Por Juan Torres López
El índice se inspira en los trabajos del Premio Nobel de Economía Amartya Sen sobre capacidades básicas y se calcula a partir de tres indicadores relativos a la capacidad de tener una alimentación adecuada, a la de reproducirse de forma saludable y segura y a la de ser una persona educada e informada: 1) la mortalidad de los niños menores de cinco años, 2) la salud reproductiva o materno-infantil, que se mide por el número de partos atendidos por personal especializado, y 3) la educación que se mide con una combinación de la matrícula en la enseñanza primaria, la proporción de niños que llegan a quinto grado y la tasa de alfabetización de adultos (más información sobre el modo de calcularlo: http://www.socialwatch.org/es/node/13767).
Entre esos años, 138 países han registrado mejoría mientras que 20 han permanecido estancados y 10 han empeorado. 47 países, casi todos ellos en Europa y América del Norte además de Argentina, Cuba y algunas monarquías petroleras del Golfo, alcanzan un índice aceptable del 98% de cobertura y 28 (del Africa subsahariana y Asia del Sur) se encuentran en situación crítica al no llegar al 70. Chad (48 %) es el país con índice más bajo, seguido de Niger (57 %), Sierra Leona (58 %), Haití (67 %), Pakistan (68 %) y Bangladesh (70 %).
A pesar de esa mejora, el Informe de Social Watch insiste en que la lucha contra la pobreza va muy por detrás de los avances en otros terrenos. Según dice textualmente “El comercio mundial y el ingreso per cápita crecieron más rápidamente en la primera década del siglo XXI que en la década anterior, pero los avances contra la pobreza se enlentecieron. La brecha se amplió por la distribución desigual de los beneficios de la prosperidad.
Según el Informe, las exportaciones mundiales totales se multiplicaron casi cinco veces en veinte años, creciendo de un valor total de 781 mil millones de dólares estadounidenses en 1990 a 3,7 billones en 2010 y el habitante promedio del mundo más que duplicó sus ingresos, de 4.079 dólares estadounidenses en 1990 a 9.116 dólares por año en 2010, pero el promedio mundial del índice de indicadores sociales fundamentales que calcula Social Watch solo aumentó el 10% en veinte años, de 79,3 a 87,1.
Son datos para reflexionar: si a pesar de tanta desigualdad y del desorden económico mejoran las condiciones de vida de la mayoría de la población mundial ¿qué no podríamos conseguir si hubiese más justicia y los recursos se repartiesen con mayor equidad?
Juan Torrez Lopez
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