UNEAC
A casi seis meses del segundo mandato de Barack Obama, parece estarse gestando un acercamiento entre ambos países. Como es exactamente ese acercamiento, aun no lo sabemos. Por lo que ahora, más que nunca antes, necesitamos que la gente esté informada de los procesos que tendrán lugar. Pues evitar las sorpresas en las circunstancias dentro de las cuales parece que comenzaremos a vivir, desde ahora en adelante, es vital para calibrar las reacciones que en la sociedad civil cubana se pueden comenzar a producir.
Se han venido acumulando una serie de acontecimientos, que parecen estar impulsando el cambio de política de Estados Unidos hacia Cuba. Sin dudas, ello es el resultado de que se ha producido ya un cambio del contexto general estratégico, en que Estados Unidos ha desenvuelto su política hacia Cuba hasta ahora. Y parece que Estados Unidos quiere ajustar su política a ese nuevo contexto, dentro del cual, Cuba ha acaparado una atención nunca antes disfrutada.
Desde 1977, con la administración de James Carter, Cuba y Estados Unidos, no ponían de manifestó una voluntad mutua de acercamiento negociador. Principalmente Estados Unidos, porque Cuba hace mucho tiempo ya que ha expresado su voluntad de conversar, siempre que ese acercamiento se haga sobre bases igualitarias y de respeto a la soberanía e independencia de Cuba. Sin embargo, Estados Unidos, nunca había respondido a ese ofrecimiento. Parecía, no estar convencido de las bases que Cuba propone. Ni dio respuesta a la agenda que Cuba ha sugerido.
Por fin, en el mes de mayo del 2014, la Sra, Jacobson, subsecretaria de Estado y Josefina Vidal, Directora de América del Norte de la Cancillería Cubana, se reúnen en Washington con el propósito, al parecer, de iniciar conversaciones sobre asuntos de mutuo interés.
Se trata de un acontecimiento de no poca relevancia y del cual no tenemos antecedentes desde la Administración Carter, hace 37 años. Vuelve a ser un demócrata, quien sugiere el acercamiento. J.F. Kennedy lo sugirió, en mensaje enviado a Fidel Castro, que este recibía el mismo día del magnicidio de Dallas; le siguió Carter en 1977 y ahora Obama parece estar repitiendo la historia. Se dice que, “a la tercera va la vencida”, veamos si es cierto.
¿Cuáles son las circunstancias que ahora han llevado a este clima de acercamiento? ¿Qué hay de nuevo en el contexto actual que parece favorecer el acercamiento entre Cuba y Estados Unidos?
En primer lugar, considero que desde que tomo la presidencia, Obama, trato de inaugurar un nuevo momento para las relaciones con Cuba, al menos diferenciarse de Bush. Pero lo hizo de manera limitada, eliminando las restricciones a los viajes y remesas que G. Bush había impuesto a Cuba, manteniendo la política de bloqueo, dividiendo este último en dos y comenzando el despliegue de una política de “Subversión Pacifica Interna “. Limitando los acercamientos a conversaciones sobre asuntos muy puntuales. Conversaciones en la Base Naval de Guantánamo, colaboración interguardacostas en la interdicción del narcotráfico, correos, ampliación de visas hasta los límites de ofrecer a veces visados por 5 años, extender el tamaño, contenido y valor de los paquetes, ampliar el carácter de los vuelos, ampliar ilimitadamente las remesas, eliminar las restricciones de a quienes considerar familiares, flexibilizando los “contactos “pueblo a pueblo” y los intercambios académicos.
Pero sin embargo, ampliando el bloqueo, presionando con las multas financieras a la banca que tuviera relaciones con Cuba, hasta llegar a multar con las más fuertes cantidades y al mismo tiempo, incrementando el dinero a la AID para financiar el trabajo político subversivo dentro de Cuba. Así como suspender las conversaciones migratorias entre ambos países, las que solo recientemente se han reanudado.
Pienso que este tipo de política antes caracterizada, que puede ser considerada como de “compás de espera”, se ha debido al intento de aprovechar la compleja situación interna que Cuba ha atravesado, dentro de un proceso de cambios, caracterizado por la intención de la Isla de reconstruir su modelo económico, como factor básico de superación de las dificultades internas en que las que está inmersa.
No obstante, sin dudas, “el tránsito de poder en Cuba”, marco una nueva situación que ha sido seguida muy de cerca por la administración de Obama. “El soplo de aire fresco” traído por la nueva administración cubana, ha hecho que la administración norteamericana aguce más la vista hacia Cuba. Pues la pregunta siempre había sido “¿Que pasara en Cuba cuando ya Fidel no sea el presidente? esa pregunta, considero que ha sido respondida con creces y no ha ocurrido nada de lo esperado. Por lo que pienso que ello ha sido una señal clave para anular esperanzas malignas de los enemigos de Cuba, acariciadas durante mucho tiempo.
No obstante, al parecer, el interés de Obama por retirarse de la administración con una nueva política hacia Cuba, que trajera como resultado la subversión del régimen político en Cuba, no ha sido posible concretarlo hasta hoy, produciéndose una situación que es la siguiente:
1. La estrategia de política seguida por Obama no ha dado los resultados esperados. A la administración se le agota el tiempo y los acontecimientos no parecen avanzar en la dirección de obtener los resultados que Obama se trazó al principio.
2. Cuba, por su parte, avanza en sus intenciones de recuperarse económicamente, trabajando por un Nuevo Modelo Económico que de sistematicidad y continuidad sustentable a su desarrollo económico, mientras que la política de bloqueo cada vez más aparece como un fracaso. Las nuevas medidas migratorias adoptadas y La Nueva de Ley de Inversiones Extranjeras, han resultado dos golpes al mentón de la política norteamericana. Además, el prestigio internacional de Cuba crece indetenidamente. Nunca antes, en los más de 50 años transcurridos, Cuba había acumulado un prestigio internacional como el que ahora tiene. Mientras que a Estados Unidos le ha estado ocurriendo todo lo contrario. Cuba ha logrado plantar sus banderas de lucha y hacer causa común en el hemisferio, mientras que Estados Unidos es excluido de muchos de los foros regionales. Estados Unidos ha perdido fuerte cuotas de control y del poder de que antes disfrutaba, mientras Cuba negocia entre iguales con todos los que antes fueron socios potenciales de la potencia imperial. En fin, Estados Unidos resulta excluido de mucho de los foros de los que antes le hubiera sido fácil excluir a Cuba. Todo ello ha tenido lugar en el breve decursar de menos de 50 años.
3. Los problemas que Obama ha acumulado en su política, tanto interna como exterior son muchos y complicados: no termina de salir de la crisis económica; la pobreza ha aumentado desmesuradamente y la concentración de la riqueza también. Aumentan las presiones migratorias internas, son palpables las divisiones dentro de la sociedad norteamericana, continua cayendo la popularidad del presidente y del congreso; por lo que los peligros para la reelección presidencial de un demócrata aumentan también. Obama va perdiendo prestigio en el orden económico internacional, aumentan las presiones económicas de China, Rusia, los BRICS; Europa cada vez está en peores condiciones de ayudar a la recuperación económica de Estados Unidos; América Latina y el Caribe cada vez más se independizan de Estados Unidos y en general su hegemonismo económico de Estados Unidos está en sus peores momentos.
4. En su política exterior, Estados Unidos acumula muchos fracasos, Irak y Afganistán no se recuperan, todo lo contrario, han caído en manos del terrorismo del Talibán como nunca antes. Siria parece estar superando la guerra de exterminio a la que Estados Unidos y sus aliados han querido someterla. Libia se ha convertido en un país no visitable por Obama, Egipto lucha por salir de la crítica situación en que se encuentra, Nigeria deviene en un “dolor de cabeza” con el secuestro de las 200 niñas y las bandas terroristas. Paquistán ha dejado de ser un aliado seguro. Resultando todo, en que la estrategia norteamericana de cambiar el mapa político del Medio Oriente ha fracasado, sumándosele ahora la unidad lograda por las fuerzas contendientes en Palestina, lo que afecta sobremanera las intenciones de Israel, principal aliado de Estados Unidos en el área. Obama tropieza con la realidad de que pretendiendo, supuestamente, eliminar el terrorismo, ahora tiene que enfrentársele en todos los espacios en que trato de combatirlo y Al qaeda, está a punto de desplazarlo de los espacios que antes conquisto, amenazando también a Europa. La crisis en Ucrania marca la debilidad creciente de Estados Unidos para cercar a Rusia, que gana Crimea y tiene tomada por el cuello a una Europa que necesita su gas y no tiene otra variante para solucionarlo. Por lo que veremos entonces, si el “General Invierno”, no hace de las suyas en los próximos meses, obligando a Ucrania a “cuadrar la caja con Rusia”.
5. Si observamos el panorama de la política exterior norteamericana, todo parece indicar que Estados Unidos no logra exhibir ningún éxito dentro de ella. No logra anotarse un tanto. Incluido sus fracasos en America Latina y el Caribe. Por lo que no resulta difícil colegir, que de todos los problemas de Estados Unidos en su política exterior, el Caso de Cuba resulta ser el menos complicado para apuntarse algún logro. Sobre todo si tomamos en consideración, que en la reciente reunión de la OEA, casi todos los miembros de la organización le dijeron a Estados Unidos, en su cara, que no puede haber otra Cumbre de las Américas, sin la presencia de Cuba. En medio de una situación en la que CELAC, ALBA, UNASUR, Petrocaribe, se consolidan, la integración latinoamericana y caribeña tiende a consolidarse, mientras que la OEA despunta cada vez más como un anacronismo en la región. Lo cual indica claramente que el Sistema Hemisférico neocolonial, fundado por Estados Unidos con posterioridad a la Segunda Guerra Mundial ha caído en bancarrota. Ya el hemisferio no es el “traspatio seguro” de Estados Unidos.
Obama, no ha logrado cumplir una sola de las promesas políticas o económicas que ha hecho durante su mandato. Y decursando su segundo periodo, está en las peores condiciones para lograr dar un vuelco estratégico a la situación.
Entonces, si Obama quiere anotarse algún logro en política exterior, ahí tiene a Cuba para que lo intente. Sobre todo, si Obama, ya debe tener claro, que su política hacia América Latina, pasa por la reconciliación con Cuba. La que habiendo sido expulsada de la OEA en 1962, ahora tiene más prestigio en el hemisferio, que la mencionada organización y Estados Unidos juntos.
Cuba, ha devenido entonces en el asunto menos complejo por medio del cual Obama lograría anotarse algún punto en su fracasada política exterior. Todos los demás asuntos son más complejos y difíciles de solucionar, que los de la política hacia Cuba. Además, Cuba se ha lanzado a desplegar proyectos económicos, que todo indica, están resultando muy atractivos para el capital extranjero y el capital norteamericano en particular.
No obstante, las contradicciones de la actual política norteamericana hacia Cuba, no son solo con sus aliados occidentales, que ya no aceptan el bloqueo, ni solo con su histórico “traspatio”, sino también internas. Cuba ha comenzado a aparecer como un fracaso de política Interna y ello se ha agudizado en los últimos meses. Produciéndose lo que puede ser considerado como un reclamo masivo de sectores económicos importantes dentro de Estados Unidos, qué ven como se les escapan las oportunidades de relacionarse con Cuba.
Por lo que la política hacia Cuba ha estallado no solo a nivel internacional, sino dentro de la propia política interna norteamericana. Siempre hemos dicho, que aunque no es nada despreciable lo que Cuba puede hacer para que la política de Estados Unidos hacia ella cambie, pero, esta política, es en los Estados Unidos donde debe cambiar. Y ello parece estarse produciendo a un nivel como nunca antes. Nunca había existido un ambiente interno como el que se está produciendo ahora dentro de Estados Unidos, en la formación de un consenso para que la política hacia Cuba cambie.
Excepto la extrema derecha cubanoamericana, Obama prácticamente no encontraría aliados internos, para seguir su actual política hacia Cuba. No creo tampoco que los esté buscando ahora. Cuando, al parecer, aparecen fuertes intereses e intenciones de cambiar la política.
Históricos aliados de la extrema derecha en la política hacia Cuba, le han comenzado a decir, al Presidente, que tal política, por fracasada, debe ser cambiada. Hasta Hillary Clinton, su antigua secretaria de estado, le ha dicho que debe cambiar la política, echando abajo el Bloqueo contra Cuba. Su actual secretario de estado Kerry, también es partidario del cambio. Gentes como Negroponte le sugieren lo mismo. Es amplia la lista de los que están pidiendo a Obama un cambio de política hacia Cuba.
Si lo que Obama esperaba era un consenso para cambiar la política, ya lo tiene. Los temores de cambiar la política hacia Cuba, pueden ser mucho menores ahora. Porqué los que se opondrían, no cuentan ya con la fuerza necesaria para crearle dificultades.
Al menos en la política hacia Cuba, la correlación de fuerzas que Obama esperaba, para cumplir su tarea de dejarle la silla presidencial a un demócrata en las próximas elecciones, ya se está produciendo de manera creciente. No sería ya un problema para un futuro candidato demócrata que Obama cambiase la política.
Además, la situación de Estados Unidos en política exterior tiende al empeoramiento, la interna no mejora y con Cuba, esta última avanza en sus intenciones de superar las dificultades internas, variable fundamental, que sobre todo en los últimos años ha sido seguida muy de cerca por Estados Unidos.
Es cierto que la situación de Cuba presenta aun sus incertidumbres, pero Obama parece no estar en condiciones de esperar mucho tiempo. Fracasos externos ya no puede acumular más; peligros internos le sobran y en el hemisferio, como se dice, “ya la jugada esta cantada”.
Todo lo apuntado pone claramente de manifiesto que la política de aislar a Cuba ha tenido un efecto contraproducente para Estados Unidos. Resultando que es este último el aislado. Mientras que Cuba ha logrado insertarse fuertemente en el mundo, particularmente en el hemisferio, Estados Unidos se ha quedado como un tonto, “lamiendo” incansable y furiosamente una “chambelona”, con sabor a bloqueo, que ya nadie sigue ni respeta.
El caso de Alan Gross como ultima justificación, ya está agotado. El presidente Obama debe saber, que sus argumentaciones son insostenibles, que ni la propia familia las acepta, poniendo en manos de Obama, como era de esperar, toda la responsabilidad de lo que pueda ocurrir. En reciente artículo, ya le dijimos al Presidente, que no debe esperar más. Gross es un hombre de más de 60 años, preso, alejado de sus familiares, sobre el cual hay que tomar una decisión que beneficie su salida de Cuba y no esperar por desenlaces lamentables que convertirían en inoperante cualquier solución.
Obama acaba de cambiar 5 talibanes, terroristas de la peor clase, por un oficial norteamericano prisionero, operación que ha resultado muy cuestionada. ¿Qué espera Obama para canjear por Alan Gross a los 3 antiterroristas cubanos que llevan más de 15 años presos en cárceles norteamericanas?.
No creo que Obama piense que está sacrificando un ápice de seguridad nacional ni del poco prestigio que ya tiene, por realizar ese cambio; cuando está más que demostrado que lo único que haría sería quitarle de encima al sistema de justicia norteamericana la vergüenza de haber tenido presos a condenados en un juicio amañado y carente de toda legalidad.
No se trata de que pensemos que Obama lo primero que puede hacer seria levantar el bloqueo. No somos tontos ni ilusos; sabemos que ese engendro transnacional, solo puede ser levantado por el Congreso. Pero el Presidente cuenta con muchas facultades ejecutivas para aliviarlo, mientras impone sus buenos oficios para que el congreso levante el bloqueo.
Obama puede dejar de imponer multas y todas las restricciones que aplica, como la de limitar los viajes de norteamericanos a Cuba. Y otras tantas medidas que están dentro de sus facultades ejecutivas. Todas las medidas restrictivas que G. Bush adopto contra Cuba no pasaron por el congreso, lo hizo basado en sus prerrogativas presidenciales. Obama puede hacer otro tanto con múltiples medidas que aliviarían las restricciones y que no tienen que ser aprobadas por el congreso.
Consejos no le faltan al Presidente. El Informe “Lugar” del 2009, Los Informes del “Cuban Study Group”, el Informe de Carter en su viaje a Cuba y otros tantos rendidos por Senadores y hombres de negocio que han visitado la Isla; más recientemente el Informe del Donahue, presidente de la Cámara de Comercio de Estados Unidos. Todos le recomiendan a Obama que ha llegado la hora de cambiar la política hacia Cuba y de levantar el bloqueo.
Nunca respecto a la política norteamericana hacia Cuba había existido un consenso tan amplio de cambiarla. No se trata de una iniciativa presidencial, como la de James Carter y Walter Móndale en 1977, sino de algo más amplio, que abarca a casi todos los sectores de la sociedad norteamericana, lo que incluye políticos, académicos, congresistas, hombres de negocio y personas dentro de la administración actual, hasta llegar a muchos que nunca se caracterizaron por una actitud de cambio en la política hacia Cuba.
Por supuesto, no podemos esperar que se trate de un cambio de política para convivir con Cuba, sino para cambiar a Cuba. Se trata de que respecto a la política seguida hasta ahora existe el convencimiento pragmático de que es una política que no ha logrado los objetivos para los cuales fue diseñada y es necesario cambiarla. Lo cual ya es un logro, aunque no sea para abandonar sus esenciales objetivos. La vieja política, con sus objetivos estratégicos, continuara viviendo dentro de la nueva política, la que será solo nueva en cuanto a los métodos e instrumentos a utilizar, pero nunca nueva en cuanto a los objetivos a lograr con Cuba.
Casi todos, del lado de allá del Estrecho de La Florida están convencidos, que Cuba ha logrado sobrevivir a los instrumentos y métodos de la vieja política, pero también, de que no sobrevivirá a los instrumentos y métodos de la “nueva política”. Pensar lo contrario sería una ilusión, pues lo que ahora tiene lugar es solo un cambio de táctica, no de estrategia. La estrategia continúa siendo la misma: recuperar a Cuba.
Por supuesto, no debemos esperar tampoco que los cambios de política sean meramente cosméticos; no podemos engañarnos; los cambios serán creíbles, porque lograr que Cuba los acepte como reales, creíbles, será también parte de la nueva estrategia. Pues en la medida en que Cuba acepte que los cambios son reales, ello será condición sinequanon, para que entremos confiados en el túnel del retorno al área de influencia de Estados Unidos.
Creo que Cuba, por su parte, no debe variar su estrategia, que no es para hacer daño a nadie sino para evitar que le hagan daño. Cuba debe continuar trabajando incansablemente por su fortaleza interna. Seguir adelante con sus proyectos, sobre todo económicos y aceptar todo cuanto los fortalezcan. Esa debe ser la medida, la “regla de oro” de la política cubana en medio de las perspectivas de cambio que ahora parecen estarse abriendo.
Como decía Pablo Neruda en su famosa poesía, “Tun tun quien es: la paloma y el laurel; ábre la muralla “; tun tun quien es: el sable del coronel; cierra la muralla “…al corazón del amigo, abre la muralla; al veneno y al puñal, cierra la muralla…
La Habana, Junio 13 del 2014
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