Por Walfrido Lardoeyt Duany
Estas violaciones en contra del consumidor son ya una práctica normal y rutinaria de casi todo aquel que se le ha puesto en sus manos la administración de los recursos que pertenecen al pueblo, los “tumbes” cada día que pasa son mayores, antes eran de dos onzas, hoy llegan a doce onzas y a veces hasta de una libra. Algo más preocupante, la ausencia de acciones encaminadas a contrarrestarlas por parte de los organismos responsabilizados con la tarea.
Al tener la posibilidad de contar en mi casa con una pesa, me he dado cuenta de todas las violaciones cometidas, desde el pan, el café, la sal (estos dos últimos empaquetados), hasta los productos cárnicos, la leche en polvo, el arroz, etcétera. En las comprobaciones realizadas, los resultados han sido negativos, es decir, siempre en contra del consumidor.
Recientemente dirigí un escrito a la empresa municipal de Alimentos donde expresaba irregularidades en el despacho del arroz adicional para los niños y mayores de 65, así como de la leche en polvo, donde me veía afectado en 90 y 67 gramos todos los meses, es decir, tres y dos onzas, respectivamente.
En la carnicería regularmente dejaba de percibir cinco y hasta siete onzas. Pero en el día de ayer al carnicero se le fue la mano, rompió el récord al despacharme el pollo y el pescado de dietas. Los productos los adquirí después de las siete de la noche. Los conservé en el congelador del refrigerador, y en la mañana al comprobar su peso, el resultado fue: de 136 onzas de pollo, recibí 125; y en el pescado, de 96 onzas recibí 85, es decir, que en cada producto dejé de recibir 11 onzas.
El primer inconveniente es que después que usted saca el producto del establecimiento, no cabe reclamación alguna, ya que esta debió de hacerse en el momento de la compra-venta, en situaciones muy difíciles en cuanto a la aglomeración de personas en la cola con una permanencia de más de cuatro horas.
Es comentario entre los consumidores la falta de confiabilidad de las pesas, se dice que están “calzadas”, y me pregunto:
1. ¿Por qué no se realizan comprobaciones a estos medios de pesaje de forma periódica?
2. ¿Por qué no son supervisadas las ventas de productos cárnicos con cierta periodicidad, donde se les dé participación a los factores políticos y de masas de la comunidad?
Llevo varios años realizando esta labor y nunca he visto que se haya llevado a cabo estas dos acciones por las entidades responsables de garantizar la protección al consumidor. Hay que caerle encima y con todos los hierros a esta situación que viene afectando a la población.
Otro aspecto relacionado con la inseguridad al consumidor, es el relacionado con los famosos faltantes que se vienen produciendo en los productos cárnicos de la canasta familiar. Al menos en la unidad donde recibo este producto, si no los coges dentro de las 48 horas, quedaste en eso, pasando a una lista de reclamaciones, que generalmente se recibe a los dos meses; mientras tanto… Parece que este problema es muy difícil de solucionar. Lo más interesante es que usted no sabe si el faltante es de la empresa o del carnicero.