Nouriel Roubini, el economista de la Universidad de Nueva York que predijo la crisis financiera global, afirma que el riesgo de otra recesión global es mayor a 50% y que los próximos dos o tres meses revelarán la dirección de la economía.
En una entrevista con Simon Constable de The Wall Street Journal, el economista habla de la economía mundial, le da la razón a Karl Marx y culpa al ex presidente George W. Bush de provocar la actual crisis fiscal de Estados Unidos. A continuación, partes de la conversación:
WSJ: Estamos viendo problemas fiscales en Estados Unidos, problemas de deuda soberana en Europa, tensiones en el sector bancario allí y una economía coja aquí. ¿Qué podemos hacer para que la economía crezca?
Roubini: Probablemente muy poco. Estamos en un proceso de doloroso desapalancamiento global porque la crisis empezó con demasiada deuda privada y apalancamiento y ahora tenemos demasiada deuda pública y apalancamiento además de la privada. Y este continuo proceso de desapalancamiento significa que se tiene que gastar menos en los sectores privado y público para ahorrar más. Esto implica que va a haber una tendencia de crecimiento bajo par en la mayoría de las economías durante muchos años. Y ahora hay un creciente riesgo de que haya no sólo un crecimiento económico lento sino que puede haber una recaída en la recesión. Para evitar esto y otro cataclismo financiero, probablemente necesitemos más flexibilización de la política monetaria por parte de los bancos centrales.
WSJ: La Fed ha dicho que mantendrá las tasas de interés cerca de cero durante los próximos dos años, hasta mediados de 2013. ¿Será suficiente?
Roubini: Probablemente no y Bernanke anunciará más relajamiento cuantitavivo (QE) en Jackson Hole. Hay una serie de opciones. Habrá alguna variante de relajamiento cuantitativo. Mantener las tasas cercanas a cero es un paso, comprar más bonos del Tesoro es otro, tratar de influir directamente en las tasas a largo plazo es otro… hay una combinación de políticos, tal vez un QE3, un QE4, quizás un QE5 si estamos cerca de una depresión.
WSJ: Si nadie quiere tomar prestado, ¿qué ayuda ofrecen las tasas bajos?
Roubini: Es cierto, la política monetaria y liquidez no pueden resolver los problemas de solvencia y crédito. Lo único que se puede hacer es tratar de reducir la probabilidad de una recaída en la recesión, es decir, evitar lo peor. Si el canal del crédito está roto las medidas no van a funcionar y esa liquidez extra puede ir a unas mayores reservas.
WSJ: Usted pinta un cuadro sombrío. ¿Qué pueden hacer los gobiernos y las empresas para hacer que la economía vuelva a crecer?
Roubini: Las empresas globales no están haciendo nada, no están ayudando... Afirman que hay un exceso de capacidad y por eso no contratan, porque no hay demanda final. Pero hay una paradoja y eso crea un círculo vicioso, si no contratan trabajadores no hay ingresos por trabajo, no hay confianza por parte de los consumidores, no hay suficiente consumo, no hay demanda final.
Y en los últimos dos o tres años esto ha empeorado porque ha habido una redistribución masiva de los ingresos del trabajo al capital, de los salarios a las ganancias, las desigualdades entre los salarios y los patrimonios han crecido, y la propensión marginal al gasto por parte de un hogar es mayor que la de una empresa, porque las empresas tienen una alta propensión marginal a ahorrar comparadas con un hogar. Esta redistribución de ingresos y patrimonio hace que el problema de la excesiva falta de demanda agregada empeore.
Karl Marx tenía razón, llegado un punto, el capitalismo puede autodestruirse, porque no se puede seguir trasladando ingresos del trabajo al capital sin tener un exceso de capacidad y una falta de demanda agregada. Y eso es lo que sucedió. Pensamos que los mercados funcionaban. No están funcionando. Y lo que es individualmente racional es que cada empresa quiere sobrevivir y prosperar, y eso significa recortar costos laborales aún más. Mis costos laborales son los ingresos laborales y el consumo de otros. Por eso es que es un proceso de autodestrucción.
WSJ: Los problemas fiscales que EE.UU. tiene en este momento, ¿de quién es la culpa?
Roubini: Obviamente, es la culpa de George Bush. Cuando Obama asumió el poder, heredó un déficit presupuestario de US$1,2 billones (millones de millones)... y cuando Bush llegó al poder, había un superávit de US$300.000 millones. ¿Cómo pasamos de un superávit de US$300.000 millones a un déficit de US$1,2 billones, un cambio de US$1,5 billones en nuestra condición fiscal? Decidimos recortar los impuestos pero no pudimos hacerlo en 2001-2003, gastamos US$2 billones en dos guerras que no se podían ganar, duplicamos el gasto discrecional... añadimos prestaciones sociales como beneficios de Medicare para comprar medicamentos y luego tuvimos un enfoque laissez-faire para la supervisión de la regulación financiera, causamos la mayor crisis financiera de la historia, lo que implicó un enorme incremento del déficit porque teníamos el déficit de la recesión y teníamos el costo fiscal de rescatar a las instituciones financieras. Por lo tanto, tuvimos cinco factores que llevaron a que pasáramos de un enorme superávit a un enorme déficit. Y él heredó dos guerras en el exterior y la peor crisis financiera y económica, y ahora le echan la culpa a él.
Eso es lo que pasó. Destruimos nuestra sostenibilidad fiscal antes de que llegara al poder. Teníamos armas y mantequilla y bajos impuestos. No funciona. Si quieres armas y mantequilla, debes tener altos impuestos durante guerras. No puede ser de esta forma... Él heredó el desastre, él heredó un desastre total. Tuvimos suerte de que esta Gran Recesión no se convirtió en otra Gran Depresión. Y necesitamos otro estímulo para eso. El problema fue que el estímulo no fue suficiente, no que fue demasiado.