Por DAMIAN PALETTA y JON HILSENRATH
En su segundo mandato, el recién reelecto presidente Barack Obama afronta una economía que muestra destellos de una vitalidad que ha estado frenada por las incertidumbres fiscales y regulatorias y la desaceleración del crecimiento global.
La economía estadounidense ha mostrado signos de mejoría en los últimos meses. El desempleo se encuentra por debajo de 8%, los precios de las acciones están en alza, el sector inmobiliario está reviviendo y los consumidores empiezan a gastar más en autos y otros artículos caros después de pasar los últimos cuatro años reduciendo sus deudas.
No obstante, el crecimiento sigue siendo débil. Muchos países europeos están en recesión e inmersos en turbulencias financieras. China, la segunda economía del mundo, ha perdido fuerza y registró una expansión de 7,4% en el tercer trimestre, una caída frente a 9,2% del año pasado.
Las acciones estadounidenses empezaron a caer y el dólar se debilitó, conforme Obama confirmaba un segundo período presidencial el martes. Los mercados asiáticos también ampliaron sus pérdidas en sus primeras operaciones después de que la victoria de Obama frente al candidato republicano Mitt Romney se hiciera evidente.
Barack Obama —cuya relación con el empresariado se ha deteriorado durante su primer mandato— tiene por delante un camino largo y arduo.
El tema económico más apremiante después de las elecciones es el llamado abismo fiscal, un paquete de US$500.000 millones en recortes de gastos y aumentos de impuestos que entraría en vigor en enero, a menos que el presidente Obama llegue a un acuerdo para postergarlos o reemplazarlos antes de esa fecha. La Casa Blanca y el Congreso aplazaron las negociaciones hasta después de las elecciones, para determinar qué partido tendrá mayoría.
Si Washington puede trabajar unido, los legisladores tienen la oportunidad de reducir la incertidumbre y allanar el camino para un crecimiento más robusto y una reactivación del empleo. Un nuevo estancamiento político, sin embargo, podría arrastrar a EE.UU. a una nueva recesión en cuestión de meses conforme las alzas de impuestos y los recortes del gasto tienen efecto.
"Muchas empresas están frenando sus gastos de capital, frenando sus planes para contratar personal y la formulación de sus planes para 2013 en espera de lo que acontezca con el abismo fiscal", señala James Meil, economista jefe de Eaton Corp., ETN -1.21%un fabricante de maquinaria industrial.
Linear Technology Corp., LLTC -2.77%un fabricante de microprocesadores, indicó que sus clientes pusieron sus pedidos en compás de espera debido a la incertidumbre en torno a Europa y las políticas de Washington. Sus ingresos aumentaron 1,6% en el trimestre finalizado el 30 de septiembre frente a igual lapso del año anterior mientras que su ganancia neta cayó 3%.
Las probabilidades de cooperación política en Washington son tan difíciles de evaluar como las perspectivas de la economía. Andrew Kohut, presidente del Centro de Investigación Pew, dice que los electores podrían enviar un mensaje de que los políticos necesitan cooperar y actuar en conjunto para hacer frente a los temas fiscales. "O podría darse una situación en la que ambas partes sientan que sus posturas salen fortalecidas y las siguen reforzando".
"En realidad, estamos hablando de lo siguiente: ¿vamos a demorar cuatro o cinco años en salir del atolladero? ¿O va a demorar 10 o 12 años?", se pregunta el profesor de economía y política pública de la Universidad de Harvard Kenneth Rogoff. "No hay nada que pueda sacarnos de esto en uno o dos años. Eso sería un verdadero milagro. Pero una política acertada puede acelerar el proceso".
Allen Sinai, economista jefe de Decision Economics, una firma de investigación del sector financiero, prevé que EE.UU. caerá en una recesión en 2103 si los políticos no logran sortear el abismo fiscal. Si hay un acuerdo, pero el presidente y el Congreso no hacen nada para reducir el déficit fiscal a largo plazo, Sinai anticipa un crecimiento de entre 2% y 2,5%, lo que no hará descender mucho el desempleo por años.
Sin embargo, si el pacto va acompañado de una reforma tributaria que estimule el crecimiento y reduzca el déficit, dice Sinai, la dosis de confianza podría añadir un punto porcentual al crecimiento y reducir la desocupación con mayor rapidez.
Los cambios al código impositivo serán una concentración inmediata del segundo mandato de Obama. En repetidas ocasiones, ha promovido una subida de impuestos para personas con ingresos declarables de más de US$200.000 al año y parejas que ganan más de US$250.000. También ha presionado por una rebaja del impuesto a las empresas a 28% frente a 35%, a la vez que eliminaría una serie de deducciones sin especificar. Es probable que Obama se beneficiaría de un clima de intereses extraordinariamente bajos al menos durante un par de años.
La Reserva Federal ha señalado que espera mantener las tasas de corto plazo en cerca de cero durante al menos mediados de 2015. La Fed está comprando grandes cantidades de bonos hipotecarios y del Tesoro con el fin de mantener bajas las tasa de largo plazo. Ben Bernanke seguirá al frente de la Fed hasta enero de 2014 y según muchos de sus amigos, no planea postularse para un nuevo período en la presidencia del banco central estadounidense.
Los republicanos en el Congreso han atacado a la Fed, acusándola de generar presiones inflacionarias. Por ahora, la entidad está abocada a estimular el crecimiento, en particular en sectores sensibles a los movimientos de tasas como el inmobiliario y el de autos. Las compras de vehículos subieron 8,9% en el tercer trimestre frente al mismo lapso del año previo y la construcción de viviendas creció 13,8%, según el Departamento de Comercio de EE.UU.
"Estamos observando lo que empieza a parecer un mercado inmobiliario bastante saludable", afirma Joel Shine, presidente ejecutivo de la constructora Woodside Homes. Shine espera que la firma construya entre 1.200 y 1.300 casas este año y otras 1.400 o 1.500 el próximo año. Actualmente, agrega, hay suficientes viviendas para cubrir la demanda de dos meses, frente a cinco o siete meses de inventario en tiempos normales.
El repunte de la construcción es parte de una recuperación más amplia que parece estar tomando forma en el mercado inmobiliario. El índice Standard & Poor's Case-Shiller que mide los precios de las viviendas en 20 mercados metropolitanos avanzó 2,0% en agosto respecto a igual mes del año previo.
Los precios de las casas son importantes para los consumidores porque una gran parte de la fortuna de un hogar está ligada a los bienes raíces. La estabilización del sector inmobiliario es una de las razones por las que numerosos economistas creen que la economía podría estar posicionada para crecer con mayor dinamismo, siempre y cuando las autoridades resuelvan el desafío fiscal en forma satisfactoria.
Pero al igual que los ejecutivos, los economistas creen en la máxima de Santo Tomás: ver para creer. Los economistas encuestados por The Wall Street Journal proyectan una expansión anualizada de 2,3% en 2013 y una tasa de desempleo superior a 7% hasta 2014.