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Cuba ingresa unos 60 millones de dólares al año por las exportaciones de su industria de reciclaje, un sector controlado por el Estado que busca aumentar su impacto económico como parte de una nueva política gubernamental, según informó hoy uno de sus directivos.
Agrupada en la Unión de Empresas de Recuperación de Materias Primas (UERMP), la industria del reciclaje invirtió en los últimos cuatro años unos 24 millones de dólares y exportó un 10 por ciento de sus productos a mercados principalmente de Europa y América Latina por valor de unos 60 millones.
La vicepresidenta de UERMP, Estela Domínguez, afirmó este miércoles en rueda de prensa en La Habana que la empresa, que recupera hasta un 35 por ciento de los desechos que genera la isla, exporta básicamente productos no ferrosos como el cobre, el aluminio y el plástico.
Según Domínguez, Cuba "mueve" anualmente unas 500.000 toneladas de material reciclado, del que hasta un 70 por ciento se obtiene a partir de establecimientos de compra y de trabajadores privados, en tanto un 40 por ciento llega a través del sistema empresarial.
Esa última cifra, precisó la experta, puede cambiar con la creación de más cooperativas en el sector y el plan de subir los precios de compra a las entidades en 2014, como parte de una nueva política de reciclaje aprobada por el Gobierno en diciembre del año pasado.
Por ejemplo, la normativa busca incrementar el valor agregado de algunos desechos, promover dentro de la industria los nuevos modelos de gestión que impulsa el presidente Raúl Castro con sus reformas económicas, como las cooperativas, y aumentar los incentivos de venta de residuos.
Precisamente al cierre de este año deben operar tres cooperativas de servicios relacionadas con el reciclaje y está propuesta la creación de otras ocho, añadió Domínguez.
Actualmente el sistema estatal de recuperación de materias primas tiene unos 7.000 empleados, y además existen unos 5.000 trabajadores privados que se dedican al reciclaje con licencias de "recolector y vendedor de materias primas".
El Gobierno legalizó esa opción como parte de su apertura al trabajo privado en 2010, después de que la actividad de los llamados "buzos", como se conoce en el argot popular cubano a quienes recolectan residuos útiles en la basura, fuera considerada ilegal y sancionada.
Domínguez subrayó que entre los principales desafíos del reciclaje en el país caribeño ahora están "incrementar la cultura y la conciencia" en ese sentido, modernizar tecnologías y establecer el mecanismo de "clasificación de origen" de los desechos.
Esa última meta ya está prevista en las políticas oficiales pero su implementación será en un "plazo largo", según reconoció la funcionaria, aunque acotó que es algo que Cuba tiene que hacer.
El complejo ensamblaje del sistema de "clasificación de origen" de residuos es una de los trabajos que Cuba podría emprender con el dinero que pierde anualmente a causa del bloqueo económico y comercial que EE.UU. aplica a La Habana desde 1962, destacó Domínguez.
De acuerdo con un informe presentado hoy a la prensa, la industria del reciclaje cubana perdió en 2012 casi 5 millones de dólares por esa razón.
(Agencia EFE)