Lola
Rodríguez de Tió: De un pájaro las dos alas
Cuando se alzó mi bandera
la tuya lo haría igual
y fue esa vez la primera
que juntos quisimos volar.
Más tarde una voz amada
gritó con mucha razón:
Cuba y Puerto Rico son
de un pájaro las dos alas.
Esa
voz amada que cita Pablo Milanés en su “Son de Cuba a Puerto Rico” es la de
Lola Rodríguez de Tió. Mujer poetiza, amante de la libertad no solo de Puerto
Rico, también de Cuba, su segunda patria.
Cuba, Cuba, a tu ribera
llego triste y desolada,
al dejar la patria amada
donde vi la luz primera,
Sacude el ala ligera
la radiante inspiración,
responde mi corazón
en nobles afectos ricos,
la hija de Puerto Rico
lanza al viento su canción.
Su
verdadero nombre fue Dolores Rodríguez de Astudillo Ponce de León, aunque se le
conoce como Lola Rodríguez de Tió. Nació en Las Lomas de San Germán, Puerto
Rico, el 14 de septiembre de 1843, su padre tenía una rica biblioteca, que
propició una amplia cultura y espíritu poético, por lo que muy joven ya
publicaba sus versos.
Borinquen, nido de flores
donde comencé a soñar,
al calor del dulce hogar
que dio vida a mis amores;
al recibir tus loores
siento del alma en lo hondo
algo que sale del fondo
en acordes vibraciones
y palpita en las canciones
con que a tu afecto respondo.
Se
dice que fue una mujer muy osada para su tiempo, usaba el pelo corto cuando eso
era mal visto por la sociedad, fue la primera mujer en hacer intevenciones
públicas y llevó una agitada vida política. En 1865, a los veinte años, se casó con el periodista Bonocio Tió Segarra,
a quien ella escogió –algo también poco visto en esos tiempos- por sus
cualidades espirituales y políticas.
Tuvieron dos hijas Patria Tió (1865–1943) y Mercedes Tió (1870–1873).
¡Despierta, borinqueño
que han dado la señal!
¡Despierta de ese sueño
que es hora de luchar!
A ese llamar patriótico
¿no arde tu corazón?
En
1868, año en que comienzan las guerras de independencia en Cuba, Lola Rodríguez
de Tió compuso la letra del Himno Nacional de Puerto Rico. Un año antes, 1867,
el músico Félix Astol Artés había compuesto la música como una danza habanera
con una lírica romántica.
¡Ven! Nos será simpático
el ruido del cañón.
Mira, ya el cubano
libre será;
le dará el machete
su libertad...
le dará el machete
su libertad.
La
letra de aquel himno original, que se surge en el mismo año que el himno de
Perucho Figueredo, está aludiendo a la libertad de Cuba también. Así que
estamos unidos por banderas similares, por himnos que nacieron el mismo año y
la letra creada por Lola que unifica ambas luchas libertarias.
Bellísima Borinquén,
a Cuba hay que seguir;
tú tienes bravos hijos
que quieren combatir.
Ya por más tiempo impávido
no podemos estar,
ya no queremos, tímidos
dejarnos subyugar.
Nosotros queremos
ser libre ya,
y nuestro machete
afilado está.
Años
después, aquel himno original puertoriqueño “La borinqueña” fue catalogado como
demasiado subversivo para adoptar esa letra de forma oficial, y por ello en
1903 se le cambió el texto por uno escrito por Manuel Fernández Juncos, que más
tarde quedó como Himno oficial del Estado Libre Asociado de Puerto Rico. Su
letra, de aire bucólico, exalta la naturaleza, y hasta los elogios de Colón:
La tierra de Borinquen
donde he nacido yo,
es un jardín florido
de mágico primor.
Un cielo siempre nítido
le sirve de dosel.
Y dan arrullos plácidos
las olas a sus pies.
Cuando a sus playas llegó Colón;
exclamó lleno de admiración:
"¡Oh! ¡Oh! ¡Oh!
Esta es la linda tierra
que busco yo".
Es Borinquen la hija,
la hija del mar y el sol.
Del mar y el sol.
Del mar y el sol.
Del mar y el sol.
Del mar y el sol.
Cuando
uno registra en Internet, cuando se hace referencia a ambas letras, se les dice
la versión oficial y la revolucionaria, claro que la de Lola Rodríguez de Tió
es la revolucionaria, todo un himno de combate:
Nosotros queremos
la libertad,
y nuestros machetes
nos la dará...
y nuestro machete
nos la dará...
Vámonos, borinqueños,
vámonos ya,
que nos espera ansiosa,
ansiosa la libertad.
¡La libertad, la libertad!
Lola
con su esposo vivió una vida de destierros por su oposición al gobierno
español. Primero tuvo que irse a
Caracas, donde apadrinó la boda de
Eugenio María de Hostos con Belinda de Ayala. Su segundo destierro en 1889, la
trajo a Cuba, de la que tuvo que salir por la Guerra del 95 y partió entonces
hacia Nueva York. Allí siguió su activismo por la independencia de cubanos y
puertorriqueños; fue secretaria del Club Caridad (1895-1898), dedicado a
socorrer a los combatientes cubanos y organizó un Capítulo de la Cruz Roja. Así
mismo puso tus energías en los clubes femeninos “Mercedes Varona” y “Hermanas
de Ríus Rivera”, que integraban la red
de apoyo al Partido Revolucionario Cubano fundado por José Martí en
1892. Animó tertulias literarias donde se debatían los principales ideales de
su tiempo; fue amiga del Generalísimo Máximo Gómez, fue sin dudas una de las
grandes mujeres del paso del siglo XIX hacia el XX con un pensamiento y una
vida en función de ideales libertarios y de un sentimiento latinoamericanista.
Yo no me
siento extranjera:
bajo este cielo cubano
cada ser es un hermano
que en mi corazón impera.
Si el cariño por do quiera
voy encontrando a mi paso,
¿Puedo imaginar acaso
que el sol no me dé en ofrenda,
un rayo de luz que encienda
los celajes de mi ocaso?
Al
terminar la guerra en hispano cubano norteamericana, con el triste fin de la
intervención, Lola vino para Cuba a vivir hasta su muerte ocurrida el 10 de
noviembre de 1924. Continuó su vida literaria, su obra poética fue muy popular,
quedando como huella más duradera esos versos de su poema titulado “A Cuba” que
constituyen un símbolo de hermandad de nuestros pueblos, ella es como un cuerpo
espiritual común por su vida y esos versos que en ambas islas usamos para
estrecharnos:
Cuba y Puerto Rico son
De un pájaro las dos alas,
Reciben flores y balas
Sobre el mismo corazón...
¡Qué mucho si en la ilusión
Qué mil tintes arrebola,
Sueña la musa de Lola
Con ferviente fantasía,
¡De esta tierra y la mía,
Hacer una patria sola!
Se
dice que en una de sus últimas entrevistas Lola Rodríguez de Tió dijo que
quería descansar eternamente en Cuba, de ahí que sus restos se encuentren en la
Necrópolis de Colón.
Le basta al ave una rama
Para formar blando lecho:
Bajo su rústico techo
¡Es dichosa porque ama!
Todo el que en amor se inflama
Calma en breve su hondo anhelo:
Y yo plegando mi vuelo,
Como el ave en la enramada,
Canto feliz, Cuba amada,
¡Tu mar, tu campo y tu cielo!
Ahora
me son más entrañables los versos de Pablo Milanés cuando, aludiendo a Lola,
escribió:
Más tarde una voz amada
gritó con mucha razón:
Cuba y Puerto Rico son
de un pájaro las dos alas.
Son
de Cuba a Puerto Rico
Autor
Pablo Milanés
Cuando se alzó mi bandera
la tuya lo haría igual
y fue esa vez la primera
que juntos quisimos volar.
Más tarde una voz amada
gritó con mucha razón:
Cuba y Puerto Rico son
de un pájaro las dos alas.
Puerto Rico ala que cayó al mar
que no pudo volar
yo te invito a mi pueblo
y buscamos juntos el mismo cielo.
Condiciones que no tienen
que ver con tirar un tiro
nos abrieron el camino
mientras a ti te detienen
esta tarea inconclusa tenemos
que terminar pues quieren ver el
final
todos los muertos de ambos
por donde salgas, yo salgo
siempre te voy a apoyar.
Puerto Rico ala que cayó al mar
que no pudo volar
yo te invito a mi pueblo
y buscamos juntos el mismo cielo.
Siguiendo el mismo camino
nos volvemos a encontrar
para juntos reclamar
que se cambie tu destino.
Y si acaso le negaran lo que
por fuerza es de usted
yo le invito a volar esta vez
con el machete en las alas.
Puerto Rico ala que cayó al mar
que no pudo volar
yo te invito a mi pueblo
y buscamos juntos el mismo cielo.
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