Por Jorge I. Domínguez, Cuba Posible
(La Habana, 1945). Doctor en Ciencias Políticas. Profesor en la Universidad de Harvard, donde fue vicerrector para los asuntos internacionales entre 2006 y 2009. Ha sido presidente de Latin American Studies Association. Autor de Cuba: order and Revolution (Harvard University Press, 1978); Cuba hoy: analizando su pasado, imaginando su futuro (Editorial Colibrí, 2006); Desarrollo económico y social en Cuba: reformas emprendidas y desafíos en el siglo XXI (México: Fondo de Cultura Económica, 2013).”
El periódico Granma, órgano oficial del Comité Central del Partido Comunista de Cuba (PCC), en su versión digital, lleva ya varios años publicando comentarios sobre diversos artículos que ha publicado durante su desempeño cotidiano.
Esta política editorial continúa y expande la práctica de la versión impresa de Granma de publicar “cartas al editor” una vez por semana. Sin embargo, hay una diferencia importante. Las cartas impresas suelen comentar, y a veces duramente criticar, el mal desempeño del servicio a un cliente, la calidad deficiente de algún producto, o el mal funcionamiento de un centro de trabajo. Los comentarios digitales presentan una temática mucho más variada y amplia, que va desde asuntos puntuales, hasta comentarios y críticas a políticas fundamentales.
Por ejemplo, en septiembre de 2016 Granma publicó un artículo que incluía una foto presentando a siete mujeres modelando vestidos de lujo. En los comentarios que aparecen en el Granma Digital, pero no en el periódico impreso, “Linda” indagaba sobre los prohibitivos precios. “Sara” especulaba que una mujer como ella no podría comprarlos porque son precios para turistas, no para alguien ganando su vida en pesos cubanos. “Lisbecita” afirmaba que los cubanos “de a pie” jamás podrían comprarlos. Estos comentarios, todos muy puntuales, apuntaban a una preocupación mayor, es decir, los retos de la desigualdad de ingresos, y su impacto evidente sobre los lectores del periódico del PCC.
Anteriormente, en abril de 2014, Granma publicó el texto de la Ley 118, que regula la inversión extranjera. Los comentarios en la versión digital criticaron enérgicamente la obligación de una empresa inversionista extranjera de contratar a su personal cubano exclusivamente de una empresa estatal encargada de la asignación de tales empleos. Entre las quejas se señalaban la construcción de una burocracia adicional y el riesgo de favoritismo y privilegios innecesarios. La crítica señaló, además, que las tasas impositivas, y el tipo de cambio que se aplicaba al cálculo salarial e impositivo para esos trabajadores, llegada a niveles extraordinarios. El debate sobre esta ley reaparece en diciembre de 2014, al publicarse las regulaciones requeridas para la aplicación de la Ley 118. Esta segunda tanda se entramó en cálculos aritméticos de tasas de impuestos y de cambio, y subrayó que un trabajador cubano, empleado en una empresa extranjera, retendría menos del 10 por ciento de lo que la empresa le paga a la empleadora estatal. Según uno de varios comentaristas, “Paco”, este monopolio estatal ejemplificaba un “parásito.”
Por la ocasión de la celebración de los Juegos Panamericanos en 2015 en Toronto, Granma publicó un artículo de Oscar Sánchez Cerra, en el que se observaba que el resultado para Cuba fue bueno, pero, sin embargo, fue inferior a lo previsto. Los comentarios criticaron que ya no se contrataban entrenadores extranjeros, como ocurría antes; que la dificultad de acceso a Internet impedía a los atletas cubanos observar las tendencias pertinentes en estos deportes en otros países; y que no se firmaban contratos internacionales que permitirían financiar mejor el deporte en Cuba.
En junio de 2018, el Granma Digital dio un paso al frente. Los ejemplos anteriores presentaban comentarios sobre circunstancias (desigualdad, deportes) y políticas fundamentales (ley de inversión extranjera), pero no se referían directamente al proceso de toma de decisiones del gobierno. En su edición del 22 de junio, Granma informa, “Analizó Consejo de Ministros comportamiento de la economía cubana.” Por primera vez, la versión digital brindó esta oportunidad de referirse al proceso de tomar decisiones.
Según “ac/dc”, “Mientras mantengan esa política de análisis bastante conformista y conservadora no se llegará a ningún lado,” además de observar que la discusión en el Consejo “es lo mismo de lo mismo, nada nuevo. La zafra azucarera hace rato que desapareció del entorno, cuando no es la sequía son las intensas lluvias…”. “Rafael” añadió, “Amo esta revolución como el más, soy militante del PCC desde 1968, pero las explicaciones de Malmierca son las mismas de siempre…”. Para “Saúl”, el análisis en la reunión del Consejo era como “de otro país no de éste porque lo que sí veo es un aumento de los precios y poca producción.” Aparentemente enfadado, “Saúl” abunda, “eso es falso al igual que lo expresado por el ministro de agricultura que será un talento en inflar pronósticos, llevamos 4 veces lloviendo donde se va a sembrar…”. Indica “Alejandro”, “Los incumplimientos como podemos observar son los mismos de toda una vida y hay que sobrepasarlos.”
El debate sobre la misma reunión del Consejo de Ministros se expandió también en la página digital Cubadebate. Ahí “Marvin” apuntó que el “bloqueo interno es mucho peor y dañino que el [de los] yankees, por las ataduras, la inmovilidad, el paternalismo estatal y encima de eso los miedos y temores…” Para “qbano,” “mientras el gobierno del municipio dependa del permiso nacional para realizar una inversión será complicado todo.” Como era de esperarse, un par de comentaristas se refirieron en particular a responsabilidades políticas. “Protesta de Baraguá” dijo que “lo que sería saludable también es que se rinda cuenta sobre los acuerdos incumplidos o atrasados del propio Consejo de Ministros.” Cita como ejemplo la Resolución No. 300, de agosto de 2017, para la entrega de tierras en usufructo ya que “ni siquiera han salido dichos cambios ya aprobados en Gaceta Oficial”. “Héctor” insistió, “Los implicados deben rectificar o renunciar para que otros con decisión y lealtad a nuestro proyecto social puedan ser útiles.”
Este manantial de comentarios y, en ocasiones, de duras críticas no implica, ni mucho menos exige, que Granma Digital o la plataforma digital de Cubadebate estén de acuerdo con lo expresado. Sí se requiere una decisión editorial: que la expresión plural de criterios es muy sana y que la presentación de críticas, a veces severa, puede aportar positivamente a rectificaciones necesarias. Granma Digital indica claramente que “Nos reservaremos el derecho de moderar aquellos comentarios que no cumplan con las reglas de uso.” Es decir, no se publica todo lo que le llega, por múltiples razones, y por tanto, hay necesariamente una decisión deliberada de permitir la publicación de lo aquí descrito.
Ha venido ocurriendo, por tanto, una loable expansión del espacio para la expresión plural de criterios en estos órganos oficiales. No habría ocurrido sin una previa orientación por parte de la dirección nacional del PCC que tal cambio es saludable y propicio. Bueno será que perduren estas expresiones de pluralidad. Bueno sería si la prensa impresa logra publicar comentarios similares a los que ya aparecen en las fuentes digitales, ampliando así el espacio impreso más allá de las quejas muy puntuales que han predominado por varios años, reconociendo que el acceso a Internet sigue siendo problemático o imposible para muchos.
Mejor aún sería el reconocimiento del valor de la pluralidad de expresión y de críticas, no solamente en fuentes oficiales, sino en muchas otras plataformas y medios de comunicación, impresos y virtuales, muchos también de organizaciones no gubernamentales, siempre que se atengan a la Constitución, la ley, y las normas pertinentes de cada plataforma.