacionales económicas y financieras de Estados Unidos y Europa.

Luego de su discurso en la reunión de la SIP, Almagro escribió en su cuenta de Twitter “Hoy participé en Colombia en la reunión semestral de la SIP y recordé que ningún instrumento del derecho internacional, como por ejemplo el #R2P, puede ser descartado a priori”, se refiere a la intervención militar en Venezuela y apuntó “sería contrario a derecho además de inmoral e injusto con el pueblo de Venezuela” añadió que “Los instrumentos del derecho internacional deben estar disponibles para estos casos”.

Según la prensa colombiana lo expresado por los cerca de 300 participantes del encuentro, la región se encuentra en una “incertidumbre política” y los medios informativos de la región reunidos en Cartagena van a tomar “el pulso a la crisis que viven algunos países, especialmente, Venezuela y Nicaragua”. Y añadia la declaración de la SIP "Con la presión internacional en aumento sobre Venezuela, Cuba y Nicaragua, el periodismo del continente se haya frente a una situación inédita que exige reflexión y análisis en la búsqueda urgente de soluciones”.

No es casualidad que estas supuestas preocupaciones de la SIP, de reflexión y análisis, sean las de buscar cómo justificar las acciones desestabilizadoras de Estados Unidos contra Venezuela y que de las sanciones pasaron a los sabotajes comenzando con las operaciones criminales del sistema eléctrico de la cual es participe Guaidó y de torpedear las operaciones petroleras de Venezuela con otros países. Y la de propagandizar la supuesta marcha anunciada por Guaidó para tomarse el Palacio de Miraflores el próximo 6 de abril, esperemos por el bien del país, que solo sea la superchería y los alardes a que nos tiene acostumbrado el “autoproclamado”.

En el caso de Nicaragua tratando de impedir que se concreten los diálogos entre el gobierno sandinista y la oposición, además de continuar su política de sanciones contra este país centroamericano. Tampoco es casual que en el caso de Cuba el Secretario de Estado Mike Pompeo anunciara la decisión de activar el capítulo III de la Ley Helms-Burton, con el propósito de arreciar el genocida bloqueo económico contra la isla, apoyados por la mafia cubana-americana, asentados en Miami y los senadores Marco Rubio, Bob Menéndez y el congresista Mario Díaz Balart, que junto con Ileana Ross forman parte de dicha banda mafiosa.

La campaña mediática orquestada por la SIP está plagada de falsedades y se ha recrudecido contra Venezuela, Nicaragua y Cuba, todo forma parte de un plan diseñado en Washington, a tales efectos el proyecto se viene cumpliendo desde hace un año cuando en el mes de abril del 2018 la SIP se reuniera en Medellín, unas semanas antes de las elecciones presidenciales en Venezuela y la cruzada, aprobada en esa reunión, contra el electo presidente Maduro ha sido coherente y sistemática acusándolo de fraude y dictador, matriz que han sembrado en la mente y el pensamiento de la opinión pública de la región, incluso ganando adeptos en algunos sectores progresistas y democráticos, y que se pronuncian ni con Guaidó ni con Maduro, cayendo en la trampa de la falsa noticia y respaldando así el plan gringo.

Ahora se realiza en Cartagena, Colombia, otra reunión de medio año de la Sociedad Interamericana de Prensa, no les llama la atención esta coincidencia. Colombia es el país que está absolutamente comprometido con Estados Unidos en apoyar una intervención militar en Venezuela. ¿Será que en este cónclave de la desprestigiada organización de prensa interamericana, se aprobó la nueva campaña para crear las condiciones y justificar la intervención militar de Estados Unidos en Venezuela?. ¿Qué papel jugó en esta cumbre de los dueños de medios de prensa más reaccionarios de nuestra región el señor Luis Almagro?. Que se conozca, es inédito que el Secretario de la OEA participe en una reunión de la SIP y más en un panel donde se pide la intervención militar a un Estado miembro de la OEA y de la ONU.

Es públicamente conocida la posición que tiene Almagro sobre Venezuela y su papel como operador político de Estados Unidos para respaldar lo que puede ser una muy grave aventura militar no solo en Venezuela, sino para la Región.

Cómo es posible que la SIP se haya reunido dos veces, en casi menos un año en Colombia y la llamada crema y nata de la prensa en el continente y no saque una declaración contra la violación de los derechos humanos y el terrorismo de estado que se practica en Colombia.

Solamente en lo que va de este año y en el gobierno del señor Iván Duque y del Centro Democrático, han sido asesinados 29 líderes sociales, un promedio de 10 asesinatos por mes. Y se está incumpliendo los Acuerdos del Proceso de Paz y además objete y obstaculice la Justicia Especial de Paz.

Que se reprima brutalmente a la Minga Indígena del Cauca que ha provocado la ruptura de los diálogos y la negativa del presidente Duque a reunirse con la dirección de la organización indígena, mientras, alegremente, se presentaba en Cúcuta para apoyar la agresión a la vecina Venezuela, cuando su casa está sumida en la más grave crisis política, económica y social.

De estas graves violaciones no se hace eco esa prensa que se agrupa en torno de la SIP, entonces, cuál es el papel que realmente juegan hoy, promoviendo la guerra en Venezuela y apoyando la política terrorista del presidente Donald Trump para Venezuela, Cuba y Nicaragua, de cuál libertad de prensa hablan estos señores de la pluma, el micrófono y las cámaras.

Que la SIP no se pronuncie por los asesinatos de migrantes centroamericanos en Estados Unidos, los crímenes de la policía estadounidense contra las minorías afrodescedientes, que se separen los niños de sus padres, y que en centros de retención pierdan la vida inocentes criaturas, sin que la SIP, como institución de prensa, haga una declaración de denuncia y condena.

Para que hablar de las violaciones a los derechos humanos en Argentina, Brasil, Honduras, Perú, Paraguay, Chile, en este último país, se gobierna bajo la constitución pinochetista y jamás la SIP se ha pronunciado, tampoco ha condenado los crímenes contra los Mapuche en el gobierno de Sebastián Piñera, uno de los Jefes de Estado más entusiasta en apoyar la intervención militar en Venezuela.

Que puede decir la SIP de la gran mentira fabricada por los medios de prensa que acudieron al show de Cúcuta, con la presencia de Luis Almagro, y los presidente de Paraguay y Chile, teniendo como anfitrión al mandatario Iván Duque, cuando afirmaron en grandes titulares que las fuerzas militares bolivarianas de Venezuela habían atacado a los pacíficos opositores venezolanos e incendiado la ayuda humanitaria de alimentos y medicinas que había prometido el farsante Juan Guaidó y que hace dos semanas atrás el diario New York Time, desmintió y probó que fue desde Colombia y que fueron los sicarios de Guaidó, quienes con bombas molotov, incendiaron los dos camiones de la supuesta ayuda humanitaria, que por cierto no eran ni alimentos ni medicinas, sino logística para la oposición operara militarmente dentro de Venezuela.

En este evento de la SIP donde se hizo presente el presidente Iván Duque Márquez, cuyo discurso fue especialmente agresivo contra Venezuela, siguiendo la línea de Estados Unidos y del portavoz del Departamento de Estado Luis Almagro, apoyó decididamente una intervención militar en Venezuela y en absoluta coincidencia con el mensaje en video enviado por el impostor Juan Guaidó Márquez, en el cual detalla, según él, las atrocidades de la dictadura de Nicolás Maduro contra la libertad de expresión.

A tal efecto se proyectó el mencionado video en el primer panel del encuentro dedicado a analizar la situación de Venezuela, integrado por el uruguayo Luis Almagro, el agente y director de Human Rights Washch Americas, José Miguel Vivanco; el director del diario el Nacional Miguel Henríquez Otero y el director de migración de Colombia, Cristian Kruger. La sesión fue presidida por María Elvira Domínguez y coordinada por Claudia Gurisatti, directora del canal Noticias NTN 24 y de Noticias RCN.2.

No podía este primer panel tener mejores exponentes de la política fascista de Donald Trump para Venezuela y defensores de la tesis de que “todas las opciones están sobre la mesa”, en clara amenaza a una intervención militar en la patria del Libertador.

Esta reunión de medio año de la SIP en Cartagena, está dejando claro que los medios hegemónicos de nuestra región, trabajarán coordinadamente para justificar cualquier acción, ya sea militar o de desestabilización interna mediante sabotajes y atentados, que se realice contra el gobierno democráticamente elegido en Venezuela.

Hay serios riesgos de que Estados Unidos decida ejecutar cualquier acción, que no sea el diálogo, tal decisión provocaría varios años de una larga y costosa campaña militar y financiera en medios y en vidas, no solo al pueblo venezolano, también para el estadounidense y para cualquier otro país que se involucre en este conflicto que Estados Unidos amenaza en realizar. La hegemonía de la que hace unos años atrás ejercía sobre América Latina y el Caribe, se verá severamente afectada, ya que en un mundo globalizado, Washington no puede dejar de tomar en cuenta los intereses de otros Estados como China, Rusia, Turquía y la India, que hoy están jugando fuerte en el tablero mundial y con excelentes relaciones con el gobierno bolivariano de Venezuela. Esperemos que todas las partes se pongan en función del diálogo y que reine la sensatez y la paz.

(*) Periodista, politólogo y analista internacional.

La Habana 1 de abril de 2019. 21:30 hrs.

USA contra Venezuela: Una vergüenza histórica

Por Gabriel Jiménez Emán


Sin energía eléctrica, los bombeos de agua se detienen…

El empecinamiento del gobierno de Estados Unidos a través de sus principales voceros --Trump, Rubio, Pompeo, Bolton, Abraham y otros-- en atacar al gobierno de Venezuela no es sino una faceta más de la voluntad supremacista de esa nación, a través de su historia. Lo más peligroso del fenómeno es que en esta oportunidad el ataque va acompañado de una serie de gobiernos de alta peligrosidad que siguen órdenes directas de Trump. Es algo verdaderamente penoso que países que se dicen libres y democráticos se unan a los dictámenes de un presidente que está conduciendo a esta nación a un desfiladero moral de proporciones gigantescas, violando todas las leyes de la diplomacia internacional y arremetiendo contra un país que, como Venezuela, tiene derecho a elegir un determinado modelo de gobierno, cuya legitimidad debe ser decidida exclusivamente por sus habitantes.

Según parece, luego de la disolución del grupo de países aglutinados hace pocos años atrás en torno al ALBA para crear un nuevo modelo de gestión socio-económica alejado del capitalismo neoliberal, USA entró ahora en una etapa más virulenta de ataques contra Venezuela, usando todos los medios posibles: sabotajes, guarimbas, injerencias, intentos de magnicidio, especulación financiera, inflación inducida y ahora un sabotaje eléctrico que ha sumido al país en una terrible zozobra, por cuanto nos ha privado de agua, gas, electricidad, teléfonos, internet, medicinas y alimentos por largas horas.

La más ridícula de estas operaciones ha sido implementar un gobierno paralelo en la figura de Juan Guaidó, un fantoche manipulado que ha recorrido el país cómodamente, autoproclamándose presidente de la República rodeado de un grupo de farsantes y vasallos que han designado ministros y otras autoridades con el objeto de nombrar en un futuro próximo un "gobierno de transición" cuya meta final sería transferirle los recursos de nuestra nación al gobierno de Estados Unidos.

Para colmo, este grupo de personajes ha urdido una red de traficantes financieros encargados de mover grandes sumas de dinero a través de cuantas bancarias para pagar a mercenarios que están haciendo el trabajo sucio en Venezuela; dinero que ha salido de la estafa financiera perpetrada a las cuentas que en moneda extranjera el país tenía en bancos del exterior. Esta fabulosa operación de fraude donde la nación perdió millones de dólares debería merecer la condena de la comunidad internacional.

Observamos, sin embargo, que la "comunidad europea" no mueve un dedo en favor de Venezuela; por el contrario, observamos a un gobierno supuestamente "socialista" como el de Pedro Sánchez asumir la presidencia de su país ofreciendo una opción de cambio, y no ha hecho sino reforzar aún más la línea neoliberal de ese gobierno. Es una lástima que luego de superado el infame gobierno de Rajoy, este nuevo mandatario español apoye las iniciativas belicistas de Donald Trump secundado por Piñera, Duque, Bolsonaro, Macri y Moreno en Suramérica.

En Cataluña, los indignados marchan por las calles exigiendo independencia cultural y política para liberarse de la monarquía centralista de Madrid y de la hipocresía institucional. En Paris y otras ciudades de Francia, los ciudadanos marchan usando chalecos amarillos en signo de protesta hacia el gobierno de Macron, quien acaba de despedir al jefe de la policía de París porque no quiso agredir a sus propios compatriotas. En Brasil, acaban de hacer preso al vampiro de Michel Temer, quien logró la infame confabulación contra el gobierno legítimo de Dilma Rousseff. Por suerte, México ha salvado su voto en esta oportunidad, a través de la palabra directa y sincera del presidente Andrés Manuel López Obrador, y se ha deslindado de la agresión a Venezuela.

A causa de este continuado sabotaje eléctrico de más de un mes, el país ha estado sumido en estos días en una penosa zozobra, que intenta dinamitar el tejido social de sus comunidades. Al paralizarse la energía eléctrica se detienen todas las transacciones, llamadas telefónicas, pagos, depósitos, se pierden los alimentos, los bombeos de agua se detienen, merma el abastecimiento de gasolina y gas, aumenta la inseguridad ciudadana, la gente va entrando en un nerviosismo y una angustia que desembocarían, tarde o temprano, en agresiones y violencia. Se busca el descalabro psíquico de los habitantes, que los venezolanos vayamos contra nosotros mismos y se produzca una implosión social para propiciar saqueos, vandalismo y crimen, y así poder justificar una supuesta ayuda humanitaria, cuyo primer intento se produjo hace poco en la frontera con Colombia y constituyó un rotundo fracaso, ayudado por cantantes de moda y operaciones mediáticas de falsos positivos.

Afortunadamente, la mayoría de la población venezolana tiene conciencia social y está resistiendo con valentía. Sabe que el problema no lo hemos causado nosotros, que todo este malestar se debe a la injerencia directa del gobierno de Estados Unidos y de una oposición política cómplice, los cuales han hallado la manera de intervenir los sistemas electrónicos de la represa del Guri en el estado Bolívar para crear explosiones que han destruido la estructura física de nuestra principal empresa de energía. No lo van a lograr porque el pueblo se ha organizado para resistir esto y más, para luchar por un país digno y noble cuyo pensamiento libertario es guiado por Miranda, Bolívar, Sucre, Guaicaipuro, Zamora, Chávez y un notable grupo de líderes civiles de donde destaca la figura pacifista de Cecilio Acosta.

Nuestro país saldrá adelante porque tiene esperanza en un porvenir construido con trabajo, fe en Dios y confianza en un pueblo valiente, como lo ha demostrado a lo largo de su gloriosa historia.


https://www.alainet.org/es/articulo/199109
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