Un horizonte de esperanza se abre para la persona con cáncer detectado a tiempo, mientras los casos de diagnóstico tardío siguen teniendo opciones limitadas que los salven de la muerte.
“Por eso la respuesta al cáncer tiene que ser integral”, asegura la bioquímica cubana Adriana Carr, sobre la primera causa de muerte en Cuba desde 2012 y un problema creciente en América Latina y el Caribe, donde podría acarrear un millón de decesos anuales para 2030.
Carr, del Centro de Inmunología Molecular (CIM), el líder de la biotecnología cubana en productos contra el cáncer, conversó con IPS sobre el rol de la prevención y detección temprana y las terapias de última generación para la fatal dolencia.
IPS: ¿Cómo responde la industria bio-farmacéutica cubana a la incidencia actual del cáncer?
ADRIANA CARR: La prioridad es desarrollar medios de diagnóstico y mejorar las condiciones de trabajo para la detección temprana del cáncer. Los países que han logrado disminuir las muertes lo hicieron por esa vía.
La industria bio-farmacéutica cubana sigue cuatro estrategias para perfeccionar el diagnóstico de los tumores de colon y recto, próstata, mama y cérvico-uterinos, los más frecuentes en el país y detectables a tiempo.
El objetivo principal es acercar mucho más a la comunidad los equipos y el personal especializado para realizar pruebas como las mamografías o de sangre oculta en las heces (que revela problemas en el colon y recto).
IPS: ¿Qué otras aristas incluye esa respuesta?
AC: Se trabaja en nuevos productos para elevar el confort del paciente sometido a los tratamientos convencionales, que provocan bastantes efectos adversos.
También es una línea estratégica fabricar biosimilares a los obtenidos en otros países (cuya patente caducó), porque resulta muy caro comprarlos en el exterior para toda la población cubana afectada.
Por supuesto, está la obtención de medicamentos biotecnológicos seguros con efectos antitumorales.
IPS: ¿Por qué se hace difícil tratar los tumores avanzados?
AC: El comportamiento de la enfermedad complejiza los tratamientos y la búsqueda de nuevos fármacos.
Se conocen más de 200 tipos de tumores. Muchos son prevenibles y detectables a tiempo pero otros no.
Además, en un mismo paciente se han encontrado tumores con características diferentes una vez que ocurre la metástasis (proliferación de la enfermedad por el cuerpo).
IPS: ¿Cuáles terapias y enfoques recientes son más efectivos para el cáncer?
AC: Una ventana muy prometedora se ha abierto con la inmunoterapia, que estimula o debilita el sistema inmunológico para enfrentar el cáncer.
Se han obtenido vacunas terapéuticas y anticuerpos monoclonales (sustancias producidas en laboratorios, que se unen a células blanco específicas en la superficie de una célula cancerígena) que mejoran la calidad y alargan el período de vida.
Estos han sido el elemento más reciente de las combinaciones terapéuticas, la forma contemporánea y más personalizada de ver los tratamientos oncológicos. Gracias a ese enfoque se vive una evolución mundial en el enfrentamiento al cáncer.
IPS: ¿En qué consisten las combinaciones?
AC: Hoy se obtiene una mayor supervivencia cuando se prescriben varias de las opciones existentes como la quimio, radio, hormona e inmunoterapia.
Por eso, se necesita conocer mucho más sobre el impacto específico de las uniones entre la inmuno y quimioterapia, por ejemplo.
De alguna manera, el aporte de las vacunas terapéuticas y anticuerpos monoclonales ha sido ampliar un poco la limitada carpeta de tratamientos para el cáncer en estados avanzados.
IPS: ¿Puede mencionar un ejemplo?
AC: El CIM tiene el Nimotuzumab (anticuerpo monoclonal humanizado), que se puede usar durante largo tiempo por su baja toxicidad.
Ha sido muy efectivo elevando la esperanza de vida de pacientes con tumores de cabeza, cuello, cerebrales, de esófago y páncreas.
Un estudio guiado por médicos que realizamos en Italia, en 20 niños con neoplasias cerebrales, arrojó que la combinación del anticuerpo con quimio y radioterapia logró 50 por ciento de supervivencia a los dos años. El tratamiento convencional solo aportaba cinco por ciento.
IPS: Pero los medicamentos a partir de la ingeniería genética son muy caros…
AC: Descubrir un nuevo medicamento es hoy muy costoso porque hay que cumplir protocolos rigurosos.
Los productos más novedosos elevan el costo del tratamiento pero dan la opción de estabilizar los tumores por más tiempo. Lamentablemente muchos son prohibitivos para el mundo en desarrollo y buena parte de la población de países ricos. Incrementar el acceso a estos medicamentos constituye un reto para los sistemas de salud globales.
En el caso de Cuba, los pacientes tienen garantizados los producidos aquí.
IPS: ¿En cuáles áreas de opciones terapéuticas limitadas está trabajando el CIM?
AC: Tenemos en las diferentes fases de ensayos productos para páncreas y estómago, melanoma (piel) y sarcoma (en las células del tejido conectivo), que no tienen tratamientos o son muy limitados.
También trabajamos en pulmón, uno de los carcinomas más mortales y frecuentes, que sigue en una situación terapéutica precaria aunque el CIM registró las vacunas CIMAvax-EGF y Vaxira para los de célula no pequeñas.
IPS: ¿Cuántos pacientes cubanos se benefician con los medicamentos del CIM?
AC: Más de 7.000 pacientes cubanos de cáncer se incluyeron, en 2012, en ensayos clínicos, mientras que alrededor de 2.500 enfermos reciben productos nuestros a través de la distribuidora cubana de medicamentos.
Hoy realizamos más de 60 ensayos clínicos en Cuba y 17 en el exterior, de los cuales cinco son multinacionales. En estos últimos participan México, Indonesia, Cuba, Singapur, Argentina, Uruguay y Brasil.