"De pensamiento es la guerra mayor que se nos hace: ganémosla a pensamiento" José Martí

martes, 15 de noviembre de 2016

Música para ganar: UN ESLOGAN BIEN CUMPLIDO POR SONANDO EN CUBA

Por Paquita Armas Fonseca 

La polémica sobre Sonando en Cuba continúa y ya más alejada de ese fenómeno televisivo, quiero dejar sentados algunos aspectos que considero importantes acerca del programa recién finalizado.


Lo cierto es que en distintos lugares he escuchado ¿y ahora que pasará los domingos en la tv?, porque el primer mérito del espacio es que logró sentar a buena parte de la familia frente al televisor, quizás para polemizar acerca de quién interpretaba mejor, en un debate en el que entraban todas las edades y también para escuchar música cubana. 

Si en Cubadebate el texto que publiqué terminando la competencia tenía hasta este domingo 820 comentarios, y la nota clasificó durante varios días como la más comentada y/o leída, no se quedan atrás las opiniones vertidas en Cubasí, el Portal de la Televisión, Granma y Juventud Rebelde, con otros trabajos sobre el mismo asunto, una muestra de cómo impactó en una buena parte de las personas que navegan por el ciberespacio. Y ese es un dato a tener en cuenta, aunque no sea conclusivo.

Ese resultado, al final la televisión se realiza para que las personas la vean, fue posible gracias a acciones concretas.

. Se mantuvieron los logros de la primera temporada: la puesta en escena y visualidad, el logotipo tan sencillo como identitario; dar a conocer lugares de Cuba, aunque no de la misma forma que se hizo la primera vez y la razón de ser del programa: la competencia.


. Esta vez el casting fue hecho por tres zonas geográficas por lo que mayor cantidad de aspirantes pudieron presentarse en ciudades más cercanas a sus territorios de residencia y no fueron totalmente aficionados, de ahí una mayor calidad.

.Asistieron como invitados para una breve entrevista figuras importantes, de diversas generaciones y cultores de distintos géneros, que alabaron el programa en tanto muestra de cubanía y de los mejores valores del pueblo cubano.

. Al filmarse, ensayarse, recibir clases, en el teatro Astral, acondicionado como un foro para este tipo de espectáculo, se pudo grabar programa a programa, lo que permitía corregir el tiro.

. Se estableció el premio de la popularidad, “un buen gancho” para que el público premiara al concursante más popular, que no siempre coincide con el mejor. También por etapas se permitió a los televidentes “salvar” a su aspirante preferido para que continuara en la lid. Curiosamente, si no me equivoco, sólo en una oportunidad una de las tres finalistas fue a la “zona caliente”

. Fueron incluidos todos los géneros de nuestra música y se cantaron piezas de compositores de diversas generaciones.

. Los 24 finalistas tuvieron tres entrenadores que cumplieron muy bien su función: prepararon a los muchachos, junto a otros músicos, para que engordaran como cantantes y aprendieran a moverse en un escenario, porque hubo hasta clase de bailes. Haila, Mayito y Paulito se crecieron y despertaron la admiración, como maestros, en el público que los sigue.

. El maquillaje y el vestuario fue en general muy bien escogido, para los entrenadores, los concursantes y los invitados.

. La estrategia de comunicación incluyó, entre otras acciones, programa radial homónimo por Radio Taino; página web con videos y contantemente actualizada; visitas a diferentes lugares, votación, afiches, pulóveres, visitas a Al mediodía en tv, y descargas de información en los celulares.

Ahora, no creo que todo fuera perfecto, lo que sería muy aburrido para el público y… los críticos.

En un texto que publiqué cuando habían transcurrido unas semanas señalé: “Sobre la forma de la competición coinciden el reconocido músico, uno de los tres entrenadores, Mayito Rivera (se lo escuché por Radio Taíno) y el experto, Dr Joaquín Borges Triana: la región occidental tiene un mejor grupo de competidores por lo que hubiera sido más justo un “todos contra todos”, que por regiones. El sistema de competencia lo deben valorar para la próxima temporada.”

Opino que la tercera entrega de este programa en la que participarán concursantes de Puerto Rico -según trascendidos de prensa- se deben combinar la forma de competencia: que el entrenador seleccione hasta que queden tres finalistas por regiones, y a partir de ahí sea un jurado el que evalúe.

Aunque se empezó a usar el castizo entrenador, aún en la web y en declaraciones de participantes en el programa, se sigue hablando de coach, ¿por qué ese anglicismo si uno de los méritos de Sonando… en Cuba es su cubanía?.

Si van a seguir los mismos conductores necesitan entrenarse más en esa difícil misión. Es inconcebible, aunque estuviera en el guión, que en el último programa después de que los maestros Adalberto Álvarez y Argelia Fragoso se pronunciaran porque ellos opinarían al final, luego de que vieran el desempeño de las tres finalistas, tanto Jorgito como Yasbel insistieran en que ofrecieran su valoración. Si fue un intento de chiste se quedó en eso, estoy segura que un conductor experimentado no lo hubiera hecho.

Tanto en la primera como en la segunda temporada se cometió el mismo error: no se mostraron durante el espectáculo conclusivo los afiches realizados a todas las finalistas y para los que ven desde su casa, muy bien podían pensar que todo estaba decidido desde el principio.

Pienso que para dar mejores oportunidades a los públicos (no todo el mundo puede escribir un correo o pasar un SMS), se coordine con una emisora que recepcione los votos de los televidentes, para que emitan, a cualquier hora, sus criterios sobre el cantor más popular.

Y bueno al final, el programa cumplió con su bien pensado eslogan: música para ganar. Hayla, Mayito y Paulito se merecen no sólo el disco que se les grabará, sino el respeto de una teleaudiencia que los vieron semana tras semana haciendo crecer a sus pupilos y teniendo que ir eliminandolos uno a uno.

Respeto que se hace extensivo a los otros músicos que durante todo el certamen se dedicaron a la enseñanza y a los que ofrecieron clases magistrales, todo esto posibilitó que Sonando no sólo tuviera un empaque visual sino musical.

Y aplausos para Manolito Ortega, los camarógrafos, sonidistas, escenógrafos, maquillistas, peluqueros, vestuaristas, choferes, productores, todo un colectivo que por su cohesión y profesionalidad, contribuyó además, junto a los mentores, a que 24 jóvenes, todos con posibilidades, entablaran una amistad más fuerte que la rivalidad existente entre ellos. Todos harán giras por Cuba y ya de hecho se están presentando en diferentes escenarios.

Habrá una tercera temporada de Sonando… mientras RTV comercial intentará llenar el hueco de los domingos televisivos, con Bailando en Cuba. Esperemos.



(Tomado de Portal de la TV)

Visita Cuba el Primer Ministro de Canadá. Fidel y los Trudeau: Un vínculo especial

Creado el Martes, 15 Noviembre 2016 07:27 | Foto internet

La Habana, 15 nov (ACN) Justin Trudeau, Primer Ministro de Canadá, llegará a Cuba en la tarde de hoy para realizar una visita oficial, informó el diario Granma.

Durante su estancia en nuestro país, el distinguido visitante sostendrá conversaciones oficiales con el General de Ejército Raúl Castro Ruz, Presidente de los Consejos de Estado y de Ministros, y realizará otras actividades.


Fidel y los Trudeau: Un vínculo especial



Fidel asiste al funeral de Pierre Elliot Trudeau, ex primer ministro de Canadá en la Basílica Notre-Dame de Montreal, Plaza de Armas, el 2 de octubre de 2000. Fuente: Estudios Revolución/ Sitio Fidel Soldado de las Ideas.

El primer ministro de Canadá, Justin Trudeau, llega hoy en visita oficial a Cuba. Hijo del fallecido ex primer ministro, Pierre Elliot Trudeau, quien fue el primer líder occidental y miembro de la OTAN en visitar Cuba en 1976. Fidel consideró a Pierre Trudeau como un político serio, noble y distinguido.

El fallecimiento del ex jefe de Gobierno el 28 de septiembre de 2000, significó para Fidel la pérdida de: “un dirigente político serio, imbuido de genuinas preocupaciones sobre los problemas mundiales y la situación del Tercer Mundo, político consecuente que fue capaz de realizar una trascendental contribución a la historia moderna de Canadá, hombre recto y valiente que impulsó en difíciles circunstancias las relaciones de su país con Cuba”. (Fragmentos del discurso pronunciado el 2 de octubre de 2000 con motivo de su participación en el funeral de Estado de Pierre Elliot Trudeau).

La amistad entre Fidel y Pierre Trudeau trascendió la política. Se transformó en una relación estrecha y en una simpatía exclusiva entre ambos líderes, en especial con sus hijos, a Michel Trudeau, al cual conoció con apenas cuatro meses de edad y cargó más de una vez en sus brazos. A Justin Trudeau, el actual primer ministro de Canadá, lo abrazó de una forma muy emotiva durante el funeral de su padre. Ambos momentos quedaron en el recuerdo imperecedero de un entrañable afecto entre Fidel y la familia Trudeau.

Para ver más imágenes como estas y conocer del ideario y la acción del líder de la Revolución cubana, visita nuestro sitio Fidel Soldado de las Ideas.


Fidel saluda a Justin Trudeau, hijo del ex Primer Ministro de Canadá Pierre Elliot Trudeau, durante el tributo a sus restos mortales, el 2 de octubre de 2000. Fuente: Estudios Revolución/ Sitio Fidel Soldado de las Ideas.


Fidel carga al pequeño Michel Trudeau. A su lado Margaret Trudeau, Aeropuerto La Habana 1976.

Concede el Consejo de Estado indulto a 787 sancionados

Por razones humanitarias, también se incluyeron en este in­dulto a mujeres, jóvenes, enfermos, y otras categorías


El Consejo de Estado de la República de Cuba, en respuesta al llamado del Papa Francisco a los jefes de Estado en el Año Santo de la Misericordia, acordó indultar a 787 sancionados.

Para ello se tuvo en cuenta las características de los hechos por los que fueron sancionados, la conducta durante el cumplimiento de la sanción y el tiempo extinguido de la pena.

Igualmente, por razones humanitarias, también se incluyeron en este in­dulto a mujeres, jóvenes, enfermos, y otras categorías.

Como en ocasiones anteriores, fueron excluidos sancionados por delitos de Ase­sinato, Homicidio, Corrupción de Me­nores, Violación, Tráfico de Dro­gas y otros de extrema peligrosidad.

El Consejo de Estado evaluó además el cumplimiento de la política penitenciaria, corroborando que de manera sistemática el Tribunal Supremo Po­pu­lar, la Fiscalía General de la República y el Ministerio del Interior, analizan la posible excarcelación anticipada de per­­sonas privadas de libertad, mediante lo cual un alto por ciento de estas egresan antes del término de cumplimiento.

El año en que chocamos con nosotros mismos


Por MARTÍN CAPARRÓS 


Donald Trump después de su discurso de triunfo el martes CreditDamon Winter/The New York Times

MADRID — Hace unas semanas Katharine Viner, la directora de The Guardian, culpaba al algoritmo. En un artículo re-leído, re-citado, hablaba de ese “filtro burbuja” por el cual Google te muestra las opiniones que coinciden con la tuya, y contaba la historia de un amigo que, el día después del brexit, no encontraba en su Facebook a nadie que celebrara el resultado: todos los que veía estaban, como él, lamentándolo. La burbuja existe, pero es probable que no sea culpa de ese algoritmo tan temido. Es fácil atacar a los malos conocidos; más difícil pensar que la culpa sea propia.

El periodismo más prestigioso —¿el mejor periodismo?— del mundo se ha pasado estos meses mirando con ahínco la campaña electoral estadounidense. Una vez más, el mejor periodismo (?) se dedicó a confirmar lo que creía saber, a contar lo que lo confortaba y confortaba a sus lectores. Una vez más, el mejor periodismo (?) se enfrascó en un campeonato de ombligos, una conversa de besugos. Una vez más, no entendimos: no supimos leer lo que estaba allí delante.

Y no es solo la prensa, por supuesto; es ese —módico— sector de la sociedad que la consume y la modela, usted, él, ella, su jefe, su cuñada, mi tía Cata, el ministro, el secretario del ministro, su ginecóloga, aquel compañero del colegio, mis amigos, sus amigos, nosotros. Somos —creemos— los que nos interesamos por nuestra sociedad, los que estamos al tanto, los que tratamos de pensarla. Y se diría que seguimos creyendo en la vieja teoría del derrame: suponemos que los que manejamos la palabra pública —algunos periodistas pero sobre todo cantantes, directores, presentadores, publicistas, intelectuales varios, los famosos políticos— definimos lo que dicen nuestras sociedades. Suponemos, supongo, que nuestra posición dominante —nuestro control de los discursos y los medios— nos permite manejar el capital cultural y que, si acaso, a los demás les caen las gotas: que los demás piensan como nosotros solo que un poco menos y que, en última instancia, harán lo que creemos.


Pero resulta que no: tantos viven distinto, piensan distinto, imaginan distinto. No menos, no peor: distinto. Y nosotros, los dueños supuestos del discurso, no procuramos siquiera saber cómo. Para nosotros, ellos —millones y millones de personas que no entendemos, que no conocemos— son datos, números: a lo sumo, para tratar de manejarlos, intentamos averiguar sus cantidades.

Durante décadas el sistema pareció funcionar: las mayorías reproducían los comportamientos que les imaginaban las dirigencias —políticas, económicas, culturales—, ya no. El 2016 ha sido, para descubrirlo, un año clave. El 2016 fue el año que demostró que muchos de los que nos dedicamos a contar y pensar nuestro tiempo no entendemos lo que pasa en nuestras sociedades, y que la realidad es tan taimada como para actuar sin preguntarnos; el año en que tantas personas, en distintos países, de distintas maneras, chocaron de pronto con una roca oscura y descubrieron que esa roca era el mundo en que viven, su país, sus paisanos.

El choque fue tremendo: el brexit tras la Mancha, el No en el plebiscito colombiano, el presidente Trump. Lo que no podía pasar está pasando más y más; lo que no podía pasar sí que podía. Hay que reformular la idea: podía, solo que no sabíamos. Ya no sabemos qué puede o no puede pasar, ya no tenemos referencias sólidas porque dejamos de querer saber cómo son los otros, cómo somos. Nos alcanzaba con adaptar lo que veíamos a lo que suponíamos: reducir el mundo a nuestros preconceptos.

CreditPierre-Philippe Marcou/Agence France-Presse — Getty Images

–¿Cómo se puede votar a favor de una guerra? ¿Quién puede ser tan idiota como para preferir la guerra a la paz?

Repetían en los días del plebiscito por el acuerdo de paz entre el gobierno y las FARC mis amigos colombianos. Ignoramos, y ahora empezamos a saberlo. Tenemos muchas formas de ignorar. Los políticos, por ejemplo, ya no conocen a la gente que dicen representar: los grandes partidos ya no están formados por ciudadanos movilizados sino por piezas de un aparato que las formatea y las aísla. No necesitan más —se creen que no necesitan más— porque su trabajo no consiste en participar de las preocupaciones de sus paisanos, en pensar con sus paisanos, sino en ofrecerles productos —eslóganes, sonrisas, esperanzas— a ver si se los compran. Y, para saber qué productos venderles, creen que les alcanza con aquellos números, las encuestas siempre tan vencidas. Si algo se ha derrumbado este año es la democracia encuestadora, esa variante más pobre aún de la democracia de delegación que se va resquebrajando por momentos.

Y la prensa —casi toda la prensa— sigue la tendencia, y la incrementa con esa vanidad de creer que contando las cosas definimos las cosas: que según lo que digamos que está pasando pasará tal o cual. En las elecciones estadounidenses el apoyo de los medios a Clinton era ensordecedor; no sirvió para nada.

La prensa —casi toda la prensa— les habla a sus iguales, conoce a sus iguales, entiende mal a los demás, les teme, los desprecia, se enreda en sus prejuicios: los votantes de Trump son hombres, son pobres, son cristianos, son machistas, son patrioteros, son brutos –por ejemplo, y damos por zanjada la cuestión—.

Por eso imagino que parte de la solución —una parte pequeña pero indispensable de la solución, nuestra parte de la solución— es hacer mejor periodismo: un periodismo que salga de los salones con alfombras y los restaurantes con acento y los secretos con favores y los mítines con globos y las encuestas con un margen de error de +/– 45 puntos, y se disponga a buscar, a mirar, a escuchar, a contar cómo es esa roca contra la cual, una y otra vez, chocan nuestras certezas y se rompen y nos dejan en bolas y gritando, perdidos en la niebla, aplastados por esta realidad que se nos ríe a carcajadas.

Se trata, aunque parezca puro perogrullo, de buscar lo que no sabemos –en vez de ir a confirmar lo que creíamos—. Quizás así podamos empezar a entender, a entendernos y ayudar a que aparezcan respuestas nuevas a la única certeza sólida de estos tiempos: que las formas políticas del siglo XX ya no satisfacen a millones y millones y que quieren otras. Y que si no aprendemos a entender ese temblor de fondo, los brutos choques de este año parecerán, en comparación, un buen recuerdo.



Martín Caparrós es periodista y novelista argentino que radica en España. Sus libros más recientes son "El hambre" y "Echeverría".

Rusia emprende una gran operación contra los terroristas en Siria desde el mar



Publicado: 15 nov 2016 11:26 GMT | Última actualización: 15 nov 2016 13:00 GMT


El portaaviones ruso Admiral Kuznetsov ha comenzado este martes su participación en la operación antiterrorista en Siria, informa el Ministerio ruso de Defensa.

Rusia ha efectuado ataques masivos contra las posiciones de los terroristas del Estado Islámico y Frente Al Nusra en las provincias de Idlib y Homs en Siria, ha informado el ministro ruso de Defensa, Serguéi Shoigu.

Sus objetivos principales son "almacenes de armas, centros de concentración y preparación de los terroristas, así como industrias de producción de armas de destrucción masiva", explicó el minsitro en una reunión con el presidente ruso, Vladímir Putin.

¿Qué técnica militar participa en la nueva operación?

Por primera vez el portaaviones Admiral Kuznetsov participa en la operación rusa en Siria en el marco de una nueva operación marítima de gran envergadura.

El portaviones es capaz de mantener a bordo 20 aviones y 17 helicópteros, entre ellos cazas Su-33 y MiG-29K, así como helicópteros polivalentes Ка-27 y de reconocimiento Ка-31, además de varios sistemas de misiles.

En el marco de la operación varios cazas Su-33 han despegado del portaaviones para efectuar vuelos de combate.

La operación marítima rusa también se desarrolla con ayuda de la fragata rusa de nueva clase Admiral Grigoróvich, perteneciente a la Flota del Mar Negro, que lanzó misiles de crucero Kalibr contra las posiciones de terroristas. 

Los objetivos del ataque han sido analizados e identificados de antemano, recalcó Shoigu.

La operación también involucra a los sistemas de misiles de defensa costera K-300P Bastion y siete sistemas de misiles antiaéreos S-300.

Defensa química

Según el ministro ruso de Defensa, un nutrido grupo de tropas de defensa aéreo-química y bacteriológica se dirigió previamente a Siria para identificar las sustancia tóxicas que usan los terroristas.

Según Shoigú, la semana pasada los terroristas usaron armas químicas en dos ocasiones, causando tres muertes y 57 hospitalizaciones entre militares sirios.


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